martes, 26 de junio de 2012

¿Qué ganamos las mujeres con votar?


¿QUÉ GANAMOS LAS MUJERES CON VOTAR?



Eugenia Mata

IDEMO


Una razón aritmética en principio muy sencilla es que en Oaxaca, las mujeres representamos el 52.95% del padrón electoral y potencialmente como votantes en la lista nominal, representamos el 53.47% frente a los hombres. Es decir, que porcentualmente somos una cantidad tan significativa como el género masculino.

Pero más allá de lo obvio, la propia Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, los Instrumentos o Convenios Internacionales signados por el gobierno mexicano, bajo el principio de Igualdad, en el marco del derecho y del Estado, se reconoce a todas las personas con igual dignidad humana y libertad.

Sin embargo, debido a la estructura económica, social y política, que vivimos, así como por la cultura que prevalece, sabemos que en nuestra sociedad no es lo mismo ser hombre que ser mujer. Las llamadas brechas de desigualdad, que es el reconocimiento de la discriminación e inequidad que viven las mujeres, son visibles, pueden comprobarse y ser cuantificables.

La cruda realidad

Baste un ejemplo a nivel de la región Latinoamericana, para darnos cuenta de la dimensión: Según un estudio del Observatorio de Igualdad de Género de América Latina y el Caribe[1], “Una de cada tres mujeres no tiene ingresos propios, sigue representando más del doble que los hombres y las mujeres dedican más tiempo a trabajo doméstico que trabajo remunerado. En el caso de México demuestra esta tendencia en el uso de combustibles para cocinar; es decir, que a nivel semanal dedican 46 horas al trabajo doméstico, frente a 40 al trabajo remunerado”.

Para el caso de México, un informe alternativo que elaboraron más de 200 organizaciones civiles, defensoras de derechos humanos, da cuenta de cómo la situación de violencia en el contexto del combate al crimen organizado, son más mujeres que hombres las desaparecidas, asesinadas,  violadas y sujetas a la trata de personas.[2]



CANDIDATURAS A SENADORES
PROPIETARIOS
CANDIDATURAS A SENADORES
SUPLENTES
3 Mujeres   = 30%
4 Mujeres    = 40%
7 Hombres = 70%
6 Hombres  = 60%

CANDIDATURAS A DIPUTADOS
 PROPIETARIOS 
CANDIDATURAS A DIPUTADOS
SUPLENTES
27 Mujeres   =49%
33 Mujeres   = 60%
28 Hombres = 51%
22 Hombres  = 40%




Las brechas de desigualdad de género, se pueden ubicar en todos los ámbitos, tanto en lo público como en lo privado; y aun con los avances logrados gracias a la lucha y compromiso de muchas mujeres, por alcanzar la equidad entre los géneros – sin negar la participación de hombres-, nos damos cuenta que en parte las resistencias al cambio, están ligadas a la construcción histórica sobre el poder, donde la decisión sobre la distribución de los recursos, la representación de los intereses de la sociedad, el ejercicio del poder político e incluso la decisión sobre asuntos que tienen que ver directamente con las mujeres, como es el hecho de que decidan sobre el número de hijos que deseen tener, ha estado fundamentalmente en los hombres bajo la concepción de que el poder político “tiene que estar en manos de hombres”.


Recordemos algunas cifras sobre Cargos públicos en Oaxaca en el 2011:[3]

Presidencias Municipales                         554 Hombres                                   15 Mujeres
Congreso Local                                              27 Hombres                                   15 Mujeres
Sindicaturas y Regidurías[4]                2857 Hombres                                 143 Mujeres
Titulares de Instancias del
Gobierno Estatal                                            40 Hombres                                     9 Mujeres
Presidencias Partidos Políticos                   8 Hombres                                      1 Mujer

Como dice la consigna feminista: “Si la mujer no está, la democracia no va”, y si bien la construcción de la democracia no se circunscribe solamente a la participación en el proceso electoral, también requerimos incentivar, acrecentar y mejorar nuestro sistema político, en razón de que la transición democrática sea una realidad.

En ese sentido, la mitad de la población, o sea nosotras las mujeres, no podemos abstraernos y pensar que no nos compete, porque también tiene que ver con nuestra situación como mujeres, con modificar los roles establecidos y con aportar efectivamente a un verdadero cambio.

En el caso de los partidos políticos, han tenido que generar cambios en sus propuestas de candidatos y candidatas -y no precisamente por su absoluta voluntad o convicción-, para garantizar el cumplimiento del COFIEPE, en su Artículo 219 que establece la proporción del 40% de candidaturas propietarias de un mismo género, pero a la vez tuvieron que acatar la resolución del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), donde la fórmula completa (propietario y suplente) debe integrarse por candidatos del mismo género.

Ello obligó  a que los partidos políticos tuvieran que rehacer sus listas y es así que para el caso de Oaxaca, en la totalidad de los partidos políticos, las candidaturas quedarán de la siguiente manera:

¿Por qué nos debe interesar a nosotras las mujeres votar?

No obstante lo anteriormente descrito, es importante que nosotras contribuyamos a generar ciertas condiciones indispensables para avanzar -a la par de la igualdad entre hombres y mujeres-, no solo con un discurso novedoso, sino con acciones o medidas efectivas que impacten – modifiquen la realidad de las mujeres para su empoderamiento.

Una primera razón, es que si las mujeres no participamos y de manera activa defendemos nuestras propuestas, es difícil que alguien más se ocupe de ello. No podemos seguir dejando en el esposo, el papá o el hermano, la determinación de nuestro voto, por mucha confianza y parentesco que tengamos. Cada uno de los seres humanos somos únicos y necesarios en nuestra sociedad. Si se lo dejamos a otros, nosotras no existimos.

Otro elemento más es que muchas mujeres nos hemos dado cuenta que la forma como se ejerce la política no necesariamente repercute en la mejora de las condiciones materiales de las personas, pero mucho menos a superar las situaciones de discriminación y exclusión que sufren la mayor parte de las mujeres, por su condición de género. No es posible que, como en el caso de Oaxaca, de Diciembre a 2010 a la fecha, van 137 mujeres asesinadas, cuyos autores siguen impunemente libres.

Necesitamos dejarles a las futuras generaciones, hombres y mujeres, formas de relación igualitarias entre ellas y ellos, así como equidad de oportunidades de desarrollo humano e instituciones y gobiernos, que tengan como premisa una sociedad igualitaria.

Ello significa generar cambios en lo cultural, para seguir trabajando en la modificación de visiones sobre la relación entre hombres y mujeres. Que podamos reconocer y aceptar la necesidad de modificar comportamientos que tienen no sólo una dimensión política, sino también económica, social, psicológica y ambiental en su sentido más amplio.

Las mujeres requerimos -de igual manera- tener acceso a nuestro fortalecimiento político, generando espacios de información, discusión y capacitación sobre los derechos de las mujeres, los asuntos públicos, incluido el ejercicio del poder y sus instrumentos. No debemos olvidar que en ocasiones las mujeres que llegan a cargos públicos, no están comprometidas con las mujeres, pues prefieren dar continuidad al estilo de gobernar que han impuesto históricamente los hombres.

Por último, es muy importante que las mujeres emitamos nuestro voto, de manera libre pero también razonada, para que no dejemos que las posiciones de seguir reproduciendo el machismo y un sistema tan desigual e inequitativo se acreciente; venga de la posición partidaria que venga.

Supone también que estemos vigilantes y exijamos a quienes van a ser las y los representantes populares y que por ende, ocuparán instancias de toma de decisión,  que definan políticas públicas orientadas a lograr la igualdad entre los géneros, de cero tolerancia hacia quienes censuran e impiden la participación de las mujeres y de la construcción de formas de relación de respeto y reconocimiento mutuos. Hay una agenda de las mujeres que no camina desde hace décadas; sino hay respuestas, no hay cambio ni esperanza posible.
           

[1] El desarrollo sostenible depende de las mujeres, Notas para la Igualdad No. 4, Diálogo político para el empoderamiento económico de las mujeres. ww.cepal.org/oig, Borrador 2010.
[2]Se presentará Informe “México miente”, Boletín Feminista  La Trenza, Consorcio para el Diálogo Parlamentario y la Equidad Oaxaca, Junio 26, 2012. Este Informe se presentará ante la CEDAW el 17 de Julio de 2012.
[3] Tomado de Participación Política, La posición y condición de género de las mujeres de Oaxaca: Una dificultad para su participación en los distintos ámbitos públicos en el Estado de Oaxaca. Programa para la igualdad entre Mujeres y Hombres en el Estado de Oaxaca 2011- 2016, IMO.

[4] Número aproximado.




lunes, 25 de junio de 2012

MUJERES Y POLITICA, la decisión está en el aire


Mujeres y Política
La decisión en el aire

Soledad JARQUÍN EDGAR
Se acaba el tiempo, el próximo domingo 1 de julio se realizarán las terceras elecciones presidenciales del siglo XXI en México y la verdad es que todavía flota en el aire la misma duda: ¿por quién votar?
Especialistas en el tema tienen sus propias aproximaciones sobre la dilación en la decisión, sin duda y siendo súper optimista, quiero pensar que la principal razón está directamente relacionada con la cada vez mayor conciencia de las personas sobre el incalculable valor de su voto y, por tanto, cada vez está más lejana la idea de que votar no tiene importancia y se reduce la ciudadanía que dejará la boleta en blanco o anularán su voto, lo que también es parte de la democracia, de la pluralidad, así es, finalmente es una decisión, lo cierto es que quisiéramos que eso no pasara.
Pero ¿por qué a unos días de las elecciones todavía la ciudadanía no puede decidir su voto con claridad y confianza y tienen miedo de no elegir correctamente?
Efectivamente, no hay vuelta de hoja, las y los propios candidatos han sumado a crear este aire de desconfianza, de incredulidad y de atonía frente a la tercera jornada electoral para elegir a quién gobernará el país en los próximos seis años, en el caso de la Presidencia, y tres o seis años para la representación popular en las cámaras.
Tierra abonada por lo que ya sabemos ha sucedido en los partidos políticos secuestrados por grupos de poder (económicos, religiosos y medios), por ambiciosos proyectos de esos grupos y atravesados por el viejo y lamentable flagelo que llegó para quedarse y que sigue identificando a México en el mundo: la corrupción.
Si vamos por parte lo entenderemos. La militancia partidista es muy pequeña considerando el tamaño de la ciudadanía de este país. Es cuestión de hacer cuentas. Luego, acomodo en esta lista a los simpatizantes de los partidos políticos y también quienes sólo coinciden con aquellas personas que aspiran a ocupar cargos de elección popular, pero tampoco son tantos ni tantas. El tercer grupo del electorado está compuesto por quienes no militan ni simpatizan en partidos políticos y menos coinciden con los abanderados y son ni duda cabe la gran mayoría de los votantes en este proceso electoral 2012.
Por eso, no hay duda, la moneda está en el aire y será el resto de las y los votantes, que son esa mayoría cansada del dispendio partidista, quienes pueden decidir el rumbo del país, cómo queremos que sea el país y qué candidato o candidata se acerca a nuestras aspiraciones ciudadanas. Y ahí está el problema.
PROMETER NO EMPOBRECE
Las campañas políticas nos muestran un candidato del PRI precedido por una historia que nadie puede borrar y que tampoco está en el ánimo de la población mexicana, o al menos en buena parte, repetir los 70 años de gobiernos priistas.
Sobre Enrique Peña Nieto lo supimos todo, especialmente lo peor de su vida personal y vida pública como gobernador del Estado de México.
Quienes están afiliados al PRI y simpatizan con ese partido político lograron escuchar sus propuestas y fueron testigos de que su “oferta” política se firmó ante notario, pero que sabemos no significan nada, no lo obligan a nada.
La pesada losa de los hechos de su gestión en el Estado de México, sus consabidos pecados políticos como la violación a derechos humanos en el caso Atenco, omisión de asuntos como el feminicidio, incluso, recordemos que junto con Guanajuato de las únicas entidades sin un mecanismo institucional para el adelanto de las mujeres y otros tantos hechos concretos cometidos y que son del dominio púbico.
Errores, falta de cálculo de sus operadores, mediocridad propia que fue develándose conforme el candidato priista “avanzaba” y todo se volvió suficiente para hacer de ello circo, maroma y teatro aderezado con humor negro para exhibir las carencias de quien pretende gobernar el país, a veces burdas e increíbles, quizá porque la población mexicana aspira a tener un digno representante en todo sentido. Los ejemplos son lo sucedido en la Feria Internacional del Libro en la ciudad de Guadalajara o su conducta errática y hasta miedosa en la Universidad Ibero, sólo por citar dos hechos, tal vez los más popularizados en la campaña.
Sin embargo, a pesar de todo, los priistas confían en lo que dicen las encuestas. La diferencia, de acuerdo a sus encuestas, será de entre 11 y 7 puntos entre Peña Nieto y quien será su más cercano contrincante político, es decir, Andrés Manuel López Obrador. Si las cosas resultan como lo plantea el priismo oaxaqueño, según una encuesta reciente, habrá varios candidatos y candidatas que resultarán favorecidos por el efecto “Peña Nieto” y con el apenitas, se cree hasta el día de hoy que Elizabeth Acosta del distrito 8 ganará apenas con una diferencia de 4 puntos y, se dice, que el candidato al Senado Eviel Pérez, también, ¿por cuánto? ¡Quién sabe! Eso desde la trinchera priista.
Y la candidata Josefina Vásquez Mota, candidata del PAN, representó una caja de sorpresas para el propio partido conservador mexicano (de oficio, porque hay otros partidos que son conservadores aunque no corresponda a su guión y por supuesto qué nadie espere que hagan eso).
Josefina Vásquez Mota fue designada, plantean los estudiosos de la materia, para competir con el “producto” priista, confiando en que el hecho de ser mujer daría un giro importante a favor de su partido para seguir en los Pinos.
El resultado no fue el esperado. El panismo no cerró filas como debía y hubo un momento en que la dejaron sola, lo que al paso del tiempo de estos interminables meses de campaña siguió zanjando al partido de la derecha mexicana.
Nadie duda, ella se equivocó al erigirse como la futura madre de la población mexicana, respondiendo a un enmohecido y viejo, pero mutante rol que el contexto social-patriarcal asignó a las mujeres como tarea fundamental y única desde el principio de los tiempos, provocando que otras mujeres pintaran una raya y explicaran que las trampas de la fe-electoral seguían apareciendo: candidatas mujeres en sitios donde los partidos políticos no tenían asegurado el triunfo, caso concreto la capital mexicana, donde PRI-PVEM, PAN y Nueva Alianza asignaron candidatas que compiten en un territorio asegurado para las izquierdas, representadas claro está por un candidato varón.
Aparecieron las esposas, las tías, las primas, hermanas, las novias, cuñadas y las madres para que cumplir con la cuota de género, es decir, le hicieron “manita de puerco” a la jerarquía partidista porque de otra manera no garantizan a las mujeres sus derechos políticos.
Y, finalmente, hubo que explicar que la estrategia del panismo había fracasado porque el hecho de ser mujer no le garantizaría a Vásquez Mota el voto del 53 por ciento de quienes elegirán el próximo domingo, es decir, las mujeres. Eso es mujerismo, dijeron las feministas, por ella y muchas otras candidatas, pero sobre todo, por el partido al que Vásquez Mota representa y que se opone sistemáticamente a la libertad de decisión de las mujeres en relación con sus cuerpos. Recordemos a los alcaldes panistas que prohíben el uso de minifaldas y las entidades gobernadas por la derecha, como Guanajuato, donde varias mujeres han sido acusadas de crímenes en razón de parentesco, es decir, por abortar aún cuando es de forma imprudencial o producto de una violación.
Por otro lado, se escuchan voces que plantean que hay que respaldar a esas mujeres y que hay que ayudar a su sensibilización. Las feministas responden que es cierto ¿cómo hacerlo? si muchas políticas de todos los partidos no comparten ni se quieren comprometer con la agenda de las mujeres, la minimizan o no les importa porque creen que plantear la política desde un contexto social diferente, les restará importancia, las hará menos, porque equivocadamente no tiene ningún caso porque los derechos de las mujeres están debidamente reconocidos y lo cierto es que nada más lejos de la realidad.
Sin embargo, tal vez ahora sí suceda lo que planteó Patricia Mercado, presidenta de Iniciativa Suma, en el sentido de que al haber más diputadas y más senadoras habrá un sentido distinto en las leyes que se requiere para el avance las mujeres. Lo que tal vez haga la diferencia, como decía la campaña del IMO sobre la participación política de las mujeres.
En fin, recuerdo todo esto, porque Josefina Vásquez Mota fue perdiendo fuerza más que por ser mujer porque el camino ya estaba socavado no sólo por su pasado inmediato como servidora pública al frente de la SEP y SEDESOL, su ambigua relación con la lideresa magisterial Elba Esther Gordillo, sino porque detrás de ella hay 12 años de gestión panista que dejan sembrado (con la respectiva contribución priista) todo un baño de sangre para México.
El planteamiento de “Josefina diferente” no se mostró, nunca se deslindó de las acciones de quien hoy todavía ocupa la silla presidencial y el último golpe le será asestado esta semana con la aparición del libro “La debacle del PAN, Josefina Vásquez Mota la candidata de la ruptura”, de Juan Veledíaz, donde de acuerdo con la reseña, se le pinta como una mujer ambiciosa, fría, calculadora y al mismo tiempo “frívola” porque lleva a la peinadora entre su equipo; gasta grandes cantidades en una de sus “debilidades femeninas”, sus aretes de diseñador y su muy costosa ropa, para un país donde lo que sí creció en este sexenio fue la población pobre.
Sin duda se confirma con este libro que no se rompe la regla: las mujeres que hacen política son las más violentadas, las más juzgadas y sabe por qué, porque ellas trasgreden el terreno de lo público, el que no les pertenece.
Y la tercera y más conocida de las vías, la de las izquierdas representada por Andrés Manuel López Obrador, con quien ya no funcionaron las campañas del descrédito porque antes exhibió a sus detractores, aprendió la lección y ahora acudió un paso delante, pero como a los otros, también lo persiguió su pasado, sobre todo su propia historia priista.
Obrador hizo una campaña del “yo acuso”, así que para cuando lo acusaban el efecto era antídoto. Las propuestas llegarían al final presionado por la propia ciudadanía, la que no es partidista, pero así como llegaron fueron desmentidas, se convirtieron en promesas vacías, por inalcanzables, porque como decía mi abuelita, prometer no empobrece.
El problema de López Obrador, desde la perspectiva de sus más acérrimos críticos, es su actitud mesiánica, su necedad permanente, su ambición de poder y tal vez de una dulce y amorosa venganza, los mismos defectos de los que adolecen quienes aspiran a ocupar un cargo de esa naturaleza, en ello empeñan todo lo que son y lo que no son, lo que tienen y hasta lo que les prestan.
De Gabriel Quadri nada hay que decir, excepto que como en todo proceso electoral, hace la función de comodín y se acomodará como quiera quien lo maneja, la ventrílocua.
La y los dos candidatos tuvieron errores garrafales que mostraron toda escases; se convirtieron en productos mediáticos refinados por el maquillaje, el peinado y el vestuario; candidata y candidatos fueron perseguidos por la sombra de la falta de claridad de recursos para sus campañas, el dispendio, la charola a empresarios o el uso de aviones de narcotraficantes; Josefina, Andrés Manuel y Enrique volvieron a prometernos el oro y el moro y quedaron frente a la imposibilidad de que esos proyectos económico-financieros, sociales y políticos, de seguridad y educativos como falsarios, como mecías de un renacimiento para el México que del “ya merito…” pasa al “ahora sí…”.
Ese es el recuento de quienes aspiran a gobernar desde los Pinos y en ese camino perdimos de vista a quienes quieren llegar a las cámaras alta y baja, nada o casi nada sabemos de ellos y ellas, hay quienes ni siquiera saben los nombres de los aspirantes en sus distritos electorales, no es extraño.
Estamos como al principio sin decisión alguna, la oferta electoral es tal vez la más pobre de toda la historia moderna de los procesos comiciales, pero la cada vez mayor conciencia sobre el valor del voto nos hará tomar la decisión frente a la boleta misma, sin dejar de pensar en la importancia de votar, en el país que queremos.

A RESERVA, Reflexión frente a la boleta electoral


A Reserva
Reflexión frente a la boleta electoral

Bárbara GARCÍA CHÁVEZ
Dos candidaturas, dos perfiles soportados con estigmas sin justificar lo que se dice y se cree, o cuando menos genera condicionamiento de premisas sin referentes ciertos. Los dos candidatos punteros se sitúan en descripciones conexas con personajes políticos que están muy lejos de su alcance real, para bien o para mal, no son ni con mucho cercanos a quienes se consideran ejemplos o moldes propicios para hacer comparaciones incómodas y que verdaderamente les resultan muy pero muy lejanos.
A Peña Nieto del PRI y PVEM se le imputa ser hijo adoptivo del grupo Atlacomulco, que tiene como bastión el Estado de México y como impulsor político a Carlos Salinas de Gortari, adjudicándole una perversa cercanía, amistad, tutoría, complicidad, incluso, hay quien afirma que el innombrable, el más malo de los malos es padrino del candidato. Nada más lejos de la realidad, bastaría revisar historias, fechas, trayectoria de ambos, para darnos cuenta que los tiempos de uno no son los del otro.
En 1988, Peña apenas hacia los mandados en la campaña de Emilio Chuayffet y  para 1995, su tío, Arturo Montiel lo juntó como  subcoordinador financiero de su campaña, hasta el 2003  salta a una diputación por Atlacomulco; para entonces Salinas de Gortari ya estaba autoexiliado en Irlanda. 
No, no son del mismo equipo, aunque eso no quita ni pone más responsabilidades de las que si tiene en su desempeño político: el caso de San Salvador Atenco, represión excesiva,  abuso de la fuerza pública en la que se pisotearon los derechos humanos y se hizo caso omiso a las recomendaciones de la CNDH, el caso Paulette, el alto número de feminicidios, la creciente inseguridad y la impunidad de capos en el Estado de México.
No cabe duda que el estigma Carlos Salinas, pretende ensombrecer al candidato presidencial del PRI que por sí mismo arrastra sus propias tinieblas, que no logra maquillar con su fuerte campaña mediática, frente a un electorado convulsionado y evidentemente dividido.
A Andrés Manuel López Obrador, candidato del PRD, PT y MC, se le vincula con el presidente venezolano Hugo Chávez, se dice que así son los de izquierda, se le atribuyen calificativos como populista, radical, autoritario, expropiador sin ton ni son y hay quien lo acusa incluso de “hereje”.
El mismo candidato López Obrador se deslinda de esta perversa comparación, “ni lo conozco, es una campaña de desprestigio”, dice y tiene razón. Muy poco tienen en común Chávez y AMLO, casi nada.
AMLO no es socialista, aunque si populista, nunca ha hablado del proyecto Bolivariano ni de los mecanismos anti neoliberales que modifiquen de fondo la política económica capitalista; AMLO tiene acuerdos con grandes empresarios, habrá pactos con jerarcas religiosos que impedirán de facto un verdadero estado laico; aunque sus reacciones son radicales no se traducirán en cambios estructurales; en fin, Chávez nunca negó su propuesta política socialista, con lo que esta implica frente al poder globalizador.
En ambos casos los candidatos niegan la relación y argumentan expresamente no tener relación de dominio político con los personajes con quien se les pretende relacionar en perjuicio de sus respectivas postulaciones; claro que no es real la supuesta incidencia ni en los alcances políticos ni en los principios ideológicos.
Salinas de Gortari es un político determinantemente conocedor de la política económica neoliberal, funcionalista de Estado, que implicó las bases teóricas de Parsons en un modelo neocapitalista con políticas sociales novedosas que le permitieron legitimarse en el ejercicio del poder alcanzado impositivamente. 
La astucia política de Peña Nieto no alcanza estos niveles,  por lo que acude a su imagen y a las fructíferas alianzas con los poderes mediáticos monopólicos y a la retórica del nuevo PRI.
Hugo Chávez, militar de carrera y convencido socialista, basa su política de Estado en el cambio social a través de la revolución Bolivariana y la permanente transición democrática desde los principios del nacionalismo y la justicia social. Las nuevas alianzas con los núcleos más desprotegidos, la autodeterminación del pueblo a partir de la educación popular y la cultura de solidaridad que combate las viejas expresiones oligárquicas, las concentraciones criminales de la riqueza y el poder manipulador de la jerarquía eclesiástica.
El discurso maniqueo de López Obrador no asume posiciones teóricas ideológicas, sin aludir al socialismo como tal, solo se queda en el populismo y la soberanía tan aludida se basa únicamente en la renovación de votos de amor y perdón con el objetivo fundamental de “serenar” al país.
Ambos candidatos e incluso la candidata del PAN – Josefina Vásquez Mota, con sus pocas posibilidades- han caminado electoralmente desde el poder de los medios de comunicación -los de siempre y los de ahora- frente a las masas (teoría estructural funcionalista de Lasswell) persuadiendo por medio de las siguientes preguntas: quién dice que, a través de qué medio, a quién y con qué efecto, preguntas referidas al poder político de los medios y al análisis de contenidos de lo que transmitan. La transmisión es superficial y alude al aspecto noticioso que permiten capitalizar los discursos en un primer momento. Es decir, las campañas son mercancía, juego del mercado mediático.
Y mientras los estigmatizados candidatos endurecen sus campañas con insultos frenéticos o subrepticios, descalificaciones y hasta amenazas abiertas o veladas, con propuestas populistas superficiales sin fondo político, sin sustento en agendas que realmente respondan a las múltiples necesidades sociales y económicas que refrenden su compromiso serio en rubros trascendentales, la ciudadanía divide sus preferencias con una serie de interferencias mediáticas, que a pocos días de la elección se percibe confusión y hartazgo por un lado, y por otro, decisión irrevocable del electorado duro que se manifiesta intolerante y dispuesto a todo por “el cambio” que ambos candidatos ofrecen.
Las opciones se diluyen, impactan razonamientos individuales y colectivos hay quienes opinan que Peña Nieto representa la corrupción y la intolerancia autoritaria del viejo PRI, alguien más  arguye el mesianismo y la soberbia obstinada de López Obrador, ¿quién piensa en el mujerismo conservador de la derecha representada por Vásquez Mota? ¿quién representa un mal menor? y claro también está la tercera vía, anular el voto considerando que es indigno conformarnos y avalar lo menos peor, decisión personal que solo requiere del respeto y la propia convicción.

domingo, 17 de junio de 2012

MUJERES Y POLITICA


Mujeres y Política
¡No más sangre...por favor!

Soledad JARQUÍN EDGAR
La violencia sigue: el asesinato de 72 periodistas entre 2002 y este junio 2012 (dato de Artículo 19), y con sus víctimas la violación permitida de los derechos humanos de Libertad de Expresión y de Información. Y habría que decir, que el 10 por ciento de estos asesinatos han sido perpetrados contra mujeres periodistas.
¿Crímenes de Estado? Sin duda que sí, en tanto persista como característica fundamental de todos ellos, la impunidad, ninguno ha sido aclarado. ¡Ninguno!
Como dicen las colegas veracruzanas tienen miedo, no es para menos, junto al cadáver de Víctor Manuel Báez, asesinado esta semana, una nota que advertía: “éste mes va a ser el peor para los reporteros” y con Báez suman ya quince los asesinatos de periodistas cometidos en tierras veracruzanas, de los que cinco de ellos han sucedido tan solo en los últimos 45 días, desde lejos no acabamos de salir del horror de la muerte de Regina Martínez, cuando siguieron los otros y la memoria de otros tantos cometidos los años anteriores, y se encendieron las alarmas, la tragedia creció, pero para nuestra pena, también aumentó el tamaño de la impunidad, la falta de castigo.
Ellas y ellos tienen miedo, su miedo se extiende, nadie está a salvo mientras el ejercicio de informar sufra esta especie de abandono, está orfandad, porque la nobleza del periodismo es seguir, es investigar, llegar hasta lo último. El periodista es una o un observador silencioso; no hace sombra como los árboles pero sigue o persigue, según el caso; en suma acompaña. Pero con las y los periodistas, nadie, y si le añadimos el reconocimiento de un gremio desestructurado, dividido, pulverizado, individualizado por formación, nos daremos cuenta que estamos solas y solos ¿quien más, además de las y los propios periodistas? ¿Quién más protesta o exige? ¿Quién más se queja? ¿Quién acompaña a pesar del tamaño de la tragedia?
Por eso es que por cada golpe, por cada herida, por cada bala que quema la carne, todo se detiene, el corazón y el cerebro, se interrumpen las palabras, se terminan las ideas, se prohíbe hablar y escribir, se impide la verdad subjetiva, pero verdad al fin, se somete la libertad de toda la gente, se oprime la expresión, se callan los floresmagón, los manuelbuendía, lasreginasmartínez quienes nunca vuelven… ¿Nos daremos cuenta? O seguiremos escribiendo cartas sin destino, a nadie, que sólo digan: ¡No más sangre...por favor!
DEL OPORTUNISTA
Entre el cuchi cuchi de la candidata presidencial del Partido Acción Nacional, Josefina Vásquez Mota, y el huracán Carlota no sé realmente que es peor.
Carlota deja ya para la noche de este viernes dos niñas muertas y una madre agonizante, pobres entre las pobres, como siempre.
Deja también muchos otros desastres, como el oportunismo de algunos políticos que en campaña, desde la comodidad de sus casas y lujosas oficinas se ocupan de las redes sociales, para mostrar, exhibir y presumir  lo pronto que actúan “para ayudar a los damnificados”.
Uno de ellos, Héctor Pablo Ramírez P. Leyva quien a través tweets se dirige a la gente de “su distrito”, aunque claro está, pocos lo leerían porque a diferencia del diputado priista, los que viven en las tierras afectadas por Carlota no tienen acceso a las redes sociales y están frente a una emergencia, luchando por salvar sus vidas, sus bienes.
Pero Héctor Pablo que es de esos personajes que se sienten hechos mano, del grupo privilegiado,  protegido de los por los dioses del Priolimpo, tenía que hacer algo, ocuparse, moverse, actuar, “trabajar” y sí se puso a tweetear, aquí un seguimiento rápido de su inmediato oportunismo, porque lo que hizo no sirve para nada:
A las 11:06 pm dijo a través su cuenta:
Mi solidaridad siempre con mi distrito, el más afectado por el Huracán hoy, buscaremos mecanismos d apoyo inmediato a quienes perdieron todo.
Un minuto más tarde añadió:
La tierra de mis padres Pluma Hidalgo fue uno de los municipios más afectados, trabajaremos a partir de ya para enviar apoyo inmediato.
Al siguiente minuto:
Nos informan que varias palapas frente a la playa en Puerto Angel, Zipolite y Mazunte fueron afectadas por las intensas lluvias.
Para las 11:24 pm de este viernes, volvió a escena virtual:
Me comuniqué con el Gobernador @GabinoCue para ofrecer todo el apoyo necesario y pedirlo a su vez para Pluma Hidalgo, agradezco su atención.
Sin evaluación, aconsejó a Gabino y gabinetazo:
El @GobOax necesitará de recursos adicionales del Fonden para apoyar a las comunidades afectadas.
Para las 11:48 el político priista invitaba a Felipe Calderón, tal vez después diría a la gente de “su distrito” que hizo una gestión importante:
Los Oaxaqueños invitamos al Presidente @FelipeCalderon para supervisar los daños en la costa, será bienvenido su apoyo.
¿Quién en campaña puede desperdiciar la oportunidad siendo apenas las 11:58 pm:
Acabo de entrar a la 102.3 FM de la región de la costa de Oaxaca para manifestarles nuestra solidaridad y apoyo para atender a “danmificados”.
Ojo, escribió “danmificados” y no damnificados, pero bueno, qué se puede hacer en estos casos donde el analfabetismo es funcional y totalmente estructural.
A las 12:28 pm ya estaba pidiendo auxilio:
En el Centro de Salud de Pluma Hidalgo está una mujer lesionada de la cadera debido a un deslave urge una ambulancia. @goboax
¿Después qué? A dormir, ya había trabajado lo suficiente: se comunicó con el gobernador, invitó a Felipe Calderón a visitar la zona afectada, recomendó pedir recursos del Fonden, hizo un llamado a través de la radio, qué más se le puede pedir. Lo cierto es que mucho ruido y pocas nueces.
Todo se vuelve mediático, sabrá este diputado con suerte que en este país de más de 112 millones de habitantes, sólo el 10 por ciento utilizan el tweeter, menos del 10 por ciento de la población total del país. Claro que no lo sabe, por eso se lo decimos. Sin embargo, sabe que en esta red están ellos y ellas, la clase política que se muestra “humana” como Héctor Pablo y que lejos, muy lejos, bajo la intensa lluvia provocada por Carlota están las mayorías, esas a las que sus tweets no llegan, al menos por ahora y quien sabe hasta cuando.
DE LA GORRONA
Por eso digo no sé qué fue peor: el oportunismo que provocó Carlota o la nueva metida de pata de Josefina. Porque lo que hizo la candidata del PAN no es cosa menor, aunque muchas mujeres de Mazatlán, Sinaloa, festinaron el chistorete y después siguió la ruta de las redes sociales.  El chistecito de Jose-FIN-a, no favorece en nada a las mujeres: “…Ay! de aquella pareja que no vaya (a votar) porque no le hacemos cuchi cuchi en un mes…”
Señora Josefina Vásquez Mota: las mujeres somos más que cuerpos que hacen “cuchi-cuchi” y tenemos otros modos para convencer que no forzosamente tienen que ver con eso que usted llama “cuchi-cuchi”, tal vez es como dicen “la leona cree que todas son de su condición”. No cabe duda, Jose-FIN-a es parte del free rider, que de acuerdo con la filósofa Amelia Valcárcel, son aquellas mujeres que viajaron de gorronas, se subieron y llegaron, sin necesidad de nada más, sin el compromiso con las demás y, peor, cree que no le debe nada a las feministas.
Se impone la idea del cuerpo como único instrumento de las mujeres, que los otros pueden hacer como se les da la gana, por eso la naturalización del uso del cuerpo antes que cualquier posibilidad de discernir, dialogar, convencer, argumentar por qué es importante votar por tal o cual persona. Funciona en Jose-FIN-a, sin problema alguno, el sistema de opresión impuesta por la sociedad patriarcal, que se adjudica el derecho de acceder al cuerpo de las mujeres para el placer sexual, como dice la feminista española Ana de Miguel y que Jose-FIN-a remarca con su sexismo a flor de piel.
Lo que sí es cierto es que el cuchi-cuchi le quitó de encima el asunto de la utilización de aviones que presuntamente pertenecen al narcotraficante Francisco “Pacho” Colorado, cosa que el PAN desmintió y apuntó que eran “taxis aéreos”, como sea, otra vez la clase política exhibiendo su poder y el dispendio de recursos públicos, porque ya se nos olvidaron los 52 millones de pobres que hoy mismo esperan otro México, según datos del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social, quien también señaló que entre 2008-2010 el número de pobres creció en 3.2 millones. Los saldos negros de 12 años de conservadurismo, que además deja miles de muertos, cientos de desaparecidos y desplazados.