sábado, 13 de julio de 2013

Ninguna ley que busque la igualdad debe tener rendijas



Ivonne Gallegos:
Ninguna ley que busque la igualdad debe tener rendijas
·      Modificarán la ley electoral antes de que termine la LI Legislatura
·      Menos del 10 por ciento de primeras concejalías está encabezada por mujeres

Soledad JARQUÍN EDGAR
La letra con sangre entra, dice un viejo refrán mexicano y es seguramente un aprendizaje para la diputada Ivonne Gallegos Carreño.
Presidenta de la Comisión de Equidad y Género de la LXI Legislatura local y a cuatro meses de terminar su gestión la perspectiva es diferente a la que tenía unos meses atrás y apunta que en materia de equidad y género no deben quedar rendijas, porque eso favorece que la ley se interprete a modo.
Se refiere en específico a las reformas que en materia electoral aprobaron recientemente y que en el proceso comicial 2013 demostró “fallas de origen”, las cuales “estamos en tiempo para enmendar”.
Gallegos Carreño de extracción panista reconoce que en lo que va de la actual legislatura que está muy  cerca de finalizar, “no se dieron pasos agigantados en materia de género y la reforma electoral que garantizaría los derechos políticos de las mujeres se quedó como una “llave abierta que se requiere cerrar”, en específico para garantizar una mayor paridad de la participación femenina en los comicios municipales y en específico en las primeras concejalías, pues el registro actual señala que menos del 10 por ciento de las planillas registradas están encabezadas por una mujer.
El artículo 153 numeral ocho del capítulo segundo del procedimiento de registro de candidatos señala que “En el caso de los municipios que se rigen por partidos políticos, se procurará integrar planilla con al menos el 40 por ciento de candidatos propietarios y suplentes de un mismo género” y cuyo verbo “procurar” no se procuró del todo. Además, dice que la llave que se debe cerrar es que las planillas deben ser encabezadas “por al menos un 40 porciento de candidatos de un mismo género”, lo que por supuesto por no estar especificado no pasó.
Cada quien, explica refiriéndose a los dirigentes de los partidos políticos, lo interpretó a modo y fue hasta que lo vivió en carne propia que se dio cuenta de lo mucho que hay que hacer todavía en materia electoral para “cerrar la llave”, porque las mujeres fueron ocupadas como relleno en las planillas y no en las primeras concejalías.
Esta inequidad en el registro de planillas no fue solo responsabilidad del Instituto Estatal Electoral y de Participación Ciudadana (IEEPCO), la nula paridad en las planillas para los comicios electorales en los 153 municipios es también responsabilidad de los partidos políticos y de quienes elaboraron y aprobaron la ley.
El uso del verbo procurar le afectó, pues como otras mujeres se quedó fuera de la posibilidad de participar como primera concejala en la planilla de la coalición Unidos por el Desarrollo de Oaxaca por la alcaldía de Ocotlán de Morelos y como ella sostiene “la bajaron en el último momento, ahora estamos en deuda con nosotras mismas”, agrega en entrevista.
En los últimos cuatro meses que le restan a la LXI Legislatura, las diputadas han acordado enmendar la plana y cambiar el verbo procurar tal vez por “deberán” como sí se estableció en el numeral siete del mismo artículo que se refiere a la designación de candidatos a diputados por ambos principios. Esa, reconoce, no será tarea fácil, considerando que muchos de sus compañeros varones seguramente se opondrán.
Ocotlán la manzana de la discordia
Gallegos Carreño cuenta que estaba dicho que sería la candidata de la coalición que conforman el PAN-PRD-PT, porque Ocotlán de Morelos le tocaba a Acción Nacional, estaba tan segura que no le pareció extraño que el presidente del comité directivo estatal del PAN, su compañero diputado, Juan Mendoza Reyes, no la llamara a las negociaciones.
El candidato del PRD realizó incluso una encuesta, de cinco puntos ella ganaba tres y a pesar de todo, de la noche a la mañana estaba fuera, el registro del candidato perredista la dejó fuera. A tono de broma apunta que quizá todavía sea candidata porque hasta el día de hoy el presidente del PAN, Mendoza Reyes no le ha llamado para indicarle lo contrario, apunta entre risas.
Esta claro, indica, que lo que no hay es democracia ni equidad para las mujeres, los procesos no son transparentes y se aprovecharon de lo que dice la ley electoral para darle la vuelta a muchas otras candidatas que de última hora se quedaron fuera. No estoy enojada con el PAN la responsabilidad de lo sucedido es de Mendoza Reyes y eso me decepciona porque además de presidir el partido es mi compañero de bancada.
Esta experiencia me ha enseñado mucho, añade la actual diputada del PAN, quien afirma que todavía hay trabajo pendiente que terminar para mejorar la aplicación de los derechos humanos de las mujeres, “sería una torpeza no hacerlo” apunta en referencia a las modificaciones que ya estudian las diputadas en la Comisión de Equidad y Género.
Por otra parte, hace un recuento de las leyes que ya se hicieron y de otras que están pendientes pero que no dejaran de proponer para su aprobación en los próximos días. En relación a la tipificación del feminicidio como delito autónomo, sostiene que la legislatura ya hizo su parte, ahora le toca cumplir a la Procuraduría General de Justicia del Estado, “el legislativo ya cumplió, ahora le toca al ejecutivo y al judicial hacer su parte”, sin embargo, explica “tal parece que hay desinterés” y un ejemplo es el protocolo de investigación sobre feminicidio que ya se dio a conocer a la prensa pero que todavía no ha sido publicado.
De igual forma reconoce que “sobre la marcha” se han dado cuenta de lo que funciona y lo que no opera, como sucede con el delito grave de violencia familiar, tipificado así por esta legislatura. El problema es que al ser “delito grave” las mujeres no denuncian, tienen miedo y por otro lado todavía los agentes del Ministerio Público les advierten, lo que no debería ser, que si denuncian a sus maridos cuando salgan las volverán a golpear o incluso las van a matar, entonces lo que creemos que hay entre las mujeres es un terror terrible y se quedan calladas.
Gallegos Carreño sostiene que también podría ampliar el término de violencia familiar, quitarle los candados como el hecho de que es violencia familiar solo cuando se da dentro de la casa conyugal, tendremos que considerar que hay violencia familiar, incluso, cuando la agresión se da fuera de la casa familiar, y por otro lado, extender este delito hacia otros integrantes de la familia siempre y cuando la agresión esté enfocada hacia las mujeres, además de contemplar la violencia en el noviazgo.
“No sé bien qué tan difícil será la negociación con los diputados varones, cuando se trata de estos temas se muestran renuentes, lo cierto es que se nos acaba el tiempo y tenemos que dejar bien hechas las leyes, que sean útiles para las víctimas de violencia, ojalá entendamos que el tiempo de las rebatingas políticas ya pasó y podamos seguir adelante”.
Las otras iniciativas que podrían concluir antes de terminar la gestión como integrantes de la LI Legislatura son la ley de paternidad, cuya único fin es proteger a la niñez, se harán reformas a la Ley estatal de Acceso de las mujeres a una vida libre de violencia de género, reformas a la ley de niñas y niños adolescentes y esta misma semana podríamos aprobar la ley para erradicar y prevenir la discriminación.
En suma, añade, lo que queremos es contar con leyes funcionales y sentar un precedente.





miércoles, 10 de julio de 2013

¿Yo Feminista? Nora Elizabeth García Cansino: Una vez que tienes conciencia de género, no hay regreso



Nora Elizabeth García Cansino
¿Yo Feminista?
Una vez que tienes conciencia de género, no hay regreso
  • Las injusticias contra las mujeres las ha visto desde la entraña del sistema

Soledad JARQUÍN EDGAR
Nora Elizabeth García Cansino, es actualmente directora del Centro de Atención a Víctimas de Violencia Intrafamiliar (CAVVI) que depende del gobierno de la capital oaxaqueña, istmeña por nacimiento y abogada de profesión a la que le ha tocado observar cómo se cometen injusticias contra las mujeres desde la entraña misma del sistema.
Hace unos años tomó conciencia de su ser feminista, al observar con otros ojos la condición social de las mujeres, “una vez que me sucedió resultó imposible volver a la oscuridad, regresar a lo de antes, ser la misma de siempre, hacer como si no viera las diferencias sociales que implican nacer mujer” y por el contrario “quitarme ese velo y ponerme los lentes de género me permitió mirar muy claro lo que estaba pasando”.
Es la número 11 en una lista de 12 hermanos, ocho mujeres y cuatro hombres, de una familia que no pasó privaciones económicas gracias al trabajo que su padre y su madre realizaron como comerciantes de ganado y derivados en Ciudad Ixtepec, la tierra a la que llegaron temporalmente pero en la que terminaron por quedarse.
El mundo de la familia García Cansino estaba dentro de su casa, la sociabilización se hizo a través de la religión que practicaba la familia y muy poca interacción con las costumbres de la comunidad, a pesar de ello, en la extensa mesa del comedor siempre había por lo menos otros 15 niños y niñas invitados, casi todos muy pobres, sin zapatos, de ropa excesivamente gastada, que con el pretexto de jugar o hacer la tarea se quedaban a comer. Incluso su papá y su mamá intervinieron en varias ocasiones debido a que muchos de ellos y ellas eran víctimas de violencia en sus hogares.
En su casa, aprendió que el valor de las personas dependía del esfuerzo que ponían en lo que hacían, las líderes eran las que tenían habilidades deportivas o aquellas personas que mostraban ser más generosas.
La burbuja –como llama Nora a su familia- se rompió cuando ingresó a la universidad, lejos de casa, “cuando entro a la universidad me doy cuenta de la discriminación por posición económica, de etnia y de color de piel, pero aún no tengo conciencia de la discriminación por sexo”.
Serán algunos años más tarde cuando adquirió conciencia de la diferencia de género, estudió todo lo que estaba a su alcance, asistió a conferencias y talleres sobre género, entendió por qué cuando quería jugar futbol con los niños le daban la posición de portera y tuvo que aprender a jugar mejor que el resto de los varones todas las posiciones dentro del equipo. Hoy todavía practica el futbol porque sostiene que las mujeres y los hombres son iguales y que no debería haber obstáculos en el deporte o la ciencia.
Pero la vida profesional le pone otras enseñanzas que la harán de madurar con el tiempo. Apenas terminada su carrera como abogada entró a trabajar a la Procuraduría General de Justicia del Estado, la enviaron como secretaria ministerial a la población de Cacahuatepec, en la costa oaxaqueña, por alguna razón, narra, el agente del Ministerio Público se tuvo que ir y ella se quedaría al frente. En Cacahuatepec lo primero que le impacta es la pobreza, al grado tal que no siempre había comida y las condiciones en que se encontraba la población azotada un año antes por el huracán Paulina.
En la población le asignan un pequeño cuarto para dormir, sin ventanas y pegado a un barranco, en la comunidad también le prestaron un catre. Además, en el piso había una impresionante mancha de sangre que no se quitaba, alguien le dijo que en esa habitación se había suicidado el anterior MP. Nunca supo la verdad. Deprimida pensó en trabajar hasta el día de la quincena, pero una hermana mayor le recomendó no renunciar y que tomara esa situación como parte de su proceso de maduración personal y profesional.
El primer día, de un año completo, como MP recibió la denuncia de una mujer muy alta que acusaba a su esposo por golpearla y aunque había intentado antes denunciar no pasaba nada porque el MP y su esposo terminaban tomando juntos. Ella sí procedió y a partir de entonces otras mujeres llegaron a denunciar casos de violencia familiar. Algunos fueron consignados, en otros se levantaban actas administrativas, porque entonces, añade, no sabía ni tenía conciencia de lo perjudicial que era conciliar en casos de violencia familiar, aunque era neutral, yo me volvía defensora de las víctimas, los hombres se intimidaban cuando veían a los agentes. Mis acciones fueron bien intencionadas, pero también ingenuas, reconoce. De igual forma, se enfrentó a infinidad de casos de violencia sexual contra niñas y mujeres y supo entonces de la existencia de los caciques del lugar, acostumbrados a imponer su propia ley, pero Nora Elizabeth García Cansino tenía la verdadera ley en sus manos.
En esa pequeña población, refiere se enfrentó a un sistema de procuración de justicia corrupto, “era común que la gente le quisiera dar dinero por cualquier diligencia” y la gente se sorprendía cuando ella les explicaba que no era necesario que tenía un sueldo y que le pagaban cada quincena por hacer su trabajo.
En Jamiltepec, se le asigna el juzgado penal cada fin de semana,  donde una jueza dictó un auto de libertad por un delito que presuntamente sí se había cometido. Nora Elizabeth García Cansino procedió conforme a derecho y apeló la resolución. La jueza la mandó llamar y a gritos le reclamó, ella contestó en el mismo tono. El subprocurador de la Costa la mandó llamar y la hizo firmar su renuncia “me voy con gusto, pero no por corrupta, ni por ratera, ni por incompetente, me voy con la satisfacción de hacer bien mi trabajo”, le dijo al “servidor público”.
Ese incidente no terminó en Jamiltepec, la jueza inició un procedimiento administrativo en su contra ante el Tribunal Superior de Justicia porque supuestamente había alterado un documento público. En el TSJ ella declaró lo que había sucedido, lo mismo que otros testigos como personal del propio juzgado y de la defensoría de oficio. Al final la jueza fue cesada. Esta situación “destapó” una cloaca y quedó claro que la jueza cobraba miles de pesos por dictar autos de libertad y sentencias absolutorias.
De regreso en la ciudad de Oaxaca fue invitada a colaborar en la Cámara de Diputados. A los dos días recibió, vía el teléfono, una amenaza de muerte y la advertencia de que matarían a un amigo cercano, esa misma noche su compañero escapó milagrosamente en una persecución, protagonizada por hombres altos y morenos que con pistola en mano lo siguieron por varias calles.
Leyes, llaves o candados frente a la justicia
Hoy, a diferencia de entonces Nora Elizabeth García Cansino señala que puede entender que es en las leyes donde están los candados para que las mujeres tengan acceso a la justicia, el problema está en los legisladores que no se toman el tiempo suficiente para revisar los dictámenes de forma seria y responsable, independientemente de los diálogos y acuerdos interpartidistas que tienen.
A la distancia piensa que las y los legisladores han mostrado poco y en otros nulo interés por informarse sobre el fenómeno de la violencia en contra de las mujeres, sus causas y, al menos desde donde están, contribuir en la parte legal.  Su experiencia en el actual cargo le ha mostrado que el delito de violencia intrafamiliar tiene un candado, porque se sostiene que para que sea violencia intrafamiliar la pareja debe vivir en el mismo domicilio. De tal manera que si el señor ya no vive en la casa porque abandonó a la familia, no es impedimento para que siga celando a su ex pareja y ese es “motivo para darle una megapaliza”, pero como no viven juntos no se configura el delito de violencia familiar, sólo lesiones.
De igual forma, si ella, como resultado del maltrato huye de la casa y el señor la encuentra, la agrede y además pensemos que intente algo tan grave como  clavarle un cuchillo o lesionarla de muerte y alguien interviene y sólo le deja marcas por el forcejeo, tampoco se configura la hipótesis de la violencia intrafamiliar, si acaso se configura como lesiones y estas pueden ser simples con penalidad ridículamente pequeña.
Muchas veces cuando les informas que no se puede proceder por cosas como esta se ponen muy mal, hay que entender que cuando vives como ellas, una violencia tan grave y destructiva, les resulta imposible comprender por qué la justicia pareciera que les da la espalda.
Por otra parte, añade que la violencia familiar es que como la violación sexual un delito oculto, pero nos piden testigos y en el 99.9 por ciento de los casos no hay testigos lo que provoca que las averiguaciones no prosperen. Y cuando los hay, son vecinos que escuchan los gritos o la familia de la víctima, los primeros no quieren meterse en problemas y los segundos generalmente también están en riesgo son amenazados por los victimarios y con el tiempo se desisten.
En mi opinión y por lo que vivo todos los días con estas mujeres creo que el delito de violencia familiar, como en el caso de la violación, no requiere testigos presenciales, los testigos tendrían que omitirse, no es posible que las víctimas presenten hasta fracturas o lesiones graves y si no tiene testigos ¿cómo le hacemos? Señala con un tono de desesperación.
La violencia contra las mujeres es el tema central de su trabajo cotidiano. Cada mes un promedio de 30 mujeres son ingresadas al CAVVI, cada una recibe asistencia legal, psicológica y acompañamiento personalizado, pero afuera las mujeres se siguen enfrentando a esta clase de leyes, a servidores públicos poco capacitados para entender y resolver su problemática, y aún cuando tienen protocolos en la procuración de justicia, muchas veces las víctimas de violencia de género no reciben el trato adecuado y se les revictimiza.
En tanto que en la impartición de justicia es evidente la necesidad de incorporar la perspectiva de género en todo el personal de los juzgados, principalmente los juzgados penales y familiares, señala la entrevistada.

Camino al andar
Entre 2008 y 2010, Nora García Cansino, ocupó el cargo de directora del Instituto Municipal de las Mujeres en su natal ciudad Ixtepec.
Nosotras no sabíamos a ciencia cierta si queríamos un instituto o qué cosa, pero se necesitaba una “instancia” para atender las demandas de las mujeres y que recogimos en campaña. Ellas hablaban de pobreza y de violencia, en especial aquellas que se habían asentado en la periferia formando un cinturón de extrema pobreza. Eran mujeres que habían migrado a Ixtepec procedentes de Guevea de Humboldt, Santa María Guienagati, Santiago Lachiguiri y otras poblaciones de la sierra, mujeres  indígenas, casi todas analfabetas, que se convirtieron en la servidumbre de Ixtepec.
Lo que más tarde se convirtió en el instituto era resultado de una negociación del consejo ciudadano entre los ganadores y los perdedores, pero el alcalde electo Gabino Guzmán Palomec desconoció el acuerdo al momento de tomar posesión. Ello origino protestas y una mayoría de mujeres tomaron el palacio municipal por una semana, como no había respuesta de las autoridades decidieron emprender una marcha a la ciudad de México, en Juchitán se unieron a ellas unas 200 personas, con otras demandas y cerraron la carretera durante dos días, fue entonces cuando el propio gobernador Ulises Ruiz ordenó al alcalde cumplir la promesa y dio instrucciones de crear el Instituto Municipal de las Mujeres.
Investigando en internet se enteró que el Instituto Nacional de las Mujeres ofrecía capacitación a otros institutos. El primer día, añade la entrevistada, nos explicaron el sistema sexo-género y ahí me expliqué lo que estaba pasando y lo que yo misma había pasado. De pronto mi vida, la de mis hermanas, la de mis amigas, la de mis vecinas, las señoras que habían trabajado en la casa ayudando a mi mamá y la vida de las mujeres que había visto en la campaña pasaron frente a mis ojos y me di cuenta que durante toda mi vida había sido víctima de discriminación.
Sostener el Instituto no fue tarea fácil. Recibió amenazas de muerte y hasta repartieron panfletos descalificándola con “cosas ruines y bajas”. Como directora, el cabildo le asignó un sueldo de tres mil pesos al mes y mil 500 pesos más a las otras colaboradoras que en total eran cinco. La tarea fue capacitarnos y posicionar el tema de género y violencia en el escenario político. Después intentaron cerrar el instituto y para que no pudieran creamos consejos ciudadanos sobre este tema y otros, uno de los mayores logros fue capacitar al presidente municipal y su cabildo, para que fueran invitamos a los medios “todos fueron porque todos querían salir en la foto”, dice sonriente.
Al final, después de siete foros, en los que habían participado casi 500 personas, se obtuvo una ageda de género, un análisis de cómo impactaba en las mujeres la forma en que se desarrolla la vida en cada uno de estos temas. Por estos foros, por ejemplo, supimos que de más de 800 comuneros solo seis eran mujeres, todos varones propietarios de 20 mil de tierra cultivable y otros diez de zona urbana.
En ese tiempo también se percató que el Instituto de la Mujer Oaxaqueña había producido una amplia bibliografía y descubrió fascinada a Estela Serret, Celia Amorós, Rosa Cobo, entre otras, teorizando sobre el tema de la violencia “y que había más mujeres luchando desde su trinchera por la misma causa, que se trataba de mujeres vigentes, mujeres vivas en la lucha y eso me resultaba muy alentador pues dejé de sentirme sola en el intento”. Después supo que en Oaxaca había grupos organizados de mujeres en la misma lucha.
Ese no tener regreso ha significado no sólo poner en riesgo su vida por las amenazas recibidas sino también por el desgaste que significa el trabajo con mujeres que de manera sistemáticas son violentadas, una constante en su vida y un compromiso, a veces con sueldo y otras sin pago económico alguno, porque sabe que de alguna manera las cosas tienen que cambiar y la violencia tendrá que desaparecer, pero se requiere mucho más que palabras y buena voluntad, plantea Nora Elizabeth García Cansino, feminista por conocimiento y experiencia.
Ella, reconoce en su madre y hermanas mayores su ejemplo y tenacidad, por las muchas batallas que en solitario enfrentaron contra la injusticia social y laboral, contra la corrupción, a veces renunciando a “privilegios”. Sin duda, concluye “esas mujeres en mi vida familiar han determinado de muchas maneras el camino que hoy recorro”.