jueves, 4 de septiembre de 2014

Lucha lésbica, excluida del feminismo heterosexual

Lucha lésbica, excluida del feminismo heterosexual
* Entraron las masculinidades, pero sigue invisibilizado el lesbianismo

La lucha de la comunidad lésbico-gay ha sido fuertemente sancionado y excluido desde el feminismo heterosexual, lo que llevó a este grupo social de mujeres a reivindicar y reconocer que también son sujetos de derechos políticos, afirma Elva Rivera Gómez, profesora investigadora de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP).
Al participar en 2º. Seminario Internacional los Debates sobre la Globalización desde la Perspectiva de Género, organizado por la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México, destacó el trabajo realizado por feministas lesbianas de República Dominicana, quienes en América Latina abren la brecha sobre el tema, como mujeres afroamericanas y lesbianas, lo que las lleva a vivir triples o cuádruples exclusiones y marginaciones.
Al presentar su ponencia "Por la defensa de mis derecho. La crítica y las propuestas del movimiento de las mujeres ante los efectos de la globalización”, la doctora Rivera Gómez se refirió al trabajo realizado por Yuderkys Espinosa y Ochy Curiel Pichardo, quienes desde la década de los setenta y ochenta, plantearon su radicalismo al revindicar y fundar un movimiento político dentro del feminismo lésbico, que actualmente tiene una influencia importante en la región latinoamericana.
La identidad sexual, añadió, provoca posicionamientos importantes de los otros feminismos, ante la emergencia del movimiento por los derechos de la diversidad sexual, sobre todo de las “trans”, es decir hombres que han transformado sus cuerpos en mujeres, como sucedió en 2009 en México durante el Encuentro Latinoamericano Feminista, realizado en la ciudad de México.
Por otra parte, la investigadora planteó que “cómo se han institucionalizado los estudios de la disidencia sexual en la academia, encontramos que de 2004, año en que surgen los primeros congresos de escritores/as de la disidencia sexual, a 2014 las investigaciones sobre las lesbianas se diluye y apenas se dedican unos cuantos trabajos”.
En cambio, añade, en la mesa de discusión están los estudios de las masculinidades, por que el feminismo abrió las puertas a la inclusión no sólo del tema sino de la participación en el debate teórico de los hombres y son algunos de ellos los que están legitimando las teorías feministas, es más se asumen como tal, sin embargo hay otros estudiosos de las masculinidades que se asumen como “feministas” que reproducen la jerarquía patriarcal al interior de sus grupos y colectivos masculinos o con sus pares académicas.
Frente a esa perspectiva, Rivera Gómez se pregunta: ¿Cuáles son los privilegios que los hombres han tenido en la academia? ¿por qué algunos hombres ahora que estudian las masculinidades siguen teniendo un espacio de privilegio para estudiar a los otros y a las otras, en particular a estos sectores de la población?
Por eso considera importante recuperar las historias de vida de todas aquellas mujeres, a partir de la interseccionalidad, introducida gracias a los estudios poscoloniales, “no podemos seguir mirándonos o repensándonos sin el concepto de clase, raza, etnia e identidad sexual, porque a partir de estas categorías conoceremos la subordinación y los silencios que viven las nuevas generaciones ante los grupos de poder, sobre todo las jóvenes lesbianas que han tenido que vencer  serios obstáculos para ser reconocidas como sujetos políticos ante una sociedad discriminatoria, altamente conservadoras y de doble moral”.
En su intervención, la profesora investigadora de origen oaxaqueña, explica que a través de los módulos que imparte sobre Historia de los feminismos, a las jóvenes lesbianas, se reivindican las luchas por los Derechos Humanos que las mujeres han emprendido durante los últimos tres siglos y ellas pueden comprobar las luchas que han tenido que afrontar sus antecesoras desde la teoría feminista lésbica.
Rivera Gómez explica que las nuevas generaciones de lesbianas desconocen la historia de la lucha por los derechos de las organizaciones lésbicas en las últimas décadas del siglo XX, como son la organización Lesbos o el Claustro de Sor Juana, las primeras enfrentaron una lucha política por sus derechos y la segunda organización, compuesta por numerosas académicas, de igual forma impulsaron una agenda lésbica cuando tuvieron a su primer diputada lesbiana en la persona de Patria Jiménez, en el Congreso Federal.
En su exposición, la investigadora de la BUAP dio a conocer algunas respuestas de las jóvenes a la pregunta ¿para qué crees que va a servirte el feminismo en tu vida personal?
Una de ellas respondió que “El feminismo será establecer el lugar indicado para la mujer, defender los derechos y resaltar la importancia, como mujer me corresponde defenderme cuidarme y darme mi lugar entre los hombres, como lesbiana comprender que también tengo lugar y debo defenderlo”
Para otra de las entrevistadas: “El feminismo en mi vida es  como conocimiento de una historia importante que de generación en generación y es la lucha por los derechos sociales y políticos así como el reconocimiento de normas y no normas para la convivencia con las, les, los para romper mis paradigmas”.
Para otra: “Reconociéndome como mujer y realizar mi visibilización como lesbiana en mi entorno, modificando mis ideas, rol y expectativas y metas”.
Una más: “El feminismo puede trasformar el pensamiento individual, para reconstruir cada sector de mi vida social, para auto-reconocerme fuera de un marco de subordinación, aun cuando sea el más sutil”.
“Todo esto nos permite pensar que tenemos en la mesa de discusión, la formación de seres humanos que se van a insertar en el mercado neoliberal, habidos de competencia destrezas y aptitudes” dice la maestra Elva Rivera Gómez quien finalmente lanza una pregunta más: ¿En qué momento les vamos a enseñar a ser ciudadanas completas?