Del plato a la boca se cae la sopa, reza popular refrán. Tal parece que eso le pasó al gobernador de Oaxaca Gabino Cué Monteagudo, quien anunció que este 23 de julio iniciaría operaciones una subprocuraduría para atender delitos de género contra las mujeres y no pasó nada.
La instalación de la subprocuraduría que no existe aún, fue solicitada por mujeres organizadas durante la campaña política al hoy gobernante oaxaqueño, quien solícito aseguró el 8 de marzo -Día Internacional de la Mujer- que habría tal institución para atender la violencia contra las mujeres.
Como nada pasaba, las mujeres insistieron durante una reunión celebrada en el salón Escudos del palacio de gobierno el 23 de junio reciente. Ellas pidieron que el gobernante estableciera fechas concretas para responder a sus demandas, en específico para atender el grave problema de la violencia feminicida y el feminicidio. Entonces, lleno de entusiasmo, lleno de fervor ante el delicado tema, Cué lanzó el compromiso y dio por hecho que habría una Subprocuraduría este sábado 23 de julio.
Nadie sabe qué pasó en realidad, este sábado cuando se cumplió el plazo establecido, cuando se tendría que concretar la disposición, simple y sencillamente no pasó nada de nada, el apuro gubernamental apuntaba ya desde entonces hacia otra línea de acción, la realización de la denominada máxima fiesta del pueblo oaxaqueño, es decir, la Guelaguetza.
Así en lugar de inaugurar, poner en marcha, cortar el listón o al menos hacer la finta de la existencia de la Subprocuraduría, lo que no sería raro, y cumplir con su palabra, las baterías de los atribulados servidores públicos estaban puestos en las obras de conclusión de la velaría del auditorio Guelaguetza y en todo este marco no podía faltar la fantasía de un espectáculo de luz y sonido en la fachada de la Catedral de la capital oaxaqueña, como preámbulo de la festividad folclórica.
En tanto, en el último mes, es decir, entre el 23 de junio fecha en que las mujeres se reunieron con el mandatario oaxaqueño y el 23 de julio, fecha en la que habría de iniciar sus actividades la Subprocuraduría, han ocurrido más de 10 asesinatos contra mujeres, la piedra angular y origen de la preocupación de emprender acciones concretas para atender la violencia feminicida y el feminicidio.
Por increíble que parezca, en lo que va del gobierno que obtuvo el triunfo a través de una coalición de partidos que derrocó el viejo régimen priista, es decir, en estos primeros ocho meses, 50 mujeres han sido asesinadas. Sí, cincuenta (hasta este lunes 25 de julio). Aunque a Gabino Cué no le gusten las comparaciones, tenemos que decirle que ha superado con mucho - en este tan doloroso tema- el primer año del peor de todos los gobernantes, el mismísimo Ulises Ruiz Ortiz. Doloroso claro está para las familias de las víctimas y solo para ellas.
En la reunión de hace exactamente un mes, Cué señaló que en Oaxaca “todo el mundo quiere hacer su santa voluntad” y habló de que “la democracia es corresponsabilidad”. Nuestras abuelas nos decían –siguiendo una horripilante frase sexista- que calladitas nos vemos más bonitas, si mi abuela Lucha viviera le estaría diciendo: “¡ay Gabinito, calladito te ves más bonito!”.
¿Será acaso que no cumple su promesa para que las mujeres no se crean del todo y no se haga la “santa voluntad” de estas feministas? O tendremos que decirle que democracia es más que palabras y que sí, que las feministas, las mujeres organizadas, las que elevan su voz de forma individual o en colectivos, han hecho por años, por muchos años el trabajo que le corresponde a hacer a las instituciones públicas y por ello exigen lo que él llama democracia en el sentido de corresponsabilidad.
Cierto, Cué respondió presionado por las circunstancias, tanto que ni su cuerpo de brillantes asesores le recordó el compromiso con las mujeres, pero antes, incluso, nadie le dijo que había que legislar para que el feminicidio como asesinato de mujeres, fuera tipificado en el código penal, nadie se lo dijo, para que la inexistente aún subprocuraduría tuviera qué hacer y no se convirtiera en una especie de muro de lamentaciones ante la falta de un librito dónde leer.
Así que fecha propuesta por Gabino Cué se cumplió y no hay subprocuraduría ni existe aún el delito de feminicidio en Oaxaca, lo que si existe es una larga lista de 50 nombres de mujeres que han sido asesinadas en Oaxaca y ya no es novedad la lista grotesca de denuncias por la violencia emocional, física, psicológica, económica y varios etcéteras más que ejercen los varones contra ellas, o los abusos sexuales y violaciones que se perpetran todos los días en los cuerpos de niñas y mujeres de todas las edades. Aunado, claro está, a esa re victimización de las mujeres por parte del funcionariato.
Para Gabino Cué no hay prisa. La promesa se incumplió, no hay centro de justicia ni subprocuraduría, que más da, quizá pronto deje de ser noticia esta demanda de las mujeres, se apuesta al olvido, sin embargo, hay 50 familias y un porcentaje elevado de ciudanía que sigue esperando otro modo de hacer justicia a las víctimas de la violencia, aunque otro porcentaje quite el dedo del renglón y otro tanto ni siquiera se ocupe del asunto.
El proyecto magnífico que anunciaron, porque lo anunciaron gustosos el Procurador de Justicia del Estado, Jesús López López y la Fiscal Iliana Hernández, contaría con un albergue de tránsito, ludoteca, cámara de Gesell y agentes especializados en el tema, así como personal médico y psicológico y, además, dos fiscalías regionales una el Istmo y otra en la Mixteca. Pero, oh sorpresa, no hay nada y recuerdo que quién puso la fecha fue el propio gobernador. Bueno, una se imaginaba algo así como la Ley y el Orden, CSI Miami o Cold Case, claro a la oaxaqueña.
Por eso recuerdo que del plato a la boca se cae la sopa, porque hasta ahora ninguna autoridad ha dicho esta boca es mía, nadie ha explicado qué fue lo que pasó, pero lo intuimos, se les olvidó o no les importó, aunque en ello vaya en prenda la palabra, la promesa, el dicho, el entusiasmo desmedido de quien gobierna Oaxaca. ¿Corresponsabilidad? ¿democracia? ¿compromiso? Por favor, que alguien le regale al mandatario un librito sobre lo que entraña utilizar esos vocablos.
En tanto este martes en la cámara de diputados, no en el pleno de sesiones sino en una sala alterna habrá un foro para discutir sobre el feminicidio y ya se cocina una iniciativa que podría presentarse el miércoles se trata de tipificar como delito el feminicidio en el Código Penal, es decir, la violencia contra las mujeres y el asesinato de ellas por el hecho de ser mujeres, desde la visión de conceptos novedosos y principios jurídicos elaborados desde la perspectiva feminista y de derechos humanos-aunque pareciera redundante- y que permita la existencia de una política que combata de fondo el delito y, al mismo tiempo, contribuya a generar una nueva y real cultura de prevención.
Se trata de hacer leyes mejores, adecuadas a los tiempos estos en donde 50 mujeres han sido asesinadas en ocho meses, 700 en sólo 12 años... Todo dependerá de la voluntad política para atar los cabos sueltos, para impedir que el imperio de la impunidad persista y desechar al Estado omiso. Pero habrá que ver, porque del plato a la sopa se cae la sopa, si no pregúntele a Gabino Cué.
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