jueves, 8 de mayo de 2014

Hablar de VIH-SIDA, prioridad para la prevención


Los años del silencio
Hablar de VIH-SIDA, prioridad para la prevención
  • El repunte entre jóvenes, un descuido
  • La reducción del presupuesto para la prevención, ignorancia

Soledad JARQUÍN EDGAR
Los años del silencio de los dos sexenios panistas a temas como el VIH-SIDA tienen hoy una consecuencia. Hay una percepción social equivocada. El silencio hizo su propio camino y pensamos erróneamente, equivocadamente, que estábamos salvados, que del VIH-SIDA resultaba obsoleto hablar, el problema de salud estaba resuelto.
Creímos que la tormenta en mar abierto provocada por la pandemia que se hizo pública en los ochenta había terminado, que ya todos y todas estaban sensibilizados y que en cada acto sexual o en cada acto de amor había protección, aún dentro de los matrimonios y a pesar de la creencia de la fidelidad, todos, pensamos, estábamos protegidos, que todos y todas sabían que en la prevención, y que el uso del condón, les iba la seguridad de su vida.
Durante los dos sexenios del panismo algo sucedió. La televisión y la radio dejaron paulatinamente de transmitir los spots publicitarios que advertían sobre esta enfermedad que se volvió pandemia y que recomendaban la prevención como mecanismo de protección. Vino el silencio.
Vertiginosamente, en silencio, hubo cambios importantes. Se encontraron medicamentos retrovirales que hoy no curan pero sí controlan la enfermedad y reducen sustancialmente el riesgo de muerte prematura. Las mujeres embrazadas  con VIH pueden prevenir la transmisión a sus hijos e hijas al momento del parto y con ello dar vida en un mismo acto. Existen las pruebas rápidas, se institucionalizaron los servicios de atención a pacientes con VIH-SIDA, que promovieron por algo así como una década la sociedad organizada, sustancialmente de hombres que tienen sexo con hombres.
Una lástima que en Oaxaca, la LII Legislatura local, en su novatada y también en su ignorancia, redujeran en más de un millón de pesos el presupuesto para las actividades de prevención del COESIDA.
Lo que no cambia es la discriminación. Hoy todavía las personas con VIH-SIDA sufren la exclusión y el abandono.  Se les despide del trabajo; la mujeres –más que a los hombres- sufren de la ausencia de la familia y son culpabilizadas de algo que se ha demostrado son víctimas; el personal médico de algunas instituciones los trata mal y a veces las familias no quieren correr ningún riesgo con ellos o ellas.
Las estadísticas revelan, sin embargo, que el VIH-SIDA no se ha ido, resultado del silencio y la errónea creencia de que habíamos salido de la zona de peligro. Nada más lejos de la realidad. Hoy las personas jóvenes, una mayoría de varones, siguen contrayendo la enfermedad y el estigma sigue.


7440 casos de VIH-SIDA  acumulados
lapso 1998-2013
5845 casos de SIDA
1595 VIH Positivos

5,869 casos acumulados
Lapso: 1998-2014
54% han fallecido

2645 personas con SIDA
96% personas mayores de 15 años
3.5% menores de edad

49.2% son heterosexuales

78.3% son hombres
21,7% son mujeres

78.3% tienen entre 15 y 44 años de edad
Población con más casos, repunte de los últimos tres años

2013, presenta un registro preliminar de 255 casos nuevos de SIDA
Cada mes se tienen 35 nuevos casos

Se considera el aumento de VIH y SIDA en jóvenes por no usar el condón

El grupo de riesgo más alto es el heterosexual, tanto en hombres como en mujeres

Por ocupación se reportan más de 900 casos de amas de casa
Ellas ocupan la segunda posición con más casos detectados
En contraste hay 15 trabajadoras sexuales

En los hombres son los trabajadores agropecuarios los que más casos reportan

La escuela, los medios de comunicación y las familias deben contribuir a la sensibilización de las y los jóvenes…sin educación nada está resuelto aún.
Fuente de información COESIDA