lunes, 10 de agosto de 2015

Cuerpos-territorio de guerra, heridas que no cierran


Drina ERGUETA
SemMéxico.- Algunos testimonios señalan que las mujeres y las criaturas eran separadas de los hombres, una vez agrupadas las elegían de acuerdo a si consideraban que estaban en edad de procrear, un abanico que abarcaba desde niñas de 13 o 14 años hasta mujeres de…
Con la presencia de personalidades, autoridades y representantes de varias partes del mundo, se ha realizado en Bosnia-Herzegovina un acto de conmemoración al cumplirse los 20 años de la masacre de ocho mil 372 personas bosnias musulmanas en la población de Srebrenica. Un genocidio en toda regla por razones étnico-religiosas que da pie a hablar del otro tipo de genocidio que no siempre recibe actos de resarcimiento social ni justicia: las violaciones a mujeres como arma de guerra.
Es precisamente en la Guerra de los Balcanes, entre 1991 y 1995, que se produjeron miles de violaciones masivas de mujeres, que ha llevado, luego de un largo esfuerzo de organizaciones de las víctimas y de juristas feministas, entre ellas Catharine A. MacKinnon, a que tribunales internacionales reconozcan que estos actos también sean considerados como genocidio.
“… a las mujeres elegidas se las separaba del grupo, algunas se las apartaba de sus hijos bajo amenazas, y se las llevaba a lugares que ellas mismas debían acondicionar, a veces eran hoteles o casas con varias habitaciones…”
La investigadora social Susan Grayzel señala que “en situaciones de guerra el cuerpo femenino se convierte en un campo de batalla simbólico en el que diferencias culturales y geopolíticas históricas son representadas, y donde nuevas formas de odio se implantan como combustible de un deseo de venganza para el futuro”.
En la II Guerra Mundial, la violación de mujeres también fue parte de la violencia contra las mujeres de poblaciones consideradas inferiores por los nazis y japoneses, además de otros actos atroces como esterilizaciones, feticidio y muerte. Se difundió bastante información de las violaciones cometidas por los soldados rusos del Ejército Rojo sobre las mujeres alemanas tras la caída de Hitler y hace poco la alemana Miriam Gebhardt dio a conocer que también los aliados occidentales realizaron estas violaciones masivas, al menos 860 mil, de las cuales 190 mil las habrían cometido soldados estadounidenses.
“… las mujeres eran golpeadas y violadas por los soldados constantemente, de día y de noche, durante semanas. No todas sobrevivieron y uno de los objetivos era embarazarlas, cosa que ocurrió en muchos casos…”
“La violación, la prostitución y el embarazo forzado son también actos de genocidio, muchas veces ignorado”, dice MacKinnon que representó a las mujeres bosnias y croatas supervivientes de los horrores y violaciones sexuales de serbios, como forma de limpieza étnica.
La consideración de genocidio se establece porque se trata de un acto, que si bien es personal, tiene un carácter social, con efectos de terror y humillación para una población civil considerada enemiga. La agresión busca dañar a las mujeres que la sufren y principalmente a su comunidad. Se trata además de un acto de violencia patriarcal, donde se ataca a lo que se considera propiedad del otro grupo de hombres, el cuerpo de sus mujeres.
Es en 1998 cuando el Tribunal Penal Internacional falla y, por primera vez en el derecho internacional, conceptualiza al delito de violación, bajo determinadas condiciones, como genocidio y ocurre con el caso de Ruanda a favor de las mujeres tutsis, violadas y martirizadas en público, en una guerra tribal en la que los hutus provocaron 800 mil muertes.
Por lo ocurrido en la Guerra de los Balcanes, donde hubo más de 200 mil muertes y al menos más de 14 mil violaciones hay varios juicios realizados y sanciones; sin embargo, se trata de altos cargos con responsabilidades. La mayoría de los que llevaron a cabo las violaciones están libres y, en algunos casos, en Bosnia, son vecinos de las sobrevivientes.