lunes, 15 de noviembre de 2010

Mujeres y Política


La intangible esperanza

Soledad JARQUÍN EDGAR

Cada vez que esto pasa, nuestro corazón se llena de esa sustancia que el imaginario pintó de verde; ese lugar que nos permite mantener la mirada puesta en el infinito, no vemos nada, pero dicen que detrás del horizonte hay algo más, que ahí detrás está lo que queremos, deseamos, anhelamos… a esa condición intangible le llamamos esperanza. La inteligencia, en cambio, nos recuerda que la esperanza es la madre de las desilusiones. Pero pocas personas prefieren aplicar la inteligencia y eligen lo intangible, un mecanismo para sobrevivir y dejar de lado el pesimismo que arrastra tanta corrupción, promesas incumplidas, ambiciones que llenan los cestos, las alacenas, los roperos, los closet y las bodegas de los hechos reales de todas las miserias humanas. Entonces el imaginario funciona.
La hora de las renovaciones empezó este sábado, con el cambio de las y los integrantes del Congreso local. La LXI Legislatura, dicen algunos opinadores, es sui géneris, la razón para decir tal cosa es porque esta es la primera vez que no habrá esa mayoría priista. Nueve menos que la facción parlamentaria priista saliente. No habrá más aplanadoras, pero el PRI como partido sigue con la mayoría de la representación popular y eso debe tomarse en cuenta durante los próximos 36 meses. El problema será que eso que tanto se critica –por aquello de las aplanadoras- se voltee y la coalición derecha-izquierda actúe como tal. Tiempo al tiempo, dice mi fantasma favorito: mí querida abuelita. Lo otro será cómo funcionan los intereses de la derecha-izquierda, interesante observar sus “increíbles” coincidencias ideológicas. Aquí no pude evitar la risa sarcástica, usted puede hacer lo mismo.
Habrá tres coordinadores varones: Martín Vásquez Villanueva por el PRI, una elección sin discusión; Juan Mendoza Reyes, diputado plurinominal del PAN que sorprendió a los propios y a los extraños con su designación, y Carol Antonio Altamirano, diputado del PRD quien deberá pisar con cuidado para no lastimar los callos e intereses de las familias perredistas incrustadas en esa fracción. Por otro lado, dos mujeres serán coordinadoras: Margarita García, en Convergencia, que deberá aprender pronto su tarea; la otra es Hita Beatriz Ortiz Silva en el PT, que tiene difícil el escenario al lado del famoso Flavio Sosa, y por el PUP, Carlos Hampshire se coordinará a sí mismo.
De los 42 diputados, 15 serán mujeres, mujeres que representan el 36.7 por ciento del total de elementos del Congreso local. Nada mal la cifra, considerando que antes no se alcanzaba el 30 por ciento, lo que quiere decir que avanzamos un trecho pero todavía no hay paridad. Paso a pasito me dicen las buenas consciencias. Todo está en que no empiecen a aparecer esas que horriblemente llaman “las juanitas”, como todo parece indicar que sí sucederá con una de las priistas, pero la cifra de 15 mujeres quedará, al menos temporalmente, porque tendrá que subir una suplente en el PAN.
¿Qué proponen estas mujeres? no lo sabemos. Lo que sí queremos las otras ciudadanas es que esas 15 diputadas no sólo tengan cuerpo de mujer, sino que estén conscientes de su enorme responsabilidad al ser ellas, sólo ellas, las representantes de la mayoría de quienes componemos la población. Es decir, que piensen en las otras mujeres, en sus derechos y en sus desigualdades, que piensen incluso en todo lo que pasaron para llegar al lugar que ocupan. Queremos que sean mujeres de ojos grandes (parafraseando el título de la novela de Ángeles Mastreta) para que puedan mirar al resto de las mujeres, su problemática y sus demandas, insisto, sus derechos a vivir libres de violencia, de discriminación, mujeres que anhelan ser ciudadanas de primera. Quisiéramos (ay! La esperanza) que comprendan cómo las desigualdades de género han imposibilitado el desarrollo real de las otras mujeres. El compromiso es más que grande, pero no imposible. Es decir, ellas, estas 15 diputadas, no están ahí para responder sólo a sus designios partidistas, ya no queremos esa clase de diputadas; las 15 nuevas diputadas tienen en sus manos la vida del resto de las mujeres y, con ello, la posibilidad de generar una sociedad más justa, más igualitaria, más equitativa, más digna, para las mujeres, pero también para los hombres.
Todas tienen hoy el beneficio de la duda, tenemos que esperar –no mucho- para que caminen. Para ello, es condición indispensable, que piensen que están ahí no para revanchismos, que sus asuntos personales se tratan fuera del Congreso, que están ahí por las demás. ¿La condición de género no tendría que ser condición fundamental para ponerse de acuerdo? Tendría que ser, claro que sí. Veremos de qué están hechas estas 15 diputadas: magnolias de acero o flores de un día.
No son tiempos de revanchismo para nadie, es tiempo de trabajo. A eso no van. Eufrosina Cruz Mendoza, por ejemplo, se olvidó rápidamente que quién la echó de la Cámara de Diputados con las cajas destempladas, cuando en Santa María Quiegolani la discriminaron, fue nada más ni nada menos que Perla Woolrich, entonces presidenta de la Comisión de Equidad y Género y de quien se esperaba más (ay! La esperanza). Las notas periodísticas con sus declaraciones no mienten, se quedaron en la memoria de papel y ahora electrónica. Recuerdo esto por una declaración que hizo recientemente la diputada Eufrosina Cruz Mendoza, quien asegura que fueron las priistas las que le hicieron el feo. Recordar es volver a vivir.
Eufrosina Cruz Mendoza cobró notoriedad internacional y se olvidó de muchas cosas importantes, incluyendo aquello de que no militaría en ningún partido. Increíble, el PAN -la derecha contra feminista y contra la libertad de las mujeres- es ahora su bandera. Seguiremos observando, dicen que los toros se ven mejor desde la barrera.
Lo cierto es que la LXI Legislatura será una prueba de fuego a la civilidad, la tolerancia política. Las y los legisladores deben entender que son gobierno, que representan al pueblo, que ese es su interés principal, que atrás quedó la contienda política, que ya es otra cosa y que están para otras tareas: hacer leyes para la ciudadanía y no acomodos partidistas.
Desconozco las agendas políticas del PAN, PRD, PT, Convergencia y del diputado solitario del PUP, la del PRI la conocimos el pasado lunes. En ella se menciona y reconoce que la perspectiva de género en los presupuestos públicos es una condición impostergable para alcanzar el desarrollo y terminar con la desigualdad en la que viven miles de oaxaqueñas y oaxaqueños. En ese sentido, la fracción parlamentaria del PRI se compromete a abanderar como partido, una respuesta “a esta añeja demanda de las mujeres”, ojalá así sea, porque no implica otra cosa que mirar cómo las desigualdades de género han propiciado marginación y discriminación para las mujeres, no es otra cosa que las muchas formas de violencia que existen y que ahora sabemos cobran miles y miles de vidas al año. Martín Vásquez Villanueva al menos ya conoce el rumbo que llevará su barco, un paso adelante como siempre.
Ya hay, pues, una nueva legislatura, cada quien que haga renacer la esperanza como le venga en gana, pero lo que sí es cierto y que debe ser un mensaje claro para las 15 diputadas y 27 diputados es que la gente espera mucho. Ojalá y está no sea otra prueba fallida de la democracia, como las anteriores que mucho nos quedaron a deber, porque donde pierden unas pierden los otros.

La UABJO, un laboratorio

No hay duda, la discriminación esa que puede resolver en las leyes el Legislativo, tiene hoy una cara visible en la Facultad de Medicina de la UABJO, donde el problema va más allá de lo que establece la Ley Orgánica, que claramente señala en su Artículo 61 quién debe dirigir la institución y así se hizo. Pero hay quienes se empeñan en desconocer a la legítima directora sustituta, la doctora Beatriz Eugenia Cárdenas Morales.
Hay mucho de fondo. Desde la misoginia de unos y unas, hasta la intromisión de factores externos como organizaciones que nada tienen que ver con la institución, como la famosísima Sección 22 del Sindicato de Maestros, Antorcha Campesina, el Frente Popular Revolucionario y otros elementos del conflicto político-social-magisterial del 2006 que entonces abanderaron la APPO ¿será por tanta cuerda que les han dado? La UABJO es el laboratorio, la bolita mágica de la realidad oaxaqueña, donde deberíamos ver con más frecuencia para no sorprendernos de lo que podría pasar en adelante, si hoy mismo no se ponen las cartas sobre la mesa.
Es imprescindible no dejar pasar el conflicto de la Facultad de Medicina donde algunos personajes insisten en ensayar las prácticas dañinas del arrebato, la imposición, el autoritarismo y hasta el engaño. Cárdenas Morales fue electa directora por el Consejo Técnico, le guste a quien le guste, así es la democracia, entonces es a ella a quien le corresponde elegir a quiénes deben coordinar las diferentes áreas administrativas y académicas. Si sucede lo contrario el futuro será incierto, incluso para esos futuros profesionales de la medicina.
Peor aún, habría que recordar que en 183 años de la hoy Facultad de Medicina de la UABJO, sólo una mujer ha sido directora sustituta, el mismo papel que ahora debe desempeñar la doctora Beatriz Cárdenas Morales, de ahí que la oposición por toda clase de intereses huela hoy a misoginia pura, a discriminación por el hecho de ser mujer, un horror de quienes todavía creen que las mujeres no tenemos derechos.
Oscuros y retrógrados intereses.
jarquinedgar@gmail.com

El asalto a la razón

Fuente: MILENIO
El asalto a la razón
Carlos Marín

Santa María Quiegolani es el nombre del municipio zapoteco en que nació Eufrosina Cruz Mendoza, a quien el infame sistema de usos y costumbres impidió hace tres años convertirse en alcaldesa y que, quizá por eso mismo, desde el sábado reciente preside la Mesa Directiva del Congreso de Oaxaca.

De los 570 municipios que conforman la entidad, el que hace tres años la humilló es tan sólo uno entre los 418 en que los cacicazgos autóctonos y la “progresista” demagogia “indigenista” mantienen a millones de mujeres privadas de la protección del derecho civil que rige para la mayoría de los mexicanos.

Postulada que fue (se ufanaba: “Estoy cobijada por el PAN, pero soy una candidata ciudadana; no quiero etiquetarme a ningún partido”) por la alianza entre legítimos y espurios contra el PRI, Eufrosina encarna (sobre muchas otras vejadas por el machismo folclórico que anticiparon en Oaxaca una exitosa lucha por el respeto a la dignidad femenina) el inicio del derrumbe de la violación a los derechos humanos que representan los usos y costumbres.

A ese régimen están sujetos más de unos 13 millones de mexicanos (casi 12 por ciento de la población nacional) de 62 pueblos y comunidades indígenas, en su mayoría concentrados en Oaxaca (15 grupos étnicos, tales como zapotecos, chontales, mixtecos y triques; 16 lenguas autóctonas), Guerrero y Chiapas, que son los estados más pobres, con los índices de desarrollo humano y social más bajos de toda la República.

Las mujeres entre quienes Eufrosina se crió trabajan desde niñas: se levantan de madrugada, preparan el nixtamal, limpian la casa, hacen la comida, recogen leña, sirven al padre y a los hermanos y sufren la marranada (tolerada por el Estado, claro) de ser obligadas a casarse a los doce años con quien lo arregle su papá.

Resalta por eso que la chingona que preside la Mesa Directiva del Congreso oaxaqueño haya aprendido español en la primaria, que lograra le permitieran cursar la secundaria (yéndose con unos parientes hasta Tehuantepec) y que alternara sus estudios vendiendo fruta por las tardes; que consiguiera beca para estudiar la preparatoria en la capital y que se recibiera de contadora con el mejor promedio de su graduación.

Paradójicamente, el caso Eufrosina se da en la entidad pionera (gobierno de José Murat) de la institucionalización del presupuesto de género. Su promotora, Norma Reyes Terán (entonces directora del Instituto de la Mujer Oaxaqueña), veía muy bien que “sin políticas públicas con enfoque de género, nunca se podrá combatir de manera efectiva la pobreza”.

Hace un mes, la capital del estado decidió convertirse, a partir de 2011, en el primer ayuntamiento que aplicará el presupuesto de género porque, como sostiene la regidora Bárbara García Chávez, si no se apuesta por dar oportunidades reales a las mujeres, no se saldrá en ninguna parte de la mediocridad social y económica.

Ahora, con Eufrosina presidiendo a los diputados locales, es probable que entre las oaxaqueñas esté gestándose la versión femenina de Benito Juárez.