sábado, 25 de agosto de 2018

Discurso de Trinidad de los Ángeles Gómez Machuca


·      Premio Estatal de la Juventud en el Estado de Quintana Roo


No es saludable estar bien adaptado a una sociedad profundamente enferma. Krishnamurti.


Muy buenas tardes público en general, autoridades que nos acompañan y en especial al señor gobernador Carlos Joaquín González por honrarnos con su presencia. Es para mí un privilegio estar aquí frente a todos ustedes para poder dirigirme a tan respetable audiencia en un evento tan importante como este.

Para algunos de nosotros, este premio representa que nos tomen en serio, para otros, significa un paso más hacia la licenciatura, maestría o doctorado, pero la realidad es que para todos esto significa una bocanada de oxígeno que nos permita avanzar un milímetro más de la kilométrica meta. 

Porque este es uno de esos días en donde se puede probar una pequeña porción de lo que se conoce como “éxito”, porque queridos compañeros aquel que vino por un papel, un cheque o una foto, no ha ganado absolutamente nada y no entiende, no comprende que estamos en una línea de fuego a punto de ser consumidos por una patología social con crecimiento exponencial llamado apatía, desinterés, mediocridad y miedo que cada vez contagia más a la juventud y que lamentablemente vemos esos síntomas crecer todos los días. Porque no entienden que ser un agente de cambio es un honor, pero también es una gran responsabilidad.

Han tratado de desprestigiar a nuestra generación llamándonos “ninis” o prostituyendo el concepto de “Milenial”, pero hoy la vida nos ha puesto en este estrado para alzar la voz a nombre de todos ellos para decirles que no todos somos así, o al menos, no los que estamos aquí presentes. Que los jóvenes de Quintana Roo estamos luchando por dinamizar nuestro entorno, porque no existe nadie en esta sociedad que quiera y luche más por esta tierra que los que nacimos en ella, los que hemos dejado oportunidades en el extranjero para traer proyectos internacionales aquí donde vivimos, los que han decidido no estudiar una maestría porque sus proyectos no pueden esperar para erradicar un problema local, los que no usan de pretexto una discapacidad y poco a poco están logrando destruir paradigmas.

En mi opinión personal, considero que nosotros no somos el presente, tampoco somos el futuro y mucho menos el pasado, somos parte de un todo que coexiste día con día, somos la yugular, somos sangre caliente, somos termodinámica pura, somos revolución tratando de sobresalir en una sociedad cada vez más corrompida y colapsada, después de todo, citando al presidente chileno Salvador Allende “ser jóvenes y no ser revolucionarios es antinatural”.

Señor Gobernador, nosotros no hemos aplicado a este premio para tomarnos una foto, no hemos venido hasta aquí a recibir un cheque, ni tampoco para conseguir su teléfono personal, estamos aquí para que nos ayuden a canalizar estas energías disruptivas con proyectos que han surgido de un mismo dolor: impulsar a Quintana Roo.

Estamos aquí para que nuestras voces sean tomadas en serio en sus dependencias de gobierno, estamos aquí para que mientras usted se ocupa de lo que realmente importa, generar empleos, combatir la cancerígena inseguridad, impulsar el turismo; nosotros, los científicos, luchadores sociales, deportistas, emprendedores, makers, todos en un solo equipo de trabajo, logremos que nuestros sueños, inclusive los de ustedes respetables autoridades, no se conviertan en heterotopias, los verdaderos cambios han surgido de manera colectiva.

Es imposible no agradecer a nuestras familias, parejas, amigos y cercanos, porque aunque estamos inmensamente agradecidos por este honor, ni recibiendo mil premios a la juventud se comparan con el apoyo incondicional que ellos nos han brindado a lo largo de nuestro recorrido, simplemente no estaríamos aquí.

Doy gracias de que en nuestro estado, mis compañeros aquí presentes y yo gozamos con la dicha de tener la elección de estudiar, de ir a la playa, de realizar proyectos, y que los estudiantes con convicción de Quintana Roo no desapacemos como en Ayotzinapa o no corremos con la misma suerte que Javier, Marco y Daniel, jóvenes estudiantes de Cine en Jalisco que por seguir sus sueños y sus emprendimientos fueron desaparecidos, o como María del Sol Cruz Jarquín, joven de 27 años de edad, hija de una periodista, Soledad Jarquín, quien fue asesinada a balazos al estar realizando un trabajo fotográfico en un escenario electoral, en uno de los diez municipios más violentos del pais, el otrora icono de la izquierda mexicana, Juchitán de Zaragoza. que fue asesinada solo por ir a tomar fotos en Oaxaca. Escúchennos, ayúdennos a ayudarles para poder seguir agradeciéndoles.

Gracias señor Gobernador Carlos Joaquín González, autoridades aquí presentes y al Instituto Quintanarroense de la Juventud, por motivarnos a seguir siendo parte de la solución y no del problema, gracias porque para nosotros, los que nuestro destino no está relacionado directamente con el Turismo, por cada 100 puertas cerradas, hay un Premio Estatal a la Juventud.

¡Gracias!

¡Justicia para Sol!