lunes, 28 de enero de 2013

Mujeres y Política: Este país no es serio


Mujeres y  política
Este país no es serio

Soledad JARQUÍN EDGAR
Sentido común que lleva a la desconfianza. No lo sé, pero sí entiendo que el sentido común nos salvará, es como el sexto sentido, una respuesta instintiva, de supervivencia social.
Sentido común para comprender que en México se levantan tolvaneras  para ocultar algo. Los más recientes del chupacabras a los náufragos, entretenimiento vil y barato para un pueblo agobiado bajo el siempre “loable” patrocinio de los grandes medios o de los monopolios (o monopillos) mediáticos.
La liberación de Florence Cassez, acusada por su participación dentro de una banda de secuestradores, no es cosa menor y nos muestra en vivo y a todo color que México está amputado desde hace muchos pero mucho tiempo de una de sus dos piernas, le quitaron parte de un brazo y los dedos le tiemblan, el habla la ha perdido poco a poco y es sorda y muy ciega. Por ello, operan en lugar de esa pierna, ese brazo y esos dedos y los sentidos que le escasean, una infame máquina tragamonedas. Así es la justicia. El que paga o tiene poder tiene justicia.
Ese hecho de libertad a la ciudadana francesa, que “no es inocente ni culpable” (no lo sabe, pues) como reconoce la ministra Olga Sánchez Cordero, porque lo que la Suprema Corte de Justicia de la Nación revisó fue el proceso judicial al que fue sometida en 2005 y que revela que estuvo mal, equivocaciones que ya conocemos de memoria de quienes “investigan” la comisión de delitos en este país.
De ahí que a pesar de los señalamientos con el índice de fuego, como se dice, y de las pruebas que habrían aportado personas como Ezequiel Elizalde, una de sus presuntas víctimas, quien de pasó escribió una carta Enrique Peña Nieto en la que sostiene: “sin temor a equivocarme” (que Florance Cassez es su) “secuestradora”. “Ella fue quien me diera de comer en la primera casa de seguridad y fue ella misma quien me inyectara el dedo de mi mano izquierda para amputármelo y ser método de presión sobre mi familia, para el pago del rescate”… “Todavía recuerdo su cara y el odio con la que ella me daba a escoger entre un dedo o una oreja”, esa misma mujeres es hoy una ciudadana francesa libre, paseándose entre las altas esferas del poder del país Galo, gracias a un sistema judicial que no aplica el mismo criterio con el resto de quienes han sido indebidamente, como se presume, acusados de un delito.
Frente a la realidad de ese testigo el sentido común tiene que obrar para entender por qué pasan esas cosas en México. Así que mientras la ciudadana francesa tiene todo el apoyo de su gobierno para obtener la libertad, mover a los medios de comunicación, otras personas que se llaman inocentes, que muestran esa inocencia de los delitos de las que son acusadas con pruebas de todo tipo, en este país, se quedan sin el apoyo de nadie, a veces ni de su familia, menos de su comunidad y por supuesto mucho menos de las autoridades. A las y los mexicanos acusados en otro  país como EE.UU. o como en cualquier otra parte del mundo, como ya hemos visto no les pasa lo mismo que a Cassez, porque más allá de México la justicia es otra, a veces tan parecida a la nuestra pero es otra, no tienen las autoridades que hoy tiene este país. Y si son mujeres como Cassez tienen que enfrentar solas la injusticia de un proceso inapropiado, las culparon y hasta condenaron sin pruebas, les hacen “procesos” en una lengua que no conocen porque en este país se hablan más de 60 lenguas diferentes y (para acabar pronto) las castigan con mayor severidad que a un hombre por cometer el mismo delito.
Esto que yo reproduzco aquí, está plenamente documentado, yo sólo soy reportera y por años planteamos los casos que vimos cuando en Oaxaca, por ejemplo, todavía era vigente el homicidio por honor y se “justificaba” de alguna forma el asesinato de una mujer por el “estado de emoción violenta” en que se encontraba el asesino, esto implicaba la reducción de la pena hasta poco más de tres años (caso concreto de Heriberto Vásquez Espinosa) en tanto las mujeres no recibían nunca el “beneficio” de la “emoción violenta” y tenían que purgar al menos tres décadas de condena, aún cuando el asesinato se hubiera cometido en defensa propia, aún cuando existieran denuncias previas de eso que se llama violencia familiar.
En México, existen infinidad de casos de mujeres indígenas a las que sólo la buena conciencia social de algunas organizaciones lograron liberar, porque se demostró plenamente su inocencia como pasó con la maya Basilia Ucan Nah, luego de dos años cinco meses de prisión injustificada o la otomí Jacinta Francisco Marcial acusada de secuestrar agentes de la AFI, lo que por supuesto solo era creíble entre los acusadores. Lo que no pasó con Isabel Almaraz, zapoteca de la zona loxicha de Oaxaca que fue detenida y encarcelada por el delito de secuestro que plenamente comprobó no cometió y señalada, incluso, por el entonces gobernador José Murat como terrorista. Esta joven fue torturada física y psicológicamente por policías “investigadores”, la desnudaron y la amenazaron con violarla y quitarle a sus hijos (¿le suena conocido?) y finalmente tras años de encarcelamiento obtuvo su libertad. Y hay muchos, muchos casos de este tipo, algunos fueron plenamente documentados ya por investigadoras y otras, como Concepción Núñez Miranda, nos plantean las trampas de la justicia para con las mujeres oaxaqueñas, más aún cuando son indígenas y pobres. Pero igual se han documentado en otras entidades del país, porque de norte a sur o de sur a norte la injusticia permea, lástima pues que el gobierno mexicano no crea en que se violó el debido proceso de miles de personas a las que el sistema de (in) justicia mexicano les fabricó pruebas y las puso sin más tras las rejas.
Este sentido común es el que no funciona por ahora, es el que no permite comprender lo que sucedió esta semana con la francesa Cassez, más cuando conocemos la realidad del país, es lo que sigue indignando y produciendo toda clase de comentarios, protestas porque lo que sí nos queda claro es que aún no han inventado cómo confiscar la indignación del pueblo o al menos de una parte del pueblo.
Sólo que…siempre habrá un pero, liso y llano: ¿hasta dónde el asunto Cassez realmente ocultó el tema de Monex? ¿Fue una estrategia? El “arte” de ocultar información con otra información ¿funcionó?
La resolución del IFE ya no debe asombrarnos, es también producto de la “justicia” mexicana y, reitero y confirmo, la justicia es un asunto de poder y el poder está en manos del PRI, entonces siguiendo ese silogismo el resultado es el ya conocido (o desconocido por la mayoría de la gente): los 50 millones de pesos que el PRI gastó en tarjetas Monex en la campaña presidencial de Enrique Peña Nieto tuvieron un origen y destino legales”. Así de simple. Para qué tantas vueltas. Se cerró el círculo y la indignación seguirá en tanto quede algo entre la ciudadanía, ciudadanía que por cierto dista mucho de ser parecida o igual a quien hoy gobierna el país, es decir, que no tienen un pelo de ignorante (por si no se entendió, me refería solo a parte de la ciudadanía).
México ha vivido así, en medio de dudas, en el no creer en las instituciones y en quienes las representan. No es para menos. ¿Cuándo un presidente no ha tenido la razón? ¿cuándo alguien dentro del gobierno se ha atrevido a contradecir lo que dice el mandatario, el ejecutivo, el gobernador, el presidente municipal, el presidente de la república, el cacique, el líder sindical…?, estado o condición que pasa las barreras de la institucionalidad y como ciudadanía ¿cuántas veces guardamos silencio frente a las claras mentiras, el no convencimiento, la duda pues frente al diagnóstico médico, el resultado de una encuesta, los costos de la telefonía y la programación televisiva de los monopolios…etcétera, etcétera?
Nos apegamos a la supervivencia, a respirar poco y a vivir la opresión de quién tiene el poder político, el poder económico, el poder de los medios... Los tres poderes distintos y en este caso verdaderos, materiales al menos. Eso ha pasado con Monex, no lo tenemos claro, de dónde salió ese dinero que ahora resulta “liso y llano” fue lícito pero que –insisto- no se explicó para qué se empleó y si ese dinero –como presume la intuición de una injusticia- favoreció la candidatura de quien hoy funge como Presidente de México.
La suma de dudas a un sistema político en el que nadie cree, pero al que seguimos permitiendo (los sin poder, la mayoría, claro está) que se sigan destinando miles de millones de pesos para beneficio de los menos, mientras vemos los resultados: la clase política enriquecida ilegalmente y una generación perdida disponiendo en el gobierno, el nuevo PRI con genes mutados del viejo PRI.
Por eso emulando ese estilo y viendo que sí se puede, que es mayor la necesidad que la dignidad, gritan: ¡sí se puede! Por eso ya desde ahora, en año electoral, lo que caiga es bueno, así que empiezan a moverse las piezas. José Escobar quiere gobernar Oaxaca. ¡Qué lástima! otro chico buena onda que busca ensuciarse los pies para conocer la ciudad. Digo otro porque el actual alcalde Luis Ugartechea pertenece al grupo empresarial de la nueva generación. ¡Sí se puede! Es el mismo caso del diputado Hugo Jarquín, que aunque viene de otra ralea, hace lo mismo, así que con principado o sin el, con sangre azul o sin ella se actúa de forma semejante y confían el 99.9 por ciento de los bonos a todo lo que pueda hacerlos visibles. De ahí que 2013 sea el año de los espectaculares. Emulando al ex diputado y ahora funcionario federal, Héctor Pablo Ramírez, Hugo Jarquín utiliza el asunto del presupuesto para Oaxaca como un logro personal y lo expone en sendos espectaculares, total para eso y más les da el dinero del pueblo.
Parámetros de comparación sin duda que me dejan llena de dudas. Que nos llevan al estado de desconfianza. en Oaxaca los políticos creen que se gobierna a través de espectaculares, de notas que dicen son periodísticas, de mensajes de Facebook y de tuiter, cuando frente a ellos tienen a una nueva generación de analfabetas: es decir, quienes no tienen acceso a los medios electrónicos, que como lo dicen las cifras de la pobreza avanzan, si no cómo se explica usted el programita de las cocinas comunitarias del gobierno de Oaxaca o ese de EPN para combatir el hambre. Me queda claro, este país no es serio.
(Paréntesis para la pregunta de la semana: quién es el ex diputado y ahora funcionario federal que desfondó las arcas de varios municipios de la costa a los cuales pidió dinero para la campaña de EPN, ahora su jefe? La respuesta está apenas unos renglones arriba. No les digo, si de que son bribones son bribones).
www.caracolasfem.blogspot.com



A Reserva: Vientos encontrados


A Reserva
Vientos encontrados en la coalición “Por la Paz”

Bárbara GARCÍA CHÁVEZ
En 2013 catorce entidades federativas realizarán elecciones locales, Oaxaca es una de ellas, la elección seguramente presentará sesgos interesantes respecto a la política de alianzas y la ausencia de acuerdos políticos en beneficio de la ciudadanía. Es decir, la política perversa de echar montón sin ton ni son.
En el trámite aliancista, donde priva la negociación de cuántos somos y cuánto nos toca, el PAN -desde el principio- dejó ver su disposición de coaligarse y amarró con nudo ciego al PRD afirmando que no importaban sus litigios internos, quedara quien fuera en la presidencia del PRD estatal, irían con la izquierda. Evidentemente no les queda de otra.
Hasta hace muy pocos días, el Partido del Trabajo y su escasa militancia se había mantenido alejado, cuando menos, a la coalición PAN-PRD que se venía cocinando desde el año pasado para competir en las elecciones Oaxaca 2013 que renovarán al Congreso del Estado y 152 ayuntamientos que se rigen por la vía de partidos políticos.
En las negociaciones político-partidarias el PAN invitaba abiertamente a las dos fuerzas de “izquierda” que conformaron la coalición de la paz y el progreso en las elecciones locales del 2010 y las federales recientes del 2012; por supuesto dicha coalición permitió potenciar el voto conservador y lograr para la derecha posiciones inesperadas a las que hoy no están dispuestos a renunciar aunque tengan que compartir las mieles del poder con los “izquierdosos” en las curules, claro mientras no se toquen temas trascendentales o hasta escabrosos que por demás les va bien a las y los legisladores ligth oaxaqueños cuya actuación ha dejado mucho que desear en cuanto a eficacia y autonomía. 
Por su cuenta el PT, en consecuencia, y para asegurar su supervivencia acepta formar parte –otra vez- de la coalición, no sin algunas voces que se oponen en nombre de la pureza pejista que claro fue en los últimos años el aliento que mantuvo de pie al PT. Su dirigencia resaltó que el gobierno de coalición logrado en 2010 ha dado resultados, por ello en coalición se podrán ganar las elecciones a diputados locales y para presidentes municipales. Claro que los resultados se ven desde las prebendas obtenidas y ojo, nunca se menciona siquiera los principios comunes, la agenda pública o el bienestar general. Es obvio que lo que interesa en esta coalición son las cuotas y espacios que pueda lograr cada partido en su beneficio.
El Partido Movimiento Ciudadano (MC), antes Convergencia, otro de los que conforman el bloque de “izquierda”, también integrante de la coalición de la “paz y el progreso” que gobierna en Oaxaca desde hace dos años, por cierto, partido que ha impulsado al ahora gobernador Cué Monteagudo en su carrera electoral desde que abandonó su casa natal: el PRI, sin dejar jamás la tutela de Diódoro Carrasco Altamirano, también priista arrepentido, hoy al parecer todavía panista ratificado.
Pues, resulta que MC ha venido de traspié en traspié, desde antes del cambio de nombre hasta el día de hoy, conflictos que comenzaron en 2011 al conformarse dos bloques opuestos, uno liderado por Benjamín Robles  cuyo mote “cara sucia” podría ampliarse a las manos y Saúl Díaz, presidente estatal de entonces; en el otro, Margarita García en la secretaría general, Alberto Esteva y David Concha.
El brete alcanzó dimensiones enormes hasta llegar a la toma del edificio antiguo de Convergencia por parte de los propios integrantes del Comité Estatal inconformes con su dirigencia, ya que luego del cambio de nombre a MC –al que Margarita García se opuso rotundamente, enfrentando al propio dirigente nacional Dante Delgado-, Saúl siguió siendo el dirigente estatal, siempre con el apoyo absoluto de Robles y Margarita, con sus huestes lograron carteras en la dirigencia. El grupo de Saúl Díaz parece disminuido cuando Benjamín Robles registra su candidatura al senado desde el PRD, cambiando inesperadamente su militancia con la consabida molestia de su líder nacional, lo que es aprovechado por el grupo contrario quienes acusan de despojo y desvío de fondos al aún dirigente Saúl Díaz, quien pide la expulsión de Margarita García.
Así las cosas en MC todavía dividido y con un árbitro nombrado desde la instancia nacional -José Soto Martínez- quien debe resolver, esta vez, los agarrones por los espacios electorales y el encargado de tomar todos los acuerdos políticos en el proceso electoral.
MC al parecer se mantendrá firme en la decisión cupular de ir este año electoral solo, por su cuenta y riesgo, desairando una y otra vez las insistentes invitaciones del PAN y del PRD con la instrucción nacional de competir sin alianzas ni coaliciones, lo que resulta interesante en consecuencia de la posibilidad de una alianza fáctica, mas no invisible con MORENA, lo cual sin duda disputaría innumerables votos a la coalición ya denominada “por la paz” en Oaxaca. De otra manera las cuentas pondrían en duda la permanencia del registro en Oaxaca.
Claro que no se puede obviar la misma posibilidad de participación de MORENA con el partido estatal –Partido Unidad Popular- con sesgo indigenista y hasta ahora con muy pocos votos en elecciones anteriores, tan pocos que apenas lo mantiene en el escenario electoral.
Lo que es absolutamente cierto es la complicidad nuevamente de la derecha, y algunos de la “izquierda”, con la finalidad de mantenerse en el poder que hace dos años le confirió la voluntad popular llevada por el hartazgo frente al autoritarismo y a los  malos gobiernos, corruptos e impunes; sin embargo, la alternancia que la ciudadanía logró no se ha concretado en cambio alguno ni la esperada transición democrática.
Es imprescindible la reflexión ciudadana frente a la experiencia, el balance de lo esperado y lo obtenido; las cuentas alegres de los partidos y sus cotos de poder no son nuestras, el sentido del voto tendría que ser el reflejo de nuestra realidad.

Canalgentelibre.com

Palabra de Antígona: Hablar Claro


Palabra de Antígona
Hablar Claro

Por Sara Lovera 
Qué difícil es hablar claro en México. Decir las cosas por su nombre y evitar las evasivas, con frecuencia teñidas de una justificación: política o científica. Aunque el ocultamiento derive con frecuencia de las políticas económicas.
Ahora estamos en puros anuncios y buenos propósitos. Me puse a pensar en la anunciada Cruzada contra el Hambre, cuyo principal problema o el primero  a atacar es esto de la pobreza alimentaria que atenta contra la sobrevivencia humana.
Vi  en un canal de televisión la entrevista a la  secretaria de Desarrollo Social, Rosario Robles. La vi cómo  explicaba y decía. Cómo sustentaba  por qué la pobreza alimentaria  es la arista más dolorosa del hambre que padecen millones de personas en México, traté de buscar un reflejo, algo que me indicara su verdadera preocupación.
A Rosario Robles se le olvidó que la cifra fundamental de esta desgracia se ubica entre la niñez y las mujeres. Que las mujeres siguen atadas a su condición subordinada en todas las clases sociales, pero que ahí, donde se padece la marginación y el hambre, ellas son víctimas supremas: ser madres y cumplir con el ritual hace que no coman de  lo poco que pueden obtener; que trabajen tanto que sus huesos no resistan. Por ello habría  que enfrentar el problema considerando su condición de mujeres y su condición de pobres, campesinas, indígenas o urbanas de las zonas periféricas.
El tema es central. No hablar directo, no decir y explicar cómo una cosa está unida a otra parece ingente. Es lo mismo que sucede cuando se analiza aisladamente y sin contexto la violencia contra las mujeres o qué sufren las mujeres por el hecho de ser mujeres. Hoy eso no resiste ni la justificación política ni la científica: el crecimiento de la violencia femenina está ligada al modo de producción y al contexto político.
Es igual. Hablar de violencia contra mujeres periodistas, fuera del contexto y el análisis de cómo se construyen las relaciones de poder entre prensa y Estado, es como sacarlas de la realidad global: son perseguidas, hostigadas, amenazadas, por hacer uso de su libertad de expresión, en un ambiente donde esa libertad está restringida para todas y todos. Y lo que es cierto es que el impacto tiene diferencias cuantificables y explicables por su condición de género, pero me deja insatisfecha que eso no se analice en el marco de la falta de democracia, el abuso de poder y el sistema político mexicano.
Pareciera que no lo podemos hablar. Que es más sencillo en todos estos casos ponernos en establecimientos estancos: mujeres, indígenas, discapacitaciones, infancia, adolescencia, tercera edad, vejez, etc. Y  que mirar en contexto cómo la población mexicana carece de democracia, está impactada por el capitalismo salvaje y que de acuerdo a las condiciones específicas se  viven situaciones diferenciadas. Nos estamos perdiendo en los específico y olvidando lo nodal. Una cosa no debe sacrificar a la otra, en ningún caso.
De la situación que esta viviendo y yo con ellos, todo el gremio periodístico, no podemos sustraernos. Pero no podemos crear para cada situación una institución, un recurso, una ley. Necesitamos que se cumpla la Constitución, que se hagan políticas efectivas y que se rindan cuentas. Si tenemos un panel de doscientas situaciones diferenciadas, como se diría coloquialmente, se atiende a tantas cosas que ninguna queda amarrada.
En agosto del año pasado en un reunión de periodistas de todo el país escuché: En México existe la necesidad establecer medidas para erradicar la violencia y una política para proteger a aquellas personas cuyo trabajo es indispensable para hacer frente a  situaciones como la corrupción y a la impunidad del ejercicio del poder y aquella que persiste en torno a las violaciones a los derechos humanos.
Ahí están globalmente todas y todos. Luego la especificidad y la realidad: dichas agresiones, de una vez por todas hay que decirlo: provienen  del crimen organizado –que nunca sé a qué se refiere- y principalmente de  cuerpos policiacos, autoridades locales, estatales, caciques, empresarios, dirigentes políticos   y funcionarios federales. Es decir de un sistema de complicidades, donde ser hombre o ser mujer, tiene efectos diferenciados, pero el problema principal está en cómo funciona el sistema, y de ahí partir.
El hambre proviene de un sistema de reparto inequitativo, que además impacta de forma particular a las mujeres. No me gustaría ver pronto una ley para combatir el hambre y luego 40 reglamentos que combatan la del sur, la del norte, la de zonas indígenas y así, leyes hasta el infinito, pero si necesito coordinar y atender globalmente con políticas públicas que involucren a los tres poderes y a los tres niveles del Estado. En eso Rosario Robles hizo muy bien el análisis.
Lo que le faltó es analizar las situaciones diferenciadas que deben tener políticas específicas. En eso consiste, según yo, la visión de género. Lo primario es eso, pero lo otro requiere de presupuestos, programas y políticas, las que no  pudo, no quiso o está impedida políticamente impedida para nombrarlas.
Un día escuché a una política que las mujeres, con tantas leyes, ya estábamos recompensadas y que no habría porque hacer políticas específicas. Es decir hemos legislado tanto y en pequeñas dosis para la salud del país y la democracia que hay sectores amplios que creen que las mujeres estamos en el paraíso. Igual pasó con la situación de los trabajadores, ahora resulta que sus derechos conquistados son prebendas y tras el reparto de la tierra se creyó que se había hecho justicia al campesinado.
Yo creo que la culpa la tiene la mala explicación. Por una parte es una maravilla que sean las mujeres mayoría en las redacciones de los medios, porque esa es una oportunidad y por la otra es una desgracia porque se trata, la del periodismo, una de las profesiones de alto y tremendo riesgo. O sea: ¿ya no participamos? O ¿sí participamos? En esta, como en otras profesiones de alto riesgo, como la industria minera, la militar o la del sexo.
Creo que hemos exagerado en las reglamentaciones y los análisis particulares, porque sabemos que  las mujeres sufren estragos en su vida completa, alimentaria, política y social en forma diferente que los hombres. Y que tenemos los mismos derechos y las mismas obligaciones, que necesitamos políticas específicas que hay que reconocer y que nos urge una mirada abarcadora y concreta al mismo tiempo. En palabras del viejo Marx: ir de lo global a lo particular y viceversa, de la teoría a la práctica y al revés; de la comprensión global y sus especificidades.
Borrar una u otra es erróneo. No se puede hablar de libertad de expresión sin considerar los intereses de los dueños o dueñas de los medios, de lo que se habla poco; no se puede hacer una cruzada contra el hambre, con despensas, pero tampoco se puede hacer eso sin presupuesto y visión integradora: con género y todo.
¿Y saben por qué? Porque en la administración de Enrique Peña Nieto de lo que se trata es de borrar la política de género, con el engaño de todo global y nada particular. Porque hay algo en el pasado de él y su equipo de trabajo, que les impide ver; porque no es sólo el machismo y la explicación científica del patriarcado lo que expone esta situación. Hay que indagar, hay que ver de qué se trata y por qué.
Lo que duele un poco es que quienes han estado en el lado opuesto ni chistan. Rosario Robles, como jefa del gobierno de la ciudad de México, creó un sistema para localizar a estas mujeres marginadas, pobres y de salud disminuida para atender su especificidad y, al mismo tiempo, crear un sistema de salud integral para la ciudadanía, con becas, seguro de desempleo, empleo, etc. Por ejemplo, quién puede recordar que se organizó a las costureras para confeccionar los uniformes de todas las escuelas, en cooperativas productivas y no sólo se reconoció su desempleo y marginación.
Me preocupa que estas cuestiones no se estén debatiendo; que haya silencio, porque sucede en todas partes, porque sucede en el Distrito Federal, donde creíamos que habíamos avanzado en este sentido, porque sucede en Chiapas, el lugar donde el gobierno habló de gobernar con el eje de las Metas del Milenio - la falacia internacional- que suena bonito; porque empezamos a perder la enjundia para detectar que volvimos al sistema de muchas palabras, esas que por más que se elaboren, no dicen, no explican, no son sinceras y no vienen de la realidad.
Y  nada más.