Sara LOVERA
El emporio sindical levantado por la maestra Elba Esther Gordillo ha dado lugar a una espiral de cortinas de humo y supuestos conflictos, que por la práctica impuesta por esta dirigente única, irrepetible y hábil, puede resultar en una estela de mentiras o mitos levantados de una realidad lacerante en el país: la inseguridad y la corrupción.
El método conocido y denunciado es que el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), que tiene a Elba Esther Gordillo de dirigente perpetua, es provocar un conflicto -donde caen los siempre llamados maestros con consciencia- para inmediatamente "negociar": salario, nuevas prestaciones, acuerdos de cúpula que le dejan dividendos y/o beneficios no muy claros.
Por los hechos y las declaraciones, hoy estamos en presencia de una de estas artimañas lastimeras, porque para pagar al profesorado federalizado -80 por ciento de quienes que trabajan o dicen trabajar- se destinó una cantidad inasequible: 200 mil millones de pesos sólo en 2011.
Es difícil saber con claridad y con información simple, cuál es la nómina, en cada escuela, en cada municipio, en cada entidad de la República, única forma de planear una extorsión, ésta que parece asolar al profesorado del estado de Guerrero, perfecto para crear el conflicto, porque el gobierno es nuevo y apenas se entera de algo tan complejo.
Podría tratarse de una artimaña. Porque la nómina está registrada y si se es experto o experta en informática, se puede llegar ahí. Eso permitió saber que existen como 21 mil profesores comisionados al sindicato; que la dirigente Elba Esther Gordillo, registrada como profesora activa, gana como 25 mil pesos mensuales con dos plazas y que su hija, que nunca ha estado frente a un grupo, gana igual o un poco más.
Yo entré, al azar busqué cualquier nombre real de alguna profesora del Estado de México, encontré que Verónica Corona Coapio tiene 3 plazas en la misma escuela; una escuela en Cuajimalpa, que declara tener 21 profesores, recibe hasta un millón 670 mil pesos para la nómina cada tres meses o sea ahí los profesores reciben en promedio un salario nominal de 26 mil 500 pesos por persona, que alguien diría "nada mal".
Es decir, si se es muy conocedor de cómo llegar a la nómina se sabría qué pasa. Ahora con la movilización en Guerrero, el SNTE quiere echar para atrás el registro de nómina magisterial. Se armó el escándalo y ya se busca quitar de la publicidad esta información que es básica si queremos empezar a corregir el entramado corrupto que existe en el SNTE. Parece que el juego está hecho y habría que ver qué sucederá.
¿A dónde quiero ir? Bueno, no será de la simpatía ni de la cúpula del SNTE ni de los maestros bien intencionados que defienden año con año sus derechos. Pero la cuestión está ardiendo a partir de estas denuncias de profesores del Estado de Guerrero que han tomado las calles, que han abandonado a sus grupos porque se les extorsiona por ese genérico que empieza a no tener rostro: "los zetas".
Hasta ahora no sabemos realmente si semejantes extorsiones, que viven millones de mexicanas y mexicanos, en esta espiral de guerra iniciada por Felipe Calderón, son exclusivas para las y los maestros. Lo cierto es que hay gato encerrado.
Es como un cuento. Hace algunos años, sectores preocupados por la educación nacional, llegaron a la conclusión que una de esas mentiras, mitos o cortinas de humo, es el hecho de que no se sabe ciertamente cuántos maestros laboran en el país, cuántas escuelas existen, cuánto dinero realmente se canaliza para hacer efectivo el derecho a la educación.
Esta información es un derecho fundado en la Constitución, le llamamos transparencia, fue así como entre 2006 y 2007 la Cámara de Diputados mandató a la Secretaría de Educación Pública (SEP) para que nos dijera dónde está el profesorado, cuánto cobran, cómo se distribuyen las plazas, quién las tiene, cómo se venden, a quién se le transfieren, etcétera. Desde entonces se iniciaron las auditorías, las investigaciones y finalmente en una página web de la SEP se publicaron y son accesibles las nóminas magisteriales -siempre que se sea genio de la informática-.
Para llegar ahí, además de tener mucha habilidad informática, se tiene que saber que el rubro es de lo más opaco. Se llama: "cumplimiento del artículo 9o. del Presupuesto de Egresos de la Federación”, ahí hay que entrar en algo que se llama RENAMPEF y no a la base de datos de nómina.
¿Qué quiero decir? que cuando la dirigencia del SNTE, en reciente conferencia de prensa, señala que haber publicado la nómina ha provocado la extorsión, está diciendo que la dejen de publicar y que urge volver a la opacidad, porque así nadie sabrá cuántos de los alineados con el sindicato cobran lo que quieren, como Verónica Corona que tiene 3 plazas o que la hija de la maestra Elba Esther Gordillo también cobra doble o triple plaza y nunca ha trabajado.
La base de datos de la nómina magisterial, todavía no bien depurada ni totalmente transparente está en el portal, pero para llegar a ella se necesita sabiduría además de paciencia, entendimiento y entonces la pregunta es "¿Los zetas tienen esta habilidad?", habrá quien diga que sí y que fue un error publicar la nómina en beneficio de la transparencia y la democracia que muchas personas del poder dicen que es conveniente y sano.
Esta base de datos, una vez que presionó la Cámara de Diputados, fue finalmente publicada en 2010. Desde entonces hay mucha molestia porque es un escaparate para saber qué pasa, quién cobra, dónde lo cobra, en qué escuela, de qué entidad de la República y ha dejado en claro que no concuerdan los datos de la SEP, con los de las entidades del país, que hay en algunos casos más profesores registrados de los que existen realmente y en otros que hay escuelas fantasmas, que no se sabe dónde va el dinero que se transfiere a los Estados y no se sabe bien a bien dónde van a dar tantos millones de pesos.
Habrá que ver si la maniobra será capaz de dar para atrás con el famoso e ininteligible cumplimiento del artículo 9 del PEF.
No puedo dejar de decir que sí, que la extorsión puede existir, como se hace para cualquier persona que hoy viva en Veracruz o Tamaulipas y que tenga ingresos fijos, negocios grandes o pequeños en los que logran recursos para sobrevivir y que no se trata de algo directamente contra el SNTE, que aprovecha esta circunstancia para intentar, una vez más, torcer el estado de derecho para lograr sus prebendas.