miércoles, 13 de mayo de 2015

Visibilizar la participación de las mujeres en sus comunidades


·      * Gloria Zafra sostiene que hay dos rutas de participación de las mujeres

Soledad JARQUÍN EDGAR
Gloria Zafra, directora ejecutiva de Sistemas Normativos Internos (SNI) en el Instituto Estatal Electoral y de Participación Ciudadana, sostiene que hay dos rutas que llevan a la participación política de las mujeres:
Por un lado está la “vía Eufrosina”, es decir de la seguida por la diputada federal Eufrosina Cruz Mendoza,  misma que, ahora,  a través de la reforma constitucional propuesta por  ella, busca garantizar  el derecho de las mujeres a votar y a ser votadas.
Y, por el otro,  la “vía Tlahuitoltepec”, aquella seguida por algunas mujeres, mediante la transformación de sus propias prácticas; cambios impulsados desde dentro de las comunidades y en las que piden el desuso de prácticas comunitarias que dañen su dignidad y, por ende un reconocimiento a la contribución que éstas hacen en el colectivo a la vida comunitaria toda. 
Explica que en los sistemas normativos internos (SNI) las mujeres, “han cubierto varios espacios en la vida social, pero en materia de representación política, como se ha planteado recientemente, para estar donde se toman las decisiones, todavía hay un déficit muy grande”.
Sin embargo, expone, tomando en consideración que en Oaxaca coexisten dos regímenes de gobierno a nivel municipal. Habría que distinguir los supuestos de participación y reconocimiento que subyacen en ambos sistemas. En el sistema de elección vía partidos políticos la participación ciudadana, la participación política y de representación se plantea como un asunto de igualdad; el simple hecho de ser humano o humana implica contar con derechos ciudadanos. Un voto, un ciudadano, es un derecho, mismo que es válido para todo tipo de personas, ya s a que vivan en núcleos rurales, agencias municipales o cabeceras municipales.
A diferencia de los Sistemas Normativos Internos, donde la calidad ciudadana o el derecho se adquieren en tanto se cumplen con las obligaciones y compromisos hacia la comunidad o el colectivo, no necesariamente al municipio o cabecera.; pues aquí primero cumples con tu obligación y, así, ganas tu derecho. Situaciones que plantean una polémica no tan fácil de resolver.
Por ello, la también académica e investigadora, sostiene que el planteamiento es apuntar hacia  los factores que  impulsen el desarrollo comunitario, siendo el humano  uno de los factores imprescindible. Por ello, superar las exclusiones de las mujeres y de las personas que viven en las agencias, que muchas veces, no pueden participar en el nombramiento de sus autoridades se ha convertido en una tarea  permanente en los más recientes procesos electorales.
Zafra refiere que frente a las prácticas de exclusión, especialmente de las mujeres,  un reto impostergable es visibilizar la contribución que éstas han tenido en las prácticas comunitarias, revalorizar sus tareas dentro de los comités de la escuela, de salud y en los programas de gobierno, tareas que son de beneficio común y que al final, permiten la reproducción social, señaló al citar algunos ejemplos.
Hasta hoy, en las comunidades los tomadores de decisiones no se habían planteado que las mujeres también pueden ocupar cargos. Sin embargo, pensar y reflexionar sobre su contribución, permitiría que las formas o cargo que ellas ocupan, fueran introducidos dentro de la lógica del sistema de cargos y de los nombramientos en las comunidades.
La también integrante del Consejo Consultivo del Instituto de la Mujer Oaxaqueña añade sobre la “vía Tlahuitoltepec” que las mujeres han defendido sus prácticas comunitarias, no se niegan a dar los tequios o a cooperar para su pueblo. No obstante, han demandado que se quiten algunas prácticas que consideran lesivas a sus personas como madres solteras y viudas  y a su economía, entre ellas la compra de cohetones para las fiestas, porque como ellas dicen: “queremos que nuestro dinero se vea”.
Este, dice Zafra es, como lo diríamos desde la sociología,  un cuestionamiento simbólico y profundo, pues se han negado a continuar con una práctica que de alguna forma las estigmatiza, yendo todavía más allá, al convertirse en factor de cambio,  cambio, al lograr no sólo que sea el colectivo comunitario el que absorba ese gasto sino continúe con una práctica que para todos da sentido a la comunidad. Logrando con ello impactar en otros ámbitos, como es el de la representación política, para votar y ser votadas.
La “vía Eufrosina” y la “vía Tlahuitoltepec” son legítimas. Y, sin duda alguna, ambas están manifestándose en las comunidades. Y, espera, sean las comunidades, hombres y mujeres quienes puedan informarse, discutir y, sobre todo, discernir, sobre cómo quieren hacerlo. La inminente adecuación en Oaxaca de la reforma constitucional marcará la pauta a las comunidades. Y, éstas, ejerciendo su derecho a la consulta, podrán optar por las mejores formas que permitan ampliar esos derechos.
Apuntó que es importante que la Legislatura del estado que discute iniciativas de ley para adecuar la reciente Reforma a la Ley Electoral Federal a la particular de Oaxaca, garantizando los derechos de las mujeres a ocupar cargos de elección, contemplando los derechos alcanzados tanto por los SNI como por la elección vía partidos políticos, pero en especial, haya respeto pleno a la diversidad y a la libre determinación de los pueblos indígenas.
Zafra reitero que mientras para un sector es fundamental hacer extensivos los derechos, como ya existen en el régimen de partidos, donde se han alcanzado porcentajes del 40 por ciento y hoy se apunta al 50; para otros, es necesario comprender cuáles son los sistemas de organización sociopolítica de las comunidades indígenas y su manera de ejercer la democracia.
En el caso de los SNI, antes de usos y costumbres, agregó el número de mujeres en los cabildos ha sido mínimo en relación al universo de municipios existente en el estado: entre 10 y 15 mujeres presidentas municipales por período electoral desde el año 2000 a la fecha, pero su contribución “por el bien común” ha favorecido que hoy aparezcan en cargos como tesoreras, regidoras de hacienda y de obras.
Resultado del proceso electoral 2013 en toda la gama del cabildo hoy contamos con 93 mujeres propietarias y 108 suplentes. De éstas, siete presidentas municipales, dos sindicas, nueve regidoras de hacienda, 29 de salud, 23 de educación y seis de obras, entre otras.
De igual forma destacó que en dos municipios, uno de partidos políticos y otro de sistemas normativos internos, la ciudadanía eligió de forma consecutiva a dos mujeres: San Pedro Ápostol, Putla Villa de Guerrero y en San Pedro Cajonos.  
Sin embargo, añadió se minimizó y abandonó del espacio de lo local por las políticas públicas y otras entidades políticas, espacio que hoy se quiere retomar bajo una visión de poder y control, que “como la confusión entre lo que es y debería ser la ciudadanía y el ejercicio de la misma en los municipios puede llevar a decisiones que socaven las bases bajo las cuales han sobrevivido los pueblos originarios y de los que hay muchos ejemplos de buena gobernanza y vida ciudadana”, advirtió la entrevistada.


Gloria Zafra, propuso al Consejo Consultivo del IMO como una forma de visibilización del trabajo de las mujeres dentro de los cargos públicos de sus comunidades se entragara el reconocimiento María Sabina 2015 a:
Eva Aragón Pérez, actual presidenta municipal y a Cecilia Teresita Florida Ricardez Arango, ex presidenta municipal de San Pedro Apóstol.
Edith Juárez Hernández, presidenta de San Pedro Cajonos y Anabel Ortega Robles, ex munícipe de esa comunidad de la Sierra Norte.
Irais Francisca, presidenta municipal de Putla de Guerrero en el periodo 2008-2010, y a Isabel Gonzala Bello Cruz, quien la sustituyó en el cargo para el trienio 2010-2013.
A la ex munícipe de Villa de Tlalixtac de Cabrera, Rafaela Hernández Chávez; a la regidora de Equidad de Género de San Juan Mixtepec, Felícitas Cruz.
Y, finalmente, se rindió un homenaje póstumo a Juanita López García (1947-2014), quien fuera presidenta municipal (1989-1992) en la población de Santiago Teotongo. López García fue la primera mujer electa para gobernar un municipio por un partido de izquierda, promotora de los derechos culturales de los pueblos indígenas en el Estado de Oaxaca y en el país además se desempeñó como promotora cultural.