EL SUFRAGIO FEMENINO EN MEXICO,
Las caracolas suplemento del diario El imparcial.
13 de enero de 1916, mujeres reaccionarias y
revolucionarias celebran en el Teatro Peón Contreras de Mérida, Yucatán, el
Primer Congreso Feminista.
“…educar a la mujer e instruirla al igual que al
hombre, abriéndole todas las puertas del saber humano y dándole cabida en las
esferas del gobierno”.
1916, Hermila Galindo presenta ante el
Constituyente una iniciativa a favor del sufragio femenino. La respuesta de los
constituyentes fue una rotunda negativa.
"Es de estricta justicia que la mujer tenga el voto en las elecciones
de las autoridades, porque si ella tiene obligaciones con el grupo social,
razonable es, que no carezca de derechos. Las leyes se aplican por igual a
hombres y mujeres…”
El 23 de enero de 1917, el artículo se había redactado en neutro genérico,
se excluía a las mujeres. Sin embargo, Felix Palavicini advirtió que se corría
el riesgo de que las mujeres se organizaran para votar y ser votadas. Tenía
razón, Hermila Galindo se valió de ellos para postularse como candidata a
diputada en 1918, y a pesar de que se dijo que había obtenido la mayoría de los
votos, el Colegio Electoral no se lo reconoció.
1922, Yucatán aprueba una ley para que las
mujeres pudieran votar. Ese año Rosa Torres se convirtió en la primera mujer en
la historia de México en ocupar un cargo de elección popular, como presidenta
del consejo municipal de Mérida. Elvia Carrillo Puerto, Raquel Dzib y Beatriz
Peniche fueron diputadas. Tras el asesinato del gobernador socialista Felipe Carrillo Puerto en 1924, tuvieron que dejar sus puestos.
También se postularon candidatas a la presidencia
municipal en San Luis Potosí en 1924 y en las elecciones estatales de Chiapas
en 1925. En ambas entidades el reconocimiento de los derechos políticos de las
mujeres fueron derogados.
En 1923, Elvia Carrillo Puerto, quien ganó con
115 votos contra cinco de su más cercano competidor;
Frente Único Pro Derechos de la Mujer (FUPDM) se constituye en 1935. Llegó
a contar con 50 mil afiliadas. Eran campesinas, obreras, sindicalistas,
pequeñas comerciantes, mecanógrafas, despachadoras periodistas, intelectuales,
telegrafistas y profesionistas, sobre todo maestras rurales. Mujeres afiliadas
al Partido Nacional Revolucionario y al Partido Comunista, callistas y
cardenistas, católicas y de logias masónicas. La secretaria general era Refugio
García, maestra rural y veterana de la Revolución.
El FUPDM creó en enero de 1936 el Consejo Nacional del Sufragio Femenino,
dirigido por Margarita Robles de Mendoza.
Lázaro Cárdenas había señalado que los hombres se habían reservado para
ellos derechos que no se justifican. Por lo que mujeres del Consejo Nacional,
dirigido en esos momentos por Esther Chapa, se postularan, ellas fueron Soledad
Orozco del PNR como candidata a diputada por León, Guanajuato, y Refugio García
del FUPDM por Uruapan, Michoacán. La respuesta fue que era necesario reformar
primero la Constitución.
El FUPDM movilizó, organizaron mítines, manifestaciones,
conferencias, amenazaron con quemar el palacio nacional e iniciaron una huelga
de hambre frente a la casa del presidente. La presión hizo que Cárdenas
declarara el 27 agosto de 1937, en Veracruz, que haría la propuesta para
reformar el artículo 34 ante las cámaras.
Para septiembre
de 1938 ya había sido aprobada en la mayoría de éstas; el trámite estaba por
terminar, faltaba solamente la declaratoria correspondiente y la publicación en
el Diario Oficial. El trámite
se pospuso durante todo el año.
Al acercarse las
elecciones, el Partido de la Revolución Mexicana postuló a Manuel Ávila
Camacho, se detuvo la posibilidad de aprobar el voto femenino, ante el temor de
que votaran por Partido Revolucionario de Unificación Nacional.
Ese fue un periodo en el que el
Frente se debilitó al crearse una sección aglutinada en torno a la
propuesta expresada en el texto La República Femenina, de Juana
Gutiérrez de Mendoza quien, junto con Concha Michel, fue una de sus dirigentes.
Las mujeres organizadas, ahora en el PRM, disciplinadamente se sumaron a la
designación de Ávila Camacho. Los únicos grupos que en esta época mantuvieron
una cierta beligerancia fueron el Bloque de Mujeres Revolucionarias, encabezado
por Estela Jiménez Esponda, que trató inútilmente de continuar con el programa
del FUPDM y el Comité Coordinador para la Defensa de la Patria que dirigía
María Efraína Rocha y que desarrollaba labores relacionadas con la paz y la
guerra.
La más persistente en la lucha en pro del sufragio
femenino fue Esther Chapa, quien cada año —y durante 22 años, como ella misma
declaró—al empezar las sesiones del Congreso enviaba una carta solicitando el
derecho al voto para las mujeres.
Para mediados de 1945, el candidato para el
siguiente periodo presidencial era Miguel Alemán. En un mitin en la Arena
México las mujeres pidieron el voto, el ofreció el voto a nivel municipal y
cumplió el 17 de febrero de 1947, al reformar el 115 constitucional. Por ello,
dos mujeres ocuparon el cargo de delegadas del Departamento del Distrito
Federal: Aurora Fernández en Milpa Alta y Guadalupe Ramírez en Xochimilco. Otros
nombramientos importantes fueron María Lavalle Urbina como magistrada del
Tribunal Superior, Dolores Hcduán, ministra del Tribunal Fiscal de la
Federación, y Elvira Vargas, jefa de redacción del periódico El Nacional, órgano
de difusión del gobierno mexicano.
Hubo dos intentos para aglutinar a todas las
mujeres. Uno fue la Alianza Nacional Femenina en 1950 y el otro el Consejo de
Mujeres de México en 1951, pero ninguno cuajó.
Amalia Castillo Ledón se comenzó a perfilar como
líder del movimiento femenino no sólo al interior de nuestro país, sino también
en el exterior. En 1939, llegó a la Comisión Interamericana de Mujeres (CIM)
como representante del gobierno mexicano, en 1944 se convirtió en su
vicepresidenta y después, entre 1949 y 1953, fue su presidenta. En abril de
1952, cuando doña Amalia Castillo Ledón crea la Alianza de Mujeres de México
(AMM) con el apoyo no sólo del presidente saliente, Miguel Alemán, sino también
del candidato para el siguiente periodo presidencial, Adolfo Ruiz Cortines.
En marzo de 1952, siendo candidato Ruiz Cortines,
las priistas a través de Margarita García Flores, directora de Acción Femenil,
solicitaron la igualdad de derechos políticos para las mujeres.
Por otro lado, entre enero y marzo, Amalia Castillo
Ledón, presidenta de la CIM, también se entrevistó con Ruiz Cortines. El
candidato le dijo que si se lo pidieran miles de mujeres lo haría. Así que
Castillo Ledón, acompañada de Esther Talamantes y Aurora Fernández y otro más,
recogieron en todo el país 500 mil firmas, para ello creó la Alianza de Mujeres
de México.
El día que tomó protesta como presidente de la
República, Ruiz Cortines envió la iniciativa para modificar el artículo 34 de
la Constitución.
Finalmente, el 17 de octubre de 1953 se alcanzó el
tan anhelado derecho a votar y ser votadas.
Sara Brena Torres, fue la primera regidora en
Oaxaca de Juárez, antes de que se
aprobara el voto universal en 1951. Cuando
finalmente en 1953, se reconocieron los derechos civiles de las mujeres, el
entonces gobernador Manuel Cabrera Carrasquedo llegó a la casa de la familia
Brena Torres para solicitarle a la madre de Sarita, María de los Ángeles Torres
Barriga, le permitiera contender para diputada federal en el proceso electoral
que se avecinaba, pero no lo permitió. Tal vez porque pensaba que la política
no era propia para las mujeres o tal vez para proteger a Sara, quien presentaba
una afección cardiaca que le arrebató la vida en noviembre de 1956.
Sin duda, la que fuera regidora de
Educación, Beneficencia y Publicidad entre1951-1952 pudo a ver sido una de
aquellas primeras diputadas federales que ocuparon una curul en 1955.
Fuente de información: Los movimientos de las mujeres en pro del sufragio en México, 1917-1953. Enriqueta Tuñón Pablos. Mujeres de Oaxaca. 2011. Soledad JARQUÍN EDGAR. Diseño: Valeria CRUZ ORTIZ