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Cada segundo una mujer en México sufre algún tipo de agresión
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46 % han sufrido violencia al menos una vez en su vida
Sophia
D’VERDI
SemMéxico.
D.F.- La cifra se dice fácil, 46 por ciento de las mujeres han sufrido, al
menos una vez, algún hecho violento a lo largo de su vida, pero la cifra es
equivalente a decir que cada cinco segundos en México una mujer sufre algún
tipo de violencia.
La
violencia que viven las mujeres en la edad adulta, inicia en edades tempranas,
señala Nashely Ramírez, coordinadora general de Ririki Intervención Social.
La
especialista en Investigación Educativa y Ejercicio de la Docencia, aseguró que
las mujeres comienzan a vivir la violencia en sus casas y en las escuelas aprenden
a vivir con la violencia.
“Las
niñas aprenden desde el principio, en muchas ocasiones en sus casas la
violencia, ellas ven la violencia ejercida hacia las madres y de las madres
hacia ellas, y tienes un espacio, el de la escuela, que en lugar de contrarrestar
esos mensajes los fortalece”, señala Ramírez.
De
acuerdo con el Informe Nacional sobre Violencia de Género en la Educación
Básica, la única investigación que ha realizado la Secretaría de Educación
Pública en el 2009, la escuela es el espacio donde se aprenden y reproducen las
relaciones sociales entre los géneros y la violencia de género se reproduce
porque se establecen relaciones de desigualdad entre niñas y niños.
El
Informe revela que las niñas son víctimas de distintos tipos de agresiones físicas:
29 por ciento de las niñas de primaria y el 22 por ciento de secundaria,
refieren que les han jalado el cabello; que 4.4 por ciento de las niñas de
primaria y el 3.4 por ciento de secundaria, han recibido puñetazos; el 15 por
ciento de las niñas de primaria y el 9.4 por ciento de secundaria, les han dado
de patadas.
A la par,
cientos de videos circulan a diario por las redes sociales son testigos claros
de la forma cómo se reproducen los hechos violentos y las relaciones desiguales
entre el estudiantado, y agravan la violencia ejercida y vivida, señala
Ramírez.
Mientras
que las políticas, acciones y programas dirigidos a mejorar la convivencia
escolar han demostrado ser un fracaso total.
“Son
acciones que no logran disminuir la violencia en las escuelas, no solo entre
las y los alumnos, sino de las personas adultas hacia las y los alumnos; y hay
que señalar que en el caso de las niñas, lo que ha aumentado es la intensidad
en que se extiende la violencia usando las redes sociales.
“Se tiene
el acoso sicológico, afectaciones, agresiones y discriminación en el espacio
escolar, y encima se hace público muy rápidamente lo que tiene un impacto mayor
en las víctimas, sobre todo, en las niñas”, expresó.
Nancy M.
no fue protagonista de un video, pero sí de un acoso constante no solo entre
sus compañeras, sino entre sus compañeros de escuela.
Hoy
estudia el cuarto semestre de sicología en la UNAM, es una activista convencida
de que la educación en las escuelas debe cambiar, y cuenta a SemMéxico su
historia, la cual inició en el sexto de primaria, último año que no sólo fue
una pesadilla sino donde aprendió a ser víctima de la violencia.
“Todo
empezó con insultos, me decían gorda, panzona, fea, sobre todo las niñas, pero
luego comenzaron los niños a insultarme, y cuando pasaba por los pasillos me
levantaban la falda.
“Me
decía, vea sus grandes nalgas; un día incluso me detuvieron entre varios
compañeros y me alzaron la falda en el salón, y las niñas solo se reían”.
Después
de los insultos, comenzaron por esconderle sus cosas y los maestros no
intervenían.
“Cuando
mi mamá fue a reclamar, fue peor, porque recuerdo que la maestra me paró frente
al salón y preguntó a todos mis compañeros, quienes eran los que me estaban
molestando y les dijo que mi mamá estaba muy molesta, que a no quería oír
ningún otro reclamo”, relata Nancy.
Cuenta
que pasaron como dos semanas sin que nadie la molestara, pero un día en el
recreo, el cual pasaba la mayor parte del tiempo sola, se le acercaron dos
niñas y dos niños y le preguntaron si su mamá seguía molesta.
“Como no
les contesté, pues me paralizaba el miedo, me comenzaron a dar de cachetadas,
primero las niñas y luego ellos, una me jaló del cabelló y me pidió que le
pidiera perdón.
“Les pedí
perdón de rodillas”, relata.
Faltó
mucho a la escuela, todas las semanas tenía una enfermedad o un pretexto para
no ir; a veces cuenta Nancy, llegaba hasta la puerta de la escuela y no
entraba, salía corriendo al parque, otras veces se quedaba con la señora de la
tienda frente a la escuela ubicada en el centro de la ciudad de México.
Así
sorteó Nancy la primaria; en secundaria fue mudo testigo de la realidad;
difícilmente hablaba, casi no participaba en las actividades deportivas, ni de
grupo, era una niña solitaria; lo mismo que en el bachillerato, donde conoció a
Ramiro.
“De
verdad que estaba enamorada, pues fue el único que me apoyaba, incluso me
defendía de los demás, mi vida de verdad cambió, por un tiempo, porque después
él comenzó con los insultos, los gritos, las bofetadas y las patadas.
“Terminé
en el hospital, adolorida con dos costillas y la nariz rotas porque le reclamé
que estaba coqueteando con una de mis compañeras”.
Nancy es
una víctima recuperada de las garras de la violencia, como ella dice, después
del hospital su mamá la llevó a un grupo de ayuda sicológico.
“Recobré
mi fuerza interior, mi autoestima, aprendí a relacionarme como igual con los
demás, y no desde mi condición de mujer maltratada, porque se convierte en un
síndrome”, explica.
Dice que
en su casa nunca vio a su madre ni a su padre golpearse o insultarse, la
violencia la aprendió en la escuela.
“En la
escuela aprendí y padecía a personas que agreden, que maltratan, que son
violentas, que ofenden, que golpean, aprendí que era mejor quedarme callada
porque nunca me salieron las fuerzas para defenderme, y cuando me enamoré me
relacioné de la misma manera”, añade.
Las
cifras de diversas encuestas muestran que conforme avanzan en edad el
porcentaje de mujeres que experimenta agresiones físicas aumenta.
En las
Encuestas Nacionales sobre Exclusión, Violencia e Intolerancia en las Escuelas
de Educación Media Superior, el 27.9 por ciento de las mujeres reportan haber
sufrido agresiones físicas en la escuela.
Además
aumenta. En la misma Encuesta aplicada en el 2013, revela que las estudiantes
de bachillerato que señalan haber sido insultadas en la escuela aumentó del
22.8 por ciento en el 2007 al 26.8 por ciento; que las mujeres jóvenes que
refieren haber sido golpeadas pasó del 6.7 al 7.5 en los años de referencia.
La
Encuesta más reciente, la del 2013, refiere que el 25.3 por ciento de las
mujeres ha sido rechazada por sus compañeros, el 34.9 por ciento ha sido
ignorada; y frente a cualquier hecho de violencia entre los estudiantes, 40.9
por ciento de las alumnas refieren que sus profesores nunca o casi nunca
intervienen y el 28 por ciento ignoran cualquier hecho de violencia entre los
estudiantes.
Durante
el noviazgo, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Violencia en las Relaciones
de Noviazgo, el 15 por ciento de las jóvenes revela que ha sido víctima de la
violencia física; el 76 por ciento de la violencia sicológica y el 16.5 por
ciento, vivió violencia sexual.
“En las
escuelas se establecen las primeras relaciones de noviazgo y se perpetúan las
dinámicas de convivencia centradas en la violencia”, dijo.
Ramírez
lamentó que los datos sobre la violencia en las escuelas no estén actualizados
y las encuestas que se han realizado no se vuelvan a replicar, salvo las de
educación media superior, la cual dejó de hacerse en el 2013.