miércoles, 11 de junio de 2014

Periodistas vulnerables ante riesgos e impunidad *Aumenta la profesionalización


A propósito del Día de la Libertad de Expresión:

Periodistas vulnerables ante riesgos e impunidad
*Aumenta la profesionalización de reporteras no así sus ingresos ni prestaciones

Soledad JARQUÍN EDGAR
El ejercicio del trabajo periodístico en México se ha modificado con rapidez en los últimos años, consecuencia de las nuevas tecnologías de la información que han revolucionado como nunca la producción de noticias, no sólo es más rápida la transmisión sino que el globo terráqueo se hizo más pequeño.
Otro fenómeno que ha afectado la producción informativa son las condiciones de inseguridad para las y los trabajadores de los medios, principalmente por grupos de poder: políticos o económicos, así como por una creciente incursión de los grupos delincuenciales.
Algunos datos muestran el avance de las agresiones contra periodistas en la última década. Por ejemplo, Human Rights Watch señala en el Informe Mundial 2014: México, que al menos 85 periodistas fueron asesinados entre 2000 y 2013, otros 20 desaparecieron entre 2005 y abril de 2013.
Hechos que han permanecido en la impunidad  “y muchas veces descartan de manera prematura la posibilidad de que hayan sido agredidos por motivos vinculados a su profesión”.
Este informe muestra además que las agresiones no sólo consecuencia de la “guerra” contra el narcotráfico, sino que también están involucrados gobernantes o grupos delictivos, incluso, dice el informe, en 2006, México creo una Fiscalía Especial para la Atención de Delitos cometidos contra la libertad de expresión, con la salvedad que solo ha conseguido una condena en 378 investigaciones que inició.
En ese mismo sentido, Reporteros sin Fronteras advierte que México es uno de los países más peligrosos para el ejercicio del periodismo, “las amenazas y los asesinatos a manos del crimen organizado –incluso de las autoridades corruptas- son cosa de todos los días. Este clima de miedo, junto con la impunidad que prevalece, genera autocensura, perjudicial para la libertad de información”.
Como lo plantea Human Rights Watch, Reporteros sin Fronteras coincide que la impunidad sigue siendo la regla en la inmensa mayoría de asesinatos y desapariciones…impunidad que se explica por la colusión entre el crimen organizado y las autoridades políticas y administrativas.
Oaxaca no es la excepción, tan sólo por el número de hechos ocurridos en lo que va de la presente administración de gobierno, el Grupo Prensa Oaxaca contabiliza más de 20 agresiones, algunas de ellas que han terminado en asesinatos.
El clima exacerbado de violencia –político-social- que  se vive las principales ciudades de la entidad, así como los conflictos postelectorales son el caldo de cultivo que propician las agresiones como las sufridas en las últimas semanas por las periodistas Citlalli López y Janet Martínez, en ambos casos se interpusieron demandas. A la reportera Citlalli López, la amenazó el dirigente del Frente Amplio de Lucha Popular, organismo dependiente del PRD, Gervasio García Martínez, luego de las publicaciones hechas en relación con la destitución de la síndica de Tlacolula y la segunda, Janet Martínez, fue agredida por ocho hombres integrantes todos de la Confederación Nacional de la Productividad, organismo del PRI, cuando la reportera cubría una marcha, a quien en un acto de prepotencia machista rodean y despojan de su teléfono celular y cámara fotográfica. Ambos casos fueron reportados en mayo pasado.
Sin duda, esta violencia es real y está visto puede alcanzar grados extremos como el asesinato.  Por tanto, es indispensable tomar medidas, existen otros factores que se han dejado de ver, se trata de las condiciones laborales de quienes trabajan en los medios y en específico de las mujeres, sobre quienes sigue recayendo la responsabilidad de las tareas de cuidado de las familias, como parte de la inequidad cotidiana.
Profesionales pero sin prestaciones
Para evaluar la condición laboral y un tanto social de las mujeres que trabajan en medios de comunicación pedimos a reporteras o periodistas contestaran un cuestionario, de las cuales respondió el 70 por ciento; de ellas el 85.7 por ciento son reporteras y el 14 por ciento dueñas de un medio.
Encontramos algunas diferencias sustanciales con respecto a una encuesta semejante, en especial con los datos sobre la profesionalización de las reporteras, su edad y sueldo, realizada hace 14 años y publicada en Las Caracolas del 26 de septiembre de 2000.
En ese año, el 77 por ciento de las trabajadoras respondieron que tenían estudios en Comunicación Social, 11 por ciento dijeron tener una carrera técnica en periodismo y 12 por ciento señalaron no tener estudios profesionales. Este año se elevó al 85.7 por ciento con estudios en Periodismo y/o Ciencias de la Comunicación y el resto (poco más del 14.2 por ciento) ha estudiado una carrera profesional diferente.
Como en el año 2000, el 51.8 por ciento reportó laborar para dos medios distintos y solo el 3.7 colaboraba para tres medios; en 2014 el 42 por ciento señaló trabajar para tres medios; 28.5 para dos medios y sólo el 14 por ciento lo hace para un solo medio de comunicación. Es decir, las condiciones laborales se han revertido, en parte por las facilidades de las nuevas tecnologías y en parte por la pérdida del valor salarial.
La comparación salarial muestra que los sueldos de las periodistas oaxaqueñas no han mejorado siguen en la misma escala de entre cinco y diez mil pesos. En 2000, el 25 por ciento de las trabajadoras ganaba menos de cinco mil pesos, en 2014 ganan menos de cinco mil pesos sólo el 14 por ciento de las encuestadas. En cambio se duplicó la cantidad de reporteras que ganan entre cinco y nueve mil 900 pesos, en el 2000 era de 22 por ciento, ahora es del 42 por ciento; mismo porcentaje reporta ganar más de 10 mil pesos y menos de 15 mil.
Si entre el año 2000 y el 2014 de alguna manera se percibe que hay el doble de reporteras con un sueldo superior a los cinco mil pesos, existe una operación inversa en relación con sus prestaciones laborales, se reduce a la mitad el porcentaje de periodistas con estas garantías de ley. En 2000 era de 48.1, en la actualidad es del 28.5 por ciento, otro 14 por ciento tiene la mitad de sus prestaciones y 57 por ciento no tiene prestaciones elementales como el seguro social ni derecho a vivienda ni fondos para el retiro y ninguna goza de mecanismos de protección laboral diferentes por ser mujeres.
Además, ese 57 por ciento trabaja en promedio ocho horas y el 42 por ciento reporta trabajar más de 10 horas diarias. Comparativamente con el año 2000, 33.3 por ciento trabajaba ocho horas y entonces un porcentaje similar trabajaba 12 horas diarias.
Más riesgos y mucha impunidad
Una segunda parte de la encuesta, comprende preguntas diferentes a las hechas en el año 2000.
Este año, las mujeres reportaron cubrir todas las fuentes, exceptuando la “nota roja”. Podemos decir que en comparación con lo que sucedía hace más de 20 años, las mujeres reporteras han ampliado su ámbito de acción, derivado también de la urgencia en la transmisión de noticias por las nuevas tecnologías de la comunicación (TIC). En todos los casos las reporteras señalaron que las TIC han favorecido el quehacer periodístico, no sólo por la rapidez en la transmisión de noticias que acortan tiempo y espacio sino porque resultan aliados en la obtención de información de contexto.
En relación con los riesgos de las periodistas sólo el 28.5 por ciento señalan que no han sufrido ningún tipo de hostigamiento dentro del trabajo pero el resto de las encuestadas afirman que sí, los cuales van desde piropos de sus compañeros hasta proposiciones inadecuadas de funcionarios, en especial a las más jóvenes.
El cien por ciento de las encuestadas reporta observar riesgos en su trabajo periodístico como consecuencia, señalan, de la falta de castigo a los responsables por parte de las autoridades; exceptuando una mínima parte, la mayoría considera que existen mecanismos para la protección de periodistas pero no tienen certeza de su efectividad, plantean que las redes sociales como las redes entre periodistas son fundamentales para su protección.
Reportan también que existe más vulnerabilidad para las mujeres por el hecho de ser mujeres. Es muy común que el ejercicio de su trabajo como reporteras sufran agresiones verbales y hasta físicas por parte de manifestantes y/o autoridades de todos los niveles que basados en actitudes machistas buscan intimidarlas.
Y como la perversión no existen sin el perverso es importante señalar que en Oaxaca la práctica de ofrecer dinero para guardar silencio o no publicar una nota fue reportada en el 57 por ciento de las reporteras que respondieron la encuesta de Las Caracolas de El Imparcial, otro porcentaje ofrece dinero para ser ensalzados en las notas periodísticas y otra cantidad consideraron que han recibido ofrecimientos de dinero en “agradecimiento” por una publicación.


Estadísticas
85.7% estudiaron Periodismo y/o Ciencias de la Comunicación
42% trabaja para tres medios
28.5 % para dos medios
14 % lo hace para un solo medio
14% ganan menos de 5 mil pesos
42% entre cinco y nueve mil pesos
42% gana más de 10 mil pesos mensuales
28.5% reporta gozar de prestaciones sociales por su trabajo
14% disfruta solo de parte de sus prestaciones
57 % trabajan sin recibir prestaciones
57% trabaja ocho horas
42% trabaja 10 horas