Pendientes y retos para legisladoras en materia de género
· El número no
es suficiente una cantidad determinada, Ximena Avellaneda
· Deben construir los derechos civiles,
políticos, económicos, sociales y culturales de las mujeres, Norma Reyes
Soledad JARQUÍN EDGAR
Dos opiniones
de feministas sobre los retos en materia de género de quienes en los próximos
días integrarán la LXII Legislatura federal y los pendientes de la LXI
Legislatura que concluye sus funciones este mes de agosto. Por un lado Ximena
Avellaneda Díaz, integrante del Grupo de Estudios sobre la Mujer “Rosario
Castellanos” y por el otro la ex titular del Instituto de la Mujer Oaxaqueña,
Norma Reyes Terán.
¿Cómo calificaría la actuación de la LXI legislatura federal con
respecto a los derechos de las mujeres?
Avellaneda
Díaz sostiene que una señal clara de que las mujeres han
sido las grandes ausentes en los avances de la LXI Legislatura fue el duro
enjuiciamiento que se dio a nuestro país durante la presentación del Comité de
expertas de la CEDAW, en días pasados donde la delegación mexicana fue
duramente cuestionada a los escasos resultados de sus acciones en contra de la
discriminación de género.
La delegación –apunta- se
limitó a enumerar reformas a leyes y
nuevas leyes que no corresponden a acciones concretas en favor de las mujeres y
que tienen que ver con: la trata de personas, la violencia de género, la falta
de salud y respeto a los derechos sexuales y reproductivos entre otros. Los
hechos, tal como fueron mencionados, son
contundentes. Lo que seguimos necesitando es que el discurso de las leyes esté
acompañado de una práctica o ejercicio verdadero de las mismas.
En ese sentido, Reyes Terán es
más amplia y sostiene que aunque todo el mundo
dice estar a favor de que no haya desigualdad, no todo el mundo está a favor de
la igualdad. Lo anterior, a pesar de que la igualdad entre mujeres y hombres es
un principio jurídico universalmente reconocido por el derecho internacional
que dio lugar en nuestro país, al pleno reconocimiento de la igualdad formal de
los sexos, en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y en las
locales, es muy común encontrar oposición a cualquier medida que confiera a las
mujeres un trato favorecedor para hacer efectiva, en los hechos, esta
aspiración.
Plantea que
se margina a la mitad de las personas y se demuestra en la escasa presencia de
las mujeres en puestos de responsabilidad política, social, cultural y
económica; la prohibición a las mujeres indígenas de ejercer su derecho al
voto; los problemas de conciliación entre la vida personal, laboral y familiar;
la feminización de la pobreza, la violencia de género y la trata, por citar
solo algunos ejemplos de exclusión basada en el sexo.
Refiere que en la LXI Legislatura el
tema presupuestal y la armonización legislativa nacieron pobres, “muy pobres”, al carecer de recursos presupuestales apropiados, sin un
Fondo de Aportaciones o un Ramo que hiciera posible la coordinación entre la
federación, los estados y los municipios.
Recordó que el gasto federalizado (
Ramos 23, 28 y 33) se compone de Fondos de Aportaciones que llegan a las
entidades federativas y municipios, debidamente orientados para su ejercicio, y
no contemplan ni una vertiente para darle pelea a la desigualdad de las mujeres
y la violencia machista.
Reyes Terán criticó que los programas
existentes dirigidos a las mujeres, los cuales calificó de miserables en término de su presupuesto y tortuosos
en cuanto a su operación, lo que impide hacer frente de manera profesional a la
desigualdad de las mujeres y la violencia machista que requiere de una armonización jurídica y una arquitectura
institucional nueva, así como de una política presupuestaria federalizada (creación
de un Ramo o un Fondo Federal), solo así se podría hablar de una respuesta unificada
y contundente frente a la desigualdad de las mujeres y la violencia machista,
para ello, insistió como lo ha planteado desde hace varios años en el
establecimiento de un nuevo ramo o fondo de aportaciones en el ramo 33.
Sin embargo, añade, estos asuntos ni
siquiera fueron agendados por las diputadas de la LXI Legislatura, dicho de
otra forma, las diputadas faltaron a su responsabilidad de favorecer la
implementación de las Leyes Generales.
La LXII Legislatura tendrá el mayor número de mujeres, será esta
una condición favorable o un espejismo ¿qué debemos esperar las mexicanas?
La integrante del Grupo de
Estudios de la Mujer “Rosario Castellanos” sostiene que el porcentaje de
mujeres que ocuparán una curul en la nueva legislatura es un hecho importante
pero adverte que “no es suficiente”
La historia nos ha enseñado que
la sola presencia de mujeres no garantiza avances en nuevas propuestas o
propuestas pendientes a favor de las mujeres, si no están acompañadas por una
clara y real perspectiva de equidad de géneros en la labor legislativa así como
responder a las demandas hechas por los diferentes sectores de las mujeres y
la sociedad civil.
Ximena Avellaneda Díaz, sin
embargo, sostiene que las mexicanas esperamos que las organizaciones de mujeres
que han enfocado sus energías a la labor legislativa sigan sensibilizando y,
porque no, generalizando este trabajo bajo esta perspectiva de manera que la
cantidad en términos numéricos estén acompañadas de calidad en términos de
nuevas leyes que realmente fortalezcan la participación de las mujeres como
parte de esta sociedad.
De su lado, Reyes Terán afirma
que es
importante señalar que la exigencia del acceso paritario de las mujeres a los
espacios de poder político, no es solamente por una cuestión de distribución
cuantitativa, sino porque las mujeres no somos ni un grupo social, ni un
colectivo, ni una clase, somos la mitad de todos los colectivos y la mitad de
todas las clases sociales.
Señala como una primera tarea de las
parlamentarias federales electas es avanzar en la consolidación y/o
construcción de los derechos civiles, políticos, económicos, sociales y
culturales de las mujeres. Para
lograrlo, no existe otro mecanismo mas que las instituciones, es decir, del desarrollo
institucional y a través de lo que conocemos como agenda política y una
referencia podría ser la agenda de mínimos del feminismo mundial.
Reyes Terán quien también ha sido
legisladora por Oaxaca, recupera lo expresado por Alicia Miyares, feminista
española quien plantea como puntos de esa agenda 1) Derecho a una educación no diferenciada, es decir, educación para la
igualdad obligatoria y educación media y superior no sesgada por el género, es
decir de reconocimiento al talento de las mujeres.
2) propone la atención a los derechos
políticos, como la paridad y permanencia de las mujeres, renovación paritaria
de los partidos políticos; 3) Derechos económicos mediante el acceso a la
propiedad e independencia económica y al mercado laboral estable y no sometido
al estereotipo ocupacional.
4) Derechos sexuales que incluyen en
primer lugar leyes de Aborto y la abolición de la prostitución; 5) Derechos
culturales que se enmarcan dentro del derecho una vida libre de violencia.
Para Norma Reyes Terán existen otras
tareas fundamentales para las nuevas parlamentarias como la promoción de un marco jurídico armonizado con los compromisos internacionales en
materia de igualdad y de la violencia machista, las Leyes Generales de Igualdad entre Mujeres y
Hombres y de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia tanto en el
ámbito federal como en todas las entidades federativas y, una nueva
arquitectura institucional acorde al nuevo marco jurídico que se plantea y; la
creación de un presupuesto federalizado.
Y, en tercer
lugar, la tarea será diseñar un escenario social y político sensible a la
igualdad de las mujeres y contra la violencia machista, así como el respaldo a
la paridad como derecho constitucional de los sexos; evidenciar la ausencia de
propuestas y de compromisos en materia de igualdad y contra la violencia
machista, así como con la paridad, en las plataformas de los partidos políticos
y; promover la demolición de políticas públicas que reproducen y extienden las
desigualdades de género.