lunes, 27 de junio de 2016

PARIDAD, tiempo de las mujeres



Paridad, tiempo de las mujeres

Elizabeth CASTRO
La paridad está de moda, tras el proceso electoral 2015-2016, a los partidos políticos y a la sociedad, debe quedarle claro que la paridad llegó para quedarse, poco y nada es lo que pueden hacer en su contra.  Sin embargo, la paridad es insuficiente cuando se trata de garantizarle a las mujeres el pleno acceso y ejercicio de sus derechos político electorales. Se enfrenta a obstáculos generados por las mismas instituciones que deben solventarla y hacerla valer, así como a las costumbres y tradiciones de una sociedad que muchas veces se niega a reconocer a las mujeres como sujetos de derechos.
El caso del IEEPCO es un claro ejemplo de los vicios y adversidades que la paridad enfrenta. Con el objetivo de evitar que las candidaturas asignadas a mujeres fuesen en distritos perdedores el instituto presentó a los partidos políticos un documento denominado “tablas de competitividad”, el cual contenía un listado detallado de los distritos de mayor y menor competitividad para cada partido político y coalición. Dicho documento solicitaba a los partidos políticos cumplir con la postulación paritaria obedeciendo a dicho documento.
En el caso de la coalición PAN-PRD señalaba: “en este caso la coalición deberá de postular seis personas de un género y seis del otro en los 12 distritos categorizados como más competitivos, y deberá de seguir el mismo principio para los menos competitivos, postulando siete personas de un género y seis del otro”. (sic). En tanto a la coalición PRI-PVEM le solicitaba seguir el principio de seis y seis en los distritos menos competitivos.
Sin embargo, estas tablas no fueron acompañadas de una nota metodológica que nos permitiese conocer la forma en que se habían elaborado. Tampoco consideraban que la elección de 2016, fue un proceso atípico y sin precedentes dada la distritación que el INE aprobó en septiembre de 2015, la cual modificó el escenario en que los partidos contenderían.
La nueva distritación significó cambios sustanciales en la distribución de las fuerzas políticas en la entidad, el que los grupos y organizaciones que se encuentran en los diversos municipios del estado cambien de distrito modifica completamente la presencia de los partidos políticos y su fuerza en el territorio. Aunado a ello, los conflictos sociales y las luchas políticas que prevalecen en los municipios influyeron en la reconfiguración del escenario político y las relaciones clientelares que se generaron en los nuevos distritos. El instituto ignoró el contexto político y social que prevalece en la entidad, y optó por elaborar tablas que solo contenían sumatorias de resultados de votación históricos.
Con unas tablas de competitividad inútiles, los partidos políticos optaron por hacer las observaciones pertinentes y elaborar sus listas de candidatos y candidatas bajo un criterio de paridad “a modo”, una vez que el Consejo General de IEEPCO aprobó las listas de candidaturas el representante del PT se encargó de comunicarle a los consejeros que las listas que habían aprobado no cumplían con el principio de competencia equitativa en función de la paridad. Una vez más los partidos se habían salido con la suya: “mujeres sí, pero no para ganar”.
El caso llegó hasta la Sala Regional Xalapa del TEPJF, quien falló en favor de la paridad, ocasionando que los partidos políticos tuvieran que realizar cambios de candidatos en plena campaña electoral. A su vez la militancia quedó resentida frente a las decisiones que, en última hora, tomaron los partidos. Sumándose a los enemigos de la paridad.
IEEPCO, Partidos Políticos y militancia se convirtieron en parte de los problemas que las mujeres y la paridad deberán enfrentar en lo subsecuente.
En el caso de la militancia la desinformación respecto a lo que es y no es la paridad, generó controversias y resentimientos hacía las mujeres. La falta de conocimiento acerca de los alcances y problemas que combate la paridad ocasionó que un asunto que tiene que ver con los pocos espacios de participación efectiva que se le concede a las mujeres en los procesos de elección, desembocara en un problema de enfrentamiento por causas de género.
En algunos municipios y distritos la asignación de mujeres como candidatas a los puestos de elección produjo un efecto adverso en la suma de esfuerzos por parte de las estructuras partidistas. Equipos y seguidores de hombres que aspiraban a una candidatura comenzaron a operar en contra de las candidatas de su mismo partido, en aras de socavar las campañas políticas y las posibilidades de triunfo que las mujeres tenían.  Así la paridad se “cumplió” pero terminó enfrentando a los afiliados y militantes. Ocasionando violencia política por cuestiones de género en contra de las mujeres.
Demostrando que la legislación es insuficiente cuando no existe una adecuada difusión de lo que es la lucha por el respeto a los derechos político electorales de las mujeres, la paridad es una conquista para quienes durante años han sido uno de los sectores más vulnerables en la sociedad y la vida política de nuestro país y nuestro estado.
Falta mucho por hacer, educar es parte primordial en la construcción de una sociedad más justa e igualitaria. Esto apenas empieza, es un proceso inacabado que se construirá solo con la disposición y participación de todos y todas, partidos políticos, sociedad civil e instituciones gubernamentales. Dicen los que saben que en política hay tiempos y a partir de ahora es tiempo de las mujeres.