lunes, 23 de enero de 2012

Mujeres y Política. Las bromas de Cué

Soledad JARQUIN EDGAR

Bromas demasiado pesadas le juega el gobernador Gabino Cué Monteagudo a la ciudadanía. Con sus declaraciones, ya no se sabe si quiere tapar el sol con un dedo, engañar a la gente o es ingenuo y se cree todo lo que sus “asesores”, “su burbuja” o “los mejores hombres” que piensa lo rodean, le dicen. Usted elija lo que quiera. Yo descarto la última premisa. Además, con sus declaraciones se le observa torpe y como si tuviera falta de oficio político.
Entre sus dichos y los hechos, la realidad es opuesta, porque Oaxaca no es una entidad segura para nadie y lo demuestran las crónicas que todos los días exhiben los diarios locales: levantones, secuestros, desaparición de mujeres, asesinatos, fosas clandestinas, robos y la violencia de género que sigue su lacerante marcha.
La deducción del mandatario en el sentido de que Oaxaca es “uno de los ocho Estados más seguros” (del país), provoca una reacción escalofriante entre la población de a pie, es decir, la que no tiene escoltas o guaruras, mucho menos se traslada en camionetas blindadas. ¿A qué seguridad se refiere? ¿Con qué Estados del país ha comparado a Oaxaca? ¿Quién le pasó el dato de la entidad segura? ¿Acaso no le enseñaron que las comparaciones resultan ser consuelo de “pocos”?
Es entonces cuando pensamos que la separación entre el gobernante y gobernados es real, que el primero está como lo hicieron los ex gobernadores priistas secuestrado por burbujas de “sesudos” e “intelectuales” funcionales e insensibles, en tanto la población vive la otra realidad.
Una torpeza decir que Oaxaca es una entidad segura ¿Pensarán lo mismo las familias de Maydelith Carmona Fabián, Paula Moreno y otras mujeres? ¿La señora a la que le roban su bolsa? ¿A quiénes les saquean su casa mientras salen a trabajar o les destruyen el automóvil por vandalismo urbano? Acaso esa seguridad ya no importa porque debemos compararnos con lo que provoca el crimen organizado, pero cuidado resulta que las comparaciones no son buenas, nunca lo serán.
Esta es nuestra realidad y esa la respuesta de Gabino Cué cuando se le pregunta del tema, incluso asegura que las corporaciones policiacas y de investigación hacen bien su trabajo, lo cierto es que los resultados siguen sin convencer porque no existen.
Pero no es todo, recién la semana que termina Cué asistió a la inauguración de un Foro sobre la Participación Política de las Mujeres. Desechando el guión que le habían dado, lo primero que hizo fue preguntar ¿cuántas de ustedes quieren ser candidatas? Por supuesto que una mayoría de las mujeres reunidas en un salón alzaron sus manos. Su chiste concluyó volviendo su mirada a los presidentes de los partidos políticos que ahí estaban y los señaló como los responsables de esa decisión, lo cual es cierta, ¿entonces para qué preguntó?. Después, ufano afirmó que él no estaba de acuerdo con las cuotas de género. ¡Vaya cosa! Ahora resulta que uno de los logros de las mexicanas, como acción afirmativa para reducir la desigualdad, simple y sencillamente no le parece y es de esos señores que dicen que no hay necesidad de cuotas porque las mujeres deberían tener esos espacios, de acuerdo a sus capacidades. Lo cierto, es que eso no es posible en un sistema patriarcal, el mismo en el que hoy en pleno siglo XXI seguimos padeciendo en todos los ámbitos, más aún en los de orden público.
Frente a esos dos “detalles” de verdad la pregunta es lo engañan o se engaña, es falta de oficio político o ingenuidad.
Priistas toman la calle
Los registros de los precandidatos del PRI al Senado causaron un caos grotesco y muy grosero en una de las principales vías de acceso a la capital oaxaqueña y como siempre la inoperancia de las autoridades de vialidad tanto municipal como estatal salió a relucir.
Durante una hora el tránsito de vehículo se paralizó, una calenda tras otra llegaba en contrasentido a la sede del PRI Estatal. Quienes obstaculizaron fueron los beneficiados con las migajas del sistema político mexicano que se niega a morir: taxistas foráneos y mototaxistas y no eran tantos pero sí suficientes para impedir el libre tránsito de cientos de personas que soportaron cual rehenes bajo los muy intensos rayos del Sol.
Es cuando una se pregunta, lo que se preguntan algunos y algunas priistas recientemente ¿para qué queremos volver al poder?
Insisto estas cosas horribles seguirán ocurriendo en tanto la ciudadanía no tome el toro por los cuernos, porque seguiremos favoreciendo a una clase política de izquierda, de derecha o de donde venga mientras el barco ciudadano se hunde irremediablemente en la pobreza, que se traduce en falta de oportunidades y en gobiernos ineficientes, como los que ahora vemos en los tres niveles: federal con Felipe Calderón y su guerra mortífera; estatal con Gabino Cué a quien el agua ya le llegó al cuello y la realidad empieza a superar cualquier fantasía, y la municipal con Luis Ugartechea que es simplemente inocuo.

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A Reserva. Alentando desconfianzas

Bárbara GARCÍA CHÁVEZ

El gobierno del cambio, el de la paz y el progreso no puede ni quiere pasar de la alternancia electoral a la transición democrática. La alternancia es consecuencia de la voluntad popular expresada mayoritariamente por la ciudadanía oaxaqueña, que harta del PRI y sus secuaces decidió un cambio político que modificara sustancialmente tanto a los sujetos como las conductas públicas, que por años se mantuvieron en el saqueo, la corrupción y la prepotencia, y que fue escalando hasta hacerse verdaderamente insoportable la rapiña voraz y cínica de Ulises Ruiz y su camarilla, que tan profundamente ofendió a la sociedad.
La transición democrática le corresponde a las instancias de gobierno, al ejecutivo estatal y municipales y al legislativo; a las y los que legítimamente alcanzaron el triunfo electoral, ineludible e incuestionable, la coalición que prometió la redención de la política desde los dos flancos, izquierda y derecha ¿se acuerdan? quienes con la espada desenvainada llegaron como justicieros vengadores limpiando oficinas de los posibles hechizos del tricolor, despidiendo personal que adjudicaron el estigma de seguidores del tirano a pesar de jurar lealtad al nuevo, al bueno.
A más de 400 días de “gobierno ciudadano” el desencanto, se vuelve desaliento, decepción, enojo. Hay quien dice que es más de lo mismo, que ya les salió el cobre, que todos los políticos son iguales; hay incluso quien piensa que Gabino es bueno pero lo engañan sus colaboradores, que apenas lleva un año y que habrá que esperar un poco más, en fin…
Lo que es demostrado y demostrable es la incapacidad, la ineficacia y la falta de oficio político, la casi invisible obra pública, los programas sociales insultantes y esquivos, y sobre todo la indignante permanencia de los de siempre, los que saltaron como trapecistas desde que vieron hundido su barco y fueron exonerados con la bendición de quien ahora abanican y carabanean como lo hacían días atrás con su entonces jefe ruin Ruiz.
Ahora al paso del tiempo, inexorable ante los conflictos sociales y políticos, que en Oaxaca nunca faltan, frente a la clara inoperancia de líderes partidistas y empresarios neo políticos, hoy habilitados de funcionarios públicos, vemos de regreso a muchos de los que quisiéramos ni siquiera recordar, en puestos de poder, frente a nuestros incrédulos ojos, sin ningún recato ni aseo político administrativo. El PRI sigue gobernando y al parecer a fin de cuentas se reúnen y se ponen de acuerdo los del PRI que dicen ya no ser del PRI con los del PRI reconocidos como tales, mas lo que se vaya acumulando con los desechos del proceso electoral.
No hay explicación alguna a la ciudadanía que tanto alude el gobierno democrático de Gabino Cué, las dudas se quedan en el ánimo alentando desconfianzas. Al parecer todos los partidos coaligados no tienen estrategias, ni programáticas ni de acción que permitan cumplir con el cometido que el pueblo les asignó no pueden porque sus miserias y ambiciones de grupo no les permiten ver mas allá de sus narices, gobernar no es pelear puestos y asignaciones vergonzosas de recursos, mucho menos es un trampolín para alcanzar fugaces candidaturas y botines cuantiosos.
Del flamante congreso local, tan plural y comprometido con Oaxaca, de los 42 diputados cuando menos ocho abandonaran su curul para ver que les depara el destino en las próximas elecciones federales, por supuesto las y los diputados que piden licencia, en más de una ocasión en sendos discursos de campaña aseguraron su permanencia y compromiso con el pueblo que representan.
Este pantanoso panorama político, parece nublar acontecimientos no menos oscuros donde los protagonistas son otros que llegaron al “gobierno democrático” por invitación expresa del gobernador quien atendió la recomendación de Diódoro Carrasco.
Es el caso de Gerardo Cajiga Estrada, quien cambió su residencia y ocupación por algo mucho mejor, la Secretaría de Finanzas del Estado, desde donde ha promovido y facilitado la inclusión absurda de una dirección de diseño gráfico en la estructura de gobierno; dicha instancia dependerá de la propia Secretaría de Finanzas y estará a cargo de su esposa y su equipo de trabajo. Eso se llama nepotismo y claro que es corrupción.
Esto sucede cuando el gobierno y la función pública se ven y se trata como si fuera una empres privada, una fuente de negocioso o un servil cómplice de los grupos de poder económico.
La gestión de las finanzas públicas es imprescindible en el proceso de desarrollo ya que debe contribuir al uso eficiente y responsable de los recursos públicos, respalda la estabilidad fiscal y debe orientar la asignación de recursos destinados a abordar las prioridades del gobierno estatal.
La administración de las finanzas públicas es de suma importancia para el desarrollo de nuestra entidad, ya que en gran medida de ello depende la viabilidad y ejecución de las obras y acciones que realizará el Ejecutivo del Estado para el beneficio de la población.
Promover el bienestar social y el desarrollo humano, es una de las políticas básicas del gasto público, hacia el desarrollo del Estado garantizando más oportunidades de crecimiento social. ¿Lo tendrá presente Gerardo Cajiga?
Así nos pinta este año electoral, multitud de aspirantes que se lanzan a precampañas costosísimas, se privilegia el ánimo faccioso y la descalificación frente a la capacidad y a la propuesta programática; se vislumbra la regresión o cuando menos la continuidad política, el cambio y la transición democrática se ven lejos.
La derecha se ve erguida con planteamientos conservadores, prejuicioso y autoritarios; lo peor es que permea en la política de Estado y en buena parte de la sociedad, manipulada por fanatismos religiosos que fortalecen poderes fácticos muy peligrosos para las libertades ganadas y los derechos ya reconocidos.
El furor democratizador de la alternancia decayó por la decepción que causa la falta de resultados, la inseguridad y la violencia, la ausencia de línea política en los gobiernos de los partidos en coaliciones, sin rumbo, con el único objetivo de quitar al PRI, han contribuido a la alternancia sin opciones verdaderas y hoy corremos el riesgo, de la restauración del PRI, que no tendría mayor problema si es que verdaderamente hubiese cambiado, renovado. Yo lo dudo.

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Palabra de Antígona ¿Qué le pediría al nuevo gobierno del DF?

Por Sara Lovera
Le ciudad de México es una de las más grandes del mundo, no sólo por el tamaño de su población sino por el valor en inversión económica y de trabajo que representa. Es México, el oasis progresista del país, con una tradición que le ha permitido resistir, asumir y disfrutar de una legislación avanzada, no sólo en el terreno de la ciudadanía, sino de los derechos de las mujeres y la diversidad.
En la ciudad de México desde hace varias décadas, anidó, creció y se desarrollo el movimiento feminista más potente y avanzado del país. Lo que conocemos como la agenda feminista ha encontrado eco, desde antes de que llegara al poder la ideología social demócrata que sustentan los partidos definidos como de izquierda.
Es la capital de la República y ha sido gobernada por un breve tiempo, por una mujer, Rosario Robles. Aquí, hay gobiernos sucesivos del Partido de la Revolución Democrática desde 1997.
El Distrito Federal, apéndice de la República, logró elegir a sus autoridades gubernamentales en una cruzada democrática muy emocionante, que hizo posible para la ciudadanía de a pie, elegir primero a su jefe de gobierno, una Asamblea y luego a las autoridades de sus 16 delegaciones, algunas con más de dos millones de habitantes.
Ahora, en 2012 se renovarán todas esas autoridades y por la jefatura de gobierno van a contender dos mujeres. La tlaxcalteca Beatriz Paredes, política desde los años setenta, formada por las mejores causas de la Revolución Mexicana, primerísima en el debate de las ideas, ex subsecretaria, dos o tres veces diputada federal, la segunda gobernadora constitucional en la historia de México, simpática, amante de la buena vida y de la música.
Desgraciadamente los años no pasan en balde, en los últimos de nuestra historia, atrapada por el poder y su carrera, renunció a su postura avanzada en muchas cosas, mostró una cara anticomunista, atrasada y, finalmente, se opuso a la interrupción legal del embarazo. No habrá quién la salve en la contienda, no tiene partido organizado -porque el PRI prácticamente desapareció, como bien se sabe- y su discurso es desgastado e insuficiente para la población de esta capital.
El partido en el poder presidencial, el conservador Acción Nacional, imaginándose quién sabe qué, invitó a Isabel Miranda de Wallace a representarlo en la contienda por la Jefatura de Gobierno del Distrito Federal. Nadie puede negarle a esta madre de un joven secuestrado y asesinado sus habilidades y sus destrezas de política para dirigir el gobierno de esta capital pujante, compleja, diversa, no sabe nada. Su discurso de seguridad, imitando a Felipe Calderón, su pensamiento conservador y su audacia discursiva no le deparan nada bueno.
Y, finalmente, el ex procurador del Distrito Federal, Miguel Ángel Mancera, padre de dos hijos de su segundo matrimonio; sencillo, a veces desangelado frente a la postura de los potentados, nada prepotente, de una familia emprendedora que ha creado un consorcio de restaurantes de comida mexicana, declarado sin partido político, tendrá que crecer en lo político ampliamente para llegar a la jefatura del Distrito Federal y blindado por una abierta vocación democrática.
Todo indica que la izquierda social demócrata podría seguir gobernando. Sin embargo, faltan meses para tener un panorama completo, por ahora así parece, porque los gobiernos que preceden al inmediato futuro han conseguido mantener a esta ciudad en paz y con importantes adelantos.
A la nueva jefatura de gobierno, las mujeres le pediríamos ni un paso atrás en las leyes, los derechos y los adelantos progresistas. Mantenerse en ese lugar donde hemos conseguido la interrupción legal del embarazo hasta las 12 semanas, el matrimonio entre personas del mismo sexo, una red de protección y prevención de la violencia de género y una enorme lista de derechos ciudadanos, que hacen de esta capital la más avanzada del país.
También tendrá que enfrentar los rescoldos de ese priista que todos llevan dentro: corrupción, a veces inconfesable, pobreza, discriminación y todavía falta de servicios ¿cómo enfrentar el problema del tránsito? ¿el de la vivienda adecuada para miles de personas? ¿las dificultades cada vez mayores para contar con agua, escuelas y calles suficiente? .
Nuestra ciudad tiene también el más completo y maravilloso espacio de cultura y recreación; símbolo de la cultura nacional, con una universidad emblemática y miles de personas que trabajan duro y macizo, pero que no hay salario que ajuste, ni comida suficiente.
En el proceso que nos llevará a julio, donde finalmente sabremos qué pasa, tiene grandes obstáculos. A pesar de todo, hay enormes problemas ideológicos. Aquí también está la fuerza de la Iglesia Católica que trabaja por volver a tiempos antiguos, donde apuesta a nuestras miseria, el individualismo, la discriminación y el hartazgo porque no hemos ido más rápido.
Las fuerzas conservadoras apuestan a la desinformación y la indiferencia, y los gobiernos democráticos no hicieron toda la tarea para que la población capitalina aprecie con suficiencia los avances, como la mejor ley migratoria del país, la recuperación auténtica de barrios y comunidades, la construcción de casas, que por ejemplo se multiplicaron en la época de
Andrés Manuel López Obrador.
No se produjo una transformación, necesaria, de las viejas costumbres que nos heredó el PRI, del clientelismo y el abuso de poder, que serán resabios a superar en la próxima administración. Yo le pediría a la nueva jefatura de gobierno no dilapidar lo ganado, si acaso hay continuidad partidaria, me asusta enormemente el retroceso.
Me asusta, igualmente, lo que la gente pueda interpretar cuando dos mujeres buscan llegar al gobierno. Me asusta que se confundan, que prive lo que se llama mujerismo, pensando que una mujer, sólo por ser mujer, puede mejorar las cosas. Me asusta que no se haya logrado explicar a mujeres y hombres, que no es el sexo lo que define a un o una gobernante, sino las ideas progresistas, la honorabilidad y el compromiso con fórmulas democráticas para las relaciones entre los hombres y las mujeres. Tarea que no pudo llevar a cabo la política de género institucional, como hubiéramos deseado.
Me temo que los cambios a la derecha puedan sobreponerse a la continuidad, en este caso, como en muchos otros, en nuestra historia, no necesariamente negativos, Me asusta que no pueda desentrañarse esta verdad. Si vamos atrás con la señora Wallace o la priista Paredes, nos va a doler profundamente. No es que estemos cerca del cielo con el frente progresista y de izquierda, pero desde luego es mejor con la tradición capitalina avanzada, progresista y libre. Veremos.

saralovera@yahoo.com.mx