Soledad JARQUIN EDGAR
El libro Mujeres: género e identidad en el Istmo de Tehuantepec, Oaxaca, escrito por de Margarita Dalton desmitifica que la cultura zapoteca sea un matriarcado y, en cambio, es una cultura –y sobre toda, una cultura indígena- donde se valora a las mujeres, afirmó la doctora Elizabeth Maier, investigadora profesora del Colegio de la Frontera Norte (Colef).
Al presentar la más reciente obra de la historiadora Margarita Dalton, Maier afirma que muestra como las mujeres zapotecas del Istmo de Tehuantepec, tienen mayores espacios sociales de participación y reconocimiento y gozan de amor propio.
Amor propio, concepto que desarrolla Dalton, como un componente de la identidad femenina de estas mujeres conjuntamente con la memoria histórica que poseen sobre su cultura milenaria, que les da ese sentido de superioridad, autoridad, poder y que las identifica, añadió en su momento la doctora Patricia Ponce.
Ponce, quien es coordinadora e investigadora del grupo de estudios de Género del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS) Golfo, sostiene que gracias a ese amor propio es que han logrado negociar espacios de poder al interior de la comunidad marcada por el sexo y el género. “Su secreto es quererse, radica en el valor que ellas mismas se dan al interior de su espacio sociocultural y cuya construcción inicia desde la infancia”.
Como las Patricia Ponce y Elizabeth Maier, la también presentadora del libro Bárbara García Chávez, sostiene que el libro Mujeres: género e identidad en el Istmo de Tehuantepec, Oaxaca, es una narrativa de sucesos y acontecimientos importantes que transitan entre las tradiciones y costumbres del pueblo istmeño, así como los símbolos, signos, gestos de esas mujeres que describe con un lenguajes sencillo, fácil, que explica conceptos y pensamientos de las entrevistadas con un conocimiento profundo de la historia.
La regidora de Equidad y Género del gobierno de la ciudad de Oaxaca, refiere también que una de las mayores riquezas de este nuevo libro de Margarita Dalton –investigadoras del CIESAS Pacífico Sur- es su no interpretación de los discursos de las mujeres entrevistadas, aún cuando sostiene que en las Ciencias Sociales la investigación tiene una importante carga de subjetivismo, que cruza prejuicios y valores de quién hace la investigación, de quién informa y, por supuesto, de quién lee la investigación.
Y es sobre esa subjetividad, que la investigadora del Colef, Elizabeth Maier, refiere en coincidencia con García Chávez, al señalar que la autora “se confiesa producto de su propia cultura e historia, proponiendo que como investigadora una debe tener la conciencia de la propia subjetividad” y plantear el encuentro entre investigadora e investigación como si fuera un diálogo: “No se borran las diferencias pero las visibilizas para ti misma en un intento de entender tus propias cargas subjetivas en el proceso de comprensión de la otra cultura”.
Los conceptos de una narrativa ágil de una investigadora “travesti” –como ella misma explica- al convertirse al vivir con ellas, vestirse como ellas y hacer lo que hacen ellas, “volverse comadre de ellas”, Margarita Dalton se llega a parecer al sujeto de su investigación lo que le permite establecer lazos que la unen aún más a esa región tan especial de Oaxaca, señaló Bárbara García Chávez.
La historiadora y feminista Margarita Dalton, a través del libro Mujeres: género e identidad en el Istmo de Tehuantepec, Oaxaca, permite descubrir conceptos pero también “permite recrearnos en los paisajes que dibuja con palabras, podemos imaginar los rostros de esas mujeres, podemos indignarnos ante lo que no entendemos, para luego reflexionar y tratar de comprender”, dice la concejala oaxaqueña.
En tanto las investigadoras Elizabeth Maier destaca como “la autora fija nuestra atención en lo que más le intriga de estas mujeres, algo que ella llama “el amor propio”, un concepto que ella desarrolla en desprecio del término autoestima, que se considera más superficial y trillado”.
Integrante del Sistema Nacional de Investigadores, Maier dice que para Dalton la noción de “amor propio” encierra una profunda auto-valoración, que es algo necesario para vivir bien, para gozar de la vida, para actuar, participar social y políticamente, en fin, para tener una buena calidad de vida.
Para evaluar el amor propio de las zapotecas del Istmo la Dra. Dalton considera cuatro aspectos: uno, seguridad y confianza en lo que se hace por sus resultados; dos, Visibilidad (contabilidad, transparencia); tres, libertad en la toma de las decisiones; cuatro, Vivir sin miedo.
La autora hace una lectura desde la perspectiva de género. Descubre a las zapotecas del Istmo como fuertes y grandes de porte. Detentan capital cultural y social mediante múltiples maneras y, sin embargo, devela que viven una relación de género de subordinación, en donde el hombre tiene un mayor valor social, mayores privilegios y beneficios, así como todas las demás culturas patriarcales, por eso afirma la cultura zapoteca del Istmo de Tehuantepec no es un matriarcado.
En ese sentido, la también investigadora de la Universidad de Veracruz, Patricia Ponce, sostiene que de acuerdo con la investigación de Dalton, la presencia rotunda de las mujeres no se refleja en el terreno de la autoridad pues ellas poco participan aún en la toma de decisiones políticas que afectan los ámbitos socio-económicos , a los liderazgos femeninos les han negado la entrada.