martes, 27 de julio de 2010

AMLO: Abre el proceso 2012


Por Sara Lovera

La carrera presidencial de 2012 comenzó abiertamente el domingo 25 de julio con las miles y miles de personas que se dieron cita en el zócalo de la Ciudad de México para escuchar el proyecto de Andrés Manuel López Obrador, quien ratificó su decisión de participar en la contienda.

La movilización fue inmensa, a pesar de una pertinaz lluvia en la capital del país; acudió a su llamado la gente que forma parte de un movimiento que ha ido tejiendo el político tabasqueño en los últimos tres años, aparentemente sólo arropado por el Partido del Trabajo (PT) y sin renunciar a su filiación en el Partido de la Revolución Democrática, frente a desatinos y contradicciones partidarias.

López Obrador es hoy, el único político mexicano que ha visitado todos y cada uno de los municipios del país, lo que hace suponer que conoce palmo a palmo las necesidades o las condiciones en que se vive en este país.

En una lógica sencilla, cualquier persona podría suponer que eso le da ventaja sobre sus futuros contrincantes, a pesar del cerco informativo que también lo ha acompañado por valles y sabanas, por planicies y desiertos. La falta de información sobre lo que le dijeron mexicanos y mexicanas, sobre el tamaño de su convocatoria y el grado probable de organización de comités ciudadanos o de adeptos, dificulta valorar el significado de lo que AMLO llama asamblea multitudinaria.

Los medios, en noticias y en análisis, en opiniones y crónicas se han encargado de enviar un mensaje demoledor: nadie cree ya en AMLO y está aislado.

Sin embargo, como sucedía hace unos años, la plancha del zócalo estuvo llena sin que eso signifique algo. Hay quienes desde la tarde del 25 de julio, consideran que AMLO “se adelantó”, como señala un lector de la página virtual del diario La Jornada, que se identifica como Paco.

El político tabasqueño será vilipendiado por millones de palabras en estos días o reconfortado por otros millones de palabras que están en el aire. Pero en realidad no existe un horizonte “científico” de su popularidad o la experiencia de rechazo. No lo sabemos, nadie lo cuenta.

Seguramente los aparatos de observación, por no decir de espionaje del Partido Revolucionario Institucional (PRI), sí saben de qué tamaño es el movimiento lópezobradorista y ya tienen una estrategia para detenerlo. Además de que cuentan con la desestructuración de la izquierda partidaria.

Va a ser muy interesante cómo van a reaccionar los priistas, qué hilos van a mover, cuáles serán los contenidos de los análisis de los sesudos pregoneros que menudean por cientos y que buscan “orientar” a la opinión pública. Esos que dijeron que AMLO era un peligro para México y que admiten el proceso de militarización y violencia de la presente administración ¿qué harán?

Lo cierto es que está en la mesa un esquema de proyecto: valores morales, reforma fiscal que afecte a los grandes empresarios, tanto que AMLO dijo en el zócalo que la reforma que propone proporcionaría al erario público 300 mil millones de pesos para atender los problemas sociales de México.

De la misma forma habló de la transformación social para el país y dijo que se ha profundizado la ruptura del tejido social.

No cabe duda que el proyecto de nación del Peje, incluye, así de general, la renovación de las instituciones y la urgencia de que la gente participe para lograr “el despertar ciudadano” y en la misma línea que en 2006, llamó a recuperar la esperanza.

Lamentablemente el discurso de López Obrador no recoge ni analiza uno de los problemas fundamentales: la guerra desatada por Felipe Calderón, contra quienes ha definido como “enemigos” del país. ¿Para qué serviría, en caso de lograrse elegir popularmente, a quienes integran la Suprema Corte de Justicia? si no se ataca la inversión en armas y uniformes, si no se reconoce qué fracasó el Sistema Educativo Nacional, si no se comprende de qué tamaño es la violencia pública y privada y si no se conecta a los jefes del sistema con la criminalización de la protesta pública.

El discurso de AMLO tampoco refirió nada acerca de la condición de las mujeres ni del feminicidio, ni de los civiles caídos en esa guerra del señor Calderón; no habló de la geopolítica y el lugar que México ocupa en la globalización de la represión y la llamada seguridad para el gran capital, que en nuestro país significa una creciente militarización.

Habló con las mismas palabras de hace cuatro años de los pobres y, de los probables beneficios económicos para esos pobres, si consigue desarrollar su proyecto de nación. Intentó hablar de la desestructuración de los principios, pero del mismo modo que la derecha cuando habla de valores, tan difuso como confuso.

Es probable que sea apenas el comienzo, Pero si en realidad pudo mirar al país en estos años, su mirada pudo ver más allá del desamparo y la pobreza, tendría que haber visto lo que sucede en cada rincón, en cada sitio en que se yergue el miedo y se instalan anticonstitucionalmente el poder de la milicia y de la impunidad. Me hubiera gustado un proyecto de nación desde una nueva mirada.

No sé, si los que vilipendian a López Obrador lo harán en esa lógica política que no tiene asidero con la realidad y se instalarán en la discusión del personaje, de sus dichos -a veces guerreros- y su capacidad de convocatoria o lo que sea, o lo harán sin ese contexto, hilado y planeado, que como dice el comunicólogo español Manuel Castells, ha conseguido promover una política de miedo espectacular, miedo que ha invadido la vida cotidiana de millones de personas en nuestro país y que requeriría de un liderazgo que abandere un mensaje que rechace la violencia verbal y simbólica, esa que petrifica y necesita respuestas.

Claro que eso se esperaría del político tabasqueño que nos ofrece, si consigue el triunfo en 2012, una transformación en el país y no su antiguo enfrentamiento con los poderosos del dinero; sin profundizar que para conseguir ese dinero no es suficiente ser corruptos, arrebatar votaciones e instalarse en el mando, sino que son, además de todo eso, responsables de la muerte de miles de civiles, del asesinato de cientos de mujeres, de una política del garrote sistemática y de la violencia que se levanta en cada casa, por eso, por el asunto de los salarios, de la desesperanza, por la visión cultural del patriarcado hoy vestido de verde olivo.

Habrá que observar en el tiempo, si AMLO es capaz de hablar de lo que ha visto y oído por su periplo por México y expresa otras cosas, además de responder a sus contrincantes, claramente atrincherados por mantener el statu quo.

AMLO tiene la oportunidad de hablarle a la gente de su realidad, no sólo de su proyecto. Dice bien, se necesita gente organizada, pero eso requiere modos democráticos, abiertos, inclusivos, abarcadores y nuevos en todo sentido. Se necesitan discusiones didácticas y persistentes. Los mítines glamorosos sirven para distraer a los partidos oponentes que también buscarán ganar la elección en el 2012, pero estas multitudinarias concentraciones son fugaces e inconsistentes de cara a una verdadera cruzada cívica y transformadora, una mirada moderna y feminista.
saralovera@yahoo.com.mx


domingo, 25 de julio de 2010

No se hagan bolas, versión Camacho

Por Soledad JARQUIN EDGAR

Para muchas personas resultó una sorpresa la respuesta que Manuel Camacho Solís, dirigente del Diálogo para la Reconstrucción de México (DIA), dio luego de una reunión con las y los diputados electos en Oaxaca. Camacho aseguró que en la LXI Legislatura local, que asumirá funciones en noviembre próximo, no se discutirán los temas donde los partidos políticos (coaligados) no tengan coincidencias, tal es el caso del aborto y los matrimonios entre personas del mismo sexo.

La declaración del ex funcionario de Carlos Salinas de Gortari, es decir, Camacho Solís resulta extraña, porque alguna parte de las mujeres de Oaxaca preveía que eso iba a pasar, pero esperaban que fuera César Nava, el dirigente de Acción Nacional, quien expresara semejante idea, pero nunca esperaron que sería Camacho. Hay entonces un temor bien fundado ante otros posibles retrocesos en los derechos de las mujeres que viven en Oaxaca.

Manuel Camacho Solís -quien aspiró a ocupar la presidencia de México en aquel año funesto para el PRI por la aparición del EZLN en Chiapas, el magnicidio de Luis Donaldo Colosio y la estocada final “el error de diciembre” (1994)-, revela con su declaración a representantes de medios de comunicación de qué están hechos los acuerdos para llegar a formar una alianza opositora y sacar al PRI del gobierno.

Para muchas feministas, mujeres independientes y del movimiento amplio, los dichos de Camacho Solís resultaron demoledores, pues algunas habían cifrado sus esperanzas de avances sustanciales en los derechos de las mujeres en el “nuevo gobierno”. Otras, en cambio, habían vislumbrado la imposibilidad de consolidar el derecho a decidir.

La clave de este dilema está en la composición hecha entre partidos que se dicen de izquierda y la derecha, representada por el PAN, partido político que históricamente se ha opuesto a la libertad de las mujeres a decidir sobre sus cuerpos.

Otra revelación trascendental para muchas oaxaqueñas y oaxaqueños es el hecho de que tras la contienda electoral del pasado 4 de julio, se creía que había ganado Gabino Cué Monteagudo, la realidad nos dice que no, que no fue así. En el fondo de las aguas turbulentas de la composición que hicieron en la alianza PAN-PRD-PT-PC, están otras cabezas, entre ellas la de Manuel Camacho Solís, la de César Nava y por supuesto la de Felipe Calderón y otros que apostaron el futuro de Oaxaca en sus afanes de poder.

El ex priista, aprendió la lección que su ex jefe Salinas de Gortari, quien expresó aquella frase de “no se hagan bolas” cuando el propio Camacho Solís pretendía hacerle malas pasadas al candidato priista Luis Donaldo Colosio. Con ese aprendizaje, Camacho estuvo esta semana en Oaxaca para poner orden, para que no se equivoquen los diputados y diputadas electas y les indicó cómo tendrá que hacer su tarea en la LXI Legislatura: juntitos, revueltos y sin confundirse con los temas.

Sin duda, éste es un mal presagio para Oaxaca, donde Gabino Cué, no sólo tiene una difícil tarea al gobernar el Estado más pobre y atrasado del país, una entidad dividida hasta el extremo y donde la reconciliación se ve cada día más lejos. Gabino Cué deberá responder y pagar los favores recibidos, en especial del PAN de Felipe Calderón, el indignado Felipe Calderón.

El problema fundamental es que de nueva cuenta las mujeres serán la carnada y el colchoncito de los acuerdos pactados entre la supuesta izquierda y la derecha recalcitrante de México. En tanto, el PRI tendrá que revertir los daños causados, cuando también por acuerdos políticos con el PAN, hicieron retroceder las leyes de diversos Estados del país, penalizando el aborto. Los daños están en los cuerpos de las mujeres que pagan condenas de entre 25 y 30 años por haber abortado en Guanajuato y otras entidades como Quintana Roo; otras sufren persecución como si estuviéramos en la época de la Colonia.

Todavía está en la memoria de las feministas oaxaqueñas la “batalla campal” librada en el Congreso del Estado, el 9 de septiembre pasado, cuando pretendieron impedir la modificación del párrafo sexto del artículo 12 de la Constitución local, con el que se reconoció al no nacido al “proteger y garantizar el derecho a la vida desde el momento de la fecundación y hasta su muerte natural”.

Aparecieron pronto los guaruras que trataron de impedir la toma de la tribuna, pero las feministas se impusieron, lo que no fue suficiente, porque bastó con sesionar en otro salón del edificio y a “puerta cerrada” priistas y panistas cumplieron con el “pacto” al aprobar la reforma que, sin duda, significó un retroceso para las mujeres. De risa es la forma en que la prensa oficial del Congreso consignó los hechos en un boletín de prensa fechado el 9 de septiembre de 2009.

“…la 60 Legislatura sesionó anoche a puerta cerrada, luego de que integrantes de diversas organizaciones civiles tomaron, por la fuerza y con violencia, la tribuna del principal salón de sesiones… El comportamiento del grupo de mujeres… alteró el orden por más de tres horas”. No se dijo entonces que afuera de las instalaciones había tres patrullas de granaderos y en el edificio había varias docenas de policías vestidos de civiles, todos prestos para “actuar” en caso de que las 30 o quizá 50 feministas (a las que llamaron violentas) trataban de impedir la sesión en el salón alterno, donde finalmente fue votada y aprobada la iniciativa que en enero de ese mismo año había presentado la panista Perla Woolrich, por cierto actual integrante del “equipo de transición” de Gabino Cué.

Es interesante lo que un diario de debates puede mostrar, sin duda que sí. El documento consigna “sesudos análisis” que fueron de la ciencia a la creencia, de la genética a la jurisprudencia, de los derechos humanos a la denostación de las mujeres, pasando por supuesto por “la moral”, todo junto y con singular alegría.

Eva Diego del PRI expresó: “A lo largo de los años hemos aprendido que la defensa de la vida y por la vida vale la pena y estimula lo más valioso que tiene todo ser humano, que es la propia vida”. “Filosofía” pura. El diputado de Convergencia, Gustavo Velásquez Lavariega, además de externar toda una lección de biología, dijo que había fundamentos legales para que la reforma fuera aprobada. Antonio Amaro Cansino habló de su mamá y después se refirió a “los irresponsables que tienen relaciones” y “hasta de quienes en su casa no se les educa como debe de ser”, pero se olvidó de su propia responsabilidad como legislador.

Por supuesto, Perla Woolrich, cuestionó la representación de las mujeres que protestaban y señaló con su característico lenguaje sexista: “ya cualquier grupo de treinta revoltosos pone a temblar al gobierno, negocia y le dan el dinero, ¡el chantaje se ha convertido aquí en el arma más importante para conseguir los intereses más bastardos!”, esa expresión es suficiente para saber de qué está hecha la señora. Sobre lo mismo se refirió Jaime Aranda Castillo, quien también puso en tela de juicio la representación de las mujeres sólo por ser parte de una asociación civil, él considerándose, claro está, como único representante, las otras no, lo cual tiene que ver con el androcentrismo. Aranda Castillo añadió que sería en otra sesión cuando discutirían la iniciativa para modificar el capítulo de aborto del Código Penal. Bondadosamente, el priista, dijo que solicitarían la eliminación de la sanción corporal “por una pena alternativa… vamos a proponer el servicio a la comunidad”. No sé si aquello de que “la Nación se los demande” se cumpla alguna vez en nuestras vidas.

Alfredo Ahuja Pérez, del PAN –tratando de ser “objetivo”, como dijo- recordó el sesudo cuestionamiento que dice: “¿quién fue primero el huevo o la gallina?”, “qué fue primero el derecho de esa persona o el derecho de la mujer”. Después subió a la tribuna Silvia Estela Zárate, priista y la médica de profesión habló en términos “científicos” durante algunos minutos, para finalmente sostener que “el 80 por ciento de los abortos que se dan en las mujeres es espontáneo, es porque Dios así lo decidió…” Después cayó un diluvio en Oaxaca, sí aquella tarde llovió. Quizá la priista pensó que era castigo divino.

Hoy el escenario es distinto. Ya no es el PRI quien le hará la mayoría al PAN; ahora esa mayoría a favor de la derecha la harán los partidos de izquierda: Convergencia, Partido del Trabajo y de la Revolución Democrática, el más increíble de los absurdos, sin duda. Todos juntos trabajarán a la señal que desde México se les ordene.

La derecha no dará su brazo a torcer y seguirán por el mismo camino, con la ganancia de la supuesta izquierda, incluyendo a Flavio Sosa, diputado local, quien está acostumbrado a convivir con la derecha, no olvidemos que le alzó la mano a Vicente Fox. Así, mientras la derecha sigue a galope, la supuesta izquierda busca su dignidad y sus principios, los cuales perdió –al menos en Oaxaca- desde hace 12 años, cuando comieron de la mano del entonces gobernador José Murat, luego hicieron mutis bajo el mandato de Ulises Ruiz cuando el pueblo los demandaba (me refiero a los diputados del PRD) y hoy todavía perviven algunos rescoldos de aquellas rémoras a través de sus descendientes.

Las organizaciones no gubernamentales y feministas sostienen que Gabino Cué debe responder a las demandas sociales, a las demandas de las mujeres, además de señalar que la “confianza” de las asociaciones civiles al hoy gobernador electo no es un cheque en blanco. Por lo pronto, varias verdades han quedado al descubierto. La principal es que la derecha manda y que la izquierda se derechiza. Que Camacho Solís y otros más tienen injerencia directa en los asuntos de Oaxaca y que el aborto ni los matrimonios entre personas del mismo sexo no serán temas a discutir, para no incomodar al PAN y la izquierda acepta, guarda silencio, al igual que Gabino.

jarquinedgar@gmail.com

jueves, 22 de julio de 2010

Volverán las oscuras golondrinas

Soledad JARQUIN EDGAR
Tendría que empezar por decir que sí Benito Juárez no hubiera muerto hace 138 años o que al menos parte del país no se hubiera olvidado de quién fue y lo que representó, Felipe Calderón no estaría gobernando este país que se está haciendo cachitos, cierto con más crudeza en el norte pero sin dejar de tener serias repercusiones en el sur.
Lo ocurrido en Ciudad Juárez esta semana debe ser motivo de toda clase de preguntas por parte de la población mexicana, porque queda claro que siguen improvisando en el gobierno Federal y su contraparte, en la guerra interna que vivimos, siempre le llevará la delantera. Un coche bomba significa más incertidumbre que nunca para la población, más miedo y repercusiones de toda clase con el vecino país del norte que tanto le preocupan a Calderón, pero también a la población por las personas que han migrado en busca de un mejor destino.
La salida de Fernando Gómez Mont y la llegada de José Francisco Blake Mora a la Secretaría de Gobernación desde el pasado miércoles, es una clara señal de que Felipe Calderón desoye a una inmensa mayoría del país que ya se dieron cuenta que la “política” de combatir al crimen organizado, en un choque desigual, está equivocada del todo.
Pero Felipe “El Valiente” Calderón continúa la misma senda, una de las principales cartas de Blake Mora, según el propio Jelipe, es su experticia “comprobada” en el combate al crimen organizado. ¿Dónde? ¿Quién lo califica? La realidad es la prueba. Esto quiere decir que seguirá con esa política equivocada donde las pérdidas humanas de todas las edades, que nada tienen que ver con el hampa mexicana, seguirán ocurriendo, tal y como el mismo Calderón había advertido.
Habría que preguntar a las madres y padres de los niños y niñas asesinadas ¿qué piensan? Peor aún cuando el que asesina es el propio Estado, a través de los elementos de seguridad o soldados que “nerviosos” disparan a todo lo que se mueva, sea persona, ave o perro, les da lo mismo.
O qué piensan las mujeres grande, medianas o pequeñas sobre los actos de violencia sexual a la que están expuestas porque los soldados (de la Patria) o los hampones; unos porque están enojados de estar frente de un enemigo que conocen, porque de vez en cuando les dan muestras para que “aguanten” –según el testimonio de familiares de personal de la milicia mexicana- y los otros porque son delincuentes igualmente peligrosos que ven en las mujeres el objeto (aunque sean personas) de venganza.
Eso hay que preguntar a Calderón. Que ayudado por la iracunda fuerza de la naturaleza y los monopolios de comunicación, puede cambiar el tema cada vez que el agua le llega a la boca, pero después de lo sucedido en Ciudad Juárez no podemos quitar el dedo del renglón, porque el crecimiento de los métodos de violencia son cada vez más sorprendentes y tienen más víctimas inocentes.
Aquí ni hablar, ya vimos que los apéndices de los gobiernos, es decir las comisiones de derechos humanos sólo siguen instrucciones.
Todos los días al ver el repaso de los daños, como podemos sentir que sucede en México cuando vemos los reportes periodísticos, encontramos que son detenidas más y más personas “relacionadas” con el crimen organizado, que son incautadas toneladas y toneladas de droga, al igual que centenares de armas de todo tipo y cada vez más sofisticadas. Luego, al paso de los días, están los testimonios de parte de los detenidos a quienes se les acusa a través de la figura del testigo protegido, basta con eso para decir que tal persona es delincuente, narco y que está relacionado con el crimen organizado.
Increíble pero cierto, así se hacen las cosas en México, la figura de Protección de las Personas, establecida en el capítulo sexto, artículo 34 de la Ley Federal de Delincuencia Organizada lo explica en sólo poco más de tres renglones, de ahí que puede acomodarse, por eso la insistencia de algunos diputados y senadores de hacer algunas adecuaciones para evitar que se aplique bajo cualquier criterio, incluso en contra de personas honestas.
Esto me recuerda mucho aquellas operaciones donde muchas mujeres indígenas y pobres utilizadas como “burreras” o “mulas” empezaron a llenar las cárceles de México, porque así se justificaba el combate a la droga y al igual que ahora las cabezas reales de este monstruo siguen libres. Puro sospechosismo sobre la forma en que se justifica la presencia de los cuerpos policiacos, pero sobre todo, del ejército en las calles, con los resultados antes vistos y que según datos del procurador general de la República, Arturo Chávez, en la administración de Felipe “El Valiente” Calderón han ocurrido 24 mil 826 ejecuciones vinculadas al narco. Pero en estos seis meses y medio han ocurrido siete mil 48, para fuentes no oficiales el recuento es de más de 27mil muertos.
El funcionario de Jelipe –según la información difundida en los medios- atribuye estos crímenes al proceso de descomposición de las organizaciones criminales mexicanas. Pero no dice que la política es equivocada, porque está visto, que no hay resultados, a pesar de la mucha publicidad que pagan para pretender vender lo contrario y vuelvan, pasado el proceso electoral, con una andanada de propaganda televisiva desde la presidencia para convencernos de la lealtad, el compromiso y el buen comportamiento del ejército mexicano. Pero la realidad es otra. Ya han sucedido casos de violencia sexual en Oaxaca como en casi todo el país por parte de elementos de la milicia. Vergonzoso e indignante será siempre el ataque a una adolescente por parte de un piquete de soldados, en esta misma ciudad de Oaxaca. ¿Tendrá para esta niña y su familia algunas palabras don Felipe? Como pasó también con Ernestina, que murió de gastritis como dijo Calderón y con otras mujeres que han sido víctimas del Estado mexicano a través de los militares. Él insiste, está empecinado y no tiene la honestidad para aceptar que se ha equivocado y que una adolescente se encuentra entre sus múltiples víctimas.

Guelaguetza futbolera

La Guelaguetza del 2010, será futbolera. Así, de nueva cuenta, se suman una y otra en contra de lo que la población asegura que no es correcto y por tanto rechazan las imposiciones que cambian la costumbre, la tradición, para convertirla en un acto comercial de lo que nos han convencido. El gobierno estatal, por ejemplo, no sólo acabó con la costumbre de realizar la Guelaguetza en pleno día. Con su visión empresarial, que todo lo tuerce y lo destuerce, se programaron dos actividades una por la mañana y otra por la tarde. Qué felicidad, luego decían que eso deja muchas divisas, pero nadie sabía en la bolsa de quién.
A pesar de las advertencias y del rechazo (otra vez) de expertos y gente que conoce la tradición, volvieron a las andadas y se les ocurrió techar el auditorio Guelaguetza. Como si fuera castigo de la diosa Xilotl -aquella a la que los aztecas le sacrificaban una joven en el antiguo asentamiento militar de la actual ciudad de Oaxaca, que se celebraba el 13 Tecpactl, que en el calendario corresponde al 16 de julio, motivo por el cual en 1932 decidieron iniciar el homenaje racial retomando aquella festividad prehispánica, antecedente remoto de la Guelaguetza- apareció la Sección 22 y tomaron las instalaciones del auditorio resultado de otro mito: la maldición de la diosa del mal Elba Esther Gordillo, pretexto suficiente para no terminar las costosas e innecesarias obras. Yo siempre digo y sostengo que la Sección 22 es aliada del PRI y de quien gobierne. No tienen interés alguno en la educación de la infancia y sirven a intereses bastante oscuros, pero nos hacen creer lo contrario. Esta teoría es pura suposición, como el sospechosismo.
Sin auditorio, ahora la Guelaguetza será futbolera, por insólito que parezca, pero la idea se la dieron los propios malditos por Elba Esther que llevaron la “fiesta” a los campos del Tecnológico de Oaxaca. Así que ahora están a mano. Por eso digo alguien los hace y ellos se juntan.
Entretenidos en eso, porque ante los hechos, podría resultar trivial dónde, cuándo y cómo realizar la manoseada Guelaguetza, pasó la presentación del “equipo de transición” del gobernador electo Gabino Cué para concretar la entrega-recepción de la administración pública, cuya prioridad es que se dé pacíficamente.
Aunque advirtió que ese equipo no será su gabinete, se entiende que gran parte de ellos sí lo serán.
Por supuesto que está Benjamín Robles Montoya, su amigo y aguantador de todo, porque le tocó bailar siempre con “el más feo” y aguantó hasta las últimas consecuencias, incluso de carácter familiar. Si la venganza impera algunos personajes ya deben empacar sus cosas para exiliarse.
En equipo gabinista por la transición hay, como era de esperarse empresarios, panitas, gente de la derecha, académicos y por supuesto connotados apellidos de la vallistocracia oaxaqueña, que por “abolengo” también han sido parte del poder, como Bernardo Vásquez, hijo desobediente de Pedro Vásquez Colmenares, ex gobernador priista. Ni modo, aquí el pecado debe ser, por ser hijos de quienes son.
Algunos, como Héctor Iturribarría que está dispuesto a sacrificar su prestigio nacional e internacional para servir a Oaxaca. Como muchos otros que han venido a Oaxaca, pero para no ser ave de mal agüero lo dejamos al tiempo.
Otros como Daniel Pérez Montes, otrora funcionario del gabinete de Ulises Ruiz, tendrán una segunda oportunidad. Pérez Montes fue reemplazo de Héctor Sánchez López cuando este polipartidista (por llamarlo de manera elegante) buscó ser diputado federal por el Partido Social Demócrata. Esta vez Pérez Montes, que como Iturribarría se preparó en el extranjero, tendrá una nueva oportunidad. Entre tanto sería bueno saber qué resultados reales obtuvo la población oaxaqueña con los trabajos de aquella costosa Comisión Especial para la Reforma del Estado de Oaxaca (CEREO) que presidió como decía antes este maestro en Planeación y Políticas Públicas por la Escuela de Economía y Ciencias Políticas de Londres, Inglaterra.
Pero además de ex funcionarios ulisistas aparecieron en la escena ex priistas. Lo cual no sería pecado, el mismo Gabino Cué, como su ex jefe Diódoro Carrasco, salieron de aquel sector político, pero la gente no lo esperaba y causó entre pánico y desilusión. Se habló incluso de una recomposición de fuerzas políticas y también de la posibilidad de que aparezcan más priistas arrepentidos, pero no en la transición sino en el gabi-netazo.
Por lo pronto en el equipo de transición está Celestino Alonso, los hermanos Raúl y Jaime Bolaños Cacho. Celestino Alonso Álvarez fue tesorero durante la administración priista de Sada Solana en el municipio y aspirante eterno a ocupar la primera concejalía del H. Ayuntamiento de Oaxaca. Dicen que es buen economista pero nunca de sus empresas personales.
Raúl Bolaños Cacho, ahora diputado plurinominal electo, fue eterno priista que de pronto se dio cuenta que seguir así era seguir en el error. Fue titular del Tribunal Superior de Justicia y otro que siempre se quedaba en el “ya merito” como aspirante a la gubernatura. El más joven de los Bolaños Cacho, Jaimito, incursionó como presidente de la Fundación Oaxaca, pero es más conocido por ser el ex esposo de la también ex aspirante a la presidencia municipal, claro por el PRI, y ex secretaria de Turismo en el gobierno de Ulises Ruiz.
Sin duda una recomposición de fuerzas de la vallistocracia, que acaban por sepultar a los istmeños. Y para hacer lo mismo de siempre, es decir, ir sin las mujeres, en el equipo de transición de Gabino sólo figura una señora, la diputad Perla Woolrich, qué también no tiene buenas cuentas con la sociedad oaxaqueña y menos con las mujeres.
Y todavía no llegan ni saben quién llegará y algunos familiares de la gente cercana a Gabino Cué, actúan con prepotencia sin medir dónde. Sin duda, un peligro para Oaxaca y mucho trabajo para Cué.

martes, 20 de julio de 2010

Revelaciones

Por Sara Lovera
Para mover la atención que se merecen los casos controvertidos de las elecciones del 4 de julio, especialmente Hidalgo, donde Xóchitl Gálvez no se derrota, entre otras cosas porque el ataque artero en su casa el mismo día de las elecciones puso en evidencia el miedo de sus oponentes, Felipe Calderón hizo cambios en su gabinete que han generado toda clase de interpretaciones.
Los sesudos analistas han explicado estos cambios como una necesidad del señor Felipe Calderón de fortalecer su entorno, crear un círculo de confianza, entre amigos y algunos pusieron en duda desde el primer momento la capacidad de Francisco Blake Mora, lo que no explica si puede o no con la Secretaría de Gobernación y los problemas postelectorales.
Desde luego que tras ese nombramiento queda claro, se endurece la política de guerra instrumentada desde hace casi cuatro años. Blake Mora no solamente hizo sus hazañas contra el crimen organizado en Tijuana, no se sabe si negociando con los jefes, sino que se parece mucho al secretario de Seguridad Pública, Genero García Luna, digo un parecido físico que hace pensar en una relación de parentesco, que si no lo es, ambos coinciden en mantener a flote, lo que Calderón llama guerra y que ya suma más de 27 mil muertos y miles de afectados de la sociedad civil.
Los cambios de personas son preocupantes y no solamente por las causas que mencionan los sesudos análisis, hay hechos que profundizan la política de este desgobierno contra la vida y la libertad de las mujeres.
El sábado pasado las mujeres de Nuevo León recordaron a la opinión pública quién es y hasta dónde llega el nuevo Secretario de Economía, Bruno Ferrari García de Alba, promotor en 1999 de la penalización del aborto, un hombre homofóbico y encima enlace de Marcial Maciel, jefe de los legionarios de Cristo, allá de donde viene Ferrari, Nuevo León.
Ferrari ha sido además de legionario, cuyo significado no vale la pena señalar por lo conocido del tema en el mundo, dirigente del Grupo Pulsar, cara visible de la Legión de Cristo en aquella entidad.
Estas son las cosas precisas por las que habría que preocuparse. Un secretario de Economía que será correa de trasmisión de los intereses empresariales más conservadores del país donde se unirán sus militancias y su costumbre de recaudar fondos entre los ricos para enfrentar, por ejemplo, a los movimientos feministas, de la diversidad sexual y la defensa de los derechos humanos de las mujeres.
No puedo imaginar cómo se organizará ahora el Partido Acción Nacional para presionar con estos, los empresarios más reaccionarios, cambios constitucionales como el que está pendiente para penalizar cualquier tipo de interrupción del embarazo en la Constitución General o cuánto dinero habrá para penalizar todos los cambios liberales en las leyes del Distrito Federal, además de la política policiaca y militarista de Los Pinos a Bucareli.
Las revelaciones de las mujeres de Nuevo León sobre Ferrari, explican hasta qué punto Calderón tiene compromisos claros y de fondo con la ultraderecha mexicana. Es tan claro que no tendría que confundir a los sectores cuya careta de izquierda se alían acríticamente, fortalecen la política que afecta a las mujeres, nada despreciable 50 por ciento de la población y de los votos.
Las declaraciones de Irma Alma Ochoa de Artemisas por la Equidad; de Mariaurora Mota, directora de Género, Ética y Salud Sexual, y de Mario Rodríguez Platas, de Diversitas, todas agrupaciones de Nuevo León, son una muestra de la importancia de la historia del conocimiento de hechos, que lamentablemente ignoran políticas y políticos, no les importa o no valoran. ¿Cómo se pueden ubicar los aliancistas en la izquierda, si ignoran que la derecha son los enemigos de la libertad de las mujeres y convalidan tamaños propósitos?
A pesar de todo y tras las nuevas gubernaturas que se festinan como un avance, lo claro es que entre los resultados del pasado proceso electoral y sus consecuencias y los cambios en el gabinete, según la gente que ha sufrido las acciones de los personajes de ultraderecha, el país no solamente tiene crisis financiera, desempleo, pobreza, crimen e ingobernabilidad sino que se inclina claramente a un camino de regreso, grave, muy grave opinan mis fuentes, porque una sociedad que se queda inerte ante estos hechos, grupos que negocian con el atraso y políticos cuya estrategia se basa sólo en los acomodos personales, indica que estamos perdiendo esa historia, hoy en boga, la de la Independencia y la Revolución.
Los priistas calladitos. Están como los súper analistas, hablan de política o sea de sus acomodos y no de los principios ni de los problemas. Cada años cientos de mujeres pierden la vida en abortos clandestinos; cientos son asesinadas por razones de su condición de mujeres y por la violencia desatada; miles humilladas por sus decisiones de vida, miles en ocupaciones explotadas en esas empresas que hoy defenderá Ferrari y su plusvalía, digo las de las trabajadoras, irán a parar a las campañas homofóbicas o antiabortistas, todas cosas de justicia social que no está en las preocupaciones de esa que la izquierda perdida.
saralovera@yahoo.com.mx

lunes, 12 de julio de 2010

¿Daño colateral?

Soledad JARQUIN EDGAR

Hubo dos señales. Mi cabeza estaba en otro punto de preocupación y ellas aparecieron una, dos y tres veces. La primera llegó cuando leyendo un libro se menciona el caso de violencia sexual que la madrugada del 11 de julio de 2006 sufrieron trabajadoras de los bares Las Playas y El Pérsico.

La noche anterior, el horror recorrió mi cuerpo y la indignación mental vino de lleno, cuando casi por accidente me enteré de un hecho no denunciado públicamente, la violación tumultuaria a una adolescente por un piquete de soldados en Oaxaca. Soldados que recorren –por órdenes de su jefe supremo, Felipe Calderón, esta ciudad y el país entero para “proteger a la población” del crimen organizado- bueno eso dice don Felipe, parte de la sociedad vive en carne propia, en la de sus hijas, hermanas, compañeras la realidad brutal que se impone por la fuerza sobre el cuerpo de las mujeres. Ellas, las mujeres de Castaños vinieron otra vez, tocaron la puerta de mis pensamientos.

Así aparecieron ellas la madrugada del domingo y durante la mañana de este 11 de julio. Era el recordatorio de la pesadilla que vivieron, hace cuatro años, las trabajadoras de la zona de tolerancia del municipio de Castaños, Coahuila. A ellas, mujeres solas y con hijos, mujeres pobres y apenas con la enseñanza básica en sus vidas, la justicia, es decir los señores dueños de la justicia no las vio, no se acercó a ellas y concluyó que sólo cuatro soldados de 12 que las violaron, deberían pagar penas carcelarias.

Poco más de un año después, los señores de la justicia –en la apelación- volvieron a ser benevolentes con los militares, que utilizando vehículos, uniformes y armas de uso exclusivo para el ejército violaron sexualmente los cuerpos de 14 mujeres, sólo 13 pudieron demandar, una de ellas, espera todavía que el soldado que la violó sea detenido, porque aún hay tres soldados que nunca han sido detenidos. Los señores magistrados, insensibles, sin duda, redujeron las penas a los tres soldados que aún permanecen en prisión, los otros cinco volaron tan pronto les abrieron la puerta de aquella jaula en Monclova.

La violación sexual cometida por soldados del ejército contra mujeres en Coahuila y en otras entidades, incluyendo Oaxaca, es tan brutal como la injusticia cometida por segunda vez por el Estado mexicano, con aquellas que han sufrido estos arteros y por demás cobardes ataques, pero esta vez fueron cometidas por hombres de corbata y saco que despachan en el aparato de “justicia” de aquella entidad del norte mexicano y de otras entidades, reitero, y que hacen mutis ante los hechos, que no escuchan, que se duermen sobre papeles viejos, frente a una herida que sigue sangrando en la memoria de esas mujeres y de todas las mexicanas.

Recordar estos hechos y saber de otro más en Oaxaca, nos lleva a pensar en el incierto futuro de las mujeres, que no tengo la menor idea pero me pregunto si el Estado pretende considerar que lo ocurre es también resultado del “daño colateral” que implica poner a las fuerzas castrenses en las calles y carreteras del país.

¿Quién puede hacer algo frente a la violencia sexual cometida contra niñas y mujeres de todas las edades por soldados, sacerdotes, maestros o los llamados grupos paramilitares, que siguen siendo protegidos por el Estado, las jerarquías eclesiásticas o por los intereses mal sanos de un sindicato?

¿Quién puede hacer algo frente a la fuerza de los grupos de poder que bajo cualquier pretexto cometen estos aberrantes e incalificables actos, que no son sino la demostración de fuerza y sometimiento a las mujeres?

El silencio es el peor enemigo y no me refiero al silencio de las víctimas y de sus familias que están aterradas por la amenaza de los altos mandos militares, la jerarquía católica, el sindicato de maestros o que se quedan en el limbo cuando se cometen contra mujeres indígenas triquis o zapotecas de Loxicha, me refiero al mutismo en que la autoridad permanece y que no pueden ver lo que las mujeres demandan, que se aferran a mirarlas sólo como reproductoras y no como parte de la sociedad.

Hoy, en algunos estados, entre ellos Oaxaca, la gente está ocupada en la renovación de los poderes, con ello, muchas personas piensan que algo puede cambiar, las mujeres esperan que cambie todo.

Castaños: justicia pendiente

Por Sara Lovera
Este 11 de julio se cumplieron 4 años desde que un grupo de 14 mujeres, trabajadoras del sexo y bailarinas fueron atacadas y abusadas por un puñado de soldados que abandonaron el cuidado de urnas electorales, para irse, a lo que se identifica como francachela entre hombres.

Usando todo el poder de sus armas y sus uniformes, irrumpieron en las instalaciones de los bares El Pérsico y Las Playas, ubicados en el municipio de Castaños, Coahuila, contiguo a la ciudad de Monclova. Sacaron a los parroquianos y sin nada ni nadie que los detuvieran violaron a las mujeres que ahí se encontraban, las amenazaron y se rieron de ellas.

La indignación de unos y la sorpresa de otros, llevó a las autoridades municipales de Castaños, encabezados por la regidora Guadalupe Oceguera; a la sociedad de Monclova, de donde grupos distintos se organizaron para manifestarse, apoyar a las mujeres y demandar justicia, así como la intervención del obispo de Saltillo, Raúl Vera, y otras posibles acciones, pero sobre todo la indignación de las trabajadoras abusadas sexualmente fue lo que llevó a la denuncia y, aunque de manera parcial, a detención de los soldados que las habían violentado.

Así la historia pretendió cambiar, por primera vez en México soldados del ejército serían juzgados por el fuero común, nunca antes elementos habían sido detenidos para iniciar un proceso judicial fuera del ámbito castrense.

Las noticias locales del día siguiente dieron cuenta del hecho. Sin sensibilidad, sin tomar nota del horrendo crimen, del delito que constituía y aprovechando la desorientación de la población, calificaron el abuso como una anécdota más de las que ya antes se habían cometido en aquel estado.

Las jóvenes estaban aterradas. No sabían bien a bien, como sucede en todos los casos de violación y abuso sexual, que habían experimentado un acto de dominación inenarrable y artero. Que violar a una mujer, hasta hace muy poco era un asunto sin importancia, lo sigue siendo para muchos y muchas, pero principalmente para las autoridades. Tenían miedo y seguramente en su pensamiento se confundían el miedo y la culpa.

Lo de Castaños es esa forma de “invadir el cuerpo femenino, abusar de la virginidad de una sociedad… la violación sexual a una mujer, no es un asunto privado, como los varones más misóginos y conservadores creen, algunos con caretas de progresistas, que nos han hecho creer desde su poder patriarcal. La violación es un delito contra la humanidad y un asunto de Estado.

Así, en ese entramado difícil de miedo, culpa, pobreza y señalamientos equivocados, ocho soldados fueron detenidos y llevados a la prisión de Monclova para iniciar su proceso judicial por el delito de violación, uso de armas y uniformes exclusivos del Ejército Mexicano, robo y lesiones. Ocho de 12 que fueron reconocidos por las trabajadoras sexuales y bailarinas de Castaños. Sus jefes recibieron protección, fueron detenidos y procesados, en un juicio con muchas dificultades. Las víctimas acosadas. La sociedad inerte.

Fue el obispo de Saltillo, Monseñor Raúl Vera; un pequeño grupo de personas conscientes y una periodista, Soledad Jarquín, de Oaxaca y ahora Premio Nacional de Periodismo, quienes sacaron a la luz los hechos, le dieron seguimiento y aportaron toda su dedicación para que se hiciera justicia.

Dos jóvenes abogadas, Sandra de Luna González y Martha Castillón García, cuya actuación fue de menos a más, también pusieron en juego toda su energía para llevar adelante un juicio contra el máximo poder: el de los militares.

La violación no es un asunto privado, menos cuando la comente un militar, ahí no hay confusión: el Estado es el responsable. Controlar y abusar del cuerpo de una mujer, es en tiempos de paz y en tiempos de guerra, un mecanismo para controlar y con ello pisotear a la sociedad entera. Es un castigo tolerado a la mitad de la población, es el fondo más tremendo de la dominación masculina.

A pesar de los hechos, de la indignación y la denuncia, la realidad habla de impunidad o de justicia a medias. Sólo ocho, de 12 que participaron en lo que se llama violación tumultuaria fueron juzgados, de esos el juez Hiradier Huerta, condenó a cuatro en septiembre de 2008 y en febrero último, en una apelación ante el Tribunal Superior de Justicia, se les redujo la pena que por violación puede ser hasta de 50 años. La reducción de la pena indignó. Es una asignatura pendiente.

Lo más grave es que en tiempos de preocupación internacional por la violencia que se ejerce a las mujeres, sólo por ser mujeres. Esa que se identifica con un término ya aceptado: violencia feminicida, es la indiferencia que se pasea por la sociedad, por las instituciones creadas para hacer justicia.

Es evidente que la falta de un estado democrático; de un sistema de justicia que considere las diferencias entre hombres y mujeres y un sistema educativo que no permite a las personas pensar y desarrollarse, son la base de la impunidad que se yergue en este país, sobre todo cuando se trata de atropellar los derechos de las mujeres. No importa que tanto se diga que México firma los acuerdos internacionales y se pongan en práctica políticas públicas “para el avance de la mujer”, porque lo cierto es que no hay nadie que pida rendición de cuentas y congruencia, ejercicio de responsabilidades del Estado. No hasta ahora.

La parafernalia, los discursos, las mentiras oficiales sobre el problema de la violencia contra las mujeres, se agrega al silencio casi sepulcral que desde un principio rodeó a los hechos. Las mujeres afectadas incluso, en algunos casos, tuvieron que huir de Castaños. La solidaridad se hizo ojo de hormiga conforme pasó el tiempo, el seguimiento fue nulo.
Y la intervención de distintas instancias, incapaz. El horror de aquella noche del asalto, relatado por una periodista como Soledad Jarquín, que no se inmoló, que simplemente cumplió su cometido, es un horror que permanece en las inmediaciones de todos los espacios territoriales del país donde hay abuso militar/sexual que no se reconoce, que no se atiende y que no produce ni responsabilidad ni estremecimiento.

En 1994 tres indias tzeltales fueron asaltadas en un retén militar de Altamirano, Chipas, el caso espera una recomendación de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH); dos asaltos en Guerrero, en Barranca de Bejuco, de otras dos mujeres, no sólo ya llegó a los tribunales internacionales, con una recomendación, mientras las familias de las afectadas siguen acosadas por el ejército.

Numerosas denuncias de las tierras de Oaxaca, en la zona donde la autoridad persigue a poblaciones enteras, como en la zona Loxicha o esa confusa situación de intervención disfrazada en la zona Triqui, se miran con indiferencia. Hay indiferencia por abusos policíacos reiterados en la guerra absurda que estamos viviendo en todo el territorio; se hace caso omiso del significado de una violencia que crece y se reproduce, donde los cuerpos de las mujeres parecen moneda de cambio.

Recordar Castaños, recordar a las víctimas, a las abogadas, a la iglesia de Saltillo y el trabajo profesional de un periodismo que sólo cumple con su obligación en tiempos de tanta alharaca y olvido, duele.

Algunas mujeres de Castaños han vuelto a su vida cotidiana. No recibieron el favor de las instituciones de derechos humanos; no recibieron la atención de los grupos organizados de mujeres; han sido echadas al olvido, mientras sus heridas están ahí. Pero son muchas más las olvidadas, pensadas como pedazos de humanidad a las que se puede mancillar y destrozar, sin que haya justicia.

Hoy en esa zona, devastada por Alex, ardiente y semidesértica, donde también viven injusticia los desocupados de la industria siderurgia, los mineros carboneros que arriesgan todos los días su vida, las viudas de los innumerables carboneros que pueblan el norte de Coahuila, son apenas unos cuantos cadáveres de la democracia imperfecta en que vivimos. Indigna, dice la carta de una amiga que las conoció y las padeció, desde Argentina, indignada y lacera.

Hasta ahora los soldados violadores gozan de buena salud. Los expedientes han sido cerrados. La libertad anticipada se ve como un acto de justicia y hay hasta quienes sinceramente están en contra de la existencia de las cárceles, del oprobio y la represión, sin duda, tanto como el movimiento feminista se opuso sistemáticamente a aumentar las penas a los violadores. No obstante la lista de violadas y asesinadas, sólo por ser mujeres, aumenta día a día. Las leyes son imperfectas, inaplicables o sólo un jirón de buenas intenciones.
En Las Playas y El Pérsico, de Castaños, la música y la vida siguen, imparables.
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