jueves, 9 de mayo de 2013

A propósito del 10 de mayo: Justicia para Dafne, pide su madre



Justicia para Dafne, pide su madre
  • ·      Ni el dinero ni el poder deben impedir la aplicación de la ley
  • ·      Voy a tocar todas las puertas que sean necesarias, advierte


Soledad JARQUÍN EDGAR
Zoila Elizabeth Bengochea Espitia recuerda la alegría de su hija, su entusiasmo por la vida, el cariño entrañable que le profesaba a su familia, a sus amigos y amigas. Era humana en todo sentido, se quitaba las cosas para dárselas a otra persona,  dice con orgullo…por eso no puede entender la forma en que Alejandro Enrique Rivera López le arrebató la vida, la forma en que les robó sus sueños…
Los días pasan, pareciera cansada pero no lo está. No está derrotada, dice, seguirá luchando para que su hija, Dafne Denis Carreño Bengochea, tenga justicia, y su asesino pague por su crimen. ¡Ya está bueno de que su familia crea que con su dinero y “poder” pueden cambiar la historia y puedan evitar el castigo que se merece. La ley está de mi lado, del lado de mi hija!
El 9 de abril apenas iniciaba, Alejandro Enrique Rivera López llegó a casa de su ex novia Dafne  Denis Carreño Bengochea y la mató de seis puñaladas tras discutir con ella. Amenazó a las vecinas que lo vieron asestar la última puñalada e intentó huir, fue alcanzado por la policía y frente a ellos se laceró el cuello. Él mismo pidió que lo llevaran a un hospital privado. Ahí estuvo una semana internado. Los abogados del presunto asesino alegaron que se trató de una riña en la pretensión de librarlo de la cárcel. Mientras tanto la familia de Dafne, sus amigos y organizaciones sociales realizaban marchas para pedir justicia.
Los abogados del joven piloto aviador y a punto de concluir su licenciatura en una escuela privada de Oaxaca (en diciembre concluiría una carrera universitaria), argumentan un posible trastorno mental de Alejandro Enrique de 22 años. El objetivo, había dicho a un grupo de amigos un hermano del presunto asesino, era internarlo en un hospital psiquiátrico y dos años después sacarlo del país, narran testigos que lo escucharon.
A casi un mes de los hechos, argumentando la inestabilidad emocional y complicaciones por la auto-laceración en el cuello, Alejandro Enrique Rivera López no ha declarado. Autoridades de procuración de justicia han dicho a Zoila Elizabeth Bengochea Espitia que el presunto asesino también tiene derecho y que hay que esperar.
No sé qué traman, pero no tengo miedo, sostiene Bengochea Espitia, quien afirma que no llorará. Qué ya se encerró en un cuarto para llorar por su hija, ahora de nada me sirve, ahora prefiero estar de pié y luchar porque la muerte de Dafne no quede impune.
“Si tengo que dar la vida la daré, pero quiero justicia”, reitera una y otra vez, sentada en la sala de una casa prestada donde por ahora vive días aciagos, entre papeles, entre amigos y amigas que se juntan para acompañarla, en la organización de marchas por su hija, entre la solidaridad de las amigas de Dafne y en la profunda soledad que le ha dejado su ausencia: “estar sin ella es como volver a aprender a vivir”, dice murmurando.
Mira, dice mientras extrae de su bolsa unas fotografías de Dafne. Las muestra orgullosa y habla de lo bella que era. Comenta en voz baja que todavía no puede creer que se la quitaron. Luego sube el tono de voz y refiere que era modelo y que hacía apenas un mes antes de su asesinato había cumplido sus 21 años de edad justo el 12 de marzo, que desde pequeña siempre supo lo que quería, que estudió Diseño de Imagen, que hacía modelaje esporádico para diseñadoras de Oaxaca y que en 2012 había sido denominada Chica Rally, pero sobre todo que durante el sepelio llegó mucha gente para decirle cosas agradables de su hija, hasta sus maestras de kínder.
Entre las fotografías que extrae, saca una que le tomaron al Facebook de su hija. Apenas cuatro días antes, Dafne había escrito: “Aún necesito a mi madre, no me importa la edad que tenga mi madre: me ha hecho reír, me ha sacado lágrimas, me ha abrazado confortablemente…me vio triunfar…me vio caer, me animó a mantenerme fuerte, y me llevó poco a la locura a veces…¡¡Pero mi madre es una promesa (de) que voy a tener una amiga!! Para siempre. Te amo mami donde quiera que estés”.
En este mensaje Dafne mostraba el temor que tenía porque su madre había tenido que salir a la ciudad de México para realizarse un chequeo médico; por eso, la madrugada del 9 de abril estaba sola en su departamento al poniente de la ciudad, cuando fue sorprendida por su atacante, quien también fue visto por algunas vecinas a quienes amenazó con un cuchillo.
El rostro de la madre de Dafne revela tristeza cuando afirma que hubiera dado la vida porque su hija estuviera viva. Ellos no pueden seguir solapando a su hijo, como quiera lo pueden seguir viendo, a mi me arrebataron a mi hija, no podré volver a verla, se lamenta y advierte que no se va a quedar quieta.
También señala que si algo le llegara a pasar a ella o al resto de su familia, la responsabilidad debe caer sobre la familia del agresor de su hija, “las autoridades ya sabrían quienes son”.
Sostiene otra fotografía en sus manos, una donde aparece con ella, recuerda cuando maquilló a su abuela, cuando le pidió que bailaran una tarde…y reitera que no tiene explicación alguna la forma cruel, salvaje y cobarde en que actuó Alejandro.
Hace meses, recuerda, habló con Alejandro “le dije has tu vida y deja que ella haga su vida, que si andaba o salía con otra persona estaba bien, y que igual si ella salía con quien fuera estaba en su derecho porque ya no eran pareja, pero el decía que no, que adoraba a mi hija, que la amaba y que no podía estar sin ella. La seguía buscando, los vecinos lo vieron…y mire la mató”.
Su familia lucha por hacerlo parecer un demente pero una persona enferma mental no termina una carrera como piloto aviador ni estaría a punto de terminar una licenciatura.
Yo traté a Alejandro, añade Zoila Elizabeth, estuvo con mi hija un año. Si peleaban sí, él era muy celoso. Pero eran pleitos como cualquier pareja. Si en algún momento él le alzó la mano a mi hija ella no me lo dijo y tal vez por eso se dejaron en diciembre, ahora se metió a su casa, me la quitó de manera cruel, cobarde, salvaje, repite.
Zoila Elizabeth afirma que antes apenas había oído hablar del delito autónomo del feminicidio. Pero ahora sabe que la ley está de su lado, que si las autoridades quieren ningún crimen contra las mujeres debería quedar impune…pero luego reitera que ha conocido a las familias de Viridiana y de Leslie, también asesinadas por sus parejas, sus casos todavía permanecen en la impunidad y ella no quiere que pase lo mismo con Dafne.
Yo seguiré tocando puertas. Ya hablé con el gobernador Gabino Cué, ese mismo día trasladaron a Alejandro del hospital privado al penal; ya hablé con el procurador y con el presidente del Tribunal Superior de Justicia me dicen que espere, que Alejandro también tiene derechos…seguiré hablando y tocaré todas las puertas aquí, en México y en donde sea necesario para que el asesinato de mi hija no quede sin castigo…no lo permitiré, aunque me cueste la vida, afirma mientras observa las mantas que esa misma tarde se levantan sobre las cabezas de sus amigas, amigos y familiares pidiendo justicia para Dafne.

DATOS
Las cifras del feminicidio*

  • En los últimos 25 años, se han registrado en México 34 mil 176 muertes de mujeres en las que se presumió un asesinato
  • Casi 7 mil de estos asesinatos ocurrieron entre 2005-2009
  • En promedio, 20 mujeres al día fueron asesinadas durante esos años.
  • En Oaxaca fueron asesinadas 890 mujeres, entre 1999 y 2012
  • Los últimos 23 casos se presentaron en los primeros cuatro meses de este año 2013
  • 913  mujeres en los últimos 160 meses en Oaxaca
  • Cifras de las organizaciones sociales señalan que en el gobierno URO el número de asesinatos llegó a 322 (en seis años)
  • En el gobierno de la alternancia, (dos años cuatro meses) la misma fuente confirma 202 asesinatos cometidos contra mujeres 

*Datos obtenidos del Informe Ciudadano ¡Justicia Ya! Feminicidio y violencia contra las mujeres en Oaxaca. A dos años del gobierno de la alternancia. Coordinado por Ana María Hernández Cárdenas, Nallely Guadalupe Tello Méndez y Yésica Sánchez Maya.