Mujeres y Política
¡A votar!
Soledad JARQUÍN EDGAR
HOY vamos a votar.
La única forma de vencer toda sospecha, cualquier
posibilidad y acusaciones de un posible fraude electoral es acudir a las urnas
y votar. El ejercicio de este derecho político de cientos y cientos de personas,
que suman millones de voluntades hace la diferencia real en un proceso
electoral, la apatía porque son los mimos políticos de siempre, el desgano por
ser domingo, la indiferencia hacia el destino del país acarrea únicamente que
otros tomen la decisión y un importante número de personas sigan mirando desde
afuera como si no formaran parte de este país.
Hoy tenemos que reconocer, la credencial de elector, “el
ife” como le llama la gente joven, sirve para algo más que sólo ir a los antros,
como forma de identificación en un banco
o cuando viajamos. La credencial de elector nos sirve para elegir a quien nos
gobernará.
Si comparamos todos los derechos políticos: votar, ser
electo y ser designada, el primero (votar) es quizá el más importante, es el
poder ciudadano, como se le ha llamado, yo no tengo la menor duda de que así es.
Con la credencial de elector o electora en la mano, cada persona puede acudir a
la casilla que le corresponda este domingo y sólo este domingo, y únicamente hasta
antes de que cierren las casillas. Así que solos y en silencio, cada persona,
puede elegir al candidato, candidata o partido político que más le simpatice,
el que le haya convencido con sus propuestas y luego ELEGIR.
Lo que nunca se debe hacer dentro de la casilla al momento
de elegir, cuando nadie nos ve y cruzamos la boleta, es hacer lo que otros le
dijeron que hiciera; nunca, pero nunca debe votar por quien otras personas le
indicaron, no se debe elegir a un posible gobernante porque le dio más regalos,
desde tarjetas de despensas, crédito para su teléfono celular, tinacos,
arreglos en su casa, le ofrecieron trabajo, hasta mandiles, gorras, lápiz
labiales o viajes a Acapulco todo pagado.
Eso nunca se debe hacer. Conversando con un grupo de amigas
y amigos, llegamos a la conclusión de que votar es un acto íntimo cuyas
consecuencias siempre serán colectivas. Esa es la condición más importante de
un proceso electoral. Por eso el voto tiene un halo sagrado dentro de la
política. Llegar al punto donde la ciudadanía es la que decide ha costado a
México la vida de miles y miles de personas y es o debe ser para quienes
cumplen a cabalidad con los principios humanos, como la ética y la honestidad,
una gran satisfacción.
Muchas veces pensamos en el voto útil. Otras personas
piensan que quienes aspiran a gobernar este país no satisfacen sus
expectativas, otros hemos visto en la política la oportunidad voraz para el
enriquecimiento de unos cuantos y el empobrecimiento de las mayorías, y con
ello, creemos han crecido los peores lastres sociales, sin embargo, y a pesar
de cómo la clase política desvía la confianza ciudadana, insisto, no hay duda, VOTAR
es el acto más importante que los “comunes mortales” podemos ejercer como
ciudadanos y ciudadanas.
Solo y únicamente, con el ejercicio de este derecho
político, la ciudadanía puede decirle sí a un grupo político y sólo nosotros y
nosotras tenemos la facultad de decidir. ¿Dígame si no siente satisfacción
después de votar? Decíamos en el grupo de amigos y amigas, votar debe ser una
especie de orgasmo ciudadano. Totalmente satisfactorio.
Lo demás viene después, no tengo idea si a quien elige será
quien gane; quienes obtengan el triunfo. No lo sé, lo que sí puedo adelantarle
es que después de votar, usted ya ganó. Y como ya ganó, a través de este
ejercicio democrático, tendrá que estar vigilando, pendiente. No se trata de
que los demás hagan lo que a usted y a mi nos corresponde, cuidar la
transparencia del proceso electoral y claro debemos reconocer a todas las
personas que a lo largo y ancho del país se han inscrito para ser observadores
electorales, para cuidar la elección. Recordemos que la elección es un proceso
que nos pertenece a la ciudadanía, por eso dicen que los comicios son un fiesta
de la ciudadanía, de la democracia. No hagamos que el “título” de ciudadano o
ciudadana, que tenemos a partir de los 18 años, nos quede grande. A vigilar
entonces, igual tenemos que hacer esa vigilancia con responsabilidad, evitando
el sospechosismo innecesario, hay que abrir los ojos, tenerlos bien abiertos y
evitar tomar la justicia por nuestras propias manos. Sí podemos exhibir a los
ladrones de la democracia a través de las redes y la denuncia ante quien
corresponda, sólo eso.
Y es que desafortunadamente, hay quienes todavía piensan que
pueden violentar las elecciones, hay quienes todavía creen que pueden cometer
fraudes electorales, hay quienes para desgracia de México se especializan en
hacer toda clase de trampas, ya lo vimos: urnas “embarazadas” previamente en el
Jalisco; boletas tachadas a favor del PRI en varios municipios de Oaxaca;
anillos de grafito para anular boletas; llamadas telefónicas regalando tiempo
aire para celulares a nombre de la candidata presidencial, encuestas a modo que
buscan influir en el consciente de las personas o cambios de estrategia de
última hora; sin embargo, creo y pienso firmemente que si toda las personas con
credencial de elector salen a votar, la historia será escrita por la ciudadanía
y no por quienes se quieren quedar con la silla presidencial o una curul solo
por la fuerza o porque de manera personal les conviene; ni modo, algunos “políticos”
tendrán que aceptar que no siempre se gana y que cuando se pierde hay que
buscar una forma honesta de vivir.
Así que a votar, por favor salga a votar y vote por quien
usted cree firmemente que es la persona más honesta, más capaz, más apta, más
correcta, la más humana, y la que tiene las mejores propuestas para dirigir
este país, porque esos son los atributos que necesita en la realidad quién
pretenda gobernar México, esos y sólo esos.
ELECCIONES Y MUJERES
Como desde hace un tiempo o desde hace varios procesos
electorales, al menos tal vez desde 1988, en esta ocasión las mujeres jugaran
un papel muy importante en el proceso electoral. Son mayoría como electoras,
ojalá acudiéramos a votar el 80 por ciento de las que somos; son mayoría como
funcionarias de casilla. Todavía no son mayoría como candidatas rebasamos el 40
por ciento y eso en un mundo machista ya es decir bastante; hay también una importante representación de
consejeras en el IFE, en Oaxaca, incluso, hay una comisión de Equidad y Género,
en fin, hemos avanzado las mujeres y se nota en la participación mayoritaria
que habrá este domingo 1 de julio de 2012.
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