Mujeres y Política
La verdad base de la
legitimidad
Soledad JARQUÍN EDGAR
Los votos fueron emitidos el pasado fin de semana. Lo que
siguió fue contar y luego el recuento. El IFE declaró presidente electo a
Enrique Peña Nieto. Los grandes medios, muchos de ellos, han dado por concluido
el proceso. Pero queda la duda, algo que no estuvo bien sembró la incertidumbre
y el descontento y se está exigiendo por la vías legales de este país que se
investiguen algunos hechos, que de ser ciertos, poco o en nada cambiaría lo que
hasta ahora vemos y contemplamos. En suma lo cierto es que todavía hay hoyos
negros que nos dejan muy claro que hay un largo trecho para hacer posible otro
modo de ser ciudadanas y ciudadanos y
con ello alcanzar la democracia.
Las acusaciones de unos y de otros partidos políticos fue la
marca del proceso electoral hasta el último momento y como en el caso de
ahogamiento en agua, los cadáveres empezaron a flotar en la superficie a la
vista de quienes los quisieron ver. Desde el manejo de un candidato a través de
la televisión, gracias a un contrato multimillonario, hasta el asunto de las
despensas o monederos electrónicos que habrían servido para la compra o
coacción del voto, son las manchas que elección tras elección se notan, son de
esos cadáveres que flotan en las aguas turbulentas del proceso electoral y que
nos confirman que la nuestra no es una democracia sino una caricatura de la
democracia, sobre todo, porque queda la duda sembrada y hay en apariencia una
resistencia a limpiar con pruebas las acusaciones. Nuestra caricatura
democrática o lejana aproximación a la democracia navega por aguas turbias,
nunca por las cristalinas. Aguas cuyos remolinos enlodan muchas voluntades, las
atan.
Para ello, más que los militantes de los otros partidos porque
salvo en algunos sitios o por tiempos determinados han sido hegemónicos, los
priistas tienen una estrategia para enfrentar las acusaciones: el olvido. Esperan
que se sequen las salpicaduras de los retos de esas verdades o de esas mentiras,
que aunque flotan como cadáveres en agua, se ocultan con toda clase artimañas y
discursos, pero sobre todo en el silencio. ¿Por qué no aclarar?
Por ejemplo, de no ser por la película dirigida por Carlos
Bolado, Colosio: El Asesinato, quién se habría acordado de Luis
Donaldo Colosio, el sonorense candidato priista y cuyo crimen cometido hace 16
años no ha sido aclarado. La leyenda es que fue una especie de ajuste de
cuentas entre los cárteles priistas cuyo territorio estaba comandando el capo
mayor Carlos Salinas de Gortari. Nadie aclaró nada, el PRI sigue con el estigma
de que entre sus filas se cometió el magnicidio y Colosio se convirtió en una
especie de fetiche o subvenir para algunos de quienes militan en el tricolor,
sus fotografías están en varias oficinas del PRI. Si pudieran beatificarlo lo
harían. Pero lo importante para este partido político que regresa al poder tras
sólo 12 años de ausencia, no ha sido aclarar el crimen sino otra vez quedarse
en el silencio, a olvidar de nuevo, total quiénes o cuántos vieron la película,
sus mayorías pertenecen a otra dimensión. Esa es la visión del viejo PRI, el
que dicen ya se fue ¿será?
Las historias negras sobre fraude electoral pesan y pesan
mucho, no para el “viejo PRI” sino para la ciudadanía. 1988, por ejemplo, es parte
del pasado reciente de lo que algunos historiadores señalan como la era moderna
del proceso electoral, no importa que hoy todavía algunos procesos electorales
y a pesar del IFE o de los institutos estatales electorales, se realicen a palo
y plomo como en la etapa antigua (finales del siglo XIX y principios del XX)
donde todo se arrebataba, pero sobre todo eso que hoy se nombra como voluntad
ciudadana. Ya lo vimos, en este 2012 urnas que fueron literalmente robadas a
los ojos del mundo, la fortuna actual son los medios de información que la
ciudadanía tiene en sus manos a través de los teléfonos celulares con cámara y
mejor aún si están conectados a la internet.
Investigaciones periodísticas y denuncias públicas nos
dieron la primicia de esos cadáveres que flotan sobre las aguas turbulentas,
cuando despensas convertidas en modernos monederos electrónicos y sus
beneficiarios empezaron a salir de la tienda color naranja y ahora empiezan a
flotar las facturas por la compra de miles de despensas, que algunos gobiernos
estatales compraron en los últimos tres años.
La información que dio a conocer este viernes la periodista
Carmen Aristegui, a través de Noticias MVS, involucran a los estados de México,
Nuevo León, Coahuila, Durango, Sinaloa y Guerrero. Tan sólo el municipio de
Metepec, Estado de México, habría gastado más de dos mil millones de pesos en
despensas de la empresa Soriana. Todo esto ocurrió entre 2008 y 2012.
Veamos. El Estado de México ha sido gobernado por el virtual
presidente de México, Enrique Peña Nieto y en la actualidad Eruviel Ávila, el
partido no sobra decirlo: el PRI; Rodrigo Medina de la Cruz, gobernador de
Nuevo León está entre los compradores de despensas y es priista. El gobierno de
Sinaloa también salió de compras con Mario López Valdez, sí del PRI. El cuarto
en la lista de los que no siendo “las señoras de la casa” (recordando la
respuesta sexista de Peña Nieto cuando le preguntaron sobre el precio del kilo
de tortillas) es el gobernador de Durango, Jorge Herrera, que se sumó a las compras.
El quinto es el gobernador coahuilense, Rubén Moreira Valdez, hermano del otro
Moreira de infeliz memoria para muchos coahuilenses. Y, finalmente el
veracruzano Javier Duarte de Ochoa. Bueno esos son los que van, seguramente
faltan otros y también es probable habrá gobernadores que compraron despensas y
que surgieron del PAN o del grupo de partidos de “la izquierda” que gobiernan
uno que otro estado del país.
Antes que nada tendríamos que decir, que si fuera el caso de
que las despensas que adquirieron los gobernadores sirvieron para comprar votos
o voluntades, sin duda, sería lamentable a todas luces y veremos la otra
realidad mexicana, la que nos molesta y fastidia, la que dicen que somos
quienes afirman que hemos avanzado, y yo estoy de acuerdo, sí claro que hemos
avanzado pero hacia atrás, y de eso se aprovecharían quienes querían obtener el
triunfo, aún cuando tuvieran que pasar por encima de la dignidad de las
personas, al ofrecer despensas a cambio del voto. Saciar el hambre de una
familia por una semana o dos o seis meses, sin resolver de fondo el problema de
la pobreza. Visto así, ahora podríamos entender el fondo real de quienes no
quieren que el pueblo crezca, se eduque o al menos que coma bien y no lo hacen
porque entonces el pueblo piensa.
El PRI va con sus manchitas por la vida y cuando estas se
han secado es porque ya se le olvidó a la mitad de la gente, entonces se las
sacuden y listo. Una estrategia que repito apunta al olvido y funciona, por eso
el PRI está de regreso (ayudado por las pifias de 12 años de gobierno panista)
y no porque la que gobernará sea una generación renovada, dispuesta a no
repetir la historia, no, no es así. Y a las pruebas me remito.
La investigación solicitada por las “izquierdas” y la
aclaración del PRI sobre estas sospechas, será la base fundamental de lo que
todo gobierno desearía tener sobre quienes los eligieron y también sobre los
que no votaron por ellos, se llama credibilidad. No se trata de ver quien puede
más con ocultar la verdad o quien se atreve a denunciarlas, se trata de conocer
la verdad. Ahora sí, como dijera Felipe
“El Valiente” Calderón, “haiga sido como haiga sido”.
Es importante, porque vivir gobernados por un gobierno bajo el
sospechosismo de que algo no estuvo bien serían otros seis años de fatalidad
para el país. Aquí entonces hay que aclarar dos asuntos que no son poca cosa:
1) Enrique Peña Nieto ganó a la buena y Andrés Manuel López Obrador es mal
perdedor o 2) Enrique Peña ganó a la mala y Andrés Manuel López Obrador está
diciendo la verdad.
Aclaraciones pertinentes para lograr lo que “El Valiente” no
consiguió ni con los años de gobierno: la credibilidad de la ciudadanía y con
ello su legitimidad. Por el contrario nos llevó por el camino siempre sinuoso y
difícil, lleno de miedo, utilizó la imposición de una guerra cuyo costo no se
acabará cuando se vaya y tal vez, como dicen quienes saben, va para largo.
La duda socava nuestra aproximación democrática y sin duda
alguna, ya lo hemos vivido, también deslegitima al ungido y a su partido. Lo correcto
sería aclarar los hechos, llegar hasta el fondo, investigar, eso sería un buen
ejercicio de la ciudadanía y un ejemplo de las instituciones.
Las mujeres al congreso
Las elecciones 2012 en teoría llevarían a más mujeres al
Congreso federal. Por elección directa he contabilizado a 90 en todo el país,
los otros 210 electos fueron hombres. La otra noticia es que en cuatro
entidades ninguna mujer fue electa por voto directo, se trata de: Baja
California Sur, Colima, Nuevo León y Zacatecas. Lo que se requiere, al menos
para igualar la cifra actual de legisladoras, que es de 169, es que lleguen 80 como
plurinominales. Y no se diga del caso del Senado, donde solo ocho fueron
electas por voto directo, seis más entrarían en segunda minoría. En la
actualidad hay 28, es decir, ahora “seguras” están la mitad.
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