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DÍA INTERNACIONAL DE LA ELIMINACIÓN DE
LA VIOLENCIA CONTRA LA MUJER
LA VIOLENCIA CONTRA LA MUJER
· De acuerdo con la ENDIREH-2011, la violencia más extendida, continúa siendo la ejercida por el actual o último esposo o compañero.
Por cada 100 mujeres de 15 años y más que han tenido pareja o esposo, 47 ha vivido situaciones de violencia emocional, económica, física o sexual durante su actual o última relación.
· Las agresiones más ampliamente experimentadas por las mujeres, son las de carácter emocional, 43.1% ha vivido –al menos una vez a lo largo de su relación- insultos, amenazas, humillaciones y otras ofensas de tipo psicológico o emocional.
. Cerca de la mitad de todas las mujeres actualmente casadas o unidas ha sido agredida por su pareja o esposo al menos una vez a lo largo de su vida en común (44.8%).
·
Entre las mujeres de 50 años y
más, se ubica la mayor proporción de quienes han enfrentado agresiones físicas
y sexuales.
·
El 10% de las
mujeres casadas o unidas han tenido dos o más uniones o matrimonios, y son las
más agredidas por sus actuales parejas o esposos.
·
Solo el 25% de las mujeres casadas
o unidas que padecieron violencia física ó sexual por parte de su pareja,
recurrió a alguna autoridad en busca de apoyo.
·
26.6% de las
mujeres asalariadas (6.1 millones) han sido discriminadas en sus trabajos por
el hecho de ser mujeres. Michoacán, Chihuahua, Durango, Puebla y Tlaxcala presentan
las prevalencias más altas; por el contrario, Querétaro y el Distrito Federal en
el nivel más bajo.
·
Sinaloa,
es donde se observa un incremento mayor entre las muertes por homicidio de las
mujeres jóvenes de 20 a 24 años, al pasar de menos de 1 en 2006 a 16.4 por cada
cien mil en 2010.
Desde hace poco más de tres décadas, los movimientos
de mujeres a nivel internacional y nacional, han señalado de manera insistente
la necesidad de que los Estados nacionales reconozcan que la violencia contra
las mujeres no es un problema de índole personal o privado, sino un problema
social y que “…constituye una manifestación de relaciones de poder
históricamente desiguales entre el hombre y la mujer, que han conducido a la
dominación de la mujer y a la discriminación en su contra por parte del hombre
e impedido el adelanto pleno de la mujer”[1]
Por ello la ONU en 1993, estableció lo que
a nivel internacional deberemos considerar “…por
violencia contra la mujer se entiende, todo acto de violencia basado en la
pertenencia al sexo femenino que tenga o pueda tener como resultado un daño o
sufrimiento físico, sexual o sicológico para la mujer, así como las amenazas de
tales actos, la coacción o la privación arbitraria de la libertad, tanto si se
producen en la vida pública como en la vida privada.”
Los
actos de violencia en contra de las mujeres se manifiestan en todos los ámbitos
y son ejercidos por diversos sujetos con quienes las mujeres establecen
diversas relaciones, desde las más cercanas como la pareja, hasta por
desconocidos, pero también directivos o compañeros de trabajo; directores,
maestros o compañeros de escuela y por diversos familiares.
Para dar cuenta
de la extensión y gravedad de la violencia contra las mujeres en nuestro país,
se requiere llevar a cabo encuestas a nivel nacional, la última de ellas, la
llevó a cabo el INEGI en a finales de 2011 y las estimaciones preliminares nos
permiten determinar la prevalencia[2] de la violencia por 100 mujeres de 15 años.
A finales del año 2011, el INEGI en
colaboración con el Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres), llevó a cabo
el levantamiento de la Encuesta Nacional
sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares ENDIREH-2011 y obtuvo información de una muestra
de 152 mil 636 mujeres de 15 años y más, 87 mil 169 de ellas se encontraban
casadas o unidas (62.4%), 27 mil 203 (17.8%) estaban separadas, divorciadas o
viudas; mientras que el 25.8% restante fue de mujeres solteras, que nunca se
han casado o unido.
A través de esta
encuesta se obtuvo información sobre diversas situaciones de violencia y
discriminación que han enfrentado las mujeres a lo largo de sus vidas y lo
ocurrido durante el año anterior. Los resultados de esta encuesta permitirán
dar cuenta de la extensión y gravedad de la violencia contra las mujeres en los
ámbitos laboral, escolar, comunitario, familiar y de manera especial, sobre la
violencia de pareja.
La violencia de pareja
En la medida en que la desigualdad se
expresa, entre otras, en la apropiación y predominio de los espacios derivados
de la división sexual del trabajo, y en tanto el lugar por excelencia asignado
a las mujeres es el espacio circunscrito a lo familiar, el lugar privilegiado
de la violencia contra las mujeres se ubica en las relaciones de mayor cercanía
y familiaridad.
Por ello la violencia de la pareja ocurre
con mayor frecuencia entre las mujeres que están o han estado casadas o unidas,
así lo muestran los resultados de la última encuesta, que estima que por cada
100 mujeres de 15 años y más que han tenido pareja o esposo, 47 ha vivido
situaciones de violencia emocional, económica, física o sexual durante su
actual o última relación.
Un primer acercamiento a los
resultados de la ENDIREH-2011, indican que las agresiones más ampliamente
experimentadas por las mujeres son las de carácter emocional, ya que el 43.1%
ha vivido –al menos una vez a lo largo de su relación- insultos, amenazas,
humillaciones y otras ofensas de tipo psicológico o emocional. A éstas les
siguen las de tipo económico, tales como el control o el chantaje, mientras que
las agresiones corporales y sexuales se ubican por debajo de aquellas.
Sin duda la violencia de pareja está
más extendida entre las mujeres separadas, divorciadas o viudas, ya que 64% de
ellas, declaró en 2011, que a lo largo de su última unión o matrimonio fueron
agredidas de diferentes formas; incluso dos de cada 10 reconoció haber sido
abusada sexualmente por su pareja o esposo.
La violencia de pareja entre las
mujeres casadas o unidas
La principal
violencia ejercida contra las mujeres es perpetrada por sus parejas o esposos,
y si bien está más extendida y más declarada por las mujeres anteriormente
unidas, son las mujeres que están actualmente casadas o unidas quienes corren
el mayor riesgo de daños físicos o incluso de perder la vida, en tanto
permanecen viviendo con su agresor.
En nuestro país, cerca de la mitad de
todas las mujeres actualmente casadas
o unidas ha sido agredida por su pareja o esposo al menos una vez a lo largo de
su vida en común (44.8%) y, de acuerdo con su edad, se aprecia que entre las
mujeres de 30 a 59 años hay una proporción mayor que ha vivido violencia por
parte de su pareja. Es particularmente relevante que entre las mujeres de 50
años y más, se ubica la mayor proporción de quienes han enfrentado agresiones
físicas y sexuales.
El 13.5% de las mujeres actualmente unidas han
sido agredidas física y/o sexualmente por su actual pareja o esposo, y cerca de
ocho de cada cien ellas enfrentó algún evento violento de este tipo entre
octubre de 2010 y octubre de 2011.
En México, 30 de cada cien mujeres que actualmente está casada o
unida, lo hizo por primera vez cuando aún no había alcanzado la mayoría de
edad, lo que muestra una de las tantas caras de la
discriminación, ya que por un lado indica la falta de oportunidades y opciones
para que estas jóvenes continúen con su desarrollo, y por el otro se observa el
grado de incumplimiento del precepto legal para limitar las uniones entre
menores de edad. En suma, más de la mitad de las mujeres mexicanas se casa o
une antes de cumplir 20 años.
El 10% de las mujeres casadas o
unidas, ya ha tenido dos o más uniones o matrimonios y esta situación parece
ser un factor relevante que genera o profundiza que sus parejas ejerzan
violencia contra ellas. El nivel de prevalencia de violencia de pareja -de
cualquier tipo y en cualquier momento de su vida-, es más alto en este grupo
que entre quienes solo se han casado unido una vez, ya que mientras un tercio
de quienes se han casado una vez enfrentaron violencia el año anterior, en el
caso de las que se encuentran en segundas o terceras uniones alcanzó al 42% de
ellas.
Prevalencia de
violencia de la pareja actual de las mujeres de 15 años por número de uniones
o matrimonios según tipo de violencia. 2011
|
||||||
|
Emocional
|
Económica
|
Física
|
Sexual
|
Total
|
|
A lo largo de la
relación
|
40.0
|
25.3
|
11.6
|
5.2
|
44.8
|
|
Una unión o matrimonio
|
39.4
|
24.8
|
11.3
|
5.0
|
44.3
|
|
Dos o más uniones o matrimonios
|
45.3
|
30.2
|
13.8
|
7.0
|
50.1
|
|
En el último año
|
27.4
|
17.3
|
6.3
|
2.8
|
33.7
|
|
Una unión o matrimonio
|
26.5
|
16.6
|
6.0
|
2.6
|
32.8
|
|
|
35.0
|
24.2
|
9.0
|
4.5
|
41.9
|
|
|
Las agresiones que ocasionan mayor daño físico,
y que van desde los jalones o empujones hasta golpes, patadas, intentos de
asfixia o estrangulamiento e incluso las agresiones con armas de fuego y los
abusos sexuales, no ocurren solos, y son de mayor gravedad.
Por ello, a nivel internacional se
recomienda establecer la prevalencia de violencia física y/o sexual como medida
de la violencia más grave, debido a sus repercusiones sobre la integridad corporal y emocional de las mujeres.
En 2011, la prevalencia de violencia
física y/o sexual a lo largo de la vida de la pareja alcanzó al 13.5% de las
mujeres, que declararon que al menos una vez durante su relación, su actual
esposo o pareja la ha agredido física y/o sexualmente (3.3% violencia física y
sexual; 8.3% solo física y 2.0% solo sexual).
Mientras que el 7.8%, declaró haber
enfrentado este tipo de abusos el año anterior a la encuesta (1.3% violencia
física y sexual; 5.0% solo física y 1.5% solo sexual).
Denuncia
Pese a que en muchas ocasiones las mujeres son
agredidas de manera grave, no acuden a denunciar los hechos delictivos
perpetrados por su pareja.
Solo el 25% de las mujeres casadas o unidas que
padecieron violencia física ó sexual por parte de su pareja, recurrió a alguna
autoridad en busca de apoyo y en menor medida ante las instancias públicas como
el DIF o los mecanismos para el avance de las mujeres, ya sean los
estatales o el nacional.
DISCRIMINACIÓN LABORAL
Pese a las
distintas acciones emprendidas para promover la participación de las mujeres en
el mercado laboral, aun persisten prácticas discriminatorias que obstaculizan
su acceso y permanencia en el trabajo asalariado remunerado. Algunas de estas
prácticas son de larga data y son razones basadas por su condición de género y su “aparente”
incompatibilidad con las razones de mercado, como es la reproducción biológica.
Esta capacidad de las mujeres, representa un obstáculo para su inclusión al
empleo, debido al costo que representa su ausencia por embarazo y posterior
periodo de crianza.
Por ello, y
pese a las normas que lo limitan, aun persiste la práctica de solicitar una
prueba que garantice que la mujer no está embarazada, como requisito
indispensable para considerarla para un puesto de trabajo e incluso para
garantizar su permanencia cuando ya se encuentran trabajando.
De acuerdo con
los resultados de la ENDIREH-2011, se preguntó a todas las mujeres si les han
solicitado esta prueba como un requisito de ingreso o bien si debido a que se
han embarazado han tenido repercusiones, tales como no recontratación, despido
o disminución de su salario o sueldo.
El 15.6% de
todas las mujeres casadas o unidas que han trabajado alguna vez en su vida o
que han solicitado empleo, confirmaron que Sí les han pedido esta prueba, como
requisito para la selección e ingreso.
Por otra parte,
3.4% de todas las mujeres han sufrido alguna repercusión por haberse
embarazado, tales como disminución del salario, despido o no le renovaron el
contrato.
Prevalencia de discriminación en el trabajo
para su acceso y permanencia.
|
Casadas
o unidas
|
Prevalencia
|
Le han
pedido la prueba de embarazo y por embarazarse la han despedido, no le
renovaron contrato o le bajaron el salario
|
293,455
|
1.7
|
Por
embarazarse la han despedido, no le renovaron contrato o le bajaron el
salario
|
298,094
|
1.7
|
Le han
pedido la prueba de embarazo
|
2,182,084
|
12.3
|
Total
de mujeres
|
2,773,633
|
15.6
|
Total
de mujeres que han trabajado alguna vez en su vida
|
17,782,766
|
|
Fuente: INEGI. Encuesta Nacional sobre la dinámica
de las relaciones en los hogares, 2011. Base de datos, octubre 2012.
|
Al igual que en 2006, la
encuesta indagó –entre las mujeres que trabajaron el año anterior como
empleadas, obreras y jornaleras- sobre otras prácticas discriminatorias basadas
en el género, que se llevan a cabo en los centros laborales,
Los resultados obtenidos
muestran la persistencia de este tipo de prácticas y su permanente utilización
para limitar la participación plena de las mujeres.
En las cinco prácticas
incluidas en 2011, solo la prueba de embarazo entre las trabajadoras presenta
una disminución; pero en las cuatro restantes se aprecia su permanencia y su
crecimiento.
Particularmente se observa que mientras
en 2006, diez de cada 100 trabajadoras asalariadas tuvieron menos oportunidades
que un hombre para ascender, en 2011, esta pasó a 14 por cada cien.
Los datos de la encuesta
permiten estimar que el 26.6% de las mujeres asalariadas (6.1 millones) han
sido discriminadas en sus trabajos por el hecho de ser mujeres. A nivel estatal
se observan variaciones relevantes que van desde 34.6 en Michoacán a 16.8 y
17.7 en Querétaro y el Distrito Federal.
LAS MUERTES
VIOLENTAS CONTRA LAS MUJERES
La violencia homicida tuvo un
aumento constante en la década pasada. En el año 2000 se registraron 437 mil 667
defunciones en el país (244 mil 302 hombres y 193 mil 253 mujeres), de las
cuales 10 mil 788 fueron muertes por agresiones intencionales o muertes por
homicidio, lo que representa el 2.5 por ciento.
En 2010, el total de
defunciones registradas ascendió a 592 mil 018 (332 mil 027 hombres y 259 mil
669 mujeres), mientras que las muertes por homicidio fueron 25 mil 757 (23 mil
285 hombres y 2 mil 418 mujeres); es decir, el 4.4% de las defunciones del país
fueron por esta causa.
En 2010, a nivel nacional hubo
4.4 defunciones por cada 100 mil mujeres y las tasas de muertes por homicidio
por encima de la media nacional, se registran en Chihuahua, Durango, Nayarit,
Sinaloa, Baja California, Guerrero, Tamaulipas, Morelos, Oaxaca, Coahuila y
Quintana Roo.
En Durango la tasa de muertes por
homicidio de mujeres subió 7.6 veces más a la registrada en 2005 (2.3 a 11.7
por cada cien mil mujeres) y este
incremento fue mayor que entre la de los hombres. En Chihuahua la tasa entre
las mujeres pasó de 3.7 muertes por cada 100 mil a 34.8 en 2010.
La violencia cobra más vidas entre la
población joven, particularmente entre quienes tienen entre 15 a 30 años. Entre
las mujeres la tasa más alta se ubica entre quienes tienen 20 años, donde cerca
de ocho de cien mil mueren por agresiones intencionales, mientras que entre los
hombres de 25 años, 102.6 por cada cien mil.
Aun cuando en
número absolutos las muertes por homicidio entre los hombres son significativamente
más que entre las mujeres, resaltan los siguientes hechos:
·
En
Chihuahua, la tasa de muertes por homicidio entre los hombres jóvenes de 20-24
y de 25 a 29 años creció 11.4 y 12.2 veces más de 2006 a 2010, mientras que
entre las mujeres de los mismos grupos de edad, la tasa subió 16.1 y 16.8 veces
más que en 2006, lo que representa cuatro veces más que entre los hombres. En
2010 se registraron 74 homicidios de mujeres de 25 a 29 años de edad por cada
100 mil mujeres de esas edades.
·
Sinaloa,
es la entidad donde se observa un incremento mayor entre las muertes por
homicidio de las mujeres jóvenes de 20 a 24 años, al pasar de menos de 1 a 16.4
por cada cien mil.
·
En
Durango, la tasa de muertes por homicidio entre los jóvenes de 20 a 24 años, se
incrementó 6.2 veces más entre los hombres y 10.7 veces más entre las mujeres
de 2006 a 2010.
·
En
Nayarit, la tasa de homicidios entre las mujeres de 25 a 29 años de edad pasó
de 2.6 a 20.1, lo que representa un aumento de 7.6 veces.
REFERENCIAS:
INEGI. 2011. Estadísticas vitales. Estadísticas de mortalidad por
causas.
2012. Bases
de datos de las Encuestas Nacional sobre la dinámica de las relaciones en los
hogares. ENDIREH-2011 y ENDIREH-2006.
[1] ONU. Asamblea General de las Naciones Unidas,
Resolución 48/104 “Declaración sobre la eliminación de la violencia contra la
mujer”
[2] La Prevalencia o Tasa de violencia, es la
proporción de mujeres de 15 años y más que declararon haber experimentado al
menos un evento de violencia (del tipo y relación en cuestión), durante el
periodo de referencia, dividido entre el total de mujeres de 15 años y más,
multiplicado por cien. Puede expresarse como fracción (por ejemplo, una de cada
diez) o como porcentaje (por ejemplo, 10% del total).