Eufrosina Cruz Mendoza
Todas las
mujeres, todos los derechos
·
Satisfecha por
su trabajo legislativo
Soledad JARQUÍN EDGAR
Eufrosina Cruz Mendoza asumirá en unos días un nuevo cargo
de elección popular, esta vez, como diputada federal por el Partido Acción
Nacional. Su camino ha estado plagado de muchas dificultades, pero encontró las
alianzas necesarias para lograr sus objetivos: primero mostró cómo el sistema
de usos y costumbres violentaba los derechos humanos y políticos de las
mujeres; luego llegó al congreso local, donde cómo diputada en casi dos años de
gestión planteó y logró reformas sustanciales para que a otras mujeres no les
pasara lo que ella vivió.
En noviembre de 2007, Eufrosina pretendió ser presidenta
municipal de Santa María Quiegolani, comunidad zapoteca asentada en la sierra
sur oaxaqueña. Pero no se le permitió, la razón: era mujer y los usos y
costumbres no lo permitían. Pero ella no cejó, denunció los hechos y no
encontró los “medios de impugnación” para resarcir su derecho, consagrado en la
Constitución mexicana y en los tratados internacionales de los que México es
parte. En cambio, la autoridad municipal de su pueblo terminó por desconocerla
como ciudadana en mayo de 2008.
Tocó las puertas de los Pinos, donde encontró la vía. En
2010 fue designada candidata ciudadana plurinominal arropada por el PAN a una
diputación local, misma que asumió ese año y ella tomó la protesta al gobernador
Gabino Cué Monteagudo, al ser la presidenta de la mesa directiva del Congreso,
por cierto, la primera en ese cargo.
Con el paso del tiempo el CEN del PAN pidió a Eufrosina Cruz
Mendoza que asumiera la responsabilidad como coordinadora de asuntos indígenas,
lo que exigía su afiliación al blanquiazul. Así lo hizo. En 2012 fue designada
como candidata plurinominal a la LXII Legislatura federal, luego de que fuera
rechazada groseramente por el panismo de “abolengo” como candidata al Senado.
El 1 de julio supo que sería diputada federal.
Como legisladora local Eufrosina Cruz Mendoza dice estar
satisfecha porque logró que la iniciativa de reforma al Artículo 25
Constitucional elevara a ese rango el sufragio efectivo de las mujeres y,
además, con la reforma al 113, que éste se extendiera para aquellos ciudadanos
y ciudadanas que radican en rancherías y agencias de municipios cuya elección
se realiza por el sistema de usos y costumbres.
La reforma al Artículo 93 de la Ley General del Sistema
de Medios de Impugnación en materia
electoral para el estado de Oaxaca, adicionándose a su contenido el principio
de universalidad del voto. Esta reforma provee de medios de impugnación en
municipios de elección por usos y costumbres, y quienes están obligados a velar
por los derechos de las ciudadanas son el Instituto Estatal Electoral y de
Participación Ciudadana de Oaxaca, el Tribunal Estatal Electoral (IEEPCO) e
incluso el Tribunal Federal Electoral.
Mientras para muchas personas estas reformas trastocan la
autonomía de los pueblos y su forma de gobierno, ella sostiene que por el
contrario, dan elementos para gobernar y genera las herramientas para evitar la
violación a los derechos ciudadanos, pero sobre todo “que los partidos
políticos no estén utilizando los usos y costumbres, esa es la realidad”.
Cruz Mendoza asegura que lograr estas reformas fue un
trabajo difícil de convencimiento a los 15 integrantes de tres comisiones que
solicitaron revisar la iniciativa: Estudios Constitucionales, Equidad y Género
y Fortalecimiento Municipal, el argumento fue que no se trastocaba la autonomía
sino que se ratificaban los tratados internacionales que México ha firmado,
derechos que están consagrados en la Constitución mexicana. Al final, los
municipios podrán seguir organizando las elecciones como es la costumbre, pero
sin violentar los derechos de las mujeres, de los jóvenes o de avecindados, de
los que viven en rancherías o agencias.
No era simple, añade en entrevista, porque había que
eliminar desde vocablos como “se podrá”, pero las mujeres tenemos claro que
cuando dicen “se podrá”, todo depende de que “si ellos quieren” y esa sola
palabra nos da miedo a las mujeres y dejamos de participar. Hubiera querido que
estas reformas abarcaran modificaciones incluso en el Código Penal y la ley de
Servidores Públicos pero es evidente que hubo temor, sostiene Cruz Mendoza.
Sin embargo, y a pesar de lo que pudiera faltar hoy es muy
claro que “ningún uso y costumbre puede violentar los derechos de las mujeres y
que ellas pueden participar en la vida pública de sus comunidades, estar en la
toma de decisiones comunitarias”.
Por ese hecho, sostiene con firmeza que su paso por la LXI
Legislatura local ha valido la pena, aún a pesar de los señalamientos que
insisten en que su propuesta violenta el derecho consuetudinario y a sus
críticos les dice que “el tema indígena no es asunto de romanticismo, ni somos
un museo andante, es necesario preguntarle a las mujeres si quieren seguir en
esa condición, lo mismo a los jóvenes y a quienes viven fuera del casco
municipal”.
No es posible que en un municipio de 12 mil habitantes
decidan sólo 500 hombres o que en 95 municipios de Oaxaca las mujeres no voten
ni puedan ser electas, eso no es democracia, afirma convencida la ahora
diputada federal electa quien confirma la desigualdad con otras cifras: sólo
hay 273 regidoras de entre miles de hombres que hay en 570 municipios y solo
seis presidentas municipales por usos y costumbres.
Eufrosina Cruz Mendoza sostiene que desde marzo pasado
cuando se aprobó la ley, tanto el Instituto Estatal Electoral de Participación
Ciudadana de Oaxaca (IEEPCO), como el Instituto de la Mujer Oaxaqueña, tienen
la responsabilidad de informar de las reformas a los artículos 25 y al 113 ante
la proximidad de las elecciones intermedias, “deben dejar de tener miedo y
hablar de estos temas para despertar la conciencia en las comunidades, porque
ni siquiera es un problema de las comunidades, es un problema de cacicazgos, de
quienes tienen el control en las comunidades”, afirma y añade que seguramente
habrá más participación de mujeres y más cuestionamientos, sin embargo
favorecerá al desarrollo.
Eufrosina Cruz pone de ejemplo lo que pasó en Santa María
Quiegolani, donde cien años después del inicio de la Revolución Mexicana, las
mujeres pudieron votar y ser votadas, donde ella misma fue rechazada para
gobernar el municipio por ser mujer y donde desde 2010 ya participan las
mujeres, en la actualidad hay cuatro mujeres como parte del cabildo: una como
alcaldesa constitucional, dos regidoras y una secretaria municipal.
“Seguramente más adelante habrá una mujer como presidenta”,
no será Eufrosina –aclara- pero cuando habla de esa posibilidad se le iluminan
los ojos porque está consciente de sus logros y reconoce que el hecho de que
hoy gobiernen cuatro mujeres en Quiegolani, fue finalmente decisión de hombres
y mujeres del pueblo.
Luego añade -y lo mejor es que- “no hemos perdido nuestros
usos y costumbres, que es la fiesta, la mayordomía, el cargar la virgen, al
contrario, creo que las generaciones que vienen de manera normal van a participar
y querrán ser parte del cabildo, como presidentas, sindicas municipales…, ya no
tendrán temor”, pero asegura que su intención de cambiar esa condición no sólo
era por Quiegolani sino por todas las comunidades donde las mujeres –por
decisión de los hombres- no pueden gozar de sus derechos políticos.
La diputada Eufrosina Cruz Mendoza sostiene que más que un
grupo de asesores lo que la ha llevado a plantear esos temas ha sido su propia
experiencia y plantea que estas herramientas jurídicas ojalá ayuden para que
otras mujeres no pasen por lo que ella pasó cuando aspiró a ser presidenta
municipal de Santa María Quiegolani, cuando con la mano en la cintura nadie
pudo ayudarla porque palabras como “mujer” no estaban en el catálogo de usos y costumbres,
ahora será distinto, hay medios de impugnación y nadie podrá tomar protesta
como presidente o presidenta municipal si hay impugnaciones en su contra, tarea
que le corresponde a las instituciones, las cuales deben asumir esa
responsabilidad.
Otra iniciativa pendiente fue la reforma al artículo 4
constitucional que prohíbela discriminación motivada por origen étnico o
nacional, el género, la edad, las discapacidades, la condición social, las
condiciones de salud, las opiniones, las preferencias sexuales, el estado civil
o cualquier otra que atente contra la dignidad humana y tenga por objeto anular o menoscabar los derechos y libertades
de las personas.
Se busca, plantea la legisladora electa, que en Oaxaca se
cree un consejo para erradicar la discriminación, instituciones que ya opera en
17 estados del país, pero en Oaxaca no existe, dice en tono de indignación porque
hay problemas de discriminación a la población indígena y por preferencia sexual.
Cruz Mendoza afirma que esta reforma urge para que en diciembre, cuando se
discutan los presupuestos, se destinen
recursos a la operación de ese instituto o de ese consejo.
A partir del 1 de septiembre, Eufrosina Cruz Mendoza será
diputada federal y como tal tiene muchas expectativas, la primera será que las
mujeres de todas las comunidades de México puedan participar en los procesos
electorales; la segunda erradicar la violencia contra las niñas en comunidades,
donde es necesario acabar con los ofrecimientos matrimoniales, complicado
porque son los padres quienes hacen esos acuerdos a pesar de que las niñas
apenas tienen 12 años, y el tercero el acoso escolar o bulying que cobra muchas víctimas.
En suma, apunta, son temas que tienen que ver con los
derechos humanos de las personas, como la discriminación y la violencia contra
las mujeres, concluye Eufrosina Cruz Mendoza quien destaca que no es feminista…tal
vez, dice, porque no ha entendido bien de qué se trata, pero su lucha es porque
las personas puedan ejercer sus derechos con libertad.