Mujeres y Política
TODOS los derechos para TODAS las
mujeres
Soledad
JARQUÍN EDGAR
¡Bien! Tendría
que empezar por decir que me gusta que la diputación se preocupe por la
condición social de las mujeres y que esta semana que termina declaren, por
unanimidad, el 2013 como Año de la Protección de los Derechos de la Mujer, y
cuando hablamos de derechos hablamos de TODOS los derechos.
Empezaremos
por los derechos políticos. Recordemos que 2013 será año de elecciones y, al
mismo tiempo, el año en que se cumplirán 60 desde que el voto y la posibilidad
de ser electas es universal en este país.
¡Cuánto
tiempo! ¿verdad? Pero seis décadas no parecen suficientes para que la
“democracia” sea tal, todavía las ciudadanas siguen peleando por espacios al
momento en que los partidos políticos otorgan las candidaturas, durante los
últimos años se han creado una serie de políticas afirmativas para que ellas,
poco más de la mitad de la población, puedan tomar parte en los procesos
electorales en la posición de ser elegidas.
Por otro
lado, no está demás recordar que en Oaxaca muchas aún no pueden tomar parte ni
como electoras en sus comunidades porque los usos y costumbres de más o menos
noventa municipios no lo permiten. El mismo uso y costumbre, es decir, el
patriarcal, contra el que por décadas lucharon nuestras ancestras desde el
siglo XIX hasta que lo consiguieron en 1953.
Pero esa
postura no es sólo asunto de los partidos políticos. Hay todavía voces,
principalmente de hombres que dicen que ellas “se tienen que ganar esos
lugares”. ¿Será por qué en ellos es natural tener esos lugares y en ellas
resulta antinatural tener cargos como presidentas municipales, diputadas, senadoras,
gobernadoras o presidentas de su país?
A 60 años
del voto en algunas entidades del país donde hay una y dos diputadas locales, como
son el caso de Aguascalientes y Querétaro. En la asamblea legislativa del
Distrito Federal o en los congresos locales de Veracruz, Chiapas y el mismo
Oaxaca, decimos que vamos de gane porque ya rebasamos el 30 por ciento, un
consuelo bastante malo para las mujeres que militan en los partidos que no
hacen más que quejarse de su mala suerte, golpearse entre ellas porque siguen
respondiendo a los mandatos de sus patriarcas y no ven la causa común que
tienen enfrente; además de permitir que les impongan a las novias, las amigas,
las esposas, las hermanas, las hijas y toda la parentela completa. Ejemplos
sobran en el PRI, PAN, PRD y el resto de los partidos. O siguen prestándose al
juego del que paga manda y la compra de candidaturas. Y en el peor de todos los
casos, el desapego de muchas que están en el poder por mirar lo que sucede a
las otras mujeres. Como a ellas no les pasa, creen que a las otras tampoco.
Por eso los
resultados que hoy tenemos en Oaxaca, donde por cierto solo por recordar,
diremos que desde el 2000 no ha sido electa ninguna mujer como senadora y no
porque ellas no hayan querido, por supuesto que no. Algunos justifican ese
hecho porque aseguran que no hay mujeres capaces para desempeñar ese y otros
cargos, no están preparadas, pero nadie cuestiona la preparación de los
señores. Quién dice algo sobre los niveles de preparación los senadores
Benjamín Robles y Eviel Pérez Magaña, por ejemplo. Otros dicen que no las hay.
Lo real es que se sigue pensando que la política es cosa de hombres.
Por eso sí
el Congreso local ha declarado, entre vivas y aplausos, que el 2013 será el Año
de la Protección de los Derechos de la Mujer, veremos que hace para que los
partidos políticos cumplan con esos derechos y no veamos repetir las terribles
historias que vivieron unas cinco o seis mujeres en el pasado proceso electoral
municipal 2010, cuando a los señores del poder o caciques, simple y sencillamente,
no les pareció que una mujer gobernara su municipio e hicieron hasta lo
indecible para echarlas.
Si
hablamos de los derechos de las mujeres, ojalá que las y los integrantes de la
Legislatura local no se olviden de los derechos sexuales o reproductivos, es
decir, los derechos del cuerpo. No se trata solo de despenalizar el aborto por
violación ni de crear los mecanismos para cumplir con lo que dice la ley, un
camino que no ha sido sencillo, está plagado de oposiciones personales de
servidores públicos que siguen anteponiendo sus creencias sobre lo que la ley
le concede a las mujeres violentadas sexualmente.
Se trata
de dar a todas las mujeres el derecho a decidir sobre sus cuerpos, qué sean
ellas y no otros poderes (como los gobiernos y las iglesias) las que tutelen
sus decisiones y ahí de manera directa la diputación tiene una enorme
responsabilidad en las leyes y presupuestos que aprueba y el Ejecutivo debe
responsabilizarse de la educación sexual y el abastecimiento de métodos
anticonceptivos para todas las mujeres a través de las instancias de salud,
pero cuando la iglesia está en manos de Lutero poco o nada se puede avanzar.
Un derecho
que también deberá cumplirse para que 2013, sea el Año de la Protección de los
Derechos de la Mujer y no solo un acto mediático, lucidor y de enorme ganancia
política, es el derecho al trabajo. Hoy en día, ya lo han dicho antes, la
mayoría de las mujeres están empleadas en el sector terciario, trabajan sin
prestaciones sociales, se les sigue despidiendo por causas relacionadas con su
maternidad o en su defecto se les niega el empleo por las mismas razones, es
decir, porque están embarazadas o tienen hijos pequeños.
Pero
además de las que perciben un sueldo de alguna forma, hay otra enorme cantidad
de mujeres haciendo el trabajo invisible, el no reconocido, el trabajo que no
tiene prestigio esto es el trabajo dentro del hogar, el trabajo de cuidado, el
mismo que las iglesias siguen machacando como responsabilidad exclusiva de las
mujeres al momento en que ellas y ellos contraen matrimonio.
Sobre este
trabajo, en la Reunión Internacional “Políticas Públicas, Uso del Tiempo y
Economía del Cuidado” se estableció que el valor económico del trabajo no
remunerado de los hogares (VTNRH), a cifras netas en 2009, cada persona generó el
equivalente de 25,400 pesos por concepto de trabajo no remunerado en los
hogares, cifra similar a percibir 1.3 veces el salario mínimo general promedio. El valor difiere según el sexo de quien lo realiza: las mujeres
generaron el correspondiente a 37,300 pesos (aproximadamente 1.9 veces el
salario mínimo); mientras que los hombres 11,800 pesos (0.6 veces el salario
mínimo).
Ese VTNRH equivalió al 22.6 por
ciento del Producto Interno Bruto de ese mismo año (Cuenta satélite del trabajo
no remunerado de los hogares). En ese sentido, entonces, hay mucho quehacer por
parte de las instituciones gubernamentales que lleven al reconocimiento del
trabajo en el hogar y la responsabilidad compartida. Las cifras hablan de que
el 76.6 por ciento de ese trabajo en el hogar está en el tiempo de las mujeres,
por el que ellas son mayormente excluidas del ámbito público.
El otro
derecho que me parece indispensable no dejar de ver en 2013, ahora Año de la Protección de los Derechos
de la Mujer por decisión del congreso local, es el derecho a vivir libres de
violencia. Algo que en este 2012, también declarado por el gobernador Gabino
Cué como el Año de la no Violencia hacia las Mujeres simple y sencillamente no
se cumplió, fue una ocurrencia que no comprometía a nada ni a nadie. No hubo
ninguna acción concreta, excepto declaraciones, que nos indicaran que algo real
estaba pasando. Menos aún en acciones de justicia.
Con el
asesinato de Leonarda Martínez Méndez, presuntamente por parte Angelino
Espinosa, tenemos que decir que a una semana de que termine 2012, la cuenta
hemerográfica de asesinatos cometidos contra mujeres de este año es de SETENTA
Y NUEVE. Sin duda, víctimas que no tienen ya ninguna oportunidad de reclamar
sus derechos.
Derechos
políticos, del cuerpo, al trabajo y a vivir sin violencia son algunos de los
derechos que tendrán que vigilar las y los diputados que declararon el 2013
como Año de la Protección de los Derechos de la Mujer, porque si no se cumple
estaremos frente al fracaso de la política de género, como le sucedió este año
a Gabino Cué Monteagudo y con el lamentable saldo de varios cientos de
víctimas, porque detrás de cada mujer asesinada están sus familias y detrás de
las familias está la sociedad a la que pertenecemos todos y todas. Ojalá que
los buenos augurios también lleguen al trabajo a favor de las mujeres y
terminar con tantas desigualdades.
Y ahora
sí, felices fiestas. Deseo que haya paz y armonía en sus hogares, salud,
trabajo y dinero, no sólo por la noche buena sino por todos y cada uno de los 365
días del 2013.
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