lunes, 4 de abril de 2011

A Reserva. Aguas con Ugartechea

Bárbara GARCÍA CHÁVEZ

Hace algunos días, oyendo una plática entre señoras de clase media acomodada, entre sus reclamos airados a lo mal que se vive en Oaxaca, por los continuos paros, bloqueos, regreso de ambulantes y todavía lo que vendrá con las consabidos rituales públicos de los días santos, me enteré que estaban pagando un dineral de impuesto predial y recolección de basura, algunas de ellas decían que los primeros meses del año, les atendían muy bien y hasta cafecito y galletitas les obsequiaba el gobierno del cambio, así por lo menos el sablazo no era tan duro, pero que ya ni café ni galletas y sí el cobro altísimo. Es igual, cual cambio, concluyeron.
Seguir los pasos del gobierno populista de Marcelo Ebrad en la capital del país, se ha vuelto al parecer objetivo político del presidente municipal Luis Ugartechea, siguiendo los pasos del gobierno estatal de la paz y el progreso; Gabino Cué, en diciembre pasado le ganó la plaza en territorio municipal con la pista de hielo, donde -a decir del propio gobernador en un evento de comunicación con perspectiva de género organizado por el IMO en palacio de gobierno-, cuando increpó a la periodista Soledad Jarquín, por aquello que escribió sobre los millones de pesos gastados en la famosa pista de hielo gratuita en la capital oaxaqueña y las dádivas de cobijas en las regiones más pobres-cualquier crítica, dijo Cué, de quien no le pareció mi pista de hielo no importó, cuando me informaron los miles de jóvenes felices que patinaron en ella-.
Ahora Ugartechea, quien no da pie con bola, militante del PAN, emulando al gobierno de izquierda ebradista, pues el populismo no tiene partido ni exclusividad, al parecer ha decidido salir personalmente a cargar criaturas y darles de beber a los sedientos, en una fecha de alto contenido religioso, eso sí que será valorado por la gente, seguramente le aconsejaron sus asesores, que en cuestión jurídica están negados, no así acciones mediáticas que le sumen puntos a su popularidad.
Con horror nos enteramos de la nueva ocurrencia, una idea sandia por decir lo menos, que anunció el primer concejal de la capital –el metrobus en las calles de nuestra ciudad- qué barbaridad ¿Será antes o después de los acuerdos con la sección 22? ¿Volverán a cerrar las calles del centro histórico y de las avenidas más transitadas que acaban de ser remodeladas y nos tuvieron al borde del colapso durante más de un año en la administración de los innombrables? Así es el populismo, incongruente con las verdaderas necesidades de la sociedad, soez y hueco, a veces parece gracioso pero en el fondo es grosero, atenta a la más indispensable lógica y ofende la inteligencia.
Por otra parte, este gobierno aliancista sigue esquemas indudablemente conservadores; la intolerancia y el desprecio a quienes consideran inferiores se refleja en la falta de políticas públicas con perspectiva de género, dejando a las mujeres y a los más desprotegidos en manos de la beneficencia, fortalece el señor Ugartechea en complicidad con la instancia federal de SEDESOL a su partido, implementando programas de dádivas a cambio de su adhesión a los agentes o administradores de agencias municipales que desde la Regiduría de Agencias y Colonias disponen. No hay nada nuevo, el cambio quedó en neutral y, a veces, hasta en reversa.
Cuando Luis Ugartechea todavía en campaña, en alguna ocasión platicando frente a varias personas, comentó que él se identificaba más con el entonces presidente de Brasil Lula que con Felipe Calderón mismo o cualquier otro mandatario de derecha, que incluso era incómodo en el PAN, afirmando ser un convencido socialdemócrata, por supuesto no lo es, no de la izquierda socialdemócrata, que tiene sus principios en el estado republicano, laico, basado en el bienestar general y fundamentado en la educación y el conocimiento, dentro de legalidad y el orden público, la transparencia y la rendición de cuentas.
¿Qué paso, no se aprendió la lección, presidente municipal Ugartechea? Ahora que dice que gobierna es fácil darse cuenta que no hay ideología, ni de derecha ni de izquierda, es sólo un empresario exitoso con aspiraciones de emperador. Para él es fácil gobernar, así lo hace, como camisa azul (citando la caracterización del polémico libro “Camisas azules manos negras” de Ana Lilia Pérez) obviando la ley y gastando el dinero público por millones, en contrataciones de despachos y corporativos externos, para que le acomoden las acciones y omisiones de su gobierno, porque considera que quienes trabajan en el ayuntamiento son incapaces y perezosos, como se ha expresado del personal de base sindicalizado. Pues capacite, aprendan juntos a gobernar.
Dar agua al sediento debería ser en sentido figurativo, una apología de lo que sí debe hacer. Acciones públicas con sentido de justicia.