Mujeres y Política
De Procuraduría a consejería
Soledad JARQUIN EDGAR
Qué “silvestres”
salieron en la Procuraduría General de Justicia del Estado de Oaxaca, por
omisos y por falta de resultados, de lo cual ahora resulta somos responsables
sociedad y medios. Faltaba más.
En los últimos días
han sucedido hechos que deberían indignar a toda la sociedad, más aún a los
gobiernos y esas dependencias, consejos e instituciones que dicen velan por lo
que pomposamente llaman el interés supremo de la niñez, entre ellas el DIF
Estatal y municipales que presiden honorariamente las esposas de los titulares
de gobierno, pero que está visto requieren mas allá de acciones de beneficencia,
se necesitan –se ha dicho insistentemente- políticas públicas y no de
voluntariados que ya no responden a lo que la sociedad demanda, los tiempos
cambian, incluso por la dignidad y reconocimiento de las señoras y con ello del
resto de las mujeres, que está visto podemos hacer miles de cosas y no sólo
cuidar.
Sin embargo, la
sociedad ya no se indigna porque está cansada y no ve resultados. El ejemplo
más claro de omisión, maltrato y discriminación es lo que sucede en materia
educativa, amén, claro está de la
Sección 22 del SNTE.
Los hechos son
contundentes. Por un lado, se acabó de destapar una vieja cloaca clerical con
la denuncia social de la violación sexual de 45 niños en Oaxaca y, por otro
lado, a través de videos la sociedad hemos sido testigos del maltrato a niñas y
niños menores de cuatro años en la guardería Espiral, aquí en la residencial
colonia Reforma.
Pues estos hechos que
se denunciaron a la sociedad de Oaxaca y del mundo entero a través de los
medios de comunicación han provocado molestia entre servidores públicos de la
PGJE, quienes una y otra vez insisten que primero están las instancias de
“procuración de justicia” y luego los medios de información.
Pregunto al
Procurador Manuel de Jesús López López, a quien se le atribuyen las
declaraciones en sendos boletines de prensa, ¿por qué cree que las personas
agraviadas acuden primero a los medios y después a la Procuraduría que usted
dirige? La respuesta es simple, pero por si lo ignora, le cuento que la
realidad es otra porque la gente, la sociedad, esa a la que le encomendaron
proteger jurídicamente, está harta, cansada, molesta, tiene una enorme
sensación de soledad y de abandono por la falta de respuesta, por la omisión
constante, por la desprotección en la que vive de forma cotidiana en sus vidas
y bienes personales.
Por ese simple hecho,
porque ha dejado de tener confianza en la “procuración de justicia” es que las
víctimas de la delincuencia, sean sacerdotes, maestros o “vulgares carteristas”
recurren a los medios de información, con todo y sus pruebas, antes de ir con
quienes en otros tiempos sería lo “correcto”.
Y no es para menos,
en ambos casos denunciados, la Procuraduría de don Manuel de Jesús López ha
dado tumbos y más tumbos y termina por regañar, literalmente, a la sociedad
oaxaqueña por no hacer lo correcto. En días pasados “recomendaron”, vía boletín
de prensa, a “los padres de familia a vigilar el comportamiento de sus hijos a
través de las redes sociales”.
La recomendación que
hicieron desde la oficina de comunicación social de la PGJE surgió a raíz de la
localización de una menor que presuntamente había huido de su casa, en esta
ocasión, la desaparición denunciada por cierto por la madre y nunca por el
padre, fue atendida por la Subprocuraduría para la Atención de Delitos de Alto
Impacto, la misma que tal parece “no puede intervenir” aún en el caso de pederastia
clerical ni en el asunto de la guardería que atiende ese elefante blanco
conocido como Procuraduría para la Defensa de la Familia, la Mujer y la Niñez,
por cierto dependiente del DIF Estatal.
En el boletín de
prensa emitido el 30 de mayo pasado, se da voz al Procurador quien sostiene que “la población debe estar atenta
a posibles señales, sobre todo en menores de edad, pues sucede a menudo que la
dependencia inicia grandes operativos de búsqueda, y luego de arduo esfuerzo,
encuentra finalmente a la persona en casa de familiares, amigos o
frecuentemente de la persona con quien mantienen una relación sentimental; lo
que deja ver, que es necesario revisar los problemas familiares para evitar
situaciones más delicadas”.
Bueno, yo ya no
entiendo, qué espera el Procurador y su equipo ante estos hechos. Acaso no se
les paga y bien por hacer su trabajo de investigar y encontrar donde sea a las
personas o ¿qué es lo que espera entonces? Acaso que la niña no apareciera o
que apareciera muerta, descuartizada o violada para que entonces su “arduo
esfuerzo” como dice su boletín, rindiera frutos. Yo ya no entiendo, lo que sí
entiendo es que en ese afán de festinar lo que no es posible celebrar emiten
boletines de prensa a diestra y siniestra, porque piensan que están informando
y ahora resulta que hasta consejos dan sobre cómo debe actuar la sociedad
agraviada.
Con ese “sentido
didáctico” de la PGJE, ya no resulta extraño entonces que en un boletín de este
viernes, la PGJE sostenga que al exhibir los videos en los medios, incluyendo
las redes sociales, se re-victimiza a los afectados, cuando ha sido su falta de
respuesta y justicia los que han victimizado una y otra vez a la población
afectada.
Casos concretos son
los de mujeres que han sido asesinadas aun cuando ellas de forma reiterada
interpusieron denuncias de violencia familiar, nadie les hizo caso y terminaron
asesinadas por sus queridos maridos. En el olvido están los casos de violencia
sexual contra niñas de albergues infantiles indígenas, algunas de ellas embrazadas
y ningún maestro o directivo en la cárcel. Y todavía nadie se olvida del caso
de un sacerdote en Xoxocotlán que abusó de una niña y cuyo caso atendió la Subprocuraduría
de Delitos contra la Mujer por razón de género, sin que el sacerdote fuera detenido
nunca. O que nos dice la PGJE de ese mal hábito de destruir nombres y
fotografías de las víctimas y también de
quienes luego resulta no eran los victimarios, delincuentes ni criminales.
En fin, esto es sólo
la periferia de un problema real que no se atiende de fondo y entonces hay que
salirse con distractores, escusas y acusaciones para quienes en realidad
esperan justicia y castigo a Gerardo Silvestre Hernández, sacerdote católico
quien desde 2009 fue acusado de haber cometido abuso sexual en contra de 45
niños indígenas, hecho del que ya tenían conocimiento autoridades civiles y
también el clero.
Testimonios de las víctimas y de sus madres no
son suficientes para que la iglesia católica representada en Oaxaca por José
Luis Chávez Botello empiecen a limpiar la cloaca y en cambio como Poncio
Pilatos se laven las manos señalando que se trata de actos difamatorios,
invocando por twitter a la corte
celestial para que todo se aclare.
Pero esa no es la justicia que espera la gente,
claro que no. Las familias de estos 45 niños, que hoy sumidos en el miedo y las
amenazas no van a las subprocuradurías donde, según el Procurador López, se les
atenderá debidamente, estas familias en su mayoría pobres e indígenas, lo que
se traduce en nuestro sistema como obstáculos para alcanzar la justicia, buscan
que el todavía sacerdote Silvestre Hernández sea encarcelado y pague por sus
crímenes.
No digo más, pero de este asunto nada, ni una
triste declaración de quién se comprometió a gobernar a los oaxaqueños con apego
a la justicia y la instituciones, ya saben me refiero al gobernador Gabino Cué
y sus siempre fallidos y desorientados muchachos que integran el gabinetazo que
no dan una ni estos ni en otros casos y peor aún, algunas organizaciones
sociales están en silencio, Eréndira Cruzvillegas tampoco abre la boca…¿quién
entonces? La única certeza que tiene hoy la gente son los medios y eso incluye
a algunos periodistas.