martes, 23 de agosto de 2011

Mujeres y política. ¿Dónde está Paula? ¿Dónde están Virginia y Daniela?


Soledad JARQUIN EDGAR

Este lunes se cumplen 200 días desde que Paula Moreno Gómez desapareciera y hace unos días su familia decidió hacerlo público frente a la falta de respuesta de las autoridades en quienes dejaron el caso. Ante esa falta de operatividad de la policía investigadora, la familia desarrolló la Alianza Ciudadana Ayúdanos a encontrar a Paula.

La incompetencia que existe en la procuración de justicia y la arbitraria falta de métodos científicos de investigación se suman y abonan a esta impunidad cotidiana en la que vive la ciudadanía en México y que, por supuesto, Oaxaca no es una excepción, nunca lo ha sido.

Paula Moreno Gómez tiene 43 años, es abogada y despareció el 11 de febrero pasado cuando se dirigía a su trabajo en el centro histórico de la colonial ciudad de Oaxaca. Desde entonces, como muchas otras familias mexicanas, la familia de Paula “sobrevive”, como califica ese estado de incertidumbre Sabina Gómez Álvarez, madre de Paula.

En un sentido relato, que nos muestra una mujer fuerte y que se distribuye vía correo electrónico y otros medios de comunicación, Sabina Gómez Álvarez pide que le devuelvan a su hija, su compañera de café de cada mañana, la misma que fue su apoyo cuando perdió inesperadamente a Alejandro el más pequeño de sus hijos varones hace 15 años. Paula le ayudó para no morirse en vida, “porque una madre después de perder a un hijo no vive, sobrevive”, escribe.

Hoy Sabina Gómez vuelve a sobrevivir por la incertidumbre de no saber de su hija de quien no concibe que la tierra se la tragara, explica en la carta donde se plantea que no se puede dar por vencida y que la va a encontrar, porque “no pienso morirme sin volver a verla”.

La fuerza de Sabina Gómez y su familia, me recordó ese largo camino que ha emprendido Antonia Ramírez, madre de Virginia y Daniela Ortiz Ramírez, triquis desaparecidas desde el 5 de julio de 2007. La cuenta de días y noches de espera sigue aumentando y ya son más de cuatro años de no saber nada de sus hijas que entonces tenían 20 y 14 años de edad, una maestra bilingüe y la otra estudiante de secundaria.

En el caso de las hermanas Daniela y Virginia no hubo ningún tipo de investigación, ya no digamos investigación científica, el entonces procurador Evencio Nicolás Martínez Ramírez, como seguramente pasa ahora con el actual procurador Manuel de Jesús López López, carecía de un elemental sentido humano.

Esta falta de respuesta frente a la incertidumbre sobre el paradero de Paula, como sucede con Virginia y Daniela, nos muestran fiscales de piedra, acostumbrados a no impresionarse frente al dolor ajeno, lo que les permite pasar incólumes frente a su incompetencia y ciegos favorecen el reino absoluto de la impunidad en el que sobreviven desde hace casi siete meses la familia Moreno Gómez y desde hace 49 meses la familia Ortiz Ramírez, pero también el resto de la población oaxaqueña.

En una de las entrevistas hechas a Antonia, me decía como los días y las noches se convierten en largas esperas, donde el ruido de vehículos entrando a El Rastrojo, la comunidad triqui donde vive, el ladrar de los perros o los pasos de alguien acercándose a su vivienda se convierten en esperanza.

Antonia Ramírez como Sabina Gómez quieren vivir cada minuto y que el tiempo no siga pasando, que sus hijas vuelvan a casa, para abrazarlas amorosamente por todos estos días que alguien les ha robado con toda la injusticia que se pueda una imaginar. Para que haya justicia para ellas.

Aunque pertenecen a grupos sociales diferentes, sin conocerse Antonia Ramírez y Sabina Gómez, están unidas por ese dolor que carcome por dentro, que desvanece las esperanzas, viven con desolación por la falta de interés real de quienes deben velar por la seguridad, por la vida y la libertad de sus hijas, sobreviven atadas a los hilos de sus perpetradores que también les han secuestrado su bienestar y el de toda la sociedad.

Resolver estos agravios sociales está en manos del gobernador Gabino Cué Monteagudo y de nadie más. Cómo sociedad podemos denunciar, repartir carteles, pegar fotografías unirnos a esta alianza ciudadana que nos ha propuesto la familia Gómez Álvarez, claro que sí nos unimos, sin embargo quien debe hacer que Paula, Daniela y Virginia vuelvan a sus hogares es el gobierno.

Si el gobierno de Cué no da una respuesta satisfactoria sobre estas desapariciones, tanto las ocurridas en el sexenio de Ulises Ruiz y la desaparición de Paula, que sucede ya durante su gobierno, se parecerá en mucho a quien tanto critica y que efectivamente hizo mucho daño a la sociedad oaxaqueña.

Ojalá que pronto Sabina Gómez pueda vivir y dejar de sobrevivir. Ojalá que la esperanza en Antonia se vuelva realidad y le quite esa mirada llena de tristeza y dolor que ha mantenido desde hace más de cuatro años.

Si usted sabe dónde está la abogada Paula Moreno Gómez llame a los siguientes teléfonos: para larga distancia el 01 800 838 75 15 y para llamadas locales el (951) 51 6 77 50, también están esperando su ayuda en la cuenta ‘Encontremos a Paula Moreno’ en la red social Facebook y el correo electrónico encontremosapaula@gmail.com

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