Por Bárbara García Chávez
Todo proyecto de gobierno, que verdaderamente aspire a lograr un cambio positivo para la sociedad, debe forzosamente contemplar la educación como uno de sus ejes principales y motor fundamental de desarrollo y progreso.
Revisando los modelos aplicados en los países desarrollados del mundo se observa el énfasis en el diseño y aplicación de políticas públicas en materia de educación, otorgándole a este rubro presupuestos importantes. De igual forma, Chile, Brasil y Bolivia, son ejemplos fehacientes de que invertir en educación es una apuesta segura.
La educación como Derecho Humano fundamental y como el catalizador más poderoso para el desarrollo de las personas es parte imprescindible para el avance democrático de los pueblos, porque es la única forma de vencer a la ignorancia que encadena la mente y el espíritu del ser humano, impidiendo toda forma de superación, limitando sus capacidades y reprimiendo su potencial.
La madurez y consolidación de las sociedades democráticas son producto del desarrollo de las capacidades individuales y del interés social para integrarlas y hacerlas funcionales en los proyectos colectivos. Por esto, cuando una comunidad o un país se preocupa y se plantea la cantidad y la calidad de su educación, en realidad está confiando en su potencial para generar progreso social y en su potencial transformador en todas las dimensiones: personal, político, cultural, tecnológico, económico y productivo.
Para ello es preciso revalorizar el papel de la cultura general, aumentar el nivel medio de educación de la población, hacer accesible el ingreso y permanencia de niñas y niños en edad escolar básica; alentar la continuidad a los niveles medios y superior entre la juventud, a través de programas y acciones que refuercen coordinadamente los tres niveles de gobierno, lo cual permitiría comprender, crear y adquirir a lo largo de su vida nuevas competencias.
La educación permite crear ciudadanía informada y capaz de comprender mediante el conocimiento científico innovaciones de tipo tecnológico y cambios estructurales económicos, que redundarían en mejores condiciones de vida, generando hábitos y patrones de conducta acordes a la nueva visión y concepción que se tiene de la realidad y el entorno, dando como resultado una ciudadanía responsable, democrática y con capacidad crítica.
En México, tenemos décadas padeciendo una ignorancia que nos mantiene subyugados por quienes la promueven, para luego lucrar con la pobreza y la marginación, gobiernos sin interés por la democratización de la educación y que todavía la consideran privilegio de unos cuantos, que deben salvar a toda costa o estarían en peligro sus cotos de poder.
Frente al Estado, la información y el conocimiento transforman la sociedad haciéndola crítica y reflexiva; esa sociedad tiene capacidad para exigir al Estado cuentas claras y precisas sobre su actuación y, en consecuencia, perderían la inmunidad que hasta ahora cómodamente ha disfrutado.
Los y las oaxaqueñas hemos decidido, ahora toca al nuevo gobierno estar a la altura de las expectativas generadas, correspondiendo a la confianza y esperanza que hemos otorgado a través de las urnas.
En este sentido, me parece importante que el gobierno municipal electo de Oaxaca de Juárez busque el acercamiento y la participación de los diversos sectores de la población para conformar el plan de gobierno, sin embargo, revisando los ejes temáticos que consideran, encuentro una grave omisión, incompleta la oferta, pues en la convocatoria emitida para tal efecto brilla por su ausencia el eje medular del desarrollo: la educación.
¿Cómo es posible que hayan pasado por alto un tema que es fundamental para el desarrollo de nuestro municipio?, ¿verdaderamente han analizado a profundidad las necesidades de la población o están a la espera de que sea la ciudadanía quién plantee las problemáticas y las soluciones?
José Vasconcelos decía que “Uno de los principales objetivos de la educación debe ser ampliar las ventanas por las cuales vemos al mundo". A reserva de que la educación retome el lugar primordial que le corresponde, como eje motor del desarrollo de nuestra sociedad, las ventanas a través de las cuales vemos al mundo se cerrarán poco a poco, inevitablemente, en el próximo trienio.
Bárbara García Chávez
Regidora de Equidad y Género
del H. Ayuntamiento de Oaxaca de Juárez