Por Sara Lovera
Para mover la atención que se merecen los casos controvertidos de las elecciones del 4 de julio, especialmente Hidalgo, donde Xóchitl Gálvez no se derrota, entre otras cosas porque el ataque artero en su casa el mismo día de las elecciones puso en evidencia el miedo de sus oponentes, Felipe Calderón hizo cambios en su gabinete que han generado toda clase de interpretaciones.
Los sesudos analistas han explicado estos cambios como una necesidad del señor Felipe Calderón de fortalecer su entorno, crear un círculo de confianza, entre amigos y algunos pusieron en duda desde el primer momento la capacidad de Francisco Blake Mora, lo que no explica si puede o no con la Secretaría de Gobernación y los problemas postelectorales.
Desde luego que tras ese nombramiento queda claro, se endurece la política de guerra instrumentada desde hace casi cuatro años. Blake Mora no solamente hizo sus hazañas contra el crimen organizado en Tijuana, no se sabe si negociando con los jefes, sino que se parece mucho al secretario de Seguridad Pública, Genero García Luna, digo un parecido físico que hace pensar en una relación de parentesco, que si no lo es, ambos coinciden en mantener a flote, lo que Calderón llama guerra y que ya suma más de 27 mil muertos y miles de afectados de la sociedad civil.
Los cambios de personas son preocupantes y no solamente por las causas que mencionan los sesudos análisis, hay hechos que profundizan la política de este desgobierno contra la vida y la libertad de las mujeres.
El sábado pasado las mujeres de Nuevo León recordaron a la opinión pública quién es y hasta dónde llega el nuevo Secretario de Economía, Bruno Ferrari García de Alba, promotor en 1999 de la penalización del aborto, un hombre homofóbico y encima enlace de Marcial Maciel, jefe de los legionarios de Cristo, allá de donde viene Ferrari, Nuevo León.
Ferrari ha sido además de legionario, cuyo significado no vale la pena señalar por lo conocido del tema en el mundo, dirigente del Grupo Pulsar, cara visible de la Legión de Cristo en aquella entidad.
Estas son las cosas precisas por las que habría que preocuparse. Un secretario de Economía que será correa de trasmisión de los intereses empresariales más conservadores del país donde se unirán sus militancias y su costumbre de recaudar fondos entre los ricos para enfrentar, por ejemplo, a los movimientos feministas, de la diversidad sexual y la defensa de los derechos humanos de las mujeres.
No puedo imaginar cómo se organizará ahora el Partido Acción Nacional para presionar con estos, los empresarios más reaccionarios, cambios constitucionales como el que está pendiente para penalizar cualquier tipo de interrupción del embarazo en la Constitución General o cuánto dinero habrá para penalizar todos los cambios liberales en las leyes del Distrito Federal, además de la política policiaca y militarista de Los Pinos a Bucareli.
Las revelaciones de las mujeres de Nuevo León sobre Ferrari, explican hasta qué punto Calderón tiene compromisos claros y de fondo con la ultraderecha mexicana. Es tan claro que no tendría que confundir a los sectores cuya careta de izquierda se alían acríticamente, fortalecen la política que afecta a las mujeres, nada despreciable 50 por ciento de la población y de los votos.
Las declaraciones de Irma Alma Ochoa de Artemisas por la Equidad; de Mariaurora Mota, directora de Género, Ética y Salud Sexual, y de Mario Rodríguez Platas, de Diversitas, todas agrupaciones de Nuevo León, son una muestra de la importancia de la historia del conocimiento de hechos, que lamentablemente ignoran políticas y políticos, no les importa o no valoran. ¿Cómo se pueden ubicar los aliancistas en la izquierda, si ignoran que la derecha son los enemigos de la libertad de las mujeres y convalidan tamaños propósitos?
A pesar de todo y tras las nuevas gubernaturas que se festinan como un avance, lo claro es que entre los resultados del pasado proceso electoral y sus consecuencias y los cambios en el gabinete, según la gente que ha sufrido las acciones de los personajes de ultraderecha, el país no solamente tiene crisis financiera, desempleo, pobreza, crimen e ingobernabilidad sino que se inclina claramente a un camino de regreso, grave, muy grave opinan mis fuentes, porque una sociedad que se queda inerte ante estos hechos, grupos que negocian con el atraso y políticos cuya estrategia se basa sólo en los acomodos personales, indica que estamos perdiendo esa historia, hoy en boga, la de la Independencia y la Revolución.
Los priistas calladitos. Están como los súper analistas, hablan de política o sea de sus acomodos y no de los principios ni de los problemas. Cada años cientos de mujeres pierden la vida en abortos clandestinos; cientos son asesinadas por razones de su condición de mujeres y por la violencia desatada; miles humilladas por sus decisiones de vida, miles en ocupaciones explotadas en esas empresas que hoy defenderá Ferrari y su plusvalía, digo las de las trabajadoras, irán a parar a las campañas homofóbicas o antiabortistas, todas cosas de justicia social que no está en las preocupaciones de esa que la izquierda perdida.
saralovera@yahoo.com.mx
Para mover la atención que se merecen los casos controvertidos de las elecciones del 4 de julio, especialmente Hidalgo, donde Xóchitl Gálvez no se derrota, entre otras cosas porque el ataque artero en su casa el mismo día de las elecciones puso en evidencia el miedo de sus oponentes, Felipe Calderón hizo cambios en su gabinete que han generado toda clase de interpretaciones.
Los sesudos analistas han explicado estos cambios como una necesidad del señor Felipe Calderón de fortalecer su entorno, crear un círculo de confianza, entre amigos y algunos pusieron en duda desde el primer momento la capacidad de Francisco Blake Mora, lo que no explica si puede o no con la Secretaría de Gobernación y los problemas postelectorales.
Desde luego que tras ese nombramiento queda claro, se endurece la política de guerra instrumentada desde hace casi cuatro años. Blake Mora no solamente hizo sus hazañas contra el crimen organizado en Tijuana, no se sabe si negociando con los jefes, sino que se parece mucho al secretario de Seguridad Pública, Genero García Luna, digo un parecido físico que hace pensar en una relación de parentesco, que si no lo es, ambos coinciden en mantener a flote, lo que Calderón llama guerra y que ya suma más de 27 mil muertos y miles de afectados de la sociedad civil.
Los cambios de personas son preocupantes y no solamente por las causas que mencionan los sesudos análisis, hay hechos que profundizan la política de este desgobierno contra la vida y la libertad de las mujeres.
El sábado pasado las mujeres de Nuevo León recordaron a la opinión pública quién es y hasta dónde llega el nuevo Secretario de Economía, Bruno Ferrari García de Alba, promotor en 1999 de la penalización del aborto, un hombre homofóbico y encima enlace de Marcial Maciel, jefe de los legionarios de Cristo, allá de donde viene Ferrari, Nuevo León.
Ferrari ha sido además de legionario, cuyo significado no vale la pena señalar por lo conocido del tema en el mundo, dirigente del Grupo Pulsar, cara visible de la Legión de Cristo en aquella entidad.
Estas son las cosas precisas por las que habría que preocuparse. Un secretario de Economía que será correa de trasmisión de los intereses empresariales más conservadores del país donde se unirán sus militancias y su costumbre de recaudar fondos entre los ricos para enfrentar, por ejemplo, a los movimientos feministas, de la diversidad sexual y la defensa de los derechos humanos de las mujeres.
No puedo imaginar cómo se organizará ahora el Partido Acción Nacional para presionar con estos, los empresarios más reaccionarios, cambios constitucionales como el que está pendiente para penalizar cualquier tipo de interrupción del embarazo en la Constitución General o cuánto dinero habrá para penalizar todos los cambios liberales en las leyes del Distrito Federal, además de la política policiaca y militarista de Los Pinos a Bucareli.
Las revelaciones de las mujeres de Nuevo León sobre Ferrari, explican hasta qué punto Calderón tiene compromisos claros y de fondo con la ultraderecha mexicana. Es tan claro que no tendría que confundir a los sectores cuya careta de izquierda se alían acríticamente, fortalecen la política que afecta a las mujeres, nada despreciable 50 por ciento de la población y de los votos.
Las declaraciones de Irma Alma Ochoa de Artemisas por la Equidad; de Mariaurora Mota, directora de Género, Ética y Salud Sexual, y de Mario Rodríguez Platas, de Diversitas, todas agrupaciones de Nuevo León, son una muestra de la importancia de la historia del conocimiento de hechos, que lamentablemente ignoran políticas y políticos, no les importa o no valoran. ¿Cómo se pueden ubicar los aliancistas en la izquierda, si ignoran que la derecha son los enemigos de la libertad de las mujeres y convalidan tamaños propósitos?
A pesar de todo y tras las nuevas gubernaturas que se festinan como un avance, lo claro es que entre los resultados del pasado proceso electoral y sus consecuencias y los cambios en el gabinete, según la gente que ha sufrido las acciones de los personajes de ultraderecha, el país no solamente tiene crisis financiera, desempleo, pobreza, crimen e ingobernabilidad sino que se inclina claramente a un camino de regreso, grave, muy grave opinan mis fuentes, porque una sociedad que se queda inerte ante estos hechos, grupos que negocian con el atraso y políticos cuya estrategia se basa sólo en los acomodos personales, indica que estamos perdiendo esa historia, hoy en boga, la de la Independencia y la Revolución.
Los priistas calladitos. Están como los súper analistas, hablan de política o sea de sus acomodos y no de los principios ni de los problemas. Cada años cientos de mujeres pierden la vida en abortos clandestinos; cientos son asesinadas por razones de su condición de mujeres y por la violencia desatada; miles humilladas por sus decisiones de vida, miles en ocupaciones explotadas en esas empresas que hoy defenderá Ferrari y su plusvalía, digo las de las trabajadoras, irán a parar a las campañas homofóbicas o antiabortistas, todas cosas de justicia social que no está en las preocupaciones de esa que la izquierda perdida.