A Reserva
Más vale pedir perdón que permiso
Bárbara
GARCÍA CHÁVEZ
Las
fuerzas sociales de Oaxaca han provocado constantes sismos políticos de diversa
magnitud, lo que tiene en vilo la muy poca gobernabilidad en el estado, que
reacciona de muy diversas maneras, sin duda hasta ahora sin ninguna eficacia.
El
gobierno, sin atinar si seguir caminos ya andados, recurrir a la amorosa bondad
de falsa comprensión social o echar mano de la consabida represión, escuchando
voces conservadoras que dicen representar el futuro de Oaxaca y comenzar a
llenar cárceles como en los tiempos del tutor político del gobernador actual,
me refiero al otrora priista y hoy candidato del PAN, Diódoro Carrasco
Altamirano.
Para la
ciudadanía oaxaqueña que eligió alternamente a Gabino Cué Monteagudo, una de
las razones más importante que esgrimió fue en principio el hartazgo social a
gobiernos y gobernantes corruptos, prepotentes y cínicos, la necesidad
imperante de restablecer el Estado de Derecho, que implica la jerarquía del
Derecho por encima del gobierno, la subordinación del gobierno al Derecho.
Este
principio general determina la exclusión de todo poder discrecional o
arbitrario que pueda lesionar los derechos de los ciudadanos. La supremacía del
Derecho, seguridad jurídica, verdadera división de poderes, protección de los
derechos y libertades fundamentales de los seres humanos, limitación y
racionalidad en el uso del poder.
Evidentemente
en el gobierno del cambio no ha habido tal transición democrática que alcance en
lo mínimo estas expectativas. La continuidad ha sido la constante y lo que
parecen esfuerzos de conciliación con el pueblo se han quedado en ridículas
expresiones de desquites y desagravios no cumplidos, promesas de diálogo y
concertación tan cortos y excluyentes que sólo exacerban la frustración y como
consecuencia la movilización ciudadana.
Tal es la
causa que el pasado 23 de abril adujeron las comunidades indígenas y campesinas
que conforman las Organizaciones Indias
por los Derechos Humanos en Oaxaca, que en voz de una mujer indignadamente
resumió la situación actual que vive Oaxaca explicando claramente el recurso de
la protesta social en la calle.
Me parece
importante la transcripción de algunos párrafos del discurso citado,
considerando su trascendencia que de facto rompe el consabido pretexto que
descalifica a priori cualquier cuestionamiento al actual gobierno estatal,
justificando la inconformidad social, culpando a actores políticos anteriores
al servicio de los intereses de Ulises Ruíz.
Cito: “Nosotros,
habitantes de las comunidades más marginadas de las diferentes regiones de
Oaxaca, que es uno de los estados más pobres de la República Mexicana, no
venimos aquí porque no tengamos nada que hacer en nuestros pueblos. Tampoco nos
manifestamos porque alguien nos haya acarreado, ni para hacer bulto en la
campaña de algún líder o candidato. Venimos hoy a esta capital del estado de
manera libre y autónoma, para ejercer nuestro derecho constitucional a expresar
y manifestar nuestra inconformidad ante la situación que vivimos en nuestro estado y en nuestro
país…
“Esta es
la situación que vivimos: Los representantes del congreso no nos representan,
los funcionarios no funcionan, los gobiernos no gobiernan…Defenderemos a
nuestras organizaciones, nuestras alianzas y nuestros movimientos contra la
criminalización, la persecución y la represión.
“…Mientras
los asesinos y delincuentes del 2006, Ulises y su mafia, siguen gozando de su
libertad y de los miles de millones que robaron al pueblo oaxaqueño. Con este
dinero siguen financiando sus campañas en contra del gobierno del presunto
cambio que los tolera y no los ha tocado…Siguen intactas sus estructuras dentro
y fuera del nuevo gobierno…
“Siguen
impunes también todos los crímenes de lesa humanidad cometidos en contra de
cientos de mujeres oaxaqueñas; tal parece que aquí las mujeres no somos humanas
ni tenemos derechos. Se les olvida a los gobernantes que sobre nuestros hombros
y nuestro trabajo se construye esta sociedad.
“Estamos
indignadas ante el silencio de las autoridades y exigimos que se erradique la violencia
contra nuestro género…
“Las
mujeres indígenas denunciamos también que el programa de limosnas oficiales
llamado “Oportunidades” se ha convertido en un instrumento de los gobiernos de
todos los colores y todas las siglas para tenernos dominadas, controladas y
para impedir que nos organicemos las mujeres de manera autónoma. ¡Ya es hora
que las mujeres del campo y de la ciudad luchemos por un verdadero respeto a
nuestros derechos!...
“A pesar
de toda esta situación que vivimos, los partidos que prometieron el cambio en
Oaxaca, ya se olvidaron de esta promesa. Total, para ellos ya cambió el asunto:
Ya están en el poder. El poder y el dinero, esto son los únicos principios que
conocen, por ellos están dispuestos a hacer todo y por el pueblo nada”.
Ante esta
situación de reconocida ingobernabilidad por el propio gobernador Cué
Monteagudo, expuesta públicamente un día después de la comentada manifestación
masiva, el 24 de abril, en su convocatoria a las organizaciones sociales,
sindicales, empresariales y académicas, a construir un Acuerdo de
Gobernabilidad y Concordia para Oaxaca, por el bien del estado y de sus
habitantes y su propuesta consecutiva, en la que aduce (hasta ahora) la
necesidad de consolidar el Estado de Derecho y el orden público, implicando que el casi año y medio
de su gobierno, una cuarta parte del tiempo formal de su administración, Oaxaca
ha vivido en el caos político, fuera de la legalidad y, según afirma en su
acuerdo, las instituciones de la administración pública estatal no han
funcionado debidamente; la opacidad por falta de mecanismos accesibles de
transparencia en las acciones de gobierno; por ineficacia de las instancias de
seguridad y policiacas que violentan sistemáticamente los derechos humanos.
También
reconoce el gobernador la falta de coordinación con los poderes legislativo y
judicial, a pesar de que la coalición política que lo llevó al éxito electoral
tiene clara mayoría en el congreso local, es decir, tendrían que ser sus
aliados, como lo han demostrado aprobando sin chistar sus iniciativas que
modifican el estatus normativo según sus intereses, y por otro lado, el poder
judicial del estado lo preside quien el dispuso y responde a sus designios.
Entonces ¿De qué habla?
El
gobernar sin rumbo, sin proyecto consensuado debidamente con los grupos y
partidos políticos que formaron la coalición por la paz y el progreso, que en
muchos casos se lamían los bigotes, con las cuotas de poder que lograron,
alcanzando puestos y prebendas personales o de grupo, dejando descaradamente de
lado las aspiraciones de la ciudadanía y el bien general. Estas son las
consecuencias.
La
imposición de personajes oscuros sin ética política en puestos estratégicos
cuando así le convenía, -es el caso de
Irma Piñeyro y Benjamín Robles- que montaron toda una estructura electoral
aprovechando sus funciones y recursos, para después erigirse candidatos
incomodos a los actuales intereses del gobernador y sus secuaces.
La
permanencia impúdica de funcionarios de primer nivel con atroces compromisos,
como es el caso del Procurador de Justicia Manuel de Jesús López López, los
millonarios empresarios José Zorrilla de San Martín, Secretario de Turismo, y
de SINFRA, Netzahualcóyotl Salvatierra López.
Mención
especial merece el Secretario de Finanzas, Gerardo Cajiga Estrada, hombre
poderoso que al parecer tiene gran ascendencia en el ánimo de Cué Monteagudo,
quien no solo protege su permanencia, que ha sido incluso motivo de conflicto
en la estructura gubernamental por la displicencia y retardo con la que el
señor libera los recursos a las diferentes dependencias, también consiguió que
el gobernador con esa facultad tan flexible y discrecional de emitir decretos,
creó el Centro de Diseño de Oaxaca, ex profeso para Lizeth Galván Cortés, esposa
del funcionario, quien puso como condición para vivir en Oaxaca y resguardar la
seguridad emocional de su marido tener una chambita que le permitiera
desarrollarse como diseñadora junto con algunas amigas, todas venidas de otras
ciudades, para lo que le inventaron estratégicamente una dirección general con
un presupuesto envidiable, mucho mayor a cualquier organismo estatal de esta
naturaleza, 12 millones de pesos, de los cuales casi nueve millones son para el
pago de su mini nómina, casualmente todos de nivel superior y medios y maxi
remuneraciones en sueldos y compensaciones.
Este
Centro de Diseño de Oaxaca, que agradece explícitamente la señora Galván Cortés
se describe como “un espacio social y cultural vibrante y diverso”; su
personal, se autocalifica como “una nueva generación de funcionarios que
contribuyen a la estabilidad, esperanza y dignidad de las comunidades que están
luchando contra la pobreza. ¿Será? Suena a demagogia que juega y manipula con
la condición étnica y la pobreza de la región.
También
este CDO dice coadyuvar con las y los universitarios de esta área académica,
pero la sorpresa es que los convenios son con alguna Universidad privada del
D.F. Por otro lado, no existe contratación de personal asignada al CDO, todo
programa y trabajo se hace mediante contratación externa y sí, adivinaron, se
contrata a las amistades de la directora general.
Para
rematar es la única instancia de gobierno a la cual la Secretaría de Finanzas
atiende y resuelve en tiempo y forma los asuntos financieros y claro también se
encarga de su comprobación de gastos adecuando y ajustando debidamente las
cifras y conceptos. Aquí y en China, esto es corrupción.
Sin duda
alguna, los errores tienen consecuencia y en la política impactan a la sociedad
gobernada, que tarde o temprano se erige pidiendo cuentas.
Parece
que en Oaxaca privó el principio de “Más vale pedir perdón que permiso”. ¿Qué
pasó con la promesa mil veces dicha en campaña?: “Gobernaré obedeciendo”.