domingo, 26 de agosto de 2012

Mujeres y Política: Buen periodismo, la mejor defensa


Mujeres y Política
Buen periodismo, la mejor defensa

Soledad JARQUIÍN EDGAR
El periodismo cambia con rapidez inaudita, un nuevo periodismo se requiere urgente, pero hay una resistencia profunda en muchos informadores que siguen viviendo tres décadas atrás.
Apenas hace poco más de dos décadas que las nuevas tecnologías transformaron las redacciones, también cambió la forma de elaborar los textos, pero el principio periodístico es el mismo: investigar. Las nuevas tecnologías aceleraron el ritmo de la emisión de noticias, el principio de la noticia se confunde con todo lo que sucede, como si todo lo que acontece fuera noticia, y la velocidad para producir “información”, hizo que de un plumazo se borrara otro principio básico: verificar la información.
Los medios digitales y electrónicos revolucionaron la presentación de la información, éstos basan su efectividad en la rapidez. Los impresos o medios tradicionales, los que publican con horas de diferencia un hecho concreto, deben profundizar, buscar todos los lados de la noticia; en algún momento pensamos que los otros géneros periodísticos volverían a ser las estrellas de los medios impresos, la televisión y la radio, pero si hacemos la crítica correcta, eso todavía no sucede.
También el mundo cambia, se mueve con una intensidad que nos sorprende. Los paradigmas son otros: dinero y poder.  Siempre lo fueron, no hay duda, sin embargo, hoy la cara de esos paradigmas se resume en la cada vez mayor cantidad de pobres y la cada vez menor cantidad de súper ricos, grandes consorcios, monopolios y en medio de todo la violencia, casi sistemática.
Hace 30 años, relataba Sara Lovera en el “Encuentro Nacional de Periodistas Capacitadores en Autoprotección”, la violencia contra quienes informamos no tenía las dimensiones dramáticas que ahora se reflejan en estadísticas de asesinatos o de personas desaparecidas, de agresiones de todo tipo, aún cuando lo que se investigaba y publicaba era mucho más delicado de lo que hoy se cuenta en los medios. Es decir, la violencia contra profesionales del periodismo se ha recrudecido por menos información.
Lovera, una periodista que empezó a trabajar en las postrimerías de 1968, sostiene que la mejor defensa del periodismo es ser buen o buena periodista. Lo dicho por ella fue repetido por otros periodistas, como Julio Hernández, autor de la columna Astillero que se publica en La Jornada, y por Gerardo Albarrán, ombudsman de MVS, en ese primer encuentro convocado por la Casa de Derechos de los Periodistas al que asistieron más de 80 periodistas de 28 entidades del país.
Anabel Hernández, premiada en el mundo por sus relevantes investigaciones que tradujo en su libro Los Señores del Narco, entre otras como el toallagate, planteó que la libertad es condición ineludible de un buen periodismo y confió en la posibilidad de que ese buen periodismo contribuya a cambiar el rumbo del país.
Hay preocupación entre las y los profesionales de la información. No es para menos, la violencia es otro signo del cambio y un retroceso para la ciudadanía mexicana, también afectada por la imposición de silencio, que se ha traducido en la violación de derechos fundamentales para la humanidad: las libertad de expresión y el derecho de la ciudadanía a la información. Queda claro que son tiempos difíciles y se teme que sean aún peores.
Los datos duros, las cifras, revelan el daño profundo y temerario causado a las y los profesionales de la información en el sexenio de Felipe Calderón: “En lo que va del 2012 fueron asesinados 10 periodistas, la mitad de los crímenes ocurrieron en Veracruz y la situación es grave en Chihuahua, Guerrero, Morelos, Sonora, Tamaulipas y Nuevo León…”, apuntó Judith Calderón Gómez, presidenta de la Casa de los Derechos de Periodistas. Luego Artículo 19 daría las otras estadísticas, en la voz de Ricardo González, 13 colegas desaparecidos y cuatro más que están por ser confirmados como tales en el mismo periodo; más de 100 agresiones a las instalaciones de medios o sistemas “intervenidos” en el caso de los portales web de noticias; 782 agresiones directas o indirectas a reporteros y reporteras, y el rostro más terrible de esa violencia: 72 periodistas asesinados en los dos sexenios panistas, 45 de ellos en el actual gobierno de Calderón que, además, sin investigación ha criminalizado a las víctimas o provoca que los hechos se reducen a crímenes pasionales.
La impunidad alcanza a un 70 por ciento de los casos y un porcentaje similar, se sabe, son delitos cometidos por poderes gubernamentales o fácticos.
Balbina Flores Martínez, del Centro de Periodismo y Ética Pública (CEPET), dijo en esa misma reunión algo que nos habla de una sociedad traumatizada, con efectos severos en la salud mental de las y los periodistas, esto de acuerdo con un estudio realizado por Rogelio Flores, psicólogo clínico: 77 por ciento de los periodistas que cubren noticias de narcotráfico presentan síntomas de ansiedad; 42 por ciento de depresión y 41 sufren estrés postraumático. Adicionalmente algunos presentan ataques de pánico, accesos de llanto, trastornos del sueño, dolores de cabeza, problemas estomacales o tics nerviosos.
Sin duda, una noticia no agradable y que de acuerdo con la investigación, los síntomas que presentan quienes cubren estas informaciones en México son mayores a los presentados por corresponsales de guerra en Chechenia, Bosnia o Medio Oriente.
¿De qué país estamos hablando?
Estos datos, sin duda, confirman lo que ya se ha dicho en repetidas ocasiones, en México no hay condiciones para el ejercicio del periodismo y en ello, como ya se escribió antes, va de por medio la vida de las y los informadores.
Lo observa es el silencio del primer y más obligado a garantizar la libertad y la vida de las y los periodistas: los gobiernos. Y ese es el reclamo sustancial, de nada nos sirve una Fiscalía en la Procuraduría General de la República si no se ha resuelto un solo caso de agresión a periodistas, “no hay confianza ni certeza” en las instituciones, como tampoco se tiene mucha esperanza de que a través de las leyes de protección a periodistas se resuelvan los casos.
Una fiscalía que, como señala Sanjuana Martínez, no resuelve nada pero dispuso durante todos estos años de un presupuesto importante. Sin duda, la violencia contra la prensa es un fracaso más para el gobierno federal que está por concluir.
A las amenazas, los asesinatos, las extorsiones, la autocensura y los exilios, se agregan los problemas personales como mecanismos para encarcelar a periodistas, añadió la regiomontana en alusión a la detención de la que fue objeto el pasado mes de julio, quien calificó a este gobierno de ignominioso por la falta de voluntad política para brindar protección y seguridad a las y los periodistas.
Esquema, que hay que señalar, repiten gobernadores -sean del PRI, del PAN o del PRD- de Coahuila, de Chihuahua, de Nuevo León, de  Colima, de Guerrero, de Quintana Roo o de Oaxaca…así el recuento iba creciendo, se hablaba de la gente cercana, de quienes fueron amigas o compañeros de trabajo, de quienes se han ido del país ante el tamaño de la impunidad con la que actúan presidentes municipales, gobernadores, funcionarios de mayor o menor escala, elementos de todas las corporaciones policiacas y militares, y claro está, el llamado “crimen organizado”.
Pero en Oaxaca, donde esa guerra no es abierta, lo que no quiere decir que no exista, han ocurrido la tercera parte de las agresiones a periodistas, con casi 50 casos documentados por la Secretaría de Promoción de los Derechos Humanos e Incidencia en Políticas Públicas del Distrito Federal, que junto con la Casa de los Derechos de Periodistas han sido receptores de quienes han sufrido toda clase de agresiones por razones que tienen que ver directamente con su trabajo.
Frente a ello, las y los periodistas se plantean ¿qué hacer? Porque lo que se trata de proteger es la vida. Ya en 22 entidades del país hay iniciativas o leyes que tienen que ver con el ejercicio del periodismo, pero todavía no en todas las entidades se han propuesto leyes, mecanismos, presupuestos, fiscalías y protocolos para proteger a las y los periodistas, no sólo cuando sufren violencia sino, incluso, para prevenir esa violencia.
Oaxaca está tristemente en esa circunstancia. La iniciativa presentada ante el congreso local en junio pasado está años luz de ser un instrumento de protección al derecho a informar y ser informados y, como lo exigen los tiempos, a proteger la vida de las y los profesionales de la información. La propuesta que hoy es revisada en el Congreso local es un catálogo de exigencias sociales, económicas y de capacitación, con un minúsculo planteamiento de creación de una agencia del Ministerio Público especializada en delitos contra periodistas y trabajadores de los medios de comunicación, y por increíble que parezca se plantea dentro de esa iniciativa denominada de “Fomento a la actividad periodística del Estado de Oaxaca”, la creación de un fideicomiso “de apoyo a los periodistas que tiene por objeto –parece el más importante- implementar medidas y acciones para establecer beneficios económicos que coadyuven a mejorar las condiciones de vida del periodista y su familia”. ¿Por qué seguir reproduciendo los viejos, viejísimos esquemas de privilegios que han marcado para mal al periodismo?
Ya lo dijeron quienes elaboraron esta iniciativa, es una copia de la ley que en Guerrero opera desde hace poco más de 20 años y de una que fue aprobada recientemente en Morelos, y que se conocen como “leyes chayote”, de otros tiempos.
Si la propuesta no se mejora desde ahora, empezando por la definición de lo que “se debe entender por periodista”, a excepción de quienes dirigen estos grupos, nadie más tendrá salvaguardado su derecho a investigar y publicar información y con ello se violentarán también los derechos de la audiencia.
Como se planteó en el Primer Encuentro Nacional de Periodista Capacitadores en Autoprotección, hoy no tendríamos por qué estar hablando de leyes “especiales” para los “especiales” periodistas. Tendríamos que plantear la solidaridad gåremial, por un lado, y por el otro, entender que estamos en un proceso político distinto y peligroso en exceso, que demanda de buen periodismo ¿quién lo demanda? Lo demanda la sociedad, nuestra audiencia, como demandaría a un buen médico, a un buen abogado o a un buen maestro.
www.caracolasfem.blogspot.com

Palabra de Antígona, Diputadas: cerrar la brecha


Palabra de Antígona
Diputadas: Cerrar la Brecha de Desigualdad

Por Sara Lovera
La organización Social Watch, el Banco Mundial y los últimos análisis de la Comisión Económica para América Latina (CEPAL) establecen que la brecha de desigualdad entre hombres y mujeres en México es grave. Entre 128 países, México ocupa el número 93 y aunque hay un adelanto en la representación política y el empoderamiento, las franjas de la pobreza y la violencia contra las mujeres, operan como grandes diques para el desarrollo de la mitad de la población.

Eso significa que la parafernalia de leyes, declaraciones e inversión en políticas públicas e instituciones para conseguir poco a poco la igualdad, por ahora revelan un gran fracaso, sobre todo si se piensa que la discriminación y la desigualdad fueron reconocidos por la comunidad mundial desde 1975, es decir, hace 37 años y en ello México fue un país promotor y activo, un año antes se reformó la Constitución para declarar la igualdad y 31 años después se decretó la ley general de Igualdad entre Mujeres y Hombres.

El diagnóstico de 2012, por lo menos es desalentador, sin dejar de considerar los enormes esfuerzos legislativos de mujeres y hombres en los últimos años y no obstante la aparición de dispositivos institucionales que le dieron vida a esos organismos pálidos, existentes y necesarios como los institutos nacional, estatales y municipales que pueblan todo el país.

De cara a la realidad y los otros análisis, como la enorme cantidad de pequeños avances en leyes y reglamentos, saber que la pobreza, la falta de reconocimiento y discriminación son todavía muy fuertes, implica que la bancada femenina en la cámara de diputados que se instalará en pocos días, y que es de 37 por ciento, calificada como cifra histórica, obliga a tomar la tribuna política, a realizar una intensa labor de promoción de la rendición de cuentas y armar a las nuevas legisladoras de conocimiento, valores y un catálogo de compromisos para que logren al menos acelerar el cierre de esta brecha.

Una intensa labor, en tiempos apretados y capacitaciones a vuelo de pájaro, cruza al país: mujeres de los partidos políticos, con talleres incluso vía internet; encuentros apresurados, ligeros y decenas de mujeres viajando por poca paga en decenas de municipios, son la imagen de esta labor para intentar que las futuras funcionarias públicas, diputadas locales y diputadas federales aprendan rápidamente que deben trabajar por la igualdad y los derechos de las mujeres.

Leyes desconocidas y reformas a esas leyes y un esfuerzo descomunal para contar con presupuestos, para esas capacitaciones y políticas que fomenten el "avance de las mujeres", se topan con una extraordinaria realidad lacerante:

En pocas palabras: las mexicanas ganan 20 centavos  por cada dólar que gana un hombre, según el Informe sobre el Desarrollo Mundial 2012 'Igualdad de Género y Desarrollo', elaborado por el Banco Mundial (BM).

Destaca ese informe, junto a otro de Naciones Unidas, que  la violencia es la principal causa de muerte para mujeres entre 15 y 44 años; que casi 60 por ciento de los homicidios contra ellas suceden en el hogar, y que más de un millón de menores, en su mayoría niñas, son víctimas del comercio sexual.

El informe 2012 de Social Watch, al medir los tres componentes de desarrollo humano de las mujeres, coloca a México a la cola de 128 países, en el número 93 porque por ejemplo de 867 millones de adultos analfabetas, 64 por ciento son mujeres, sin considerar los indicadores de pobreza. Aunque las mexicanas han avanzado, en el plano federal, en representación política y estas, al menos 184 diputadas -una se colocó apenas la semana pasada-, no necesariamente llegarán al Congreso con compromiso de género y el rezago en la representación de congresos locales y municipios, sigue siendo fenomenal.

Al menos éstas mujeres están llamadas –y ciertamente obligadas- a contribuir a recudir la brecha de desigualdad que los órganos internacionales revelan como grave.

EQUIDAD Y GÉNERO

Esta situación es todo un reto para la Comisión de Equidad y Género que en el congreso, que iniciará una nueva legislatura, habrá de definirse entre todas las comisiones regulares de manera inmediata y que en dos legislaturas consecutivas ha estado presidida por una diputada de izquierda, que será disputada dentro del Frente Progresista, primero y luego al interior de los grupos parlamentarios con el PRI, cuya bancada femenina es la más grande de esas 184, exactamente 84; 50 del frente y el resto de la derecha tradicional.

En estos días ya se mueven precandidatas a esa comisión, que debería tener una concepción y compromisos bien claros, porque hay pendientes por supuesto, políticas públicas, armonización de leyes y freno a la violencia, además de otras tan lacerantes como modificar la condición laboral de las trabajadoras del hogar cuyo estatuto jurídico las coloca en el peldaño más bajo: casi como esclavas.

Por ello fue muy interesante que la semana pasada mujeres de organizaciones no gubernamentales, activistas, luchadoras sociales y de organizaciones indígenas, se hayan sentado en un Foro, para delinear las prioridades de esa disputada Comisión.

La lista fue abultada. Pero tres cuestiones parecen ingentes: transparentar los presupuestos (anexo 10 ); derecho a decidir (aborto); limitar la criminalización de las mujeres que interrumpen su embarazo; por supuesto acabar con la violencia y la impunidad y tener una posición clara, honda e informada sobre uno de los debates en puerta: la de los medios de comunicación, de cara a los monopolios, los contenidos adversos a las mujeres y la insultante situación de las y los periodistas: 82 asesinados, 16 desaparecidos, cuatro más por confirmar, y miles de agravios que cruzan al país, tal cual lo plantearon periodistas de 28 entidades del país reunidos 23, 24 y 25 de agosto en la ciudad de México y convocados por la Casa de los Derechos de Periodistas.

No se trata de improvisar nada ni de catapultar a mujeres que en la práctica no han respondido a las expectativas, sino de atinar a un buen equipo de mujeres, feministas y comprometidas, cabales y sin padrinos. Veremos.
sara.lovera@ymail.com

A Reserva ¿A qué izquierda pertenece Gabino Cué


A Reserva
¿A qué izquierda pertenece Gabino Cué?

Bárbara GARCÍA CHÁVEZ
Después de las elecciones federales de éste año, Gabino Cué Monteagudo no encontraba acomodo en la geometría política nacional, sin el cobijo del PAN, que de por sí ya no calienta; el PRI por ahora no es opción, basta tener muy cerca, incómodamente cerca a los priistas de su gabinete, que no responden ya ni al PRI ni al gobernador, son híbridos sin consistencia política.
Entonces, Gabino Cué ¿camina por  la izquierda? Así parece, lo refrendó hace unos días a tambor batiente, en esa convención acapulqueña, en que los partidos de la alianza progresista anunciaron la creación del Frente Amplio de las Izquierdas, y a la que asistió como gobernador “orgullosamente de izquierda”. Hubo abrazos, besos, congratulaciones entre unos y otros, casi todos de origen tricolor, casi todos amigos de mucho tiempo, desde que militaban orgullosamente en el PRI, ya entonces aprovecharon la reunión para impulsar, estratégicamente, el golpe de mano auspiciado por el propio López Obrador, el sorprendente nombramiento de Manuel Bartlett Díaz como coordinador del PT en el Senado. ¿Arrepentimiento, cinismo, unción, conveniencia? Tal vez, solo acuerdos políticos coyunturales que dejan un mal sabor de boca ¿a usted no?
Fue durante esa reunión cuando Oaxaca y el mundo se enteraron que su gobernador se declaraba como un hombre de izquierda, argumentando -henchido su corazón- su convencimiento en los postulados socialistas,  casi cantando “La Internacional” con el puño izquierdo en alto y húmedos los ojos, tal vez de emoción o pensando que explicación daría a su regreso, a sus ricos promotores y a sus compinches políticos.
A pocos días de su inusitada militancia izquierdosa, ya en Oaxaca, los acontecimientos políticos se suceden uno tras otro, cuestionando sus principios progresistas y sus alianzas con los grupos más radicales, o por lo menos los que se adjudican la resistencia social, algunos que incluso fueron cooptados con el argumento de participación ciudadana y el gobierno ciudadano. 
Pudiera parecer que en Oaxaca no se reedita la campaña ni política ni mediática que refrende la adscripción del gobernador a las diferentes expresiones de la izquierda, en todo caso, pasa lo contrario, desde los partidos como las organizaciones no gubernamentales que se dicen de izquierda.
Convergencia, ahora Movimiento Ciudadano, su partido, desparramado, apenas conservó el registro y sus dirigencias, nacional y estatal, se desconocen entre sí y, formalmente, está invadido por personeros y seguidores de López Obrador. Ahí Gabino Cué no rifa aún con su camiseta anaranjada, pues sus rencillas con unos y otros lo han separado de las pocas bases con las que ya muestra distancia. Se utiliza la tribuna legislativa para pedirle cuentas a él y a su gabinete.
Pensar en ser embozado por la izquierda salomónica del PT, obliga de facto al gobernador a justificar la permanencia del Secretario de Desarrollo Agropecuario en su ineficiente función, bajo la amenaza constante de Salomón Jara Cruz, que ostenta el cetro pejista, haciendo valer su peso faccioso. En día anteriores, Jara mostró su ponche reuniendo a las y los diputados electos de la alianza progresista en Oaxaca para hacer un pronunciamiento a su favor y cuestionando las políticas del gobernador, mientras el insiste en ser de izquierda.
Con los grupos del PRD en Oaxaca, Gabino Cué no encuentra su lugar, va de un lado a otro, les refuerza posiciones y prebendas, les habilita concesiones del autotransporte y nada, no lo consideran de los suyos.
En los últimos días la dirigencia estatal del PRD y otros organismos independientes de la entidad cuestionaron y recriminaron al gobierno por el asesinato del síndico Luis Enrique Martínez Cruz, en Santa Cruz Xitla; el atentado que sufrió Juan Domingo Pérez Castillo, líder histórico del Movimiento Único de Liberación y Lucha Triqui; también en la región de la Mixteca fue baleado el líder antorchista Pedro Reyes José, y en Juchitán de Zaragoza asesinaron a Francisco Vásquez Sánchez, militante del PT en esa municipalidad.
Estos crímenes contra luchadores sociales obstaculizan la inserción fáctica de Gabino Cué Monteagudo a cualquier expresión de la izquierda oaxaqueña, partidaria o no; no obstante, sus declaraciones que quedan cada vez más desacreditadas, incluso, por aquellas organizaciones civiles que en un primer momento se desprendieron de sus ropajes de autonomía para ser cooptadas en beneficio del gobierno ciudadano, las mismas que ahora señalan furibundas la actuación de las instancias de seguridad y procuración de justicia.
No, es evidente que el gobernador de Oaxaca, Gabino Cué y su gobierno, no caben esquema democrático alguno (si es que los hubiera). Hoy la falta de definición política que desde las elecciones locales del 2010, se reafirma con mayor contundencia: No hay rumbo ni directrices, no hay definición. Sin embargo, lo que sí es posible afirmar, es que ni el gobernador ni el gobierno de Oaxaca pueden llamarse de izquierda. La verdad es que esta afirmación ha sido rebasada, el concepto de izquierda o derecha es lo de menos, el problema es que en Oaxaca no hay gobierno.
Acción urgente…
Ante la negligencia cómplice del Procurador del Estado, Manuel de Jesús López López, qué espera el Defensor de los Derechos Humanos del Pueblo de Oaxaca,  Arturo de Jesús Peimbert Calvo,  para iniciar una queja de oficio para que se investigue de inmediato el abuso sexual a niños y niñas en los albergues de comunidades indígenas.