Soledad Jarquín Edgar
La doble moral de la derecha resulta peor que el viejo caciquismo del PRI y las promesas de algunos personajes de la izquierda, convertidos en verdaderos tlatoanis.
Estoy hablando de la derecha representada por el PARTIDO ACCION NACIONAL, su dirigente César Nava, y el escándalo sobre el costo probable del departamento en que vivirá pronto: siete millones de pesos según la fuente oficial panista, 25 millones según expertos en bienes raíces de la capital mexicana.
¿Cómo -me pregunto- un dirigente panista puede juzgar y ser un severo frente a la libertad de las mujeres y su derecho a decidir y puede, al mismo tiempo, sin pena alguna gastar una fortuna para comprar un departamento en una zona residencial de la capital mexicana? ¿Dónde empieza y dónde termina su límite entre lo que es bueno y es malo? ¿Acaso no tiene remordimiento alguno cuando adquiere una propiedad tan costosa, en tanto miles de casas se vienen a bajo por estar situadas en zonas de riesgo, miles de personas tienen que emigrar por falta de trabajo y otras miles son echadas a la calle por razones del capitalismo neoliberal que también defiende la derecha, donde los sueldos de las personas no son como el que percibe don César Nava.
Esto me huele a corrupción, digamos oficial, porque en todo esto hay mar de fondo por aquello de que es probable que haya evadido impuestos, entre otras cosas todavía nada claras. Y me huele a corrupción personal porque no se puede concebir a un personaje que se dice defensor de la vida, cuando ignora que miles de personas en este momento no tienen para comer, la mayoría de ellas son mujeres.
César Nava, dijo en una entrevista que le hicieron 1 de junio de 2009 (para Etcétera), que hay causales de impunibilidad del aborto que le parecen justificadas: la violación y cuando la salud o la vida de la madre estén en peligro… Cuando el dirigente del PAN dice impunibilidad lo que quiere decir es que sólo en estas dos causales el aborto no es indigno, no es vergonzoso, no es bajo, no es ruin, no es censurable o no es reprochable y no precisamente se refiere a que no es castigable.
Nava puede decir eso de dientes para afuera, pero también dice estar a favor de la vida y actúa en consecuencia al rechazar el aborto en todas sus formas o posibilidades; de ahí que durante los últimos años el PAN llevara la batuta hasta el grado de penalizar el aborto y castigar con cárcel a las mujeres, incluso hubo propuestas como aquella de forzar a las mujeres a realizar trabajos comunitarios para no encarcelarlas, una especie de lapidación que de haberse realizado a eso exponía a las mujeres, sobre todo en las poblaciones indígenas.
Así, César Nava, este nuevo millonario que no ve la pobreza de nadie ni la verá nunca desde el piso 13 de nuevo departamento donde vivirá en breve, es parte importante de la propuesta que conculca la libertad de las mujeres a decidir sobre sus cuerpos, muchas veces porque frente a la pobreza no tienen otra alternativa.
Nava y los suyos se dieron a la tarea de retroceder el avance de las mujeres sobre la libre determinación de sus cuerpos, al garantizar el derecho a la vida desde la concepción hasta la muerte natural, retroceso que el PAN logró en 17 entidades del país, de la mano de unos bien convencidos sobre la inferioridad de las mujeres y el silencio cómplice de otros partidos políticos, lo que ha llevado a muchas mujeres a abortar en sitios no adecuados, en la clandestinidad y con ello a una muerte segura o a la cárcel.
Es esa doble moral del PAN, que hoy se desdobla cuando sabemos que el dirigente César Nava desembolsa una enorme cantidad de dinero, 25 millones de pesos, para comparar un departamentito.
Por eso, molesta e indigna la actitud de estos panistas que no pueden ver la realidad en que viven millones de mujeres y que frente a la nada no tienen ninguna opción y deciden realizarse un aborto en las peores condiciones, aún cuando arriesgan su vida, porque no tienen para comer este mismo día.
De ¿qué defensa de la vida hablará César Nava? Yo sinceramente pienso que sólo de la suya y de los suyos.
Estamos frente a un yunquista –organismo de extrema derecha- que encabeza lo que se llama la agenda contra todo avance y, por tanto, la libertad de las mujeres, una demanda que el pasado 28 de septiembre cumplió 20 años de lucha permanente por la despenalización del aborto en América Latina y el Caribe, ahora de frente a gobiernos rapaces, que desean el poder sólo para enriquecerse igual que lo hicieron otros en el pasado.
Sin duda, el departamentito de César Nava, en Polanco en la capital mexicana es apenas una de las muchas millonarias propiedades que debe tener este panista nada preocupado ni ocupado en la pobreza de 53 millones de personas que viven México y, por si fuera poco, estas restricciones que impulsa su partido provocan que el aborto sea la tercera o cuarta causa de muerte materna en el país, nada peor sin duda, pero también hay que contar que abortar en México es causa de cárcel y persecución de mujeres en varias entidades, incluyendo Quintana Roo, por supuesto.
Por eso el pasado 28 de septiembre, Día por la Despenalización del Aborto en América Latina y el Caribe, se demandó la libertad de las presas por abortar, que se detenga y erradique la persecución judicial a quienes han decidido interrumpir su embarazo por las razones que hayan tenido, se pidió –por centésima vez- la despenalización del aborto y el acceso legal al mismo, en suma una maternidad libre y voluntaria.
Derechos que las mexicanas ven lejanos, cuando quien gobierna es la derecha oscura como la que representa el dirigente del PAN, César Nava, considerado protagonista fundamental de esta violenta acometida al derecho a decidir de las mujeres. Uno de esos personajes envueltos en disfraz de oveja… y este cuento todavía no termina.