martes, 20 de septiembre de 2011

Mujeres y política. Estado de guerra

Soledad JARQUIN EDGAR

Seguimos en lo dicho, desde hace mucho tiempo una gran mayoría de la población no está de acuerdo en la “estrategia contra el crimen organizado”, la razón principal son las graves afectaciones que ha provocado en miles de personas. Nadie puede negar que la violencia se recrudece de manera dolorosa.

Hay datos concretos que hablan sobre las dificultades que para las mujeres representa una guerra de estas características, al convertir sus cuerpos, sus vidas, en parte del botín de guerra de buenos y malos. En esta guerra, la violencia sexual es la peor forma de atacar a las mujeres, degradarlas, subyugarlas.

Hay otros datos que hablan del incremento de la trata de personas, mujeres muy jóvenes que son secuestradas de sus lugares de origen, municipios y localidades alejadas y ciertamente incomunicadas, hijas de familias sin posibilidades de hacer denuncias y “mover” influencias para que sean buscadas.

Como ejemplo El Rostro de los Desaparecidos, campaña permanente por la presentación con vida, que hay que decirlo también incluye desaparecidas y entre sus nombres destacan: la profesora Elisa Sylvia Ramos Cruz, desaparecida desde el 30 de mayo de 1991. Daniela y Virginia Ortiz García, desaparecidas el 5 de julio de 2007, en la Sabana, Juxtlahuaca. María de Jesús Pulido Barajas, desaparecida en Tuxtepec el 18 de enero de 2011 junto con Isis Hitandehui Canche Barajas. Jaqueline Jiménez, desaparecida en Cuicatlán el 22 de enero de 2010. Y en ellas debemos agregar el caso de la abogada Paula Moreno Gómez, secuestrada el 4 de febrero, en la otrora pacífica capital oaxaqueña. Botones de muestra de lo que sucede en Oaxaca.

Amén de los homicidios que se cuentan por miles en México, se habla de 50 o 52 mil personas asesinadas, la violencia demencial despertó con la estrategia fallida a todas luces de combatir la violencia con violencia. Pero Felipe “El Valiente” Calderón asegura que esta lucha es un éxito y para “celebrar” esos muertos y esa violencia contra las mujeres aprovecha el 201 aniversario del inicio de la Independencia de México, ya lo habíamos dicho la semana pasada, esa era su gran oportunidad.

Así que desde el balcón central del palacio nacional en la capital mexicana, Calderón acompañado de su familia observaron, disfrutaron del desfile de soldados, donde los medios destacan la presencia de mujeres como si fueran un elemento más de atracción en la fiesta, en esa pretensión que busca hacer parecer los avances que en “materia de igualdad” han conseguido las mujeres en las fuerzas armadas mexicanas. Bueno han avanzado, Andrea Cruz Hernández, oaxaqueña, alcanzó este logro al graduarse en la licenciatura en Ciencias Militares Piloto Aviador en la Fuerza Aérea Mexicana, lo que ocurrió 100 años después de la iniciación de esta corporación. Felicidades por ella.

Pero volvamos a la demostración del “poderío” militar que pudimos observar, el objetivo de las brillantes mentes, los estrategas que rodean a don Felipe, han aconsejado desde hace tiempo en la necesidad de crear una imagen positiva de las corporaciones militares y policiacas, que por muy diversas razones en las que han sido utilizados han creado desconfianza entre una buena parte de la población.

Fue así que se les ha ocurrido hacer esa especie de paseos turísticos y este 16 de septiembre tuvo la ingeniosa idea de que la gente pudiera tocar y empuñar las armas, subirse a los tanques de guerra instalados en la plancha del zócalo y platicar con los soldados. ¡Maravilloso paseo! Y una se pregunta ¿dónde quedó el México pacifista y el conciliador? Imágenes grotescas sin duda, el enorme patio central de nuestra casa, sirvió para jugar a las guerritas, para que pudiéramos ver que no es tan mala la guerra, mucho menos sus actores buenos, los otros sí, por supuesto.

Lo que vimos fue el poder del jefe supremo de las fuerzas armadas de México, que dispone de vidas y haciendas como los caciques que aún existen en este país lastimado por la guerra, la injusticia y la desigualdad.

Insisto en los datos, el Centro de Investigación y Docencia Económica (CIDE) revela en un estudio publicado en El Universal (María de la Luz González/17/sep/2011) que a partir de 2006 se ha incrementado el uso de las Fuerzas Armadas en un 68 por ciento. En 14 entidades, los jefes policiacos son militares y en 25 estados más hay presencia de personal castrense al frente de policías municipales o agencias estatales.

De igual forma, el estudio del CIDE añade en 50 municipios que concentran el mayor número de asesinatos, 36 por ciento de los directores de seguridad tienen mandos militares, como ejemplo están los cinco municipios donde la violencia derivada de esta guerra ha generado un clima de inseguridad terrible: Acapulco, Chihuahua, Ciudad Juárez, Culiacán y Tijuana.

Esto es parte de la estrategia fallida. Los militares no detienen la violencia. Es posible, incluso, que contribuyan a incrementarla. Aunado a ello, cita la colega Luz María Ortega, que en la Comisión Nacional de Derechos Humanos ha recibido un incremento de mil por ciento las quejas por violaciones a los derechos humanos.

Para el CIDE –cito textual la información- “…casi todos cuentan con un número considerable de oficiales de policía por población —similar al de Estados Unidos—, lo cual indica que el problema no es la ausencia de control territorial por parte del Estado, como se argumenta en círculos oficiales, sino el secuestro de las instituciones policiales y judiciales por parte del crimen organizado, sea a través de la corrupción o la coerción”.

Esto aunado a lo que también refiere ese organismo en el sentido de que la lucha contra la inseguridad en México “es un espacio de desacuerdo y disputa cívica, jurídica, intelectual y política”.

Es interesante que no sólo la UNAM le haya indicado al gobierno de Felipe Calderón que la estrategia es equivocada, es más se lo dijeron alguna vez las madres de los adolescentes asesinados en Chihuahua, cuando lo increparon en un acto público y sus colaboradores pretendieron callarlos, se lo dijeron también algunos de los familiares de muchas de las víctimas que caminan en la caravana del poeta-energúmeno Sicilia y ahora lo expone el CIDE.

También lo habíamos manifestado muchos y muchas, pero cada vez me queda claro, la política de Calderón es que la gente lo vea y escuche, pero él hace tiempo que está sordo, ciego y paralizado por su inocultable autoritarismo, su orgullo de los muchos muertos que ha dejado el daño colateral de su guerra contra el narco y las otras muchas ramificaciones exacerbadas de la violencia organizada.

Otra información relevante este fin de semana es el dato acerca de otra parte del daño colateral: en el país han sido ejecutados 27 ediles en los últimos cinco años (Martha Alicia Martínez/Reforma/17/sep/2011). La novedad es que 18 de esas autoridades eran priistas y Oaxaca ocupa el tercer sitio con cuatro munícipes asesinados. Los dos primeros estados son Durango y Chihuahua. Datos para la reflexión y estudio.

Me preocupa, mucho porque Oaxaca sigue siendo una entidad violenta aunque insistan en decir que aquí no pasa nada, sin duda, para muestra un botón: 61 mujeres asesinadas en los últimos 10 meses e insisto y repito poco importan esas muertes, tal parece que hay otros intereses más importantes.

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