Soledad JARQUIN EDGAR
A mí no me gusta que me digan que las cosas están peor que antes, dijo Gabino Cué, quien tomó su saco y terminó la reunión con mujeres organizadas que presentaron este día los resultados de un seguimiento hemerográfico que revela que desde el inicio de su administración, desde el 1 de diciembre a la fecha, han sido asesinadas 36 mujeres en Oaxaca y, le advirtieron, que si no hace nada para contrarrestar la violencia feminicida su gobierno podría tener cifras más elevadas que sus antecesores Ulises Ruiz y José Murat.
Ana María Hernández Cárdenas, directora de Consorcio para el Diálogo Parlamentario y la Equidad Oaxaca, y Eduardo Liendro, de la Red Oaxaqueña por la Diversidad Sexual, hicieron un recuento de los asesinatos de mujeres documentados a través de un seguimiento hemerográfico basado en los dos principales diarios que circulan en la capital oaxaqueña y señalaron que van 36, de los cuales 11 se han cometido en el último mes.
Hernández Cárdenas refirió la violencia con la que muchas de esas mujeres han sido ejecutadas, dos fueron enterradas vivas, una niña de 10 años fue violada y colgada en el tendedero de su casa, otra más recibió un disparo en la vagina…le explicó al mandatario que fumando escuchaba en la reunión celebrada en uno de los salones del Palacio de Gobierno.
Gabino Cué hace un alto y pregunta ¿a qué se debe esta violencia? La respuesta vino de varias voces. La primera en hablar fue Ana María Hernández Cárdenas quien explicó entre otras cosas que la base principal estaba sentada en la impunidad en la que persisten muchos de estos crímenes, “esta permisibilidad es como decir que no pasa nada si se asesina a una mujer”.
Luego, añadió, que las estadísticas del conteo hemerográfico se queda corto con las que tiene la Fiscalía Especializada para Atender Delitos de Género contra la Mujer y advirtió que si el gobierno no atiende esta violencia contra las mujeres, “prospectivamente los números de este gobierno podrían rebasar a las anteriores administraciones”, entonces volvieron a retumbar en las paredes del edificio gubernamental los nombres de Ruiz Ortiz y Murat.
Impaciente, Gabino preguntó si había otro tema que comentar… Lo anterior, explicó luego, para dar respuesta.
Rogelia González se refirió a la problemática que se vive en Juchitán de Zaragoza, donde ella es responsable de un refugio para mujeres, 18 de las cuales son de alto riesgo, por ello propuso que el gobierno considere una política pública contra la violencia, sensibilización y capacitación a servidores públicos y pidió una reunión para que conozcan el modelo de atención.
En tu turno, Estela Pérez, indígena mixe de la organización Naxwiin de Matías Romero, se quejó de los malos tratos que los servidores públicos de la Procuraduría de Justicia del Estado de Oaxaca brindan a las mujeres maltratadas, “si denuncian violencia, les exigen que muestren los moretones y las heridas”.
Silvia Pérez Yescas, de San Juan Lalana planteó que otra forma de violencia es el no reconocimiento de Evic Julián Estrada como munícipe de su comunidad, a pesar de haber ganado dos veces la elección. En tanto, Emelia Ortiz García, indígena triqui, demandó se siga investigando la desaparición de sus primas desaparecidas desde julio de 2007, además de los actos criminales cometidos contra otras mujeres triquis. ¡Busque a mis primas!, le pidió.
Volvió también la queja sobre el déspota agente del Ministerio Público de Zacatepec Mixe, lo que ha desfavorecido la denuncia de las mujeres y dijo que desde una reunión anterior habían solicitado el cambio de este servidor público o la instalación de una nueva agencia en otra localidad mixe porque también la distancia es un impedimento. En su momento, el procurador de Justicia señaló que no tiene posibilidades de instalar una nueva mesa de denuncias por falta de recursos.
Zoila José, también indígena mixe y coordinadora de equidad y género en su municipio de San Juan Guichicovi, precisó que el problema fundamental es que las mujeres no son tomadas en cuenta, “estamos desamparadas, olvidadas, deben capacitar a los policías y militares que son los más nos violentan, en tanto que los Ministerios Públicos quieren ver moretones y heridas y no ven las heridas psicológicas que deja la violencia”.
Clara y precisa, la médica Zoila Ríos Coca, quien habló por Diáspora Feminista, señaló que la falta de justicia tiene diversas razones, entre ellas, el centralismo, la falta de refugios, que la violencia intrafamiliar no es un asunto grave para el sistema, las penas irrisorias que permiten a los detenidos salir luego de pagar una multa, así como la cultura del no pago de la pensión alimenticia.
Por ello, Ríos Coca advirtió que el gobierno debe armonizar las leyes y designar recursos suficientes para reducir la violencia contra las mujeres, de lo contrario será omiso como los anteriores gobiernos. Por último, dijo, ya hemos evidenciado los por qué de la violencia contra las mujeres, ahora queremos respuestas.
Y la respuesta tardó en llegar varios minutos. El humo de los cigarrillos seguía haciendo espirales. Primero vino un recuento largo de los logros gubernamentales en seguridad pública, habló de la transversalización de las políticas públicas y pidió a las organizaciones sociales una alianza para sensibilizar a los policías y agentes del ministerio público, “la sensibilidad la tienen ustedes que a eso se dedican”.
Gabino Cué, confiado en los logros preguntó al procurador Manuel de Jesús López López, ¿qué hemos hecho en estos 36 casos? ¿a cuántos hemos detenido y qué seguimiento le hemos dado? El mandatario siguió hablando, mientras el procurador buscaba las respuestas y las respuestas no fueron satisfactorias.
Primero porque no tenía los 36 casos de asesinatos de mujeres que el seguimiento de la prensa local arrojaba y segundo por los resultados, sólo 31. Dijo que de los 27 casos contabilizados de enero a la fecha, 17 tenían denuncias contra quién o quiénes resulten responsables; siete ya habían iniciado un proceso judicial, de ellos, cinco estaban detenidos y otros tres estarían por ejecutarse. El resultado estadísticamente se reducía a cinco hombres encarcelados por un total de 27 asesinatos.
En suma, Cué propuso tres acciones: definir políticas transversales y acciones concretas para bajarle a los índices de violencia contra las mujeres, ver hasta dónde nos alcanza evitar muertes, es un tema de conciencia, de concientización; leyes más severas y una procuraduría que no pare, no ceje, hasta detener a los asesinos de mujeres y hombres. En ese sentido tengan la convicción de que nosotros lo vamos a hacer, apuntó Cué.
El sin embargo llegó cuando aseguró que no se pueden cambiar de la noche a la mañana los usos y costumbres, y meternos en la mente de los síndicos, presidentes municipales, al final de cuentas podemos platicar con ellos, vamos a sancionar a aquel servidor público que actúe de manera equivocada, advirtió y aseguró que las mujeres recibirán seguridad de su gobierno.
Luego recordó su disposición de trabajo con las organizaciones, como hecho concreto señaló la inclusión de Anabel López como titular del IMO en su gabinete, ella sabe que hay limitaciones, pero voluntad hay, apuntó, para luego referir la serie de “problemas que tiene Oaxaca” y trajo a cuenta los programas sociales, como las cocinas comunitarias “que estamos operando con las mujeres en beneficio de los hijos de las mujeres”.
La reunión se prolongó, Gabino Cué era interrumpido con anuncios de sus asistentes una y otra vez, se quitó el sacó, volvió a fumar y todo llegó al límite cuando le recordaron el caso de una joven mujer asesinada en Juchitán hace casi un mes debido a la desatención de las autoridades, pues ella había denunciado en tres ocasiones a su agresor.
Le plantearon el caso de otra mujer agredida por su pareja, “un influyente” que la busca en todos los albergues, que paga sus multas si es detenido y vuelve a la calle, ya la tuvimos que cambiar de lugar explicó Rogelia González. En respuesta Gabino Cué dijo “para eso están las redes”.
Eduardo Liendro atajó rápido al gobernador y le explicó que sí, que efectivamente, pero las redes son sociales no son redes del gobierno.
Molesto el gobernador respondió:
“Vamos a hacer la nuestra, llevamos seis meses mi hermano, no podemos construir todo en un día, aguanten. Ya sale. No está en mi mente y en mi corazón que estas cosas estén sucediendo. Ayúdennos a hacer las cosas”.
Entonces Hernández Cárdenas pidió calma y le dijo:
“A ver Gabino te estamos ayudando poniendo en la mesa los datos, exponiendo la señal de alarma, diciéndote que de mayo para acá hay 11 mujeres asesinadas, nos sentamos contigo, con todo el gabinete, que pasó con la Subprocuraduría, porque se instaló el consejo…” y siguieron las preguntas.
Preguntas que no tenían respuestas claras, sólo que se está haciendo. Miró a ambos lados, de un lado Eréndira Cruzvillegas que guardaba silencio, seguida del procurador que buscaba entre sus papeles y después la Fiscal, Ileana Hernández que se congratuló de que por primera vez, el procurador volvió los ojos a la Fiscalía. A su izquierda Anabel López, titular del IMO aclaró mañana habrá reunión extraordinaria del Consejo contra la Violencia hacia las mujeres, revisamos las leyes para su armonización y ya entregamos a la Comisión de Equidad y Género del congreso local una agenda.
¿Una agenda? Preguntó Gabino Cué extrañado, para luego hablar de la Reforma Política, de cómo lo hizo, y explicó que en realidad debían haber entregado una iniciativa.
La última en interrumpir los dichos de Gabino Cué fue Ana María Hernández Cárdenas quien con le recordó que en esa reforma no estuvieron incluidas las cosas de las mujeres. Gabino se extraño de nuevo, parecía no entender, como si alguien lo hubiera sorprendido y volvió a preguntar ¿cómo qué cosa se quedó afuera? La paridad, por ejemplo, respondió la titular de Consorcio para el Diálogo Parlamentario y la Equidad Oaxaca.
Gabino, se levantó anunció una nueva reunión la próxima semana, tomó su saco y salió rumbo a otro despacho del flamante palacio de gobierno, no sin antes decir que él no le gustaba que le fueran a decir qué las cosas no están caminando o que están peor que antes, porque está haciendo todo su esfuerzo.