A Reserva
Combate a la pobreza ¿y el gobierno
del cambio qué?
Bárbara
GARCÍA CHÁVEZ
El Comité
Técnico para la Medición de la Pobreza de la Secretaría de Desarrollo Social,
creado en 2002, en su documento introductorio precisa que la pobreza es una
realidad inaceptable para cualquier sociedad. La pobreza vulnera las bases
constitutivas de la vida humana y representa la pérdida del potencial de
existir y actuar de las personas.
En tanto
que la pobreza está asociada a la carencia de recursos que coarta las
libertades más elementales de las personas, es sin duda un problema de
considerable gravedad. Por ello, y aun teniendo en cuenta la variedad de
cálculos posibles sobre su magnitud, requiere ser considerada como un asunto de
atención prioritaria en cualquier sociedad.
Este Comité
propone identificar los hogares como unidad de análisis de acuerdo con tres
niveles de pobreza, referidos a las carencias que tienen según los ingresos que
reciben y que relacionan de facto la pobreza y
la inacción gubernamental de los gobiernos para garantizar minimamente
el derecho alimentario.
Nivel 1 de pobreza. Se relaciona con la
imposibilidad de obtener una canasta alimentaria. Se estimó un costo mensual
por persona de 652.57 pesos para las zonas urbanas y de 485.71 pesos para las
rurales. Es importante registrar que es un costo por persona no por familia.
Nivel 2 de pobreza. Se refiere a no poder
obtener la canasta básica y además los gastos necesarios para cubrir las
necesidades de servicios de salud, vestido, vivienda, transporte y educación.
Nivel 3 de pobreza. Se asocia con no poder
obtener el valor de la canasta alimentaria, los gastos de salud, vestido,
vivienda, transporte y educación más una estimación de otros gastos
considerados como necesarios en general.
Esta fría categorización,
nos abre un panorama que generaliza la pobreza en grandes sectores de México y
prende focos rojos en estados como Oaxaca y de manera atroz, la confirmación de
la ausencia de políticas públicas eficientes para atacar esta vergonzosa
situación.
Resalta el
hecho de que, en todos los niveles, la incidencia de la pobreza es notablemente
mayor en las zonas rurales que en las urbanas. Bastaría entonces echar un ojo a
las regiones y comunidades indígenas de Oaxaca para confirmar que la indignante
pobreza nivel 3 tiene rostro mixteco, huave, chatino, mixe, mazateco, chontal,
triqui, amuzgo, zapoteco y otros tantos que nos parece inimaginable por casi
imposible entender cómo viven seres humanos en tan terribles condiciones y aun
más indignante que el gobierno los omita de sus responsabilidades.
Hace dos
años, precisamente en el marco del Día Mundial de la Alimentación, uno de los
22 líderes del Proyecto Estratégico para la Seguridad Alimentaria (PESA) que
opera en Oaxaca, Gonzalo Villalobos López, afirmó que en la entidad, 4 de cada
10 oaxaqueños "viven en condiciones de pobreza alimentaria", lo que
debería ser un foco rojo para el nuevo gobierno que entonces entraría en
funciones, sí, el gobierno de la paz y el progreso; sí, el gobierno del cambio.
Villalobos
mencionó que de acuerdo a los datos que proporciona el Consejo Nacional de
Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL), sobre las condiciones
de pobreza alimentaria en Oaxaca, en las zonas rurales "viven los pobres
de los más pobres", por lo que "urge que quienes vayan a integraran
el nuevo gabinete del gobernador electo, Gabino Cué Monteagudo, hagan un
análisis para la conformación de políticas públicas acerca de esta problemática
que viven los oaxaqueños”. Así mismo Villalobos López consideró instó al nuevo
gobierno a tomar en cuenta que la población es eminentemente rural,
"encontramos que el 63 por ciento de la población de Oaxaca, de acuerdo al
CONEVAL, vive una cierta pobreza; el 38 por ciento, es decir, 4 de cada diez,
viven en pobreza alimentaria, lo que significa que no les alcanza ni para
comprar sus alimentos".
Por
supuesto entonces, solo se habló de pobreza alimentaria –nivel 1- per se grave,
pero remitiéndonos a la categorización que se ha mencionado, en Oaxaca
persisten sin duda mayores grados de pobreza que detienen el desarrollo
democrático que alguna vez se esperó del gobierno del cambio, millones de
pobres sin oportunidades reales que garanticen no más subsidios temporales y
condicionados con políticas asistencialistas sino eficientes políticas públicas
que resulten en verdaderos mecanismos de inserción al trabajo permanente con
resultados óptimos de recuperación a largo plazo, que en las zonas rurales,
seguramente solo se logrará con programas que permitan la reproducción al
propio sistema agrícola, para que en principio las mismas comunidades produzcan
sus alimentos.
Bajo la
premisa instaurada en la Declaración Universal de Derechos Humanos de 1948, que
fue la primera en reconocer el derecho a la alimentación como un derecho humano,
la semana que concluyó se conmemoraron conectivamente dos fechas
internacionales Día Mundial de la Alimentación, que considera que la
alimentación es un requisito para la supervivencia y el bienestar de la
humanidad y una necesidad humana fundamental, y el Día internacional de combate
a la pobreza, la finalidad de ambas se concretizan en la Declaración del Milenio, firmado por los
líderes mundiales en septiembre de 2000 que basan su compromiso fundamentalmente en la lucha contra la
pobreza, el hambre, las enfermedades, el analfabetismo, la degradación
ambiental y la discriminación contra las mujeres.
El estado
de Oaxaca, por cierto de todas y todos sabido que es uno de los estados más
pobres del país con municipios como, Coicoyán de las Flores, con un rezago de
desarrollo humano lo coloca como el más pobre de todo el país; San Martín
Peras, también ubicado en la región Mixteca; Santa Lucía Miahuatlán en la
Sierra Sur, San Juan Petlapa Región del Papaloapan, solo por mencionar algunos;
al tenor de estas conmemoraciones, el gobierno del cambio da una muestra de la
ineficacia de sus acciones públicas y desinterés en su mayor y perseverante
problema: la pobreza.
Considerando
que para la celebración del día mundial de la alimentación en este 2012, el
lema es "las cooperativas agrícolas alimentan al mundo", el
Gobernador de Oaxaca tuvo a bien nombrar como su representante al más
cuestionado de sus ineptos funcionarios, al pejista Salomón Jara Cruz, Secretario
de Desarrollo Agropecuario, Forestal, Pesca y Acuacultura que muy cerca de la
capital oaxaqueña, para no incomodarse anunció
el programa Proyecto Estratégico para la Seguridad Alimentaria ¿perdón?
¿Será programa o todavía proyecto?
Por esa
ambigüedad no se han alcanzado a concretar ninguno de sus proyectos en
programas y como consecuencia no ejerce los millonarios recursos que se le
otorgan y los tiene que regresar. Entre otras barbaridades Jara Cruz señaló que
para este segundo año del gobierno aliancista, el programa PESA operara en
Oaxaca con una inversión de 412 millones de pesos. Tal vez no se ha dado cuenta
que el segundo año de gobierno está a 38 días de terminar. ¿Y de las
cooperativas agrícolas? Nada.
Así mismo
el flamante secretario Jara, en una interpretación sui generis del propósito
del programa PESA, le informó a la audiencia con inusitada sapiencia, que deben
ser las comunidades de alta y muy alta
marginación, los principales actores en la apropiación de la problemática, la
identificación de oportunidades y la búsqueda de soluciones para lograr la
seguridad alimentaria y el incremento en el ingreso familiar. ¿Y entonces que
hace ahí? ¿Cuál es el papel del gobierno? Su sandez no tiene límites.
Por ultimo,
muy orondo informó que “El gobernador Gabino Cué Monteagudo, ha definido como
estrategia para el campo Oaxaqueño una política de visión, con la finalidad de
establecer las bases del desarrollo, de un cambio de modelos, que permita ver
más allá de lo inmediato y asumir con responsabilidad los compromisos con los
que menos tienen”. En concreto ¿Qué quiso decir? Retórica priista sin contenido
muy parecida por cierto a la de su padre putativo Diódoro Carrasco Altamirano.
En la
celebración del Día Mundial de la Alimentación, también el Secretario de Salud,
Germán Tenorio Vasconcelos, hizo su aparición, dijo que este día se trataba de
dar garantías en la salud de las personas ante las condiciones que se están
presentando en la ciudad y en el país. ¿Qué ciudad y cuáles condiciones? Luego
sin más se le ocurrió que acudirá a la ONU a proponer algo brillante: que ahora
se le denomine a la conmemoración “Día mundial de la buena alimentación”,
porque las deficiencias alimentarias provocan serios problemas. Que tal…
nuestro rutilante y bien ponderado Secretario de Salud, toda una lumbrera.
Y como
acción fundamental para combatir la pobreza alimentaria y la desnutrición, por
ahí anduvo como acostumbra la señora Mané Sánchez Cámara, presidenta del DIF Estatal, organizó la Primera
Exposición y Concurso de Platillos Típicos, senda fiesta tipo kermes en Santiago Yaitepec, Juquila, donde con todo y
luces y cámaras promovió su programa estrella: las Cocinas Comunitarias, con
las que dice se busca erradicar la desnutrición de niñas, niños y mujeres en
embarazo o lactancia, mediante una correcta alimentación que permita su pleno
desarrollo.
La esposa
del gobernador Gabino Cué aseguró que los resultados del programa alimentario
han sido los esperados, gracias al compromiso de la población, autoridades
locales y el trabajo voluntario de las mujeres que día a día atienden a las y
los menores. Lo que no aclaró fue qué es
lo esperado por quién. ¿Será qué están de plano erradicando la
desnutrición en Oaxaca? ¿Serán las cocinas de Mané que garanticen la seguridad
alimentaria de las y los oaxaqueños?
En la
Cámara de diputados local el Día internacional de combate a la pobreza propusieron
elevar a categoría de política pública estatal el combate a la pobreza y
reconocer a la economía solidaria como eje rector de la entidad. De esto habrá
que esperar a ver si el año que entra tenemos noticias.
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