lunes, 16 de noviembre de 2015

Mujeres y Política Noviembre y la violencia


Soledad JARQUÍN EDGAR
Establecida por las feministas de Latinoamérica y el Caribe como el Día Internacional de la no violencia contra las mujeres en 1981 y retomada por la Asamblea General de las Naciones Unidas como el Día Internacional de la Eliminación de la violencia contra la mujer en  diciembre de 1999, el 25 de noviembre es una de las fechas más emblemáticas del feminismo.
Este 25 de noviembre se cumplirán 55 años del cruel asesinato de las hermanas María Teresa, Patria y Minerva por el entonces dictador de República Dominicana Rafael Leónidas Trujillo. Ellas eran parte del grupo 14 de junio que se oponía al régimen del dictador. La desaparición de las Mariposas fue un plan macabro orquestado por el propio Trujillo quien ordenó al general Pupo Román terminar con la existencia de las tres jóvenes mujeres.
Fue por ello, que reunidas en Bogotá, Colombia, en 1981, durante el Primer Encuentro Feminista Latinoamericana y del Caribe, que las mujeres de la región determinaron fijar esa fecha para recordar la brutalidad cometida contra las hermanas Mirabal, pero también para visibilizar un problema que asola a las mujeres del mundo: la violencia patriarcal, machista o también conocida como violencia de género.
No deja de sorprendernos en el cada día,  el tamaño que en el mundo tiene la violencia contra las mujeres, con expresiones distintas, pero originadas en la misma suposición de que las mujeres tienen menor valor, son objetos y no personas, donde pareciera que el mundo le pertenece a un grupo determinado, que toma las decisiones, qué dice cómo y qué decir, en dónde estar y a dónde no ir.
El estudio del fenómeno de la violencia amplia la mirada, año con año,  se vuelve más específica. Tiene más recovecos, más aristas, más lugares, más ámbitos, más formas y la misma sin razón para su ejercicio: el poder del poder del patriarcado. Pasamos de la lacerante e inacabada violencia de pareja, de la terrible violencia sexual que deja marcas en los cuerpos, que tatúa la vida, hasta los nuevos rasgos, los nuevos esquemas, la violencia feminicida, la trata de personas con fines de explotación sexual, la violencia política y la violencia por lo que haces, como sucede con las periodistas.
Todas las violencias están ahí, tienen hoy una voz que se alza aún pequeña frente al tamaño del problema; una voz de indignación que se refleja en los muros de la misoginia que sostienen la indiferencia institucional que persiste, el machismo burocrático que dictamina la soberbia de la impunidad, la inhumana omisión y el silencio de la corrupción.
Las cifras no mienten. Están ahí. Pueden, tal vez, no ser tan certeras, pero son cercanas a la realidad cotidiana, estas son algunas de las cifras que nos proporciona ONU Mujeres: Una de cada tres mujeres en el mundo ha sufrido violencia física o sexual, principalmente por su compañero sentimental; en dos terceras partes de los países del mundo se ha prohibido la violencia doméstica; solo 52 países penalizan explícitamente la violación al interior de matrimonio; 4,5 millones de personas son víctimas de explotación sexual forzada, 98 por ciento de ellas son mujeres; 700 millones de mujeres que viven hoy se casaron antes de los 18 años de edad.
Hay más: la mitad de las mujeres asesinadas en 2012, el autor de la agresión fue un familiar o su compañero sentimental; 120 millones de niñas del mundo (algo más de una de cada 10) han sufrido una relación sexual forzada; las mujeres adultas representan prácticamente la mitad de las víctimas de trata de seres humanos detectada a nivel mundial…El recuento espeluznante puede seguir hasta llegar a mirar nuestros ojos, nuestro cuerpo, nuestro ánimo frente al espejo, es decir, hasta nuestra vidas.
Por eso es importante ese día, para recordarnos el tamaño de la violencia, pero también las consecuencias de vivir con ella. Recién el INEGI realizó un estudio para medir el bienestar de las personas, ¿somos felices? Y aunque las cifras parecen insignificantes, resulta que las mujeres dijeron ser menos felices que los hombres. ¿Usted que cree?

Gisela Ramírez

Esa afirmación que se escucha reiteradamente sobre lo peligroso que es ser periodista en México y que Oaxaca es una de las entidades donde más atentados y agresiones contra periodistas suceden no debería pasar desapercibida en el imaginario colectivo. Ser periodista y ser mujer es, ni lo dude, un doble riesgo.
Esta semana lamentablemente nuestra compañera de gremio Gisela Ramírez, quien se desempeña como titular de Comunicación Social en la LXII Legislatura fue asaltada en su casa, donde se encontraba con su hijo menor de edad.
Durante 40 minutos sufrió la tortura de las amenazas de que la matarían, a ella y a su hijo; durante 40 minutos, largos muy largos, solo escuchó  gritos e insultos. Esta tortura terminó cuando los cuatro agresores salieron de su casa llevándose computadoras, celulares y sus memorias.
Previamente, Gisela Ramírez fue atacada en la calle, pensó entonces que era un asalto, pero logró escapar, con algunos daños en su automóvil. Segundo punto para dejar de pensar que fue fortuito, que se cruzó con sus agresores.
Pese a la forma en que los asaltantes actuaron, la Fiscalía de Oaxaca levantó una investigación por robo. Pero la agresión, el asalto a mano armada, encañonada durante 40 minutos no es un hecho aislado, es un asalto que debe investigarse hasta sus últimas consecuencias y que seguramente tiene una relación directa con la tarea que realiza. Caiga quien tenga que caer, sea el delincuente que sea, este caso no debe quedar guardado en un cajón. Se trata evidentemente de algo más que un robo simple o común. Porque la despojaron de sus pertenencias de trabajo, porque la amenazaron una y otra vez.
Solo pedimos justicia. De eso se trata. De que el gobernador Gabino Cué, siempre ocupado en sus malabares y con sus malandrines, pueda mirar a su alrededor y recordar que todavía gobierna y que algo puede hacer por sus gobernados. Seguridad gobernador, seguridad y justicia. Solo eso, esta vez por Gisela Ramírez, una profesionista, una periodista, una compañera.
Pero no es el único caso, hace unas cuantas semanas, María de los Ángeles Nivón fue amenazada por un diputado que gozando de su fuero paga por agredir. Me refiero a Manuel Pérez Morales a quien no le movieron ni un pelo tras la denuncia de Nivón. Sientan en la cámara de diputados malos precedentes, pero el fuero como el cuero algún día se arrugan o se acaban.

24 de noviembre al zócalo

En 2011, las mujeres de diversas organizaciones, por no decir que de todas las organizaciones de Oaxaca, feministas y no feministas, dijimos estar totalmente indignadas frente a los asesinatos de mujeres, en aquel entonces eran 80. Cuatro años después, un movimiento amplio de mujeres llama a exigir justicia por las 412 víctimas del feminicidio en la gestión gubernamental de Gabino Cué. Así que ¡Todas las mujeres todas las voces! Es un llamado a demandar justicia por las mujeres, ahí en la plaza de todos, el zócalo de la ciudad de Oaxaca. #Nosqueremosvivas #Niunamenos


@jarquínedgar