Palabra de Antígona
Cuadernos Feministas 15 años de trabajo
Por Sara Lovera
Cuadernos Feministas es una publicación que
nació como respuesta a lo que en 1994 sucedió en Chiapas con la aparición del
Ejército Zapatista de Liberación Nacional y que permitió a la sociedad mexicana
darse cuenta hasta qué punto la población indígena del país había quedado
rezagada, a pesar de 84 años de la Revolución mexicana. Donde, además, las
mujeres indígenas quedaron de pronto entre dos fuegos.
Estos hechos definieron claramente de qué
lado estaban las feministas tradicionales e institucionales y aquellas que
continúan en la pelea por la verdadera transformación social, más allá de los
mecanismos de control, legales o supuestos, que maquillan sin resolver la
problemática y el conflicto entre mujeres y hombres, el sistema y la urgencia
de la democracia social toda.
La publicación impulsada por un grupo de
feministas, convocadas por Josefina Chávez, tuvo como objetivo fundamental
convertirse en un medio para la discusión sobre el camino del movimiento y el
pensamiento feminista en momentos que evidenciaban hasta dónde hablábamos
y trabajábamos con mujeres sólo de nuestro entorno o simplemente urbanas.
Buscó abrir la discusión seria y profunda.
A lo largo de esta década y media, Cuadernos Feminista ha hecho importantes aportaciones,
no porque documente o informe sobre el movimiento, sino porque ha dado pautas
para la discusión política, poniendo acentos precisos en coyunturas claras,
donde ideológica y prácticamente el movimiento tendría que reflexionar.
Pero además ha puesto en blanco y negro,
cómo mujeres de pueblos originarios de países de África o de Medio Oriente
están viviendo cambios muy aleccionadores, que van de la mano de la
profundización del mundo global, como del proceso del capitalismo, que afectan
la vida de muchas mujeres en el mundo.
Desde Cuadernos Feministas se ha hecho una
reflexión sobre los feminismos mexicanos, en las márgenes de la academia
instrumental y de las acciones políticas feministas en el marco institucional,
para convocar, como lo hizo en los encuentros latinoamericanos y mexicanos, a
retomar un camino de crítica al sistema que, a pesar de leyes y políticas
públicas, no ha mitigado los aspectos centrales de la dominación femenina y,
por el contrario, en los últimos años la violencia ha crecido exponencialmente.
En Cuadernos Feminista sus colaboradoras y
escritoras tuvieron como eje precisamente el tema de la multiculturalidad y la
justicia a mujeres indígenas o de pueblos originarios. 15 años después, aunque
se reconozcan esfuerzos organizativos y de diagnóstico, el solo caso de la niña
indígena de 8 años, víctima de pornografía y a quien ni siquiera la Comisión de
Derechos Humanos de Quintana Roo quiso escuchar, evidencian que muy poco
avanzamos en los temas centrales de la igualdad, la no discriminación y la opresión
de las mujeres que viven, como hace siglos, en las márgenes de la modernidad y
la globalización, sin que el sistema se altere y donde caen en el vacío
discursos, presupuestos y políticas de relumbrón que en la práctica no están en
la búsqueda de la transformación social.
Por eso esta publicación de excelencia,
desde hace poco convertida en un blog, ha podido sobrevivir: por su
independencia, su capacidad crítica y la tozudez de sus integrantes que saben
que la crítica autónoma es fundamental, sobre todo en tiempos de cambios
administrativos en México, que obligan a diversos balances.
Pero, además, esta publicación que no ha
sido complaciente ni es llamada a la institucionalidad del sistema, ha sido
fuente de encuentro, entre mujeres de una línea clara de crítica al sistema,
fuente de nuevas prácticas entre mujeres, donde campea la camaradería y también
los afectos, el respeto y la solidaridad, sin demagogia.
La seriedad y capacidad de buena parte de
sus escritoras, así como los esfuerzos ciberespaciales de Rocío Duque desde
Nueva York por darle universalidad a las discusiones, poner los temas en
español e inglés y la sistemática invitación al debate abierto, hace de
Cuadernos Feministas una publicación oasis en un desierto del pensamiento,
donde todo se lo traga la urgencia, el activismo que reacciona sin meditar y
sin discusión teórica, al ritmo de los temas y necesidades del sistema. Esta es
quizá su mejor aportación.
Abrir los más de 37 números impresos y
varias decenas de emisiones electrónicas, puede llevarnos de la mano a mirar
una historia reciente del movimiento, desde una perspectiva feminista
revolucionaria, que ha insistido en la urgencia de organizar a las mujeres y no
sólo trabajar como segundo piso de las políticas públicas de los gobiernos.
Desde luego que Cuadernos Feministas, que
nació con el apoyo de la Asociación Política, Convergencia Socialista, también
ha reportado descriptivamente acontecimientos que pueden ser retomados por
quienes se interesen en saber cómo ha sido el comportamiento del movimiento
feminista de México y, como dije, de otras partes del mundo, en los años de
mayor crisis del sistema que por ahora sólo busca remendar la condición social
de las mujeres y no transformar de fondo y raíz su realidad.
Hay que felicitar a todas sus
colaboradoras, pero especialmente a Josefina Chávez su directora, Rocío Duque,
Sylvia Marcos, Ana Ma. Hernández y a Fanny Dargence por su tesón y su trabajo
continuado. Recordar todo lo que nos dejó Nelys Palomo y los artículos que han
permitido reproducir una estela de intelectuales y maestras. Dar las gracias a
todas las que han tenido confianza, a las que la siguen, la leen y en su vida
política cotidiana han considerado fundamental para el movimiento feminista la
reflexión de fondo, más allá de la reacción coyuntural. Las lecciones de
Cuadernos Feministas, están ahí, para el placer y el crecimiento de todas. Hoy
se la puede buscar en el ciberespacio y sus números impresos como fuente
de investigación. ¡Felicidades!