viernes, 19 de agosto de 2011

Letras Violeta. La libertad de expresión…


Para celebrar esa libertad y a Graciela Machuca, a Sara Lovera medalla “Emilio Krieger”

Soledad JARQUIN EDGAR

Desde que la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas adoptó la resolución 59, en el año 1946, declaró que "La libertad de información es un derecho humano fundamental y… el punto de partida de todas las libertades a las que está consagrada la Organización de las Naciones Unidas".

Por ello, en la proclama de la Declaración Universal de Derechos Humanos el Artículo 19 reconoce que toda persona tiene derecho a la libertad de opinión y de expresión; este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio.

Socavar la libertad de expresión ha sido una de las más grandes tentaciones de todos los poderes, porque a través de este derecho las personas pueden expresar sus opiniones y puntos de vista, sus ideas, sus anhelos, sus demandas individuales o colectivas. Es esta libertad donde está incluida la libertad de prensa, por ello, la tentación contra esta libertad suprema de la humanidad representará una amenaza para las y los periodistas.

Sociedad y quienes laboran en los medios están amenazados. La censura a los medios es imponer una mordaza a la sociedad en general. Es callar a las personas. Por eso resulta preocupante que todavía haya quienes intentan detener la expresión libre de las ideas, las opiniones y la transferencia de información, en especial de aquellas que son de interés público.

Esta libertad a informar, llamada también libertad de prensa, se quiera o no, se convierte en una fina forma de guardar el equilibrio en una sociedad democrática y en un instrumento contra los abusos y excesos del poder, así se reconoce.

Por ello, por parte del poder, siempre habrá quienes busquen eliminar este derecho humano elemental y fundamental para el desarrollo de todos o casi todos los derechos humanos, pero sobre todo de las libertades, de ahí que en el siglo XXI resulten anacrónicas las restricciones que los poderes gubernamentales o económicos imponen a las y los periodistas. Al menos eso pensamos quienes creemos que la humanidad debe avanzar nunca retroceder.

Aún persisten, insisto esas tentaciones que llevan a algunas personas, principalmente gobernantes y delincuentes a actuar como uno mismo contra los medios, algunas veces con resultados fatales, como el crimen de informadores e informadoras, hoy mismo México es considerado como uno de los países más peligrosos para el ejercicio periodístico, situación que se ha recrudecido por la guerra emprendida por Felipe Calderón en contra de la delincuencia. La prensa se convirtió en uno de los muchos eslabones rotos del daño colateral.

Por otro lado, entre esas tentaciones, el poder no sólo asesina, también cierra los canales de información. Esta semana, el gobierno inglés, por increíble que pareciera estaba tentado a cerrar los canales de la internet, el Facebook y el twitter a fin de impedir el flujo informativo sobre lo que está sucediendo en Londres.

Frente a esos exabruptos del poder, la misma Organización de las Naciones Unidas declaró recientemente el acceso a internet como un derecho humano, como un medio para ejercer el derecho a la libertad de expresión, un derecho que permite entrar de forma rápida y en tiempo real a la información, mostrando desde las maravillas que aún produce la humanidad, hasta las aberraciones en las que reiteradamente seguimos cayendo. Ejemplos concretos, lo sucedido en Egipto y en España no hace mucho tiempo, o los impedimentos del gobierno Chino o de Irak para el “florecimiento” de la red de redes y las protestas de sus gobernados.

Sin duda, sabemos que a mayor comunicación, ahora a través de las llamadas nuevas tecnologías y los medios tradicionales, habrá más libertades humanas y tal vez, con el tiempo, menos opresiones.

Ahora miles de personas en sitios distantes del mundo pueden comunicarse en sólo segundos, provocando en muy poco tiempo una respuesta, una especie de revuelta-social-tecnológica-alternativa, mostrando los verdaderos rostros de las tiranías al mundo a veces disfrazadas de democráticas; es entonces cuando las redes funcionan porque dentro de una localidad, un estado o un país se cierran los medios tradicionales y se castigan las libertades humanas.

A diferencia de otros tiempos, el resultado es la indignación, la solidaridad, el acompañamiento, el testigo presencial a larga distancia que se extiende literalmente a todo el mundo, y como hemos visto con resultados alentadores, las tiranías ruedan y nuevas sociedades emprenden el camino de reconstrucción.

Contra-humanos “avanzarán” en la forma de obstaculizar los mecanismos de las nuevas tecnologías y seguirán intentando impedir la libre expresión de las ideas a través del ciberespacio, como se ha hecho desde que Gutenberg modernizó la imprenta y nacieron los informadores, pero siempre habrá alternativas para que los seres humanos recuperemos nuestras libertades.

Celebramos que el acceso a internet sea un derecho humano, que se sume, como se ha visto a esa posibilidad de construir cadenas de libertad y no de opresión. Sea esa posibilidad un mensaje para aquellos que creen que pueden silenciar con su fuerza y oprimir con su poder político o económico a los medios y a quienes trabajan en ellos.

¡Qué ni lo piensen!

Lo que deben recordar los gobernantes y otros poderes es que las y los trabajadores de la información y los medios, son el contrapeso a sus excesos y la crítica será siempre su mejor aliado para no caer en la soberbia, en la banalidad o en el exceso de la brutalidad, desgracias que provocan el consejo en solitario de las cúpulas o burbujas, engaños que ciegan y ensordecen tanto que piensan que Dios existe porque así se descubren a ellos mismos.

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