A
Reserva
El Gobierno
que asciende… ¿Y las mujeres?
La democracia es un sistema inclusivo por excelencia
¿Cómo podría funcionar adecuadamente excluyendo
de la representación a la mitad de la población?
Bárbara
GARCÍA CHÁVEZ
La democracia se asocia per se por la garantía de
participación política de la ciudadanía, no solo a través de los procesos
eleccionarios que resultan insuficientes y cuyas exigencias requieren ampliar
el contenido y expresiones de la democracia y por ende de la participación
política como su componente clave.
La participación política en la democracia moderna tiene tres manifestaciones sustanciales:
ü El
derecho a votar y a ser elegido o elegida
ü El
derecho de toda persona a participar en la dirección de los asuntos públicos,
ü El
derecho a tener acceso a la función pública
Es decir,
que solo se garantiza la plena ciudadanía, cuando se está en posibilidades reales
de participación política; solo así la democracia se
construye no como una característica estática y estética que deriva únicamente
de procesos de elecciones de autoridades y representantes legislativos, con los
que se visten y adornan los estados modernos que se autocalifican como
“democráticos”.
La ciudadanía en una democracia real debe ser más bien un
atributo de las sociedades ligada el reto de fortalecer los derechos de
participación de la ciudadanía y el acceso a los cargos públicos, tanto por
elección como por designación, debiendo garantizarse el ejercicio pleno de ese
derecho en un marco de igualdad y no discriminación.
En México se ha
desarrollado un marco normativo sobre cuotas de participación política de las
mujeres en materia eleccionaria, sin duda ha sido un logro cierto de las
propias mujeres en su lucha por hacer
efectivo el ejercicio de su ciudadanía, los resultados ahí están en las
legislaturas federal y estatales.
Sin embargo, éste
avance no se refleja en los cargos públicos de confianza y de alto nivel de
decisión, a pesar de ser una obligación asumida a nivel internacional. Incluso
de la retórica en los discursos de campaña donde la equidad y el ensalzamiento
de la mujer, pretenden convencer de la importancia de la participación femenina
en las decisiones de Estado.
Sucede, en
efecto, que las obligaciones del Estado en materia de igualdad no se limitan a
la promulgación de leyes o a la aprobación de una política, se requiere voluntad
política expresada en el quehacer público para obtener los resultados de
participación política democrática, orientada a una mejor garantía del derecho
a la participación política en igualdad de oportunidades.
El ascenso al
gobierno de la Republica de Enrique Peña Nieto ha sido cuestionado por propios
y extraños, no cabe duda que a pesar de haber ganado con amplio margen en la
elecciones federales, no alcanza los parámetros democráticos requeridos para
legitimarse, no por lo pronto, los argumentos van de lo inocuo a lo
trascendente, de cuestiones personales a condicionamientos ideológicos, en fin,
que un argumento más, es la designación inequitativa de su gabinete, por cierto,
políticamente incorrecto, y fundamentalmente desigual desde la debida
perspectiva de género; sucede, sin embargo, que ha sido mediáticamente un
asunto menor, incluso para algunas voces feministas.
Pues si, tal vez
no se esperaba algo más en este asunto de la equidad, como una posible catadura
de renovación democrática, seguramente habrá más mujeres capaces de conciliar y
de asumir importantísimas responsabilidades, y sin duda haberlas considerado
implicaría un bono democrático, que vaya le sería útil.
El momento
político hace necesaria una mirada a los
intereses y necesidades distintos, que haga visible la falta de
reconocimiento de la participación de las mujeres en las esferas del poder
público; que se camine contrario al
dogma de la exclusión, cancelando las exigencias y prejuicios a los que se ven
sometidas las mujeres para ocupar un puesto público al tener que demostrar que
son excepcionales y aún así son descalificadas.
Para este gobierno
como para los anteriores, las mujeres han sido lo suficientemente redituables
en los discursos, pero siguen sin ser consideradas agentes políticos legítimas,
lo que hace que su presencia no sea considerada esencial para la “democracia
del Estado Mexicano”
Tal vez los
asesores presidenciales no se han percatado o cuando menos no le han dado la
importancia debida a los estudios de la ciencia política que han señalado el
impacto positivo de la presencia visible de mujeres en altos puestos de
decisión, en el sentido de propiciar cambios en las estructuras y procesos de
las instituciones y en el discurso de la gobernabilidad.
En los procesos
de buena gobernabilidad, la igualdad de
género y la participación de las mujeres en puestos de toma de decisiones y su
accionar político, son fundamentales considerarando que son actoras claves de
la agenda de un gobierno democrático moderno.
Tal vez las
propias mujeres nombradas en su gabinete, tendrían que hacer el mejor esfuerzo
por convencer a los hombres del gobierno recién instaurado, que desde el punto
de vista político, la inclusión de las mujeres en todas las instancias del
poder público, representa posiblemente la más importante propuesta de
renovación democrática.
De la resolución de la Corte y las libertades civiles
en Oaxaca
Excelente litigio
del abogado oaxaqueño Alexis Alí Méndez Díaz, al obtener el amparo federal a
favor de las tres parejas que les habían
negado el derecho al matrimonio en la dirección estatal del Registro Civil, a
cargo de Hayde Reyes Soto, que no siendo abogada encontró la asesoría de algún
leguleyo que más que sustentar jurídicamente su informe justificado remato la
inconstitucional negativa a la solicitud de matrimonio de las parejas del mismo
sexo con una lista de referentes moralistas, más parecido al sermón dominical
del obispo oaxaqueño.
Sin duda esta
resolución ha sido un revés político para el gobernador Cué Monteagudo en su
afán psicótico aliancista y su debilidad por la derecha aunque ahora dice
batear por la izquierda. Que no se olvide que está pendiente la iniciativa de
ley contra la discriminación, por cierto Oaxaca se está quedando atrás en
materia de igualdad y el gobernador al parecer solo con discursos ya muy
repetidos pretende convencer de su disposición
en materia de derechos humanos.
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