martes, 8 de noviembre de 2011

feminicidio


Atenta y obligada aclaración:

Este día me di cuenta que me equivoqué y por tanto acepto mi responsabilidad profesional que me obliga –por así decirlo- a aclarar. En los últimos 10 años han sido asesinadas en Oaxaca 545 mujeres y no la cifra que había dado antes que es mucho más alta.

Dice una colega periodistas que anteriormente cuando sucedían ese tipo de errores, decían que era porque había duendes en la redacción. En la mía no hay duendes y no tengo justificación y aclaro para evitar confusiones y hasta distorsiones de la realidad.

Y rectifico porque no puedo sostener algo que no es cierto, aunque lo haya hecho de manera involuntaria, porque puede alterar el curso de las cosas; sin embargo, como periodista y como mujer, sostengo que aunque haya sido una sola mujer asesinada, estos crímenes no tienen justificación alguna.

Lo justo es decir la verdad, en el periodismo es una regla, o al menos apegarse a ella lo más posible.

Lo que sí es cierto y lo reitero es que durante los últimos 11 meses, un total de 83 mujeres han sido asesinadas en Oaxaca. De eso no hay vuelta de hoja.

Atentamente

Soledad Jarquín Edgar

Periodismo mexicano, oficio muy peligroso. (I PARTE)

*Katia MONTEAGUDO

México (PL) Unos 15 periodistas hay asesinados en México durante el transcurso del 2011, con lo que mantiene el triste registro de ser el país más peligroso para ejercer este oficio en Latinoamérica.

Según la última valoración de la Federación Internacional de Periodistas (FIP), también ocupa el segundo puesto en el mundo entre los territorios más inseguros para trabajar como comunicador.

El pasado 24 de septiembre ocurrió el último homicidio contra un profesional de la prensa, cuando se encontró el cuerpo decapitado de María Elizabeth Macías Castro, jefa de redacción del periódico Primera Hora, en la norteña ciudad de Nuevo Laredo, Tamaulipas.

Junto con los restos de la comunicadora apareció un mensaje en el que se leía: "Aquí estoy por mis reportes y los suyos", según el informe de la procuraduría de ese estado.

Macías, de 39 años, también era una de las moderadoras del sitio web Nuevo Laredo en vivo, en el cual conducía varios foros y chats de denuncia ciudadana.

Su último mensaje, bajo el pseudónimo @NenaDLaredo, lo escribió el 22 de septiembre, en el cual dijo: "caceria d ratzzz si ven a donde korren esos DENUNCIENLOS xfa!!" (Âícacería de ratas, si ven donde corren esos, DENUNCIENLOS, por favor!).

Nuevo Laredo en vivo tiene casi 500 mil visitas registradas y su cuenta de Twitter ya rebasa los tres mil 500 seguidores, quienes pueden hacer denuncias anónimas al Ejército y a la Marina.

El objetivo general del sitio es que los ciudadanos denuncien, a los teléfonos de emergencia y de autoridades federales y locales, sobre la presencia en la ciudad de miembros del crimen organizado y otros actos de violencia.

Pero esta actividad de denuncia, realizada también en sitios como Frontera Al Rojo Vivo, y redes sociales como Twitter y Facebook, es perseguida y censurada por grupos del crimen organizado.

Después de conocerse la muerte de la periodista, los administradores del sitio escribieron: "Nos quitaron a NenadLaredo físicamente, pero ella siempre estará presente. NenadLaredo Q.E.P.D.".

Tras este asesinato, la directora general de la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), Irina Bokova, exigió al gobierno mexicano que adopte medidas urgentes a fin de proteger a sus periodistas.

"Insto con urgencia a las autoridades a tomar todas las medidas para mejorar la seguridad de los periodistas y llevar ante la justicia a aquellos que los atacan", dijo.

Según Bokova, la impunidad resulta actualmente aquí otra amenaza directa a la libertad de expresión y de prensa.

"Este país está en guerra y muchas personas están quemando la pólvora en infiernitos", asegura la reportera Soledad Jarquín Edgar, Premio Nacional de Periodismo 2007.

Es muy tentador para los gobernantes o los delincuentes utilizar la censura, la presión económica o política para desgastar a los informadores cuando estos no responden a sus intereses, aseguró en defensa de profesionales de Quintana Roo.

En su reciente llamado, Jarquín denunció el ambiente de temor y de incertidumbre en el que trabajan los comunicadores en ese estado, quienes a diario tienen que sortear "las amenazas de políticos voraces o de los mercenarios del crimen organizado."

Cuando Daniel Domínguez, periodista de temas policíacos en El Diario, de Ciudad Juárez, Chihuahua, sale de su casa sabe que quizás no regrese nunca más a su morada.

Diariamente escribe sobre los enfrentamientos de las bandas de narcotraficantes que se disputan el control territorial de la localidad más violenta del país, fronteriza con Estados Unidos.

Su oficina radica en un edificio, al cual le colocaron recientemente vidrios blindados, luego de retirar otros con huellas de disparos.

En este medio las llamadas de amenazas no cesan, y en el 2008 un fotógrafo y un periodista allí fueron asesinados.

Esos mensajes funcionan como una especie de recordatorio de la violencia, dice Domínguez, que se ejerce constante y diariamente sobre los profesionales y los medios mexicanos, incluidos los independientes, comunitarios y los de las redes sociales.


*Corresponsal de Prensa Latina en México.