miércoles, 5 de marzo de 2014

Necesitamos ser inteligentes ante a los daños ambientales


Necesitamos ser inteligentes ante a los daños ambientales
* Las mujeres podemos aprender oficios masculinos y romper los roles de género

Soledad JARQUÍN EDGAR
Lidia Aguado Ascencio sostiene que la humanidad ha creado por siglos sistemas sanitarios que hoy por hoy pueden llevar al colapso a la naturaleza o incluso ya la están colapsando y advierte que “o inventamos algo realmente inteligente o estaremos perdidos como humanidad”.
Técnica capacitadora en tecnologías alternativas, nacida en Madrid, España, y nacionalizada mexicana hace algunos años, Lidia Aguado es alumna de una en una academia, acreditada por la Dirección General de Industria y Minas, y aprendiz de una de las primeras mujeres plomeras de su país natal, Susana Cintado.
Uno de sus sueños es instalar en Oaxaca una escuela donde las mujeres puedan aprender a ejecutar los trabajos u oficios que tradicionalmente son realizados por los hombres pero que no deberían ser una especie de “ciencia oculta” para las mujeres, por lo pronto y mientas llega el momento de cumplir su sueño realiza talleres para que las mujeres puedan aprender a realizar trabajos básicos de plomería.
Lidia Aguado sostiene que es eco-plomera, porque a través de este oficio se procura un empleo que le permite salir de la precariedad laboral; aplicar sus conocimientos en el ámbito de la sustentabilidad ambiental y las eco-tecnologías, y aplicarlo como docente en la formación de mujeres.
En ese sentido, ella que es feminista, apunta que los oficios tradicionalmente masculinos ahora desempeñados por mujeres son una herramienta para no reproducir los roles tradicionales que impuso la división sexual del trabajo, “le quitamos el misticismo a la plomería como oficio de los hombres”.
En ese sentido, es sorprendente observar todo el material didáctico que ha elaborado para sus talleres, a través de los cuales las mujeres aprenden y practican, en los cinco temas que ella sostiene ha calculado fríamente. Así que a donde la llamen para impartir un curso, ella lleva 80 kilos de herramientas y muestras, es como llevar el baño, la cocina, las maquetas del baño compostero, los grifos…algunos de estos elaborados con material reciclable, por ejemplo las cajas de agua de los sanitarios, se elaboran con bidones y ha elaborado otra de vidrio para explicar su funcionamiento
El primer tema de sus talleres son los relacionados con las técnicas de electricidad básica; seguido del gas, que permiten detectar y sellar fugas de gas, conectar la estufa y el boiler; luego viene el que llama de valvulería y grifería en general: flotador de cisternas, tinacos y wc, tarjas regaderas y grifos y finalmente los desagües, problemas por los que siempre llamamos al plomero y que provoca una enorme dependencia de otras personas.
Pero en todo el trabajo que desarrolla hay un tercer y muy importante elemento, que es armar un proyecto que requiere más que voluntad política, porque depende de la determinación y concienciación de las personas para desarrollarlo y es aplicar los conocimientos a la sustentabilidad.
Su principal preocupación es seguir desperdiciando agua en la eliminación de las heces y para ello tiene un dicho que resulta fundamental por feo que parezca a los buenos oídos: el baño seco compostero es la cagada del futuro.
Ecotecnologías dotan de autonomía
Y no sólo eso, afirma con vehemencia absoluta que las eco-tecnologías no sólo facilitarían la vida, sino que además nos dotan de autonomía, fortalecen la economía y la independencia.
Las palabras de Lidia Aguado parecen sacadas de un discurso, pero cuando explica sus dichos la realidad se asoma distinta.
“La crisis inició cuando no se a qué a quién se le ocurrió que la solución era echar agua limpia para eliminar las excretas y se creó el wáter closet y entre más apestaban las casas y palacios más alcurnia tenían”. Buscaban una solución porque la falta de higiene había colapsado la salud de cientos de personas que se vieron afectadas por enfermedades epidémicas que terminaron con sus vidas. Con el tiempo, dice, no fue la solución, hoy estamos viviendo en una naturaleza que ha sido colapsada, “aunado claro está a la producción de químicos que se vierten en ríos y mares producidos por la industria y el agro, pero nosotros con la producción de aguas negras domésticas también estamos abonando al deterioro”.
Lidia Aguado que casi escenifica las cosas cuando habla, se mueve de un lado a otro, un tanto desesperada, sostiene que no hay de otra en el futuro y que el futuro es ahora, por lo que asegura que la solución es emplear baños secos composteros. “No debemos temer a los malos olores que no existen mientras todo se haga correctamente no hay olores, debemos tener un miedo atroz a tirar tanta agua, la mitad del tinaco se nos va en empujar la caca”.
La eco-plomera sostiene que cuando se revuelven las excretas, la orina y el agua limpia es difícil de tratar, además las plantas de tratamiento son costosas tanto en su construcción como en su mantenimiento y apenas alcanzan a tratar una ínfima parte del agua residual que produce una localidad mediana.
Es muy común que las autoridades piensen en la construcción de los servicios para tratar los desechos, sean de basura sólida o líquidos, en tamaño macro, sin embargo, si queremos resolver el problema debemos empezar por sistemas micro de tratamiento de aguas negras y por reciclar dentro de nuestros hogares, porque “mezclar los desechos humanos con agua es la burrada más grande del mundo”.
Por ello propone insistente que los sanitarios secos son la solución del futuro y las heces pueden tratarse en estos sanitarios con materiales como la ceniza, la tierra con aserrín y cisco de carbón. Desechos que pueden ser convertidos en abonos para huertos mediante un proceso de composteo convencional pero de más largo plazo.
“No entiendo cómo hemos sido capaces de enviar máquinas a Marte y una sonda a Júpiter o inventar complejos sistemas de comunicación como los celulares, pero nos es imposible un método menos depredador, más lógico, útil, inteligente para tratar nuestra heces”.
Aguado Asensio también cuestiona cómo tener un wc operado con un sistema de agua es para los gobiernos un indicador de desarrollo, sin considerar que este sistema está alterando en serio nuestro medio ambiente. “Nos concebimos como controladores de la naturaleza, cuando somos un granito de arena o éramos porque ahora somos una plaga de este ecosistema tan frágil que es el planeta y nos lo estamos fregando”.
Sistemas político económicos son depredadores
Considera que los sistemas político-económicos son depredadores, dice, olvidamos que somos el eslabón más de la frágil del ecosistema, a pesar de ello actuamos de esa manera.
“Con el capitalismo se ha agravado esta situación porque pretende obtener la mayor rentabilidad con menor costo, nos está vendiendo basura, todo sale de las fábricas con una vida útil programada,  de ahí que el capitalismo sea absolutamente incompatible con una lógica de sustentabilidad”.
Frente a esa condición social de poca conciencia sobre el ecosistema, Lidia Aguado Asensio apunta que tomar las decisiones para evitar castigar al medio ambiente son particulares, ella empieza en su casa y lo pone en práctica en su vida diaria.
Desde hace casi 15 años ha tratado de poner en práctica estos conocimientos, ahora en una casa en la ciudad de Oaxaca y también lo hizo cuando vivía en municipios conurbados a la capital oaxaqueña, para lo cual ha contado con la colaboración de algunas asociaciones.
Así construye composteras que le permiten reciclar desechos orgánicos, pero también cuenta con sistemas de reciclado de residuos inorgánicos que coloca en botellas de pet los cuales retacada con desechos como bolsas de plástico, residuos de tretrapac, envolturas de pastillas y otros, esas botellas se convierten en eco-tabiques.
También instala sistemas para cosechar aguas pluviales, tiene un boiler solar hecho con mangueras y una mini-planta de tratamiento de aguas grises. Si la casa fuera propia, añade, ya hubiera construido un baño seco compostero.
En suma, estas actividades y el reciclado de productos derivados de papel y cartón, vidrio y piezas de plástico grande, provocan que pueda reducir la basura.
Esta nieta de campesinos e hija de obreros, sostiene que si en cada casa las familias hicieran estas actividades o parte de ellas, los problemas que hoy han provocado daños al medio ambiente y desastres ambientales no estarían sucediendo, por eso llama a actuar, a asumir con conciencia una nueva posición frente a la naturaleza y en general frente a la vida del planeta.
Afirma que es difícil cambiar, porque vivimos en una “mercadocracia”, es decir, somos una sociedad de consumo que nos hace dependientes de rubros primarios para la cotidianeidad y respondemos a un sistema de negocios que pueden solucionar nuestras necesidades a pesar del daño ecológico que provocan.
Esta acción se conoce como permacultura, añade Lidia Aguado, término que define en una sola palabra a este sistema integral de diseño de la vida y la vivienda,  la filosofía socio-política, cuestionadora y propositiva, y el concepto y modo de vida que promulga, un posicionamiento político convertido en acción cotidiana: lo privado es político.
Finalmente, sostiene que es preciso tener en cuenta que aplicar las tecnologías alternativas no es ni más rápido, ni más barato ni más fácil, que pueden ser aplicados en las viviendas de todas las personas independientemente de su nivel socioeconómico y no sólo como se piensa entre grupos marginados e insistió en que “la autonomía y la soberanía se construyen, se cuidan y se mantienen, requieren de responsabilidad y esfuerzo, pues de otro modo no son posibles, no se trata de recetas mágicas”.

Si usted quiere conocer más de los proyectos que realiza Lidia Aguado puede contactarla en su correo electrónico: mundomujer2012@gmail.com