lunes, 9 de julio de 2012

Mujeres y Política, La verdad base de la legalidad



Mujeres y Política
La verdad base de la legitimidad

Soledad JARQUÍN EDGAR
Los votos fueron emitidos el pasado fin de semana. Lo que siguió fue contar y luego el recuento. El IFE declaró presidente electo a Enrique Peña Nieto. Los grandes medios, muchos de ellos, han dado por concluido el proceso. Pero queda la duda, algo que no estuvo bien sembró la incertidumbre y el descontento y se está exigiendo por la vías legales de este país que se investiguen algunos hechos, que de ser ciertos, poco o en nada cambiaría lo que hasta ahora vemos y contemplamos. En suma lo cierto es que todavía hay hoyos negros que nos dejan muy claro que hay un largo trecho para hacer posible otro modo de ser ciudadanas y ciudadanos  y con ello alcanzar la democracia.
Las acusaciones de unos y de otros partidos políticos fue la marca del proceso electoral hasta el último momento y como en el caso de ahogamiento en agua, los cadáveres empezaron a flotar en la superficie a la vista de quienes los quisieron ver. Desde el manejo de un candidato a través de la televisión, gracias a un contrato multimillonario, hasta el asunto de las despensas o monederos electrónicos que habrían servido para la compra o coacción del voto, son las manchas que elección tras elección se notan, son de esos cadáveres que flotan en las aguas turbulentas del proceso electoral y que nos confirman que la nuestra no es una democracia sino una caricatura de la democracia, sobre todo, porque queda la duda sembrada y hay en apariencia una resistencia a limpiar con pruebas las acusaciones. Nuestra caricatura democrática o lejana aproximación a la democracia navega por aguas turbias, nunca por las cristalinas. Aguas cuyos remolinos enlodan muchas voluntades, las atan.
Para ello, más que los militantes de los otros partidos porque salvo en algunos sitios o por tiempos determinados han sido hegemónicos, los priistas tienen una estrategia para enfrentar las acusaciones: el olvido. Esperan que se sequen las salpicaduras de los retos de esas verdades o de esas mentiras, que aunque flotan como cadáveres en agua, se ocultan con toda clase artimañas y discursos, pero sobre todo en el silencio. ¿Por qué no aclarar?
Por ejemplo, de no ser por la película dirigida por Carlos Bolado, Colosio: El Asesinato, quién se habría acordado de Luis Donaldo Colosio, el sonorense candidato priista y cuyo crimen cometido hace 16 años no ha sido aclarado. La leyenda es que fue una especie de ajuste de cuentas entre los cárteles priistas cuyo territorio estaba comandando el capo mayor Carlos Salinas de Gortari. Nadie aclaró nada, el PRI sigue con el estigma de que entre sus filas se cometió el magnicidio y Colosio se convirtió en una especie de fetiche o subvenir para algunos de quienes militan en el tricolor, sus fotografías están en varias oficinas del PRI. Si pudieran beatificarlo lo harían. Pero lo importante para este partido político que regresa al poder tras sólo 12 años de ausencia, no ha sido aclarar el crimen sino otra vez quedarse en el silencio, a olvidar de nuevo, total quiénes o cuántos vieron la película, sus mayorías pertenecen a otra dimensión. Esa es la visión del viejo PRI, el que dicen ya se fue ¿será?
Las historias negras sobre fraude electoral pesan y pesan mucho, no para el “viejo PRI” sino para la ciudadanía. 1988, por ejemplo, es parte del pasado reciente de lo que algunos historiadores señalan como la era moderna del proceso electoral, no importa que hoy todavía algunos procesos electorales y a pesar del IFE o de los institutos estatales electorales, se realicen a palo y plomo como en la etapa antigua (finales del siglo XIX y principios del XX) donde todo se arrebataba, pero sobre todo eso que hoy se nombra como voluntad ciudadana. Ya lo vimos, en este 2012 urnas que fueron literalmente robadas a los ojos del mundo, la fortuna actual son los medios de información que la ciudadanía tiene en sus manos a través de los teléfonos celulares con cámara y mejor aún si están conectados a la internet.
Investigaciones periodísticas y denuncias públicas nos dieron la primicia de esos cadáveres que flotan sobre las aguas turbulentas, cuando despensas convertidas en modernos monederos electrónicos y sus beneficiarios empezaron a salir de la tienda color naranja y ahora empiezan a flotar las facturas por la compra de miles de despensas, que algunos gobiernos estatales compraron en los últimos tres años.
La información que dio a conocer este viernes la periodista Carmen Aristegui, a través de Noticias MVS, involucran a los estados de México, Nuevo León, Coahuila, Durango, Sinaloa y Guerrero. Tan sólo el municipio de Metepec, Estado de México, habría gastado más de dos mil millones de pesos en despensas de la empresa Soriana. Todo esto ocurrió entre 2008 y 2012.
Veamos. El Estado de México ha sido gobernado por el virtual presidente de México, Enrique Peña Nieto y en la actualidad Eruviel Ávila, el partido no sobra decirlo: el PRI; Rodrigo Medina de la Cruz, gobernador de Nuevo León está entre los compradores de despensas y es priista. El gobierno de Sinaloa también salió de compras con Mario López Valdez, sí del PRI. El cuarto en la lista de los que no siendo “las señoras de la casa” (recordando la respuesta sexista de Peña Nieto cuando le preguntaron sobre el precio del kilo de tortillas) es el gobernador de Durango, Jorge Herrera, que se sumó a las compras. El quinto es el gobernador coahuilense, Rubén Moreira Valdez, hermano del otro Moreira de infeliz memoria para muchos coahuilenses. Y, finalmente el veracruzano Javier Duarte de Ochoa. Bueno esos son los que van, seguramente faltan otros y también es probable habrá gobernadores que compraron despensas y que surgieron del PAN o del grupo de partidos de “la izquierda” que gobiernan uno que otro estado del país.
Antes que nada tendríamos que decir, que si fuera el caso de que las despensas que adquirieron los gobernadores sirvieron para comprar votos o voluntades, sin duda, sería lamentable a todas luces y veremos la otra realidad mexicana, la que nos molesta y fastidia, la que dicen que somos quienes afirman que hemos avanzado, y yo estoy de acuerdo, sí claro que hemos avanzado pero hacia atrás, y de eso se aprovecharían quienes querían obtener el triunfo, aún cuando tuvieran que pasar por encima de la dignidad de las personas, al ofrecer despensas a cambio del voto. Saciar el hambre de una familia por una semana o dos o seis meses, sin resolver de fondo el problema de la pobreza. Visto así, ahora podríamos entender el fondo real de quienes no quieren que el pueblo crezca, se eduque o al menos que coma bien y no lo hacen porque entonces el pueblo piensa.
El PRI va con sus manchitas por la vida y cuando estas se han secado es porque ya se le olvidó a la mitad de la gente, entonces se las sacuden y listo. Una estrategia que repito apunta al olvido y funciona, por eso el PRI está de regreso (ayudado por las pifias de 12 años de gobierno panista) y no porque la que gobernará sea una generación renovada, dispuesta a no repetir la historia, no, no es así. Y a las pruebas me remito.
La investigación solicitada por las “izquierdas” y la aclaración del PRI sobre estas sospechas, será la base fundamental de lo que todo gobierno desearía tener sobre quienes los eligieron y también sobre los que no votaron por ellos, se llama credibilidad. No se trata de ver quien puede más con ocultar la verdad o quien se atreve a denunciarlas, se trata de conocer la verdad. Ahora sí,  como dijera Felipe “El Valiente” Calderón, “haiga sido como haiga sido”.
Es importante, porque vivir gobernados por un gobierno bajo el sospechosismo de que algo no estuvo bien serían otros seis años de fatalidad para el país. Aquí entonces hay que aclarar dos asuntos que no son poca cosa: 1) Enrique Peña Nieto ganó a la buena y Andrés Manuel López Obrador es mal perdedor o 2) Enrique Peña ganó a la mala y Andrés Manuel López Obrador está diciendo la verdad.
Aclaraciones pertinentes para lograr lo que “El Valiente” no consiguió ni con los años de gobierno: la credibilidad de la ciudadanía y con ello su legitimidad. Por el contrario nos llevó por el camino siempre sinuoso y difícil, lleno de miedo, utilizó la imposición de una guerra cuyo costo no se acabará cuando se vaya y tal vez, como dicen quienes saben, va para largo.
La duda socava nuestra aproximación democrática y sin duda alguna, ya lo hemos vivido, también deslegitima al ungido y a su partido. Lo correcto sería aclarar los hechos, llegar hasta el fondo, investigar, eso sería un buen ejercicio de la ciudadanía y un ejemplo de las instituciones.

Las mujeres al congreso

Las elecciones 2012 en teoría llevarían a más mujeres al Congreso federal. Por elección directa he contabilizado a 90 en todo el país, los otros 210 electos fueron hombres. La otra noticia es que en cuatro entidades ninguna mujer fue electa por voto directo, se trata de: Baja California Sur, Colima, Nuevo León y Zacatecas. Lo que se requiere, al menos para igualar la cifra actual de legisladoras, que es de 169, es que lleguen 80 como plurinominales. Y no se diga del caso del Senado, donde solo ocho fueron electas por voto directo, seis más entrarían en segunda minoría. En la actualidad hay 28, es decir, ahora “seguras” están la mitad. 
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