Malas cuentas para las mujeres |
Mujeres y Política
Mal recuento
Soledad JARQUÍN EDGAR
Mal recuento de la semana. El
resultado de los acontecimientos es lo que hoy vemos, nos indigna tanta
violencia, tanta agresión…pero ¿cuáles son las causas que han provocado esta
generación de futuros maestras y maestros? ¿Quién azuza a la juventud? ¿De
quién aprendieron? ¿A quién responden? ¿De qué sociedad son producto? Preguntas
que tienen respuestas pero esas respuestas no siempre nos gustan.
Mal recuento para una semana, que
alcanza un total 276 feminicidios, según el conteo hemerográfico de Consorcio
Oaxaca, cifra que aumenta dramáticamente
día tras día, semana tras semana y mes por mes en poco más de tres años, lapso
del actual gobierno, el gobierno de Gabino Cué.
Mal recuento al que se suma el noveno
caso de una mujer pariendo en la calle y no en una clínica de salud pública,
por la misma razón de siempre…ah no, perdón, dicen los Servicios de Salud que
la causa fue el “miedo” o la falta de seguridad, y que el “parto fortuito” (así
dice el boletín de la dependencia) ocurrió porque no se había restablecido el
servicio nocturno en la clínica de Ejutla de Crespo por cinco razones.
Este hecho es la novena ocasión en que
German Tenorio y Gabino Cué ponen su linda cara, uno frente a otro y renuevan
sus votos de amistad y compromiso (entre ellos y no con el pueblo). En ese -hasta
que la suerte los separe-, amistad de sangre y no fortuita, como el destino de
esas mujeres y de otras dos cuyos embarazos no terminaron bien, una de ellas
falleció recientemente luego de un año en coma tras un parto gemelar mal
atendido y otra cuyo hijo falleció porque su madre no recibió atención
oportuna, también la regresaron a su casa. ¿Hechos fortuitos?
Cero y van 11 casos, nueve de partos
fuera de la clínica y dos de negligencia médica con resultados funestos. Casos
que sabemos, tal vez apenas son la punta del iceberg, y que han ocurrido en
menos de seis meses. Por lo pronto, hoy las oaxaqueñas a punto de parir deben
tener además de la “canasta” con ropita para el o la futura bebé, un “paquete
pro-parto al intemperie” que consiste en una casa de campaña o sombrilla, una
lámpara, toallas y mantas, así como una compañía (esposo, madre o comadre) con
disposición para entrarle al toro por los cuernos llegado el momento, además de
la cámara fotográfica, por si les toca encontrar la clínica cerrada por medidas
de seguridad, personal médico negligente y policías inconscientes…Esta visto,
en Oaxaca es lo “normal” y tal vez nos estemos enterando hasta ahora.
Eso de “cero tolerancia a partos en la
calle”, frase de Gabino Cué es una ilusión para las oaxaqueñas que tienen que
parir porque no saben si les tocará en una sala de expulsión o en el jardín, en
la calle, en el baño o en el taxi...Por eso digo y reitero: …y Gabinón como si
nada.
Un nada, una actitud omisa, que
empieza a notarse en Oaxaca hasta en los sectores que se sentían más
favorecidos y menos jodidos, de ahí la campaña que algunos, aprovechando las
circunstancias o porque finalmente les hirvió la sangre, le iniciaron en Facebook
este mismos viernes al gobernador oaxaqueño para recordarle que el respeto se
gana…
El problema es que el mal del tío
Lolo, donde se hacen tontos solos, parece extenderse peligrosamente. Me
pregunto ¿quién gobierna en la capital oaxaqueña? Javier Villacaña, electo por
la mayoría de votos, o el diputado federal Hugo Jarquín, quien perdió la
elección en el pasado proceso cuando buscó ser el primer concejal.
Lo anterior, ante lo que sucede en el
Instituto Municipal de la Mujer (Inmujer). Recuento breve: todo parece indicar
que Villacaña aceptó modificar el reglamento de ese organismo para favorecer a Eva
Patricia Bravo Espinosa, quien fue designada para dirigir la institución sin
cumplir con el perfil profesional ni la demandada honorabilidad que exigía el
reglamento municipal, pero sobre todo, aceptó las adecuaciones para no fallar a
un compromiso político con el diputado federal.
Así el organismo, que había salvado
dignamente su papel, se convirtió de la noche a la mañana en una guarida de
señores para disponer de los recursos públicos y no para velar por los derechos
de las mujeres, como el esencial y urgente derecho a una vida libre de
violencia.
Recién esta semana, en ese
catastrófico recuento, las trabajadoras del Inmujer denunciaron vivir acoso
laboral por parte de Bravo Espinosa, quien quiere despojarlas de sus plazas
para seguir acomodando incondicionales y para eso le gustó el refugio para
mujeres conocido como CAVI, señalaron en una denuncia las propias trabajadoras
ante los medios de comunicación y más grave aún el señalamiento a la directora
del Inmujer por manipular las cámaras de video, en ausencia de la titular del
CAVI, Nora Elizabeth García Cancino. Además, hay un además por increíble que
parezca, mandó decir que subirían las imágenes a las redes, lo que pone en
riesgo tanto a usuarias como a trabajadoras, considerando el peligro que
algunas de ellas corren si fueran identificadas por sus furibundos agresores.
En esa línea, esta semana la titular
del Instituto Municipal de la Mujer despidió a una trabajadora que tiene seis
años laborando en el gobierno de la ciudad. Cuando la empleada pidió saber el
por qué de su despido, nadie le explicó, excepto que ya tenían su renuncia
firmada, le mostraron el documento y descubrió, lo que ella ya sabía porque no
había firmado ningún documento, que habían falsificado su firma.
Sorprendida, la encargada del área
administrativa, a quien todo parece indicar también sorprendieron pero en
posición de incondicional a la directora, pidió a la trabajadora que “pensara
bien las cosas…” y que se tomara sus vacaciones de 15 días con goce de sueldo,
claro, para volver y aceptar la renuncia, en la pretensión de subsanar el impacto
del delito de falsificación de un documento desde la entraña misma del Inmujer.
A veces pienso que este tipo funcionarias
o funcionarios creen que el personal de confianza o de base tienen taras
mentales y que pueden ser manipuladas a su antojo. Hasta ahora Hugo Jarquín y
Eva Patricia Bravo Espinosa, que resultaron una pareja peligrosa, disfrutan de
hacer maldades: por un lado, pretenden hacerle manita de puerco al presidente
municipal y de paso al resto del Cabildo, y por otro lado hostigan a las
trabajadoras, acosándolas laboralmente, al grado de prohibirles tomar agua, a
fin de agotarlas para que renuncien y puedan seguir colocando a sus cuates o
familiares, como ya sucede con la hermana y prima de Bravo Espinosa.
Eso que se llama tener estilo para
joder es orquestado, reitero, por esa peligrosa pareja que forman Hugo Jarquín
y Eva Patricia Bravo Espinosa, cuya vida personal no interesaría sí ésta no
fuera divulgada ampliamente, incluso, por sus más cercanos, y claro si esa vida
de pareja peligrosa no tuviera injerencia alguna en la vida pública de Oaxaca y
ese es el meollo del asunto.
Javier Villacaña, quien ha mostrado
tener carácter, debe tomar el asunto en sus manos. No debería temblarle la mano,
porque en este caso las más afectadas serán las mujeres que requieren atención
en el Inmujer y en el refugio o CAVI -sobre todo porque en la casa de enfrente
lo que menos hay son resultados, me refiero a las instituciones del gobierno
estatal-. Estos espacios merecen de toda la atención posible, no pueden ser
considerados como parte de un botín político o para el capricho de una joven
que destella ambición desmedida.
Estamos hablando de la vida de las
mujeres, de ese grupo de población mayoritario que no vulnerable y que le dio,
seguramente, muchos votos al partido que llevó a Villacaña a ser el primer
concejal de Oaxaca y eso es lo que hay que entender, que fue el pueblo y no un
líder de locatarios quien le dio el triunfo.
@jarquinedgar