Mujeres y Política
Campañas, terror ciudadano
Soledad JARQUÍN EDGAR
Las campañas políticas
se convierten para la ciudadanía en una especie de galería del terror. Todos
los días una tiene que mirar a diestra y siniestra los espectaculares,
pendones, volantes, promocionales, display, carteles y autobuses, toda clase de
anuncios que pretenden ser propaganda política con esos rostros, pero sobre
todo esas frases en las que difícilmente podemos creer y donde las y los
aspirantes se presentan sonrientes, serenos, ecuánimes, casi angelicales, como
si de verdad fueran buenas personas, merecedores del cargo político que buscan.
Rostros muy conocidos y algunos desconocidos.
Salvo casos contados,
estas elecciones no sorprenden a nadie, son copias exactas de las anteriores y
claro las anteriores de las anteriores. No hay estrategias, es como mirar la
misma película, con algunos actores y actrices nuevas donde lo que hay que
gastar es el dinero. Por cierto esto del dinero está quitando el sueño a más de
uno y debería ser motivo de investigación real de las autoridades responsables,
porque hoy la queja de quienes se atreven a decirlo con todas sus letras y aspiran
a ocupar un cargo de elección popular es que sus partidos políticos no les dio
el dinero para la campaña y que tienen que solventar los gastos de campaña de sus
propios ahorros o pequeñas fortunas. La pregunta es ¿quién se queda con el
dinero que se destinó a esta tarea de convencer a las y los electores?
Y no estamos hablando
de poca cosa. De acuerdo con el Instituto Estatal Electoral y de Participación
Ciudadana de Oaxaca el financiamiento público estatal para esta campaña 2013,
en el caso de diputados locales de mayoría relativa, es de 25 millones 897 mil
623 pesos con 25 centavos. Hasta el mes de febrero el Padrón Electoral contaba
con dos millones 830 mil 691 ciudadanos y ciudadanas, esto nos da un costo
unitario del voto 2013 de 9.14 pesos.
Pero a esta cifra hay
que añadir otros 16 millones 345 mil pesos con 64 centavos, lo que cuesta a
quienes pagan impuestos, las campañas políticas de concejeros municipales en
153 municipios, es decir, el costo unitario del voto es de 5.7 pesos.
En total, las campañas
cuestan la nada despreciable suma de 42 millones 188 mil 729 pesos con 64
centavos. Así que las dos boletas, la de diputados y concejales, tendrán un
costo unitario de poco, muy poco menos a los 15 pesos. ¿Lo va a desperdiciar?
¿Lo va a vender? ¿Lo va a prestar? No, mejor vaya, vote, pero antes reflexione
su voto, así usted será el que le pondrá el verdadero valor a su voto.
Piense, con el dinero
que este año se estableció como tope máximo de campañas y que algunos partidos
no repartieron, igualmente, a todos sus candidatos, se podrían comprar 140 y
medio departamentos de (súper) interés social que una inmobiliaria vende por
Xoxocotlán o un poco más caras una casitas allá por Tlacolula. Solo para darnos
cuenta de la magnitud del dinero que se gasta en las campañas, que para unos es
poco, pero para la gran mayoría de la población es mucho dinero considerando el
único resultado que tiene y que por lo general termina en decepción.
En las colonias,
barrios o fraccionamientos la historia es la misma de siempre. El mecanismo
para “convencer” a la ciudadanía está atravesada por la corrupción y las
constantes prácticas que están bien denominadas en la legislación electoral
como “delitos”. Sin embargo, algunos candidatos utilizan la “estructura” de sus
partidos para a través de sus incondicionales y mediante el pago de mil 500 y a
dos mil pesos mensuales, entregarse en cuerpo y alma a hablar bien de su
candidato entre sus vecinas, comadres y familia, son como jefes de manzana. Así
vemos a estas personajas, porque son en una mayoría mujeres ofreciendo “apoyos”
a cambio de apuntarse en listas, aún cuando no se pongan ahora los números de
credenciales como hacían hasta hace muy poco tiempo. Me pregunto si algunas de
estas mujeres u hombres son denunciados ¿meterán las manos los partidos o
quienes los llevan a cometer estos delitos?
Nada cambia en la
forma de hacer su promoción política y peor aún, nadie le advierte a estas
mujeres generalmente con poca escolaridad y con mucha necesidad de
reconocimiento de sus partidos para exponerse de esa manera, porque lo que
hacen es cometer delitos electorales coaccionando el voto a cambio de despensas,
gorras, camisetas o bolsas de tela y otros regalos baratos pero sobre todo
promesas que no se cumplen y a veces irrisorias.
Esta “estrategia”
utilizada una y otra vez nos muestra tal cual somos, pero no crea que la
corrupción solo viene de arriba. También están los líderes sociales quienes se
presentan continuamente con aspirantes para presentar sus cartas credenciales y
ofrecer sus loables servicios de acarreo a mítines y voto corporativo a cambio,
claro está, de una módica suma de dinero. Además de los penosos servicios de
bloqueo de calles, toma de instalaciones y otros menesteres que tienen a esta
capital y al resto de los municipios de Oaxaca literalmente con las patas para
arriba.
La corrupción entonces
es de ida y vuelta. Pero en medio de esas vueltas está la ciudadanía, quienes
tienen credencial de elector y pueden votar, una ciudadanía que tendrá que
reflexionar su voto, sacudida de las presiones y de la galería terrorífica en
estamos envueltos.
Estas campañas que se
ven verdes en cuanto a contenido están aderezadas de todo lo que está
sucediendo en estos momentos en el país y que no es ajeno a nadie. Hoy más que
nunca los partidos políticos juegan un papel determinante, aunque el
presidencialismo no acaba de dar patadas fuertes de vez en cuando, si
analizamos bien veremos el protagonismo que han adquirido los actores ya
encumbrados: PAN, PRI y PRD, principalmente, que hoy más que nunca gracias al
activismo que se refleja en las nuevas tecnologías de la comunicación como son
Facebook y el twitter donde se denuncia de forma constante el derroche de la
más encumbrada clase política y sindical de este país.
El conflicto interno
del PAN, el conservadurismo de la derecha contra los avances de las mujeres y
sus profetas religiosos; la bomba de tiempo que significa la reforma energética
que viene desde las manos del PRI y las viejas prácticas de la nueva generación
priista que reeditan en los nietos de funcionarios de primer nivel; la
maledicencia de la “izquierda” mexicana que mira cual espectador los sucesos,
como agazapados sin saber hacia qué lado ir cuando llegue el momento. Ese
rostro de la política mexicana que nos pone en la realidad: falta de empleo,
trabajo mal remunerado, crisis financiera, educación formal de quinta, jóvenes
desesperados ante la falta de oportunidades, corrupción de gobernadores y ex
gobernadores de todos los partidos políticos y así una interminable lista de
quejas y denuncias que pasan todos los días en los medios de comunicación sin
llegar al fondo ni al castigo de los responsables, creando una sensación de
impotencia en la ciudadanía y de la que en poco tiempo se aprovecharán otros
nuevos y viejos actores para reeditar escenarios de protesta a través del
chantaje y la amenaza, algo que en Oaxaca ya conocemos, que vivimos de manera
constante y que cuesta muchos miles de millones de pesos y es la razón
principal para violentar los derechos humanos fundamentales.
A pesar de todo, hay
una que otra opción que vale la pena mirar, que no son los mismos de siempre,
algunos son noveles personajes que ven en la política la posibilidad de
“cambiar” las cosas y lo principal que por su trayectoria de vida no ven en la
política la posibilidad de enriquecimiento y defraudar a quienes opten por
darles su voto. Por eso es importante ver todas las opciones. Son como pequeños
agujeros de luz. No ofrecen más que su trabajo, una promesa que cuesta trabajo
creer, sí, pero que podrían establecer la diferencia si cumplen con la promesa
de actuar de manera distante y diferente a lo que hasta ahora han hechos los
partidos políticos a los que pertenecen y por los que participan ante la
cerrazón de ofrecer candidaturas ciudadanas.
En fin, la elección
está cada vez más cerca y quienes tomarán la decisión final está en manos de
las y los votantes. Esa es la clave de la jornada, es la decisión personal: el
derecho ciudadano de elegir a los próximos diputados y diputadas y a quienes
gobiernen 153 municipios.
¿Dormirán bien?
Emulando al ya
desaparecido escritor y periodista German Dehesa me pregunto si ¿podrán dormir
bien?: Gabino Cué, Alfredo Lagunas, Manuel de Jesús López, Anabel López, Marco
Tulio López, y el resto del gabinetazo a quienes también les toca; lo que queda
de la LXI Legislatura local, los senadores Benjamín Robles, Adolfo Romero y
Eviel Pérez Magaña, y los 19 diputados y diputadas federales…podrán dormir bien
ante la inseguridad que se vive en Oaxaca y las 37 mujeres que según el
recuento hemerográfico han sido asesinadas en esta entidad durante este año por
la falta, claro está, de políticas públicas y sobre todo por su total ausencia
de voluntad política.
@jarquinedgar
www.caracolasfem.blogspot.com