Palabra de Antígona
Mujeres y cambios
Por Sara Lovera
El gran tema para las mujeres en la nueva etapa política en México es cómo
se enfrentarán los problemas desde los espacios oficiales, para parar la
violencia, hacer efectivos sus derechos y aplicar debidamente los recursos.
Aunque todavía el Tribunal Electoral no dice la última palabra sobre la
elección presidencial, el aparato y todos sus voceros dan por hecho que las
cosas no van a cambiar.
Andrés Manuel López Obrador todavía está reuniendo pruebas y el panorama en
lo social señala que no hemos reunido las fuerzas necesarias para enfrentar
esta situación improcedente: aguantar y dejar pasar, como si nada, hechos,
cifras, implicados y lo peor, aceptar que hay una mayoría corrupta que soporta
la compra y coacción del voto y que no hay remedio.
Sólo hay que escuchar a algunos disque periodistas, con espacios comprados,
obviamente, cuya tarea desde sus tribunas es decir y repetir a la gente que no
hay nada que hacer, que no existen las pruebas de los desvíos electorales y que
ya ni modo.
¿Usted sabe cuál es el mérito periodístico de Ricardo Alemán? Un individuo
a quien seguramente el poder le compró 20 minutos a la semana en Televisa para
que promueva la idea de que no hay pruebas sobre los desvíos y no le parece
importante nada sobre la compra de votos. Su ética no lo altera en nada.
Y ¿quién es? ¿qué lo ha distinguido? Porque otros, de Televisa y otros
medios, al menos son periodistas con trayectoria, que incluso pueden creer lo
que dicen, por convicción. Pero el señor Alemán no tiene nada en su historia
que lo haga periodista distinguido ni un reportaje con el que haya
hecho raya, como dice mi madre. Y no tiene premios, ni una causa, ni
periodismo de investigación, ni antiguo o reciente reconocimiento. Es un
individuo que ha sabido trepar hasta la pantalla, sin nada que lo sostenga.
Como él, hay otros personajes, pero éste ¿cómo le hizo para llegar a Televisa?
Eso cuesta.
En fin, las cosas podrían quedar ahí. Y volver a empezar la lucha por la
democracia, en la que una multitud de personas piensan que vale la pena.
En este orden, las mujeres comienzan a movilizarse. Una cuantas feministas
llegarán o ya llegaron al congreso y están analizando con prontitud lo que
sigue.
Hace unos días, Elena Tapia, ex delegada de Iztacalco, distinguida por su
trayectoria feminista, ex dirigente y constructora del partido México Posible y
militante del PRD, me contó que un asunto fundamental para las mujeres será
participar y entrometerse con hondura, análisis y trabajo, en los cambios
jurídicos que vendrán para los medios de comunicación, más allá de lo
importante de la distribución de concesiones y legalidad para los servicios de
comunicación múltiples, es hora de iniciar el análisis de los contenido de los
medios, del tratamiento de la imagen de las mujeres, de los mecanismos
ideológicos que fortalecen la discriminación y violan sistemáticamente los
ordenamientos en vigor.
Menuda tarea. Un grupo de mujeres se han empezado a reunir para
revisar lo que hoy toca en la Cámara de Diputados, donde se ha legislado
prácticamente todo lo que por ley podría garantizar la igualdad entre mujeres y
hombres. Lo que falta es una tarea política para que las leyes sean realidad y
se acabe con la impunidad que rodea la violencia contra las mujeres.
Igualmente, en Tabasco y Morelos ya se mueven las aguas. Los nuevos
gobiernos de sello de izquierda tienen que abrirse a escuchar y resolver los
graves asuntos de la falta de coordinación con las leyes generales, ponerse al
día en los códigos penales y de procedimientos, armonizar su legislación y
poner sobre la mesa, recursos y políticas que aseguren un cambio en positivo
para sus poblaciones femeninas, para enfrentar la pobreza que ofende y otra vez
la impunidad y la discriminación contra las mujeres.
En Morelos, quien es prácticamente el gobernador electo, Graco Ramírez, ha
decidido que sean las feministas y del movimiento amplio de mujeres quienes
decidan el rumbo de la política de género. Loable, si eso no significa
soliviantar en nombre de la democracia a las mujeres de distintos feminismos.
Lo importante es que sean, estas mujeres, capaces de darse cuenta que valdría
la pena incidir realmente, porque en Morelos se arrastra una nube de crímenes
contra las mujeres desde hace tiempo y hace falta capacidad para mirar juntas
cómo entrar a un proceso, que aunque lento, vaya resolviendo.
Ahí, figura una mujer entrona y capaz. Se llama Adriana Mújica, ojalá se
pongan de acuerdo para catapultarla. Luego le pediremos cuentas, sin duda. Pero
ella, ex diputada y militante feminista, perredista y, como dije, entrona,
sería una buena directora o presidenta del instituto de las mujeres.
Y en Tabasco lo más importante y algunas mujeres feministas, están
preocupadas, es convencer al nuevo gobernador de comprender la importancia de
una seria, posible y capaz política de género, puesto que las mujeres de la
entidad hace años que padecen miles de discriminaciones y ataduras. Una visión
liberal y comprometida podría ser fundamental. Ojalá que las mujeres de Tabasco
sean capaces de mirar con altura esta nueva oportunidad. Porque de eso se
trata, de avanzar, de hacer efectivas todas las cosas ganadas.
Es importante porque si logran imponer el PRI y sus testaferros, como el
dichoso señor Alemán, a Enrique Peña Nieto, que se ha declarado conservador,
tiene a su lado, por interés, política acomodaticia, traición, a un grupo de
mujeres que fueron integrantes del movimiento progresista de mujeres, algunas
muy capaces, aunque se voltearon a la derecha, al poder y al simulación.
Se las recuerda bien: Rosario Robles, ex jefa de gobierno del DF y quien
entregó el PRD a la derecha; Patricia Olamendi quien en su juventud fue de
izquierda y se unió al gobierno de Vicente Fox, y otras nombradas en su grupo
como Laura Carrera, que últimamente fue panista, luego de que fue priista y
tuvo encargos de altura, como la subdirección del DIF y la oficina de análisis
y seguimiento de los feminicidios en Gobernación, en este sexenio que está por
terminar.
En fin, junto a ellas otras mujeres, que no han tenido una clara
identificación ideológica y que llegaron a puestos de poder a través de
distintos partidos, pero que en momentos importantes han sabido manejar el
lenguaje feminista. Esto es un ejemplo, quienes militan por los derechos
humanos de las mujeres, con un fondo ético y convencido, van a recibir toda
clase de invitaciones y no estarán exentas de los cantos de sirena, siempre
presentes.
Porque en este país sin gobernabilidad
democrática, con un gobierno en ciernes que al menos será juzgado por
ilegítimo, bajo sospecha de haber manejado millones de pesos que nadie sabrá de
dónde salieron, necesita una mirada de largo aliento, pensando que los derechos
de las mujeres están en juego, que ya no podemos seguir simulando que hay políticas
públicas a favor de las mujeres, y que muchas, muchas mujeres diputadas o
senadoras, no garantizan lo que hoy requerimos.