martes, 10 de julio de 2012

CAIRO + 20




julio de 2012
(Del Pacto Nacional por la vida, la libertad y los derechos de las mujeres)


Concluyó la reunión del Comité de Población y Desarrollo de la CEPAL en Quito, luego del análisis de las principales problemáticas que enfrenta la región latinoamericana y caribeña en temas de población y desarrollo y aspectos relacionados. El documento final de consenso, que solo contó con la reserva de la delegación de Costa Rica, será diseminado en los próximos días.

Asimismo, se eligió la nueva Mesa Directiva del Comité. Estará bajo la Presidencia de Ecuador, y deberá asumir la importante tarea y responsabilidad de liderar el proceso de transición del Comité hacia Conferencia Permanente sobre Población y Desarrollo. 
Ecuador será acompañado por 6 gobiernos que asumieron las Vicepresidencias: México, Brasil, Uruguay, El Salvador, Belice, Jamaica, Bolivia y Cuba, que asume la relatoría. 

Igualmente importante fue la participación de las redes y organizaciones de mujeres vinculadas al proceso de la Conferencia de El Cairo y sus seguimientos, quienes presentaron el siguiente documento de posición que fue aclamado por las y los asistentes. Nirvana González, Coordinadora de la Red de Salud de las Mujeres Latinoamericanas y del Caribe, le dio lectura.
Por el pleno cumplimiento del Programa de Acción de El Cairo hacia la Agenda de Desarrollo más allá de 2014

Las mujeres en América Latina y El Caribe, en todas nuestras diversidades, organizadas para dar seguimiento al cumplimiento del Programa de Acción de la Conferencia Internacional sobre Población y Desarrollo, CIPD, reafirmamos el llamado a nuestros gobiernos para garantizar y profundizar la democracia, a través de Estados Laicos y Soberanos, con plena participación social. Tenemos que lograr que en esta región los compromisos asumidos por los Estados se traduzcan en el ejercicio pleno de los derechos humanos, individuales y colectivos. 

Nuestra región está aún lejos de cumplir el Programa de Acción de la CIPD. Si bien se han dado avances, estos han sido desiguales e insuficientes. Nos alarman los marcados retrocesos que, en violación del principio de progresividad, ocurren en varios países. 

El proceso de El Cairo más allá de 2014 es la oportunidad histórica para que los Estados revisen el cumplimiento de sus compromisos, identifiquen y avancen en los nuevos desafíos, reconociendo la deuda aún pendiente en la garantía de los derechos sexuales y los derechos reproductivos. En este contexto, como sociedad civil, hacemos un enérgico llamado a los gobiernos para que la nueva agenda integre: 

1. Los Derechos Humanos como el marco de todas las políticas y programas de desarrollo. 
2. La centralidad de los derechos sexuales y los derechos reproductivos de todas las mujeres, incluidas niñas, adolescentes y jóvenes, dentro de las políticas de salud, población y desarrollo. 
3. La participación plena y efectiva de las personas destinatarias de las políticas de salud, población y desarrollo, en especial de aquellas a las que tradicionalmente se ha discriminado. 
4. El reconocimiento de las inequidades. Vivimos en la región más desigual del mundo, donde las mujeres han soportado injusticias estructurales y persistentes. Por lo tanto, la priorización política y presupuestaria debe atender las necesidades de las mujeres, a lo largo de todo el ciclo de vida, así como las especificidades de aquellas que forman parte de los pueblos indígenas, afrodescendientes, de migrantes, en situación de pobreza estructural, viviendo en ámbitos rurales, con capacidades diferenciadas, lesbianas, transexuales, travestis, transgénero, trabajadoras sexuales, y que viven con VIH-sida. 

Como parte del proceso de evaluación del Programa de Acción de la CIPD, los gobiernos deben identificar temas emergentes y prioritarios que les permitan actualizar la Agenda y, en este marco, exigimos que se comprometan a: 

1. Garantizar que la evaluación Cairo más allá de 2014 sea un proceso entre gobiernos y organizaciones de la sociedad civil, con énfasis en los espacios colectivos de mujeres, en sus diversidades culturales, étnicas, sociales, de jóvenes y feministas. 
2. Asegurar el acceso universal y sin barreras, a servicios de salud sexual y reproductiva de calidad, integrales e integrados, adecuados para las mujeres a lo largo de su ciclo vital. 
3. Realizar todos los esfuerzos para garantizar la autonomía reproductiva de las mujeres, incluyendo la educación en sexualidad, el acceso a métodos anticonceptivos modernos, a técnicas de reproducción asistida y el acceso al aborto legal y seguro. En este sentido, se vuelve imperativo la revisión de aquellas legislaciones que penalizan la interrupción voluntaria del embarazo. Promover el desarrollo así como el acceso a los avances científicos en materia sexual y reproductiva. 
4. Eliminar las muertes maternas evitables y reducir la morbilidad materna extrema. 
5. Reconocer a las y los jóvenes en sus diversidades como sujetos de derechos, así como establecer mecanismos para su participación en el diseño e implementación de políticas públicas. En este sentido, debe asegurarse el acceso a servicios de salud y educación en el ámbito de la sexualidad y la reproducción. 
6. Prevenir, sancionar y erradicar la trata de personas y la explotación sexual, en especial de niñas, niños y adolescentes. 
7. Reconocer los derechos laborales de aquellas mujeres mayores de edad que ejercen el trabajo sexual. 
8. Respetar los derechos de los pueblos, en especial de las mujeres indígenas y afrodescendientes, en lo que se refiere al derecho a la tierra, al territorio y a la soberanía alimentaria, respetando el derecho al consentimiento previo, libre e informado en todo aquello que involucre sus vidas, incluyendo sus derechos sexuales y reproductivos, y una vida libre de violencia. 
9. Implementar políticas y programas que aseguren el acceso de niñas, niños, adolescentes y jóvenes a la educación integral en sexualidad, basada en derechos humanos, en la equidad de género y en las caracteristicas culturales, a través de metodologias adecuadas, dentro y fuera de los centros escolares. 
10.Fortalecer las capacidades de las instituciones gubernamentales en la recopilación y análisis de datos estadísticos cuanti y cualitativos desagregados por edad, grupos etáreos, sexo, raza y etnia, situación geográfica, para su uso estrátegico en la formulación de políticas y programas de salud, educación y desarrollo. 

Exhortamos a nuestros gobiernos a dar respuesta a las demandas de la sociedad civil contenidas en diversas declaraciones construidas a lo largo de estos años: Panamá, Ocho Ríos, Montevideo y las declaraciones de la Red de Mujeres Afrolatinoamericanas, Afrocaribeñas y de la diáspora y de las Juventudes Rumbo a Cairo (1). 

El movimiento feminista y de mujeres ha sido protagonista crucial de este proceso, y desde este lugar reiteramos que esta plataforma existe para cambiar la vida de las mujeres. Es por esto que rechazamos y rechazaremos cualquier violación a los derechos sexuales y a los derechos reproductivos, y exigimos a los Estados renovar su compromiso con el total cumplimiento del Programa de Acción de la CIPD. 

Mi cuerpo, mi territorio

(1). Declaración de Panamá (2009) resultado del proceso de revisión de Cairo +15; Declaración de Ocho Ríos (2012) y Compromiso de Montevideo (2012) resultados de las Consultas de Sociedad Civil en el marco del proceso de revisión de la implementación de la Plataforma de Acción de la CIPD, más allá de 2014. Declaración de Centroamérica y el Caribe y la Región Andina de la Red de Mujeres Afrolatinoamericanas, Afrocaribeñas y de la diáspora sobre Cairo +20 y más allá, así como las Prioridades de las Juventudes Rumbo a Cairo.

Palabra de Antígona
Desafíos sin horizonte: mujeres congresistas
 
Por Sara Lovera
Luego de las protestas de las mujeres organizadas en varios frentes y en distintas formas, incluso a través de los procesos judiciales en que tuvo que intervenir el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), los resultados de la participación femenina llegará aproximadamente a 176 mujeres, 20 mujeres más que en la Legislatura que está por terminar, algo así como 34%, lo que significa un avance de 6 puntos. Una bancada nutrida y potente en número, habría que ver la calidad, el compromiso y la capacidad para evitar retrocesos.
En una democracia, la participación de las mujeres, en igualdad de número y condiciones, tendría que ser natural. Su paso por los puestos de decisión ha dado frutos, pero el esfuerzo, el trabajo a contracorriente nos ha desgarrado en más de una ocasión. Las contradicciones internas y la falta de claridad sobre la llamada agenda de las mujeres, todavía más. No es lo mismo ser feminista, que tener una posición que rellena la cuota. Hemos avanzado lentamente en este sentido, debido a las voces y acciones de pragmatismo.
Pero no está mal. La acometida de los próximos tiempos es muy grande. El regreso del partido de Estado, que parece infranqueable, la aparición del movimiento juvenil que pone acentos en cuestiones que no abordamos con prontitud ni hondura en el movimiento de mujeres, como el caso de los medios de comunicación y la danza de las encuestas; la pobreza inaceptable que ha producido esta venta de votos al por mayor y la incapacidad de los partidos políticos, por ser eso, partidos y no agencias de colocaciones y promoción, nos ha dejado un mal sabor de boca y una cierta impotencia frente a una cultura que todo mundo, en el poder digo, justifica y considera ya como un mal pasado.
Según el análisis que hice de las listas, podremos tener una bancada de ocho o 10 diputadas comprometidas con la agenda feminista, el resto para mí es una interrogación. Veo que será difícil si consideramos una gran mayoría del PRI que sumadas a las del PAN y a mujeres del Panal, se me enchina el cuerpo.
Ello debido a la resistencia de los partidos para cumplir con el 40/60 en las listas de elección directa y una a una en las plurinominales, muchas mujeres se fueron como "relleno": cuñadas, primas, hermanas, amigas de la infancia; eso es un gran desafío para las otras, las que son liberales y antiguas luchonas. Lo que sigue es un trabajo fenomenal: convencerlas de que su tarea en las Cámaras es fundamental para el avance de las mujeres y de alta responsabilidad para detener el desmantelamiento democrático. ¿Y luego qué hacer con el Senado?
Calculo que llegarán como 86 priistas y del Partido Verde, el peligro es que sigan los pasos del sexenio pasado y quieran promover las leyes retrógradas que están archivadas. No confiarse es fundamental. Las mujeres del PRI se disciplinan históricamente y ya sabemos que Enrique Peña Nieto, de llegar a Los Pinos, tendrá que responder a su ideología del Opus Dei -Obra de Dios- que amenaza fuertemente a nuestros derechos y a nuestra tradición histórica del laicismo. ¿Qué harán estas mujeres?
En el caso de Acción Nacional -que para las cuestiones conservadoras se unen al PRI o viceversa- podrían llegar 29 mujeres que con las del PRI seguramente querrán controlar la Comisión de Equidad y Género; las comisiones importantes para las mujeres como la del Feminicidio, de Población, de Salud, de Educación y además la dirección o liderazgo del Centro de Estudios para el Avance de las Mujeres, ojalá que no todo quede en sus manos.
Las mujeres progresistas, donde debiera haber feministas, solo encuentro una o dos, entre ellas Amalia García Medina; serán aproximadamente 44 diputadas. Poco más de la mitad que las priistas, la tercera parte en número si sumamos a priistas, panistas, panalistas y verdes.
Difícil, porque además en el caso del Frente Progresista, los hombres de esos partidos son resistentes, omisos, indiferentes a la agenda de las mujeres y existe una corriente -tal vez ubicada en el PT-, opuesta a cuestiones tan urgentes como legislar y liberalizar el aborto, enfrentar con hondura el tema de la trata de niñas y mujeres, el fenómeno de la violencia y el feminicidio cuyo intento más grande para borrar su incidencia ha sido la corriente que busca tipificarlo, haciéndole el juego al gobierno del Estado de México, cuando Peña Nieto se negó a activar la alerta de género y la manipulación panista, durante 12 años, de disminuir cifras y datos reales del homicidio de mujeres.
Pero hay algo más que podemos comentar, curioso pero cierto, es que las proyecciones son numéricas, los resultados son más bien magros como decíamos, por el conjunto de factores que operan a favor del retroceso. Los partidos políticos hicieron hasta lo imposible por obstaculizar la llegada de las mujeres. Seguramente las enviaron a distritos difíciles e imposibles. Cubrieron las 120 promociones electorales, esperando que ahí perdieran muchas. Fue infranqueable, por ejemplo, el caso de la delegación Benito Juárez en el Distrito Federal, muchas candidatas en todos los partidos, pero en el PAN que ha sido ganador en esa demarcación el candidato era hombre. Casos semejantes se vieron en todo el país.
De acuerdo con los datos difundidos el domingo al cierre de los cómputos distritales, las mujeres que ganaron por Mayoría en los distritos donde fueron enviadas o resultaron seleccionadas para participar, sólo fueron ganadoras el cinco por ciento del PAN; el 25 por ciento en el Frente Progresista (PRD-PT-MC) y 34 por ciento en el PRI/PVEM.
Sé de buena fuente que se activa ya el grupo de Mujeres en Plural para impugnar algunos resultados, porque con todo, algunos partidos duplicaron las candidaturas de mujeres, es decir, las inscribieron en listas uninominales y plurinominales, intentando quedarse con los hombres que siguieron en la lista. Habremos de escenificar una nueva batalla legal. Por lo que los números que hago pueden ser sólo una aproximación.
La periodista Soledad Jarquín se dio a la tarea de identificar, con los datos disponibles, dónde y en qué distritos ganaron mujeres por mayoría de votos. Se trata, como dije, de 87 mujeres. 60 del PRI/Verde; 19 del Frente Progresista y apenas 8 de Acción Nacional. Ninguna del Panal porque no ganó un solo distrito de Mayoría.
En cuanto al Senado, todavía no podemos acercarnos a un número porque todo depende de un grupo de mayoría, muy pequeño, y no contamos con información sobre senadurías de Primera Mayoría y las listas plurinominales. Algunas están muy claras, como Alejandra Barrales por el Distrito Federal, o Diva Gastélum en Sinaloa.
En el Distrito Federal tendremos seis delegadas y unas 25 asambleístas. Eso es un avance. Entre las asambleístas --mayoría del Frente Progresista-- que nos hace tener muchas expectativas, considerando además que la política del Distrito Federal, del actual y su próximo gobernante avizora que se profundizarán cuestiones de protección y defensa de los derechos fundamentales.
Desgraciadamente lo que tendríamos que festejar está empañado por la convicción generalizada de que en esta elección apareció nítidamente una población mexicana que ha votado en gran cantidad, sin duda, pero se orientó a regresar a la presidencia al antiguo partido de Estado, comprometido con las peores ligas tanto en lo económico como en lo ideológico; pero además la venta del voto, que no es delito, como no es delito la venta del cuerpo, se yergue como una herida profunda a los intentos por desarrollar la democracia en México. Lo que toca es analizar la situación, mirar de lejos, pensar en la resistencia frente a la estulticia, pocos cambios avisados para detener la ola de violencia y la profundización de la ilegalidad, consentida y asumida como destino manifiesto. Las llamadas reformas estructurales, el abandono de la Reforma del Estado, la predominancia de la impunidad justificada, los cárteles que se anclan en posiciones de poder, la escasez de conocimiento. Y como la reina madre, ese sistema educativo nacional que podrido, no ofrece cambios alternativos en el panorama. Difícil.
saralovera@yahoo.com.mx